martes, 26 de junio de 2012

TEORÍA DEL APEGO Y TRASTORNOS DE CONDUCTA. Joaquín Díaz Atienza


 INTRODUCCIÓN 
La primera parte de este tema habla de las distintas teorías del apego, de su evaluación y otros trastornos paidopsiquiátricos relacionados con el mismo. Aquí desarrollaremos los resultados de algunas investigaciones que han profundizado de forma específica en la posible relación entre las anomalías de apego y los trastornos de conducta. Existen  bastantes trabajos que relacionan el apego y sus anomalías en la génesis de los trastornos de conducta,  aunque la mayoría de ellos adolecen de una metodología razonablemente científica. Sin embargo, se podría afirmar que el apego es fundamental en el desarrollo afectivo de niño y que, por tanto, la calidad de éste determinará algunos de los patrones de conducta propios del trastorno disocial.
La teoría del apego trata de explicar a través del “Modelo Interno Operante (MIO)” como las interacciones precoces padre/hijo, así como su desarrollo influirían en las expectativas que el adolescente puede tener del otro como sus estrategias adaptativas en función de las relaciones precoces  a las figuras de apego. Igualmente, nos ampliaría la comprensión de la génesis del comportamiento social y antisocial.

APEGO Y CONDUCTA ANTISOCIAL.

Existen una serie  de dimensiones  positivas de la conducta parental que están íntimamente relacionadas con el apego padres/hijos: la sensibilidad, la dulzura, la capacidad de respuesta y la capacidad de aceptación. De hecho, la calidad del apego nos dice, de alguna manera, de cómo un niño  ha sido tratado.  Así Reiss y col (1995) utilizando un protocolo controlando las variables genéticas de la conducta han demostrado que el nivel de actitud negativa de los padres frente al hijo predice los comportamientos antisociales, al margen de la predisposición genética., siendo otro aspecto muy importante la confusión de límites con inversión de los roles.
Han sido estas investigaciones las que han puesto de manifiesto que distintas anomalías en el
apego pueden estar asociadas con la etiología, con su desarrollo o con el mantenimiento de los problemas de conducta. De hecho un gran número de conductas consideradas como precursoras de los trastornos de conducta (las rabietas, las agresiones, las conductas de oposición, el desafío) podrían ser estrategias de apego que intentarían llamar la atención  o el acercamiento a la figura de apego cunado éstas se encuentran insensibles a las señales del niño.
Otro mecanismo que podría explicar los problemas de conducta estaría relacionado con la forma en cómo se han desarrollado a lo largo del tiempo la percepción, la cognición y la motivación. De esta forma el apego inseguro puede conducir a sesgos hostiles en la percepción del otro, dando lugar a reacciones de agresividad de tipo reactivo. En tanto que el apego seguro daría lugar a relaciones interpersonales basadas en la confianza.
El apego juega un rol muy importante en lo que se refiere a la regulación emocional. Esta regulación, dependiendo del apego, puede se flexible o rígida. Fonagy y cols (1997) propone que la seguridad en el apego permite y facilita la capacidad auto-reflexiva y la mentalización que asegura la comprensión intuitiva de las motivaciones del otro y su predicción. Esto protegería contra los trastornos de conducta en la medida que el adolescente es capaz de intuir los sentimientos del otro, generando relaciones empáticas.
Estas teorías bastantes sugestivas no se han correspondido con los resultados de las distintas investigaciones de la forma en que se esperaba, aunque si revelan resultados significativos, aunque modestos.

lunes, 25 de junio de 2012

ADOLESCENCIA Y AGRESIVIDAD.Fabiola Muñoz Vivas. Fragmento de TESIS DOCTORAL. FACULTAD DE PSICOLOGÍA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE, MADRID, 2000

