miércoles, 15 de agosto de 2018

Patología psiquiátrica prevalente en la adolescencia P.J. Rodríguez Hernández*, E.R. Hernández González**

Patología psiquiátrica prevalente en la adolescencia P.J. Rodríguez Hernández*, E.R. Hernández González** *Pediatra acreditado en Psiquiatría Infantil (A.E.P.) y Psicólogo. Hospital de Día Infantil y Juvenil “Diego Matías Guigou y Costa”. Servicio de Psiquiatría. Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria. Tenerife. **Pediatra y Terapeuta de la Conducta Infantil. Clínica Bello Campo, Caracas, Venezuela. Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas de Venezuela (CIPPSV). Caracas. Venezuela


Resumen
Los trastornos mentales en la adolescencia son una causa frecuente de consulta en Pediatría. Aproximadamente, uno de cada cinco jóvenes cumplen criterios para padecer un trastorno psiquiátrico y muchas de las enfermedades psiquiátricas debutan en la adolescencia. Los resultados de las investigaciones en este campo indican la importancia de identificar los problemas mentales en la adolescencia e instaurar el tratamiento de manera precoz. La patología psiquiátrica en jóvenes produce un empeoramiento significativo en los problemas de comportamiento, problemas de relación interpersonal, autoestima y rendimiento académico. La detección precoz mejora el pronóstico y reduce la comorbilidad. En el presente artículo se desarrollan los aspectos más importantes sobre la etiología, diagnóstico y tratamiento de los trastornos mentales en la adolescencia.

Abstract Mental illness in adolescence is one of the main reasons for consultation in paediatrics. Approximately one in every five youth meets criteria for a mental disorder and many psychiatric disorders will first appear in adolescence. The results of investigations suggest the importance of identifying psychiatric disorders in adolescence, and the need for prompt treatment. Mental disorders in young adults have significantly poorer functioning on measures of behavioural problems, interpersonal problems, self-esteem, and school performance. The early detection improves the prognosis and reduces morbidity. This current article develops the main basis about aetiology, diagnosis and treatment of the mental illness in adolescence

Palabras clave: Salud mental; Adolescentes; Prevalencia; Psiquiatría. Key words: Mental health; Adolescents; Prevalence; Psychiatry

Introducción
Los trastornos mentales constituyen la causa más frecuente de consulta por patología no orgánica en Pediatría de Atención Primaria. 
Es necesario tener en cuenta las particularidades de la atención a la salud mental de los adolescentes, ya que existen características diferenciadoras con la salud mental infantil y de adultos. Las más importantes tienen que ver con las manifestaciones clínicas y la entrevista clínica; ya que, además de la sintomatología nuclear, es importante evaluar el grado de disfunción asociada en todas las áreas de desarrollo: académica, familiar, social o personal. También se deben conocer los indicadores de riesgo que permiten una detección precoz del problema, ya que un diagnóstico precoz e intervención adecuada disminuye el riesgo de comorbilidad y cronificación del cuadro clínico. Cuando no se detectan a tiempo, los trastornos mentales en la adolescencia producen un incremento en el consumo de recursos sanitarios y de servicios sociales, jurídicos o educativos. Hay que establecer un adecuado enfoque terapéutico, adaptado a la adolescencia, en el que ocupa un lugar importante la estrategia utilizada para  evitar la discontinuidad terapéutica. Por último, es necesario contemplar la estabilidad o temporalidad de los síntomas para establecer un supuesto diagnóstico, ya que en la adolescencia, no son infrecuentes las situaciones de expresión de conductas que pueden ser consideradas como patológicas en momentos puntuales, generalmente como reacción a un proceso de adaptación. 

El pediatra juega un papel esencial en la detección precoz de los trastornos mentales que se desarrollan en la adolescencia. Para ello necesita conocer los signos de alerta psicopatológicos que indican la existencia de un problema. Tanto los que comienzan de forma habitual en ella, como los que se desarrollan en la infancia y sufren cambios en la sintomatología al sobrepasar la pubertad.

En cuanto a la importancia de los distintos trastornos mentales en estas edades, los datos que presenta la Organización Mundial de la Salud indican que entre los 12 y los 18 años comienzan los trastornos de conducta (aunque pueden desarrollarse desde los 3 años), problemas del estado de ánimo y ansiedad, consumo de drogas y un poco más tarde, entre los 15 y los 18 años, las psicosis y otros trastornos relacionados con la esfera psicótica(1). 
En el presente artículo se realiza una revisión de los datos epidemioló- gicos para tener una idea aproximada de la importancia de las distintas enfermedades mentales en la adolescencia. También se abordan algunas herramientas adecuadas para la detección precoz, como son el conocimiento de los factores de riesgo, las preguntas que debe incluir la entrevista clínica y los instrumentos de evaluación más apropiados.

