Un trastorno de personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aporta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o prejuicio para el sujeto.
Según el DSM IV los trastornos de personalidad son los siguientes:
-Paranoide.Es un patrón de desconfianza y suspicacia que hace que se interpreten maliciosamente las intenciones de personalidad.
-Esquizoide. Es un patrón de desconexión de las relaciones sociales y restricción de la expresión emocional.
-Esquizotipico. Es un patrón de malestar intenso en las relaciones personales, distorsiones cognoscitivas o perceptivas o excentricidades de comportamiento.
-Antisocial. Es un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás.
-Limite.Es un patrón de inestabilidad en las relaciones interpersonales, auto imagen, y los afectos, y de notable impulsividad.
-Histriónico. Es un patrón de emotividad excesiva y demanda de atención.
-Narcisista. Es un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía.
-Por evitación. Es un patrón de inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa.
-Por dependencia. Es un patrón de comportamiento sumiso y pegajoso relacionado con excesiva necesidad de ser cuidado.
-Obsesivo compulsivo. Es un patrón por el orden, el perfeccionismo y control.
Los rasgos de personalidad son patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse y Pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de Contextos sociales y personales. Los rasgos de personalidad sólo constituyen trastornos de la personalidad Cuando son inflexibles y desadaptativos y cuando causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo.
La valoración de la personalidad debe tener en cuenta los antecedentes étnicos, culturales y sociales del sujeto. Los trastornos de la personalidad no se deben confundir con problemas asociados a la adaptación a una cultura diferente que se da tras la inmigración o con la expresión de hábitos, costumbres o valores religiosos o políticos propios de la cultura de origen del sujeto. En especial si se evalúa a alguien de una cultura diferente, resulta útil para el clínico obtener información de gente que conozca el entorno cultural del sujeto.
Las categorías de los trastornos de la personalidad pueden ser aplicables a niños o adolescentes en los casos relativamente raros en los que los rasgos de personalidad desadaptativos particulares del individuo parezcan ser tendentes a extenderse, a persistir y a no limitarse a una etapa particular
Del desarrollo. Habría que reconocer los rasgos de Un trastorno de la personalidad que aparecen en la niñez y que a menudo no persisten de la misma forma en la edad adulta.
(DSM-IV)
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