CONDUCTAS ANTISOCIALES EN LA ADOLESCENCIA.
DEFINICIONES CONCEPTUALES
Es muy importante establecer una diferenciación conceptual previa para delimitar la expresión “conductas antisociales”. Se puede hablar de conducta adaptada cuando la persona acepta las pautas o normas sociales y los valores culturales de la sociedad o grupo concreto de pertenencia y las interacciones con los otros miembros son positivas y no conflictivas. Por su parte la conducta desadaptada o inadaptada interfiere en el proceso de socialización, alterando la convivencia en los espacios vitales de relación (hogar, escuela, entorno próximo, grupo de amigos, etc.) y produciendo efectos negativos o dañinos para las otras personas y/o para sí mismo. Dentro de estas conductas inadaptadas se incluye la conducta disruptiva que se refiere a los patrones de conducta emocional, negativa y persistente de los niños, tales como temperamento difícil en los bebés, conducta de oposición crónica y rabietas. También se incluye el término problemas de conducta para indicar una tendencia a la violación de los derechos de los otros y de las principales reglas o normas sociales (Asociación Americana de Psiquiatría, 1987), reservando la expresión conducta antisocial para actos más serios como robo deliberado, vandalismo y agresión física.

Esta conducta antisocial se puede conceptualizar como una dimensión con dos polos: un poío consiste en actos antisociales de confrontación o abiertos tales como discutir, hacer rabietas, peleas, insultos, etc. mientras que el otro poío consiste en conductas antisociales ocultas o encubiertas como hacer novillos, robo, abuso de sustancias, etc. Las conductas anteriores pueden manifestarse de varias formas a diferentes edades. Ejemplo, un niño en particular puede presentar un patrón de distintas conductas antisociales que incluyen robo, agresión física, piromanía o conducta disruptiva en la escuela, acompañada de “hacer novillos”,extorsión a los compañeros, ataques fisicos a profesores, intimidación, etc, que se convierten en manifestaciones diferentes de una tendencia antisocial básica.

En este sentido los estudios están de acuerdo en que hay una considerable continuidad en el tiempo de la conducta antisocial, no sólo entre la agresión temprana y posteriormente, sino también entre diferentes manifestaciones de conducta antisocial, tales como agresión temprana y robo posterior; sin embargo, reconocen que la continuidad no es la misma para todos los individuos, siendo más alta para los que, comparados con sus iguales, han iniciado conductas antisociales a edades más tempranas. Además de los inicios tempranos, se han identificado otros patrones específicos como la frecuencia, variedad y escenarios múltiples sobre los que existe un gran consenso entre los investigadores al plantear que estos patrones son altamente relevantes para la conducta antisocial posterior.

Por ejemplo han encontrado que cuanto mayor es la frecuencia de los problemas de conducta presentados por el niño a edades tempranas, más alto es el riesgo de una conducta desadaptada posterior. De igual forma, tal riesgo se incrementa con la variedad de conductas problemáticas que presente en los primeros años y cuando dichas conductas se presentan en diferentes ambientes o escenarios. Siguiendo esta línea de análisis, Loeber(1988 a) concluyó que hay al menos tres vías distintas que pueden conducir a diferentes conductas antisociales. Estas son:

domingo, 24 de junio de 2012

HIPERACTIVIDAD Y TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD II: SOBRE LA PERSONALIDAD LÍMITE* Alberto Lasa Zulueta**

INTRODUCCIÓN.
La primera parte de este trabajo(1) insistía en que la hiperactividad, desde una perspectiva clínica, se inserta sobre diversos tipos de funcionamiento mental que incluyen otros trastornos o dificultades psico(pato)lógicas, que indispensablemente debemos tener en cuenta a la hora del diagnóstico y de las opciones terapéuticas. En nuestra experiencia, una de las situaciones clínicas que frecuentemente se acompaña de hiperactividad y déficit de atención, entre otros síntomas, es el denominado trastorno límite de la personalidad.
Este concepto, tras un largo período de desarrollo teóricoclínico que trataré de recorrer, se ha ido abriendo camino en la práctica psiquiátrica, aunque todavía está lejos de ser reconocido y aplicado de forma homogénea y generalizada, y de ahí el interés de delimitarlo y definirlo. Trataré también de analizar las razones por las que los trastornos de la personalidad del niño están teniendo dificultades para consolidarse en tanto que diagnóstico “sólido”.
Convencido de que la práctica clínica confirma la consistencia y la persistencia de este tipo de funcionamiento mental y de sus características psicopatológicas estructurales, trataré de abordar además su articulación con la hiperactividad y las implicaciones terapéuticas que esta forma de comprensión conlleva.

