Repasando titulares de diarios y revistas de los últimos años, vemos que los medios de comunicación reflejan con mucha frecuencia situaciones de violencia en las escuelas. Estos hechos suelen adquirir, en muchas ocasiones, características estremecedoras: docentes que son agredidos por sus alumnos o por los padres de estos; crueldad muy acentuada en las relaciones entre los propios alumnos; heridos o muertes por armas de distinto tipo, etcétera.
En una primera apreciación reconocemos que es cierto que suceden estas cosas. Lo que ocurre es que muchos quieren ver en estos acontecimientos la “punta del iceberg” de una situación general dramática o, cuanto menos, alarmante.
En una primera apreciación reconocemos que es cierto que suceden estas cosas. Lo que ocurre es que muchos quieren ver en estos acontecimientos la “punta del iceberg” de una situación general dramática o, cuanto menos, alarmante.