lunes, 30 de julio de 2018

ESTILOS DE CRIANZA Y CONDUCTA ANTISOCIALDELICTIVA EN LOS ADOLESCENTES DEL CENTRO JUVENIL JOSE QUIÑONES GONZALES – PIMENTEL - 2016. Br. Cabanillas Guerrero, Amalia Yanet Br. Vásquez Benavides, Tony Yerson (Extracto de Tesis)

RESUMEN 
La presente investigación describe los resultados de un estudio que se buscó la relación de los estilos de crianza y la conducta antisocial – delictiva en los adolescentes del centro juvenil José Quiñones Gonzáles – Pimentel - 2016. En concreto, se realizó un estudio de carácter correlacional - causal - cuantitativo con datos provenientes de un centro de reclusión para menores de edad entre los 12 años hasta los 19 años, encontrándose que el 37.6% de los adolescentes manifestaron que sus padres tienden a ser autoritarios por ende los adolescentes presentan conductas antisociales, por otro lado, el 25,9% cuentan con padres negligentes y el 9,4% presentan padres permisivos en donde ambos manifiestan conductas delictivas. A partir de esto, se refiere que los estilos de crianza influyen en el desarrollo de la conducta antisocial con comportamientos delictivos. Por lo tanto, en esta población, los padres que presenta los estilos de crianza autoritario, negligente y permisivos sus hijos se encuentra vulnerables a la realización de las conductas antisocial – delictiva. 
Palabras clave: estilos de crianza, conducta antisocial, conducta delictiva. 

ABSTRACT 
This research paper describes results of a study that sought to the relationship of parenting styles and antisocial behavior – criminal in teenagers of the youth center José Quiñones Gonzales – Pimentel – 2016. In specific a correlational, causal and quantitative study with data from a detention center for minors between the ages of 12 and 19 years old, it was found that 37.6% of teens expressed their parents tend to be authoritarian so the adolescents have antisocial behavior, on the other hand, 25,9% tell with neglectful parents and 9.4% have permissive parents where both manifest criminal behavior. Based on this, refers to parenting styles influence the development of antisocial behavior with criminal behavior. Therefore, in this population, parents who present the styles of authoritarian, neglectful and permissive parenting their children are vulnerable to the realization of antisocial behavior - criminal. 
Key words: parenting styles, antisocial behavior, criminal behavior  

INTRODUCCIÓN 
La conducta antisocial que se comprueba realmente, es de gran nerviosismo ya que implican a corto y largo plazo perturbando a niños, adolescentes y adultos, de manera que originan una percusión vital en la humanidad, evidenciándose este comportamiento de modo recurrente en los púbers que no poseen regulación en su ambiente familiar, relacionándose ello con los estilos de crianza que ejercen los progenitores dentro de su círculo o vinculo familiar.

Actualmente, es considerable el aumento de este comportamiento en los púberes pues tienden a transgredir la ley, las reglas y normas en el entorno social. Cabe recalcar que la familia forma socialmente a los individuos, es decir, los padres otorgan las pautas para integrarse a un sistema social en interacción con otras personas. Cada una la ejecuta con su propio marco pero al mismo tiempo, comparten cualidades; además, siguen siendo escenarios sustanciales del desarrollo del individuo. De acuerdo con lo que se vive, se aprende y se obtenga en su núcleo, el individuo adquirirá herramientas y patrones de conducta que utilizará para su desenvolvimiento en diferentes niveles sociales. 
Algunas conductas de los padres y algunas que se llevan a cabo en la escuela se relacionan con la presencia o ausencia de conductas antisociales; por ejemplo, formas de apego en ambos ámbitos disminuyen su presencia, en tanto que familias y escuelas disfuncionales dificultan la posibilidad de transmitir normas prosociales con cierto distanciamiento de los padres y de la escuela están asociados con el consumo de drogas ilegales.

Navarrete (2011) menciona que los estilos de Crianza son un conjunto de conductas ejercidas por los padres hacia los hijos. Los padres son los principales responsables del cuidado y protección de los niños, desde la infancia hasta la adolescencia. Esto significa que los padres son los principales transmisores de principios, conocimientos, valores, actitudes, roles y hábitos que una generación pasa a la siguiente. De esta manera, la familia constituye el agente de socialización primaria en donde se aprenden normas y conductas sociales así como conductas desviadas.
Dentro del ámbito familiar, se puede destacar a los estilos y prácticas parentales como factores que tienen una influencia significativa sobre las conductas problema (Baumrind, 1991).