EL CONCEPTO DE PERSONALIDAD LÍMITE  EN LA PSIQUIATRÍA DEL ADULTO.

Ante todo conviene aclarar la existencia de múltiples términos equivalentes, desde la utilización directa del término inglés, “personalidad border-line”, hasta otras traducciones diversas tales como personalidad “limítrofe” o “fronteriza”. Otra variante es la expresión “trastorno límite de la personalidad” o similares, que ya explicitan con la mención “trastorno” que se está aludiendo a una personalidad que implica una psicopatología o al menos una “desviación” respecto a personalidades “normales” o “mejor adaptadas”. Probablemente ya en la denominación aparece la dificultad de delimitar si se trata de un problema “categorial”, un tipo de personalidad específico y distinto de los demás, o “dimensional”, mayor intensidad o prevalencia de ciertos mecanismos psíquicos o rasgos de carácter presentes también en otros tipos de personalidad normal o patológica.
De todos modos los términos “límite” o “frontera” señalan varias diferenciaciones, o superposiciones, posibles: entre normal y patológico, entre neurosis y psicosis, o entre pasajero (evolutivo) y persistente (incluso irreversible). Cuestiones cuyo interés es además de teórico también de orden clínico, pues recaerá sobre todo en la elección de las opciones terapéuticas y en el pronóstico emitido.
En cualquier caso, conviene precisar que el término que se ha consolidado no se refiere a formas intermedias, “más o menos indefinidas”, sino a una verdadera entidad psicopatológica, aunque también es cierto que su descripción suele ser heterogéna por mezclar la semiología médica propia de la nosografía psiquiátrica (síntomas integrados en un síndrome) con criterios psicoanalíticos (funcionamiento mental y mecanismos psíquicos subyacentes). Como es sabido, los sistemas actuales de clasificación diagnóstica (DSM-IV, CIE 10) están tratando en sus sucesivas versiones de delimitar un lenguaje común, aunque por ahora los resultados son insatisfactorios en lo referente a los trastornos de la personalidad del adulto y casi inexistentes en lo que respecta a niños que, por el contrario, sí han merecido más atención en la denominada Clasificación Francesa (de los trastornos mentales de niños y adolescentes).

Desde una perspectiva histórica, en la literatura psiquiátrica referida al adulto, y a partir de la primera aparición del término “borderline” en la literatura médica, (Hughes, en 1884 y en Estados Unidos, para designar los casos de síntomas somáticos asociados a afecciones psiquiátricas), luego olvidado hasta la segunda guerra mundial, una larga lista de términos ha sido utilizada para describir, con unas similitudes clínicas constantes, una realidad clínica que parecía escapar a su inclusión en las categorías diagnósticas clásicas. (CHAINE y GUELFI, 1999).

Para BERGERET es Eisenstein, en 1949, quien utiliza por primera vez el término “border-lines” en su sentido actual, para designar la evidencia clínica de cuadros que no encajaban ni en el “linaje psicótico” ni en el “linaje neurótico”. (BERGERET, 2000). Contabiliza también hasta cuarenta términos diagnósticos utilizados por la psiquiatría (del adulto) para repertoriar estos cuadros, que tipifica según que aludan a las diferentes nociones de:
• “Personalidad” patológica o “caracterial” (evitando con ello la noción de “estructura” psicopatológica).
• Posición  “paraesquizofrénica” (cercana a la esquizofrenia).
• “Prepsicosis”  (tanto referida a estructuras psicóticas compensadas, como a organizaciones no psicóticas que pueden eventualmente evolucionar hacia una verdadera psicosis).