Epidemiología de los trastornos mentales en la adolescencia
La prevalencia de los trastornos mentales en la adolescencia es muy elevada. 
Los datos existentes en la literatura biomédica indican que 1 de cada 5 adolescentes ha padecido o padece algún tipo de problema relacionado con la salud mental. Dicha estimación se ha realizado en distintas culturas y países(2). Existe un número creciente de publicaciones que alertan sobre la elevada prevalencia de trastornos emocionales y del comportamiento en adolescentes, y enfatizan en la importancia de la identificación en estas edades como estrategia preventiva fundamental(3). 
Los resultados obtenidos en los estudios epidemiológicos realizados señalan que las cifras de prevalencia de los trastornos psiquiátricos en adolescentes oscilan entre el 15 y el 25%(4). La disparidad de las cifras se debe a las diferencias metodológicas entre las distintas investigaciones. 

Es habitual que las muestras que se analizan para la obtención de la frecuencia de trastornos mentales se consideren desde una perspectiva global, es decir, sin separar niños y adolescentes. Cuando lo hacen, existe disparidad en la consideración de cuál es la edad infantil y cuál la juvenil. Por ese motivo, existen pocos estudios que permitan una adecuada y clara sistematización del problema. Cuando se considera la adolescencia como grupo independiente, los porcentajes se mantienen similares a los aportados para edades inferiores, aunque la caracterización y tipo de trastorno varía. En la adolescencia, la mayoría de los trastornos son internalizantes (fundamentalmente ansiedad y depresión), aunque es más fácil la detección de trastornos externalizantes (hiperactividad, problemas de conducta) (5).

Los problemas más importantes de salud mental en adolescentes, de mayor a menor frecuencia, son:
• Trastornos de ansiedad.
• Depresión.
• Problemas de comportamiento.
• Trastorno por déficit de atención e hiperactividad. 
• Otros menos frecuentes: psicosis, el abuso de sustancias y los trastornos del comportamiento alimentario.

Clínica
Además de las características clínicas de cada trastorno, es importante conocer los signos de alerta y los factores de riesgo y vulnerabilidad.

Signos de alerta
No existe ninguna señal que pueda ser, por sí misma, predictiva del desarrollo presente o futuro de un trastorno mental. Esto es debido a que existen factores personales y sociales que pueden hacer que la evolución del adolescente sea favorable. Un signo de alerta indica solamente que se debe hacer un seguimiento del adolescente, con especial atención a la evolución psicopatológica o una derivación a un servicio competente. 

Los signos de alerta más útiles en Pediatría son los siguientes: 
• Rendimiento académico: un mal rendimiento desde el inicio de la edad escolar puede indicar problemas de atención. Una inflexión en el rendimiento académico, cuando anteriormente estaba bien, puede ser el primer indicador de una depresión. 
• Amenaza o intento de suicidio. Nunca se deben ignorar, ya que es posible que sea la primera señal de la existencia de un trastorno del estado de ánimo. 
• El consumo de cannabis. Aunque los efectos del consumo son perjudiciales en aspectos esenciales para el adolescente, como la motivación o la atención, también puede ser el desencadenante de un episodio psicótico de mayor o menor gravedad. 
• La disforia (entendida como un estado de ánimo con tendencia a la tristeza): es un indicador de la sintomatología depresiva no clínica. Su adecuado control y seguimiento puede ser fundamental, especialmente debido a que el suicidio es la principal causa de muerte en los adolescentes después de los accidentes y a que una de las principales causas de suicidio es la depresión. 
• Las quejas somáticas también pueden ser indicativas de la existencia de sintomatología subclínica, especialmente de la esfera ansiosa. Las más frecuentes son los síntomas vasculares (las taquicardias) y los respiratorios (sensación de ahogo o de necesitar más aire). Además, pueden referir cefaleas, abdominalgias, sintomatología vegetativa, como: sudoración, temblor, náuseas y problemas en el sueño, entre los que destacan las pesadillas, y los diferentes tipos de insomnio (sobre todo de conciliación).