Las prácticas parentales están asociadas con resultados conductuales positivos o negativos en los adolescentes. Asimismo, Quiroz. (2007) señalan que las prácticas negativas de disciplina y prácticas de crianza ineficaces intervienen en el desarrollo del comportamiento antisocial. 
En la actualidad, los problemas en el núcleo familiar y el entorno escolar son recurrentes, de manera que los jóvenes buscan alternativas a su situación encontrando apoyo frecuentemente en los grupos de pares que llegan a incurrir en conductas riesgosas. Por ende, se vuelve importante conocer las prácticas, hábitos y formas de relación que los padres establecen con sus hijos adolescentes, así como las consecuencias que desencadenan Igualmente relevante resulta distinguir lo que ocurre dentro de la escuela respecto de lo que ofrece a los estudiantes para que se sientan motivados a asistir, al igual que reconocer el impacto que tienen sus diferentes expectativas hacia la escuela sobre las conductas antisociales.

Por otra parte, existen cuestiones a tomar en cuenta a la hora de tratar a las conductas problemáticas y de riesgo particularmente en los adolescentes, como son el adecuado manejo de las normas, la autoridad, la supervisión y la autonomía, dado su carácter estructural y regulativo en las relaciones sociales. 
Los padres y la escuela representan un papel trascendente en la transmisión de tales cuestiones en la medida que juegan un rol contenedor y formativo que permea las actitudes de los adolescentes y su desenvolvimiento en el entorno social. No obstante, existen situaciones que obstruyen dicho manejo y dicho rol, apuntando la necesidad de fortalecer los valores y los vínculos con los jóvenes, así como el establecimiento de límites claros marcados con el ejemplo. A la vez, es necesario que se señale la responsabilidad que tienen los adolescentes respecto de sus actos y decisiones para que ellos mismos aprendan a definir sus propios límites en aras de prevenir conductas de riesgo que resulten perjudiciales.
  
CAPÍTULO I: 
PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN 
1.1. Situación Problemática 
La naturaleza humana esta constituido por limitaciones biológicas, psicológicas y sociales que son inseparables. Por el contrario, interactúan entre si las cuales finalmente darán fundamento a las particularidades comportamentales de las personas y, además, están relacionadas a los estilos de crianza que trasmiten los padres (valores, roles, principios, hábitos, actitudes) en el ámbito familiar de cada adolescente. Por ende la psicología y las ciencias sociales se esfuerzan por explicarlas conductas evidenciadas en nuestro entorno, tales como rompimiento de reglas, hurtos, acciones agresivas, entre otras. Por lo expuesto se puede inferir que dichas acciones son de gran preocupación para la sociedad en general, ya que, existe una multiplicidad de actos que van en contra a nivel social y los derechos de los demás (personas, animales o propiedades).

Según Córdova y Pérez (2013), aquellos muchachos y adolescentes que desde la muy temprana edad (niñez y pubertad) han sido aventurados a una secuencia de obstáculos e inconvenientes a lo largo de su progreso, tales como cuidados negligentes, una carencia estimulación temprana, y asi mismo, acumula una serie de déficits neuropsicológicos verbales y motores, asociados a desórdenes severos del desarrollo, como déficit atencional e hiperactividad; tienen mayor expectativa de evolucionar una trayectoria o pauta de conducta antisocial permanente a lo largo del ciclo de su supervivencia. 

Según el diario Perú 21 en la actualidad (2013) los adolescentes han cambiado los videojuegos por los diferentes tipos de armas y su ingenuidad por una impresionante sangre fría para matar. Así, menores de entre 15 y 17 años son expertos de ejecutar los más aterradores crímenes por petición y de esto se aprovechan las organizaciones criminales. El empleo de matones juveniles se ha hecho muy habitual en el país de una manera perturbador y argumento de ello es que más de 150 adolescentes están prisioneros por homicidio. Así mismo, se observa cantidades en el Poder Judicial, de los cuales 2,477 son internos que residen en los 9 reformatorios a nivel nacional, el 6.34% (es decir, 157) cometieron el delito de homicidio. 

Cabe mencionar, que dichos actos delictivos se encuentran operando principalmente en el norte del país, siendo los centros de rehabilitación que acogen los infractores son los de lima (Maranguita) y de Trujillo (La Floresta). En general, las organizaciones delictivas saben el castigo o la pena que recibe un menor homicida es de 6 años, es por ello, que utilizan menores de edad para su propósito. 
De igual modo, para Manuel Saravia (psicólogo del Instituto Gestalt - 2013) describe el perfil del joven homicida en la cual muestra caracterisiticas de personalidad antisocial y disocial muy agresivos, que gozan violar las normas y buscan confrontarse a la autoridad. Además menciona, “En la mayoría de casos provienen de hogares disfuncionales. Esto origina en los adolescentes trastornos de personalidad que nunca llegan a superar”. Por su parte, Veronique Henry, representante en el Perú de la Fundación Tierra de Hombres, la misma que trabaja con el Ministerio Público para restablecer a la sociedad a menores infractores, remarcó que los crímenes graves cometidos por menores de 18 años representan un pequeño porcentaje. Al mismo tiempo, refiere que “solo algunos adolescentes tienden a desarrollar una conducta delictiva persistente en la vida adulta, en donde cometen crímenes serios. Ellos necesitan un tratamiento especializado” (Peru21, 2013).

Según Bardales (2014), en la entrada de Lambayeque se está volviendo bastante común ser testificador o afectada de un hecho de violencia en el que están implicados los adolescentes, atentar tanto a la propiedad pública como privada, atracos a peatones y disputas callejeras entre bandas o cuadrillas. Dichas transgresiones se extienden cada año en el distrito de José Leonardo Ortiz. Durante el 2010 se intervino a un total de 75 jóvenes de 14 a 16 años que cometieron hurto agravado; cifra que se ha ido duplicando con el tiempo revelando un incremento en los índices de delincuencia juvenil. 
En tal sentido, en base a lo expuesto es pertinente investigar como los estilos de crianza guardan relación con la conducta antisocial - delictiva, por la cual existe escasa investigación en nuestro medio social en relación a las variables, ya mencionadas, en dicho tema de estudio. 
Finalmente, es inevitable la necesidad e interés de desarrollar la investigación Estilos de Crianza y Conducta Antisocial-Delictiva en Adolescentes del Centro Juvenil José Quiñones Gonzales – Pimentel - 2016.

 1.2. Formulación del Problema ¿Existe relación significativa entre estilos de crianza y conducta antisocial-delictiva en los adolescentes del centro juvenil José Quiñones Gonzales – Pimentel - 2016?

1.3. Delimitación del problema: Dicha investigación se realizó en el centro juvenil José Quiñones Gonzáles – Pimentel, donde la investigación que se realizo es de tipo correlacional - causal, por la cual se aplicó dos pruebas psicológicas (Escala de Estilos de Crianza de L. Steinberg; adaptación del cuestionario de conductas antisociales- delictivas A- D) a una población de 170 adolescentes recluidos en dicho centro juvenil, por último, el periodo de tiempo que se tomó dicho estudio fue de 8 meses.

1.4. Justificación e importancia La presente investigación nace de la motivación por conocer los estilos de crianza y conducta antisocial-delictiva en los estudiantes de la región Lambayeque y en el centro juvenil José Quiñones Gonzales, donde se muestra una incidencia de victimización y percepción de inseguridad ciudadana, siendo los adolescentes los protagonistas en la actualidad, es por ello, importante contribuir con la investigación de la problemática psicosocial antes aludida, con la intención de conseguir una apertura competente del fenómeno a investigar.

Los descubrimientos facilitara información sobresaliente a la Gerencia Regional de Educación-Lambayeque (GREL), en la cual se conocerá la incidencia de las conducta antisocial - delictivas y la relación con los estilos de crianza, con el propósito de actualizar la información y así implementar los lineamientos en el ámbito educativo para el adecuado desarrollo de los estudiantes. 
Así además los resultados del actual análisis, serán útiles para las jefaturas de dicho centro juvenil, debido a que les permitirán transformar un diagnóstico en origen a los datos logrados, para poder tomar medidas que favorezcan a la residentes, a través del plan y realización de programas de prevención e intervención psicopedagógica, correspondiente a las conductas antisocial - delictiva y las formas de crianza de las figuras parentales, de tal modo que faciliten desarrollar estrategias, destrezas y habilidades para fortalecer conductas adaptadas, para afrontar eficazmente situaciones relacionadas al medio social, escolar y familiar.

Además, la investigación a realizar es indispensable para la Universidad Señor de Sipán y la Escuela Profesional Académico de Psicología, porque le permite averiguar, explicar e interpretar las diferentes cuestiones psicosociales en la región Lambayeque, a través de la investigación, como también en la proyección social, la misma que facilitara, tener datos válidos, fácticos y confiables sobre la cuestión mencionada, extendiendo las acciones y estrategias preventivo promocionales. 
No obstante se justifica desde el punto de vista teórico, el estudio contribuirá a profundizar en la temática, y comprobar hipótesis, por consiguiente desde una perspectiva metodológica, se utilizará diversas técnicas entre ellas la observación directa y la psicométrica, mediante la utilización de instrumentos de recolección de datos. 
Finalmente, la investigación potenciara a los profesionales competentes de de la salud mental llenar un vacío en el conocimiento y enriquecer las precedentes investigaciones.  

1.5. Limitaciones del Problema En este punto, fueron escasos los antecedentes sobre muestras variables de estudio en relación a los estilos de crianza y conducta antisocial – delictiva, además de escasos recursos bibliográficos de fuentes primarias por lo que el marco teórico de la presente investigación ha sido extraída de fuentes secundarias. 
En la investigación, desde el proyecto, hubo circunstancias negativas desde la coordinación de nuestros horarios e incluso en la determinación de algunas decisiones para la realización del proyecto, así mismo, durante la aplicación de las pruebas psicológicas nos restringían el acceso al centro juvenil José Quiñones Gonzáles, ya que la encargada o jefa del área de psicología se encontraba en diligencias judiciales, en la cual tomo un periodo de un mes para dicho acceso y seguir en nuestras actividades. 

1.6. Objetivos 
1.6.1. Objetivo General Determinar la relación entre los estilos de crianza y conducta antisocialdelictiva en adolescentes del centro juvenil José Quiñones Gonzáles – Pimentel - 2016. 1.6.2. Objetivos Específicos Determinar la relación entre la conducta antisocial con los estilos de crianza en adolescentes del centro juvenil José Quiñones Gonzáles – Pimentel - 2016. 

CAPÍTULO II: 
MARCO TEÓRICO 
2.1. Antecedentes de la investigación: 
2.1.1. Internacional 
Navarrete (2011) en su tesis titulada: “Estilos de crianza y calidad de vida en padres de preadolescentes que presentan conductas disruptivas en el aula”. Mostrando una metodología de carácter cuantitativo, descriptivo, correlacional, teniendo en cuenta el Cuestionario de Calidad de Vida Familiar, Cuestionario de Estilos de Crianza y el Cuestionario de Comportamiento Parental para Niños CRPBI. Trabajaron con una población de 46 familias en las que se incluye tanto progenitores como hijos preadolescente de entre 11 y 13 años de edad que estudian sexto o séptimo año básico en un colegio particular; teniendo como resultados que se halla una correlación positiva y significativa entre la calidad de vida familiar tanto en su grado de consideración como en su nivel de satisfacción y el estilo de crianza con autoridad, esto se verifica frente a la percepción de los progenitores.

Raya (2008) en su tesis titulada: “Estudio sobre los estilos educativos parentales y su relación con los trastornos de conducta en la infancia”. Evidenciándose una metodología correlacional, para ello se utilizó el cuestionario para obtener los datos socio-demográficos generales de padres y madres y del entorno familiar, el Cuestionario de Crianza Parental (PCRI-M) de Roa y del Barrio (2001) y el Sistema de Evaluación de la Conducta de Niños y Adolescentes (BASC); en la cual presento una muestra constituida de 432 participantes, ante todo ello, se llegó a obtener como resultados que existe mucha relación entre los estilos educativos parentales y los trastornos de conducta.

Alarcón (2012) en su tesis titulada: “estilos parentales de socialización y ajuste psicosocial de los adolescentes: un análisis de las influencias contextuales en el proceso de socialización”, para ello se utilizó los siguientes instrumentos: Variables Demográficas, Parenting Scales, Escala de Control Psicológico, S-Embu, Escala de Socialización Parental en la Adolescencia, Escala Multidimensional de Autoconcepto AF5, Personality Assessment Questionnaire, Escala de Competencia Social Logro Académico, Consumo de Sustancias (Drogas y Alcohol), Conducta Antisocial, Cuestionario de Apoyo Comunitario Percibido, Cohesión y Desorden Social en el Barrio. Trabajaron con una muestra constituida de 1115 participantes, formado por 487 varones (12 – 15 años) y 628 mujeres (15 – 17 años), en la cual se obtuvo como resultado que existe diferencia significativa en relación a la socialización y los ajustes psicosociales.

Ovalle (2015) en su tesis titulada: “rasgos de personalidad y conducta antisocial en hijos adolescentes de madres solteras”, en la cual se utilizó como instrumentos como el test psicométrico k-72 y el cuestionario A-D, trabajando con una muestra jóvenes adolescentes de ambos sexos, comprendidos entre las edades de 13-16 años de edad, obteniendo como resultados que los peculiaridades de personalidad en adolescentes hijos de madres solteras son sociabilidad, emotividad, actividad, resonancia, dominio, reflexión y control voluntario un dato interesante es que los adolescentes en mención no presentan conducta antisocial.

Sanabria y Uribe (2010) en su tesis titulada: “Factores psicosociales de riesgo asociados a conductas problemáticas en jóvenes infractores y no infractores*”, se evidencia en una investigación es de tipo ex post facto y para ello se utilizó el Cuestionario de Conducta Antisocial - Delictivas [A-D] de Seisdedos, y se aplicó en una muestra estuvo conformada por 179adolescentes, 72 infractores de ley y 107 no infractores, que oscilan entre las edades de 12 – 18 años, obteniendo como resultados manifiestan que los adolescentes que se localizan recluidos en dos instituciones para menores infractores muestran una mayor frecuencia de exposición a los factores de riesgo, asociados con la conducta antisocial y delictiva, en semejanza con los adolescentes no infractores que asisten a una institución pública, en los niveles exosistema, microsistema y macrosistema.

Leticia (2011) en su tesis titulada: “Propensión a Conductas Antisociales y Delictivas en Adolescentes Mexicanos”, por lo cual se empleo el cuestionario A-D, conductas antisociales- delictivas (Seisdedos, 1995), y se aplicó a una muestra que Participaron 150 estudiantes de secundaria y preparatoria, de entre 12 y 20 años de edad. Dicha investigación se obtuvo como resultado muestran que los varones son más predispuestos que las mujeres a desarrollar conductas antisociales y delictivas, así como un comportamiento antisocial más agresivo.

viernes, 20 de julio de 2018

“FACTORES SOCIOFAMILIARES INFLUYENTES EN EL DESARROLLO PERSONAL Y SOCIAL DE LOS ADOLESCENTES INFRACTORES DEL CENTRO JUVENIL ALFONSO UGARTE” Extracto de Tesis presentada por el Bachiller: Erick Amadeu Sanchez Vilca. PERÚ 2018

Capítulo II 
2. La adolescencia, la Familia y la Delincuencia Juvenil

2.1. Adolescencia. 
Etimológicamente, adolescencia deriva del termino latino “adolescere”, que significa “crecer” y es definido como la etapa de desarrollo entre la niñez y la edad adulta. En el proceso de crecimiento y desarrollo del ser humano permite evidenciar periodos con características más o menos definidas no solamente desde el punto de vista físico sino también emocional y social. Cada uno de estos periodos y más aún la adolescencia, es influenciados por factores genéticos, el estado previo de la salud o enfermedad, las experiencias de etapas anteriores, las condiciones propias e inherentes del medo físico, cultural y social en que se desenvuelve el individuo, sus aspiraciones, sus deseos y la necesidad en el futuro de desempeñarse como persona adulta (Cruz P., 2004). 

Cabe recalar que según la estrategia de IMAN (Integración del Manejo de Adolescentes y sus Necesidades), perteneciente a la OPS, no existe un concepto universal de adolescentes, sino muchas definiciones, que catalogan a las y los adolescentes por la edad, o por sus características biológicas o psicológicas (Iman/Ops, 2005). Por ello se considera las siguientes definiciones. Según la OMS, citado por Fitzgerald H, Strommen E. y Mckinney J. La define como “Aquella etapa de cambios de la vida en la que se transita de patrones infantiles a adultos, produciéndose profundas modificaciones sociales y psicológicas, llegando a la independencia económico”. Considera la adolescencia desde los 10 a 19 años de edad. 

Según el MINSA (Ministerio de Salud, 2009) define la adolescencia como la etapa que presenta ciertos cambios, tanto en el aspecto fisiológico (estimulación y funcionamiento de los órganos por hormonas, femeninas y masculinas). Cambios estructurales anatómico y modificaciones el perfil psicológico y de la personalidad; Sin embargo, la condición de la adolescencia no es uniforme y varia de acuerdos a las características individuales y de grupo. Actualmente, acorde con la normativa nacional, establece a la adolescencia como la población comprendida desde los 12 años de edad hasta los 17 años 11 meses y 29 días. Es en la adolescencia donde se fijan prácticas y valores que determinan en el futuro la forma de vivir sea o no saludable en el presente y el futuro. Es importante que la familia ofrezca el soporte, orientación y modelos positivos necesarios que permitan el desarrollo y crecimiento de sus miembros (MINSA, 2005). 

Según Barbaran (2009), la adolescencia comprende cambios físicos, psicológicos y sociales es el periodo en que una persona se prepara para ser un adulto productivo, con familia y con deberes ciudadanos. Erikson (1968), que consideraba a la adolescencia como un periodo de moratoria o aplazamiento en el que se han alcanzado capacidades tanto físicas como cognitivas muy similares a las de los adultos, pero en el que todavía no se asumen las responsabilidades familiares y laborales típicas de la adultez. Según Piaget, caracterizaba a la adolescencia como un periodo de desequilibrio psíquico, conflicto emocional y conducta errática, afirmando que los adolescentes oscilan entre la rebelión y la conformidad, no sólo son egoístas y materialistas, sino también moralmente idealistas; su conducta fluctúa entre ser desconsiderados y rudos pero también cariñosos y tiernos; entre el ascetismo y el hedonismo, el entusiasmo infatigable y el hastió indiferente; entre la confianza más absoluta y la duda medrosa. 

La tarea fundamental de la adolescencia es lograr la inserción en el mundo de los adultos. Para lograr este objetivo las estructuras mentales se transforman y el pensamiento adquiere nuevas características en relación al del niño: 
 Comienza a sentirse igual ante los adultos y los juzga en este plano de igualdad y entera reciprocidad. 
 Piensa en el futuro, muchas de sus actividades actuales apuntan a un proyecto ulterior. Quiere cambiar el mundo en el comienzo a insertarse. 
 Tiende a comprender sus teorías (filosóficas, políticas, sociales, estéticas, musicales, religiosas) con sus pares, al principio solo con los que piensan como él. 
 La discusión con otros le permite, poco a poco, el desarrollo (aceptar que su verdad es un punto de vista, que puede haber otro igualmente valida y que puede estar equivocado).  La inserción en el mundo laboral promueve más aún que la discusión con los pares, la descentración y el abandono de dogmatismo mesiánico, (mi verdad es la única verdad). 
 Los proyectos y sueños cumplen en esta etapa la misma función que la fantasía y el juego en los niños: permiten elaborar conflictos, compensar las frustraciones, afirmas el yo. imitar los modelos de los adultos, participar en medios y situaciones de hecho inaccesibles.
 La capacidad de interesarse por ideas abstractas le permite separa progresivamente los sentimientos referidos a ideas de los sentimientos referidos a las personas que sustentan esos ideales.

2.1.1.Desarrollo de la Adolescencia 

2.1.1.1. Desarrollo Biológico 
Una de las características fundamentales de la adolescencia es la serie de cambios biológicos conocidos como pubertad. Estos cambios transforman físicamente al joven desde un niño a un adulto maduro desde el punto de vista reproductor. Este proceso es tan elemental en el desarrollo de la adolescencia que muchas personas identifican la pubertad como el comienzo de la adolescencia. La pubertad implica un conjunto de acontecimientos biológicos que producen cambios en todo el cuerpo (Coleman y Hendry, 1999). 

2.1.1.2. Desarrollo Psicosocial Esta visión subraya la influencia de los factores externos. La adolescencia es la experiencia de pasar a una fase que enlaza la niñez con la vida adulta, y que se caracteriza por el aprendizaje de nuevos papeles sociales: no es un niño, pero tampoco es un adulto, es decir, su estatus social es difuso. En este desarrollo del nuevo papel social, el adolescente debe buscar la independencia frente a sus padres. Surgen ciertas contradicciones entre deseos de independencia y la dependencia de los demás, puestos que se ve muy afectadas por las expectativas de los otros. Los adolescentes buscan establecerse e identificarse dentro del ambiente social, buscan coordinar la auto seguridad, la intimidad y la satisfacción sexual en sus relaciones.

 2.1.1.3. Desarrollo Cognitivo La adolescencia es una etapa avanzada de cognición en la que la capacidad de razonar va más allá, del pensamiento concreto a uno abstracto, descrito como un pensamiento formal. Piaget señala la importancia del cambio cognitivo y su relación con la afectividad. El importante cambio cognitivo que se produce en estas edades genera un nuevo egocentrismo intelectual, confiando excesivamente en el poder de las ideas.

2.1.1.4. Desarrollo Psicológico La tarea evolutiva centra de la adolescencia, según Erick Erickson, es la formación de una identidad individual coherente. La identidad es la autodefinición de una persona con respecto a otras personas, a la realidad y a otros valores. En la identidad hay un componente psicológico, referido a la imagen psicológica que cada persona tiene de sí mismo y otros componentes sociales, referido a la imagen que el grupo tiene de sí mismo. Esta autodefinición se forma a medida que el adolescente elige valores, creencias y metas en la vida tras explorar las alternativas y desempeñar distintos roles. 

2.1.1.5. Desarrollo Social La socialización de los adolescentes se realiza a través de la familia, el instituto, el grupo, los medios de comunicación y las normas culturales la familia es el primer agente de socialización durante la niñez y es muchas veces quien selecciona de manera directa o indirecta a otros agentes, pudiéndolos limitar o controlar el impacto de los demás agentes de socialización como por ejemplo; elegir el instituto y controlar la relación del adolescente con los medios de comunicación y sus grupo de amigos (Coleman y Hendry, 1999). Es el seno de la familia donde la persona se socializa, aprende y adquiere tanto creencias como actitudes, normas sociales interiorizadas, valores, intenciones y hace a partir de ellas unas u otras conductas. El aprendizaje, la observación y las consecuencias de las acciones van poco a poco moldeando el modo de ser del niño y posteriormente del adolescente. 

La idealización de los padres otras figuras con profesores que se mantiene hasta la entrada en la adolescencia, deja paso a una visión más realista de los mismos. Se produce unos alejamientos de la familia y una identificación con grupo de amigos que pasan a ocupar un papel de mayor peso, convirtiéndose en el refugio y sustitución de la relación perdida. Los amigos ayudan a suavizar estos sentimientos de debilidad y las interacciones con ellos, son importantes campos de prueba de las cualidades interpersonales del adolescente y no deben ser interferidos. Le permite al adolescente poner en práctica lo aprendido con otros agentes socializadores y a la vez, le comunica normas, valores y formas de actuar en el mundo (Dulanto, 2000). En cuanto a los medios de comunicación, se considera que influyen en la socialización ya que transmiten conocimientos a la vez que son muy potentes en reforzar los valores y normas de acción social aprendido con los otros agentes socializadores (Perales y Chica, 2003). 

2.1.1.6. Desarrollo Moral Es necesario, tener en cuenta que el tema del pensamiento formal, propio del periodo adolescente, es uno de los que más tiempo ha tardado en ser estudiado de forma experimental y con cierta continuidad por investigadores que no se integraban dentro de la Escuela de Ginebra. Carretero (1998b) detalla este aspecto indicando que las primeras obras fundamentales sobre el pensamiento formal datan de la primera mitad de la década de los cincuenta (Inhelder y Piaget, 1955). No se vuelve a retomar el tema hasta finales de los años setenta, fecha en la que ya se va investigando más y de forma más detallada por un buen número de investigadores. La adolescencia es la etapa en la que los individuos se suelen adherir a valores y además, este sistema de valores permanece estable en la adultez en la mayoría de los casos. En este período se define la orientación que por lo general la persona mantendrá durante el resto de su vida en relación a metas, fines y proyectos. 

El desarrollo moral se corresponde con un dominio donde las transformaciones son profundas en la etapa adolescente. Implica la evolución progresiva de la apreciación individual de normas y valores sociales, y comprende tres aspectos fundamentales: 
 Un nivel conceptual o cognitivo, que incluye los juicios morales, la representación de las normas, el razonamiento y la conciencia moral. 
 Un nivel actitudinal, referido a elementos emotivos y de orientación evaluativa. 
 Un nivel pragmático, que considera las acciones y comportamientos morales, como la conducta cooperativa, prosocial o de solidaridad. En el estudio del desarrollo del juicio y razonamiento moral, destacan los análisis y modelos de dos influyentes autores. Piaget, interesado principalmente en el desarrollo del juicio moral en la infancia y Kohlberg, centrado en este desarrollo a lo largo de la adolescencia y la edad adulta (Molpeceres, 1991).

2.1.1.7. Desarrollo Cultural 
Considera la adolescencia un tiempo en que una persona cree que merece los privilegios de los adultos, pero le son negados. Esta etapa termina cuando la sociedad le da poder completo y estado de adulto. 

2.1.1.8. Desarrollo Físico 
La adolescencia se caracteriza por grandes cambios físicos que trasladan a la persona desde la niñez hasta la madurez física. Estos cambios son importantes desde dos perspectivas, por un lado, con ellos se consiguen la madurez orgánica del cuerpo humano y por otro, por las necesidades de estilos de salud adecuados para que estos cambios acaben con éxitos y se logre la adecuada madurez funcional (Behrman, Kliegman, y Arvin, 2001). 

2.1.1.9. Desarrollo Espiritual 
Las creencias espirituales se relacionan de forma íntima con los aspectos éticos y morales del auto concepto por lo que se deben considerar como parte de sus necesidades básicas. Según Fowler indica que siete etapas en el desarrollo de la fe, los cuatros primeros en intima asociación con el desarrollo cognitivo y psicosocial del niño y paralelas a él. La adolescencia se sitúa en la cuarta etapa, individualizadoras reflexivas. Los adolescentes se vuelven más escépticos y empiezan a comparar las normas religiosas de sus padres con las de los demás, también empiezan a comparar con el punto de vista científico. Es un tiempo de búsqueda y no de logros. Intentan determinar que conductas religiosas adoptaran e incorporaran a su propio conjunto de valores, dudan de muchas ideas religiosas y no elaboran conceptos profundos hasta el final de la adolescencia o comienzo de la edad adulta (Behrman, Kliegman, y Arvin, 2001). 

2.1.1.10.Desarrollo Afectivo 
Tras el período turbulento de la pre adolescencia, la conducta de los jóvenes suele sosegarse. Las relaciones familiares dejan de ser un permanente nido de conflictos violentos y la irritación y los gritos dejan paso a la discusión racional, al análisis de las discrepancias y hasta a los pactos y los compromisos

Esto significa que el adolescente ha conseguido librar con éxito el combate contra las exigencias libidinales infantiles, de las que no obtiene ya satisfacción, y está dispuesto a afrontar las dificultades que conlleva su nueva condición, por fin plenamente asumida, de joven adulto. 

A partir de este momento, el conflicto se desplaza desde la ambivalencia afectiva a la reivindicación de ciertos derechos personales, entre los que destacan las exigencias de libertad e independencia, la libre elección de amistades, aficiones, etc. El adolescente intenta experimentar sus propios deseos más allá del estrecho círculo de las relaciones familiares y para ello necesita imaginarse reprimido por los padres, lo esté o no. 

La fantasía de represión de sus iniciativas es estructurarte para su afectividad, que obtiene una base firme para iniciar experiencias adultas. La represión real, por el contrario, coloca al adolescente en una situación de desequilibrio, que puede precipitar prematuramente los tanteos del joven en el mundo de los adultos, o bien –operando en sentido contrario desacreditarlos por completo. 

En resumidas cuentas: en este segundo momento de la adolescencia, los intereses afectivos de los jóvenes abandonan masivamente el ámbito familiar, estableciendo nuevas elecciones de objetos afectivos extra familiares, como es propio de todo adulto. El problema reside en que la afectividad va más allá de la familia, pero el adolescente sigue viviendo y tal vez por mucho tiempo- en el domicilio paterno.

 2.1.2.Etapas de la Adolescencia