Como describí en la primera parte ya citada, haciendo una revisión histórica del concepto de hiperactividad, desde el siglo XIX y a lo largo del XX se observan dos líneas claramente diferenciadas. Una la constituida por la psiquiatría franco-alemana, que tiende a describir entidades nosográficas “estructurales” basadas en la comprensión de mecanismos psicopatológicos, y la otra, la de la psiquiatría anglosajona, que prefiere el pragmatismo de la observación directa de síntomas y su descripción semiológica. En ambas se desarrolla una preocupación “moderna” por conceptualizar un problema clínico de extensión progresiva, la existencia de trastornos de carácter y conducta y de “personalidades patológicas” que no pueden ser incluidas en las categorías bien conocidas de neurosis y psicosis.
En la psiquiatría francesa y alemana son numerosos los autores que necesitaron acuñar términos nuevos para designar cuadros clínicos atípicos que no encajaban en la categoría de demencia precoz/esquizofrenia, descritas por Kraepelin y Bleuler, que se mostraron reacios a la individualización de lo que para ellos eran formas clínicas “atenuadas” o intermitentes” de la entidad que habían descrito. Pero no pensaba así MAGNAN (1893), que describió los “delirios curables” cuya evolución denotaba para él que se trataba de una enfermedad diferente.

jueves, 21 de junio de 2012

Estudio confirmatorio del cuestionario de conducta antisocial (CCA) y su relación con variables de personalidad y conducta antisocial. Carmen Martorell(1), Remedios González(2), Ana Ordóñez(3) Y Olatz Gómez(4).


RESUMEN
La conducta antisocial comprende todo comportamiento que quebranta normas e intereses sociales, siendo una acción dañina para los demás. La adolescencia constituye una etapa en la que el individuo resulta más vulnerable a participar en este tipo de conductas desadaptativas. El objetivo planteado, es la confirmación factorial de la estructura del Cuestionario de Conducta Antisocial (CCA) y su relación con variables criteriales (IVE-J, Martorell y Silva, 1993; LCA, Martorell, González y Aloy, 1992). Los participantes (N=510) tenían entre 10 y 17 años. La estructura se confirmó con el Análisis Factorial Confirmatorio.  El Alfa de Cronbach permitió identificar la buena consistencia interna y el Coeficiente de Correlación de Pearson la estabilidad temporal. La convergencia con variables de personalidad y socialización fue buena. El CCA está compuesto por tres factores: Agresividad, Aislamiento, Ansiedad/Retraimiento.
Palabras Clave. Conducta antisocial, adolescencia, evaluación, personalidad, socialización.

ABSTRACT
Antisocial behavior includes any behavior that violates social norms and interests, being an action which is disruptive or harmful to others. Adolescence is a stage where the individual is more likely to participate in this kind of maladaptive behavior. The aim of this piece of work is to confirme the factorial structure of the Antisocial Behavior Questionnaire (CCA) and its relationships with criterial variables (IVE-J, Martorell y Silva, 1993; LCA, Martorell, González y Aloy, 1992). The participants (n=510) are between 10 and 17 years old. The structure was confirmed by the Confirmatory Factor Analysis. The Cronbach Alpha, permitted the identification of a good internal consistency and the Pearson Correlation Coefficient was used to identify temporal stability. The convergence with personality and socialization variables was good. The CCA is made up of three factors: Aggression, Isolation, Anxiety/Withdrawal.
Keywords. Antisocial behavior, adolescence, assessment, personality, socialization.

 INTRODUCCIÓN.
El denominador común de todas las definiciones del concepto “Conducta Antisocial” es la falta de respeto por las normas sociales básicas (Martínez y Gras, 2007). Entendiéndose por conducta antisocial aquel comportamiento que infringe las normas e intereses sociales, además de ser una acción perjudicial o dañina contra los demás, tanto personas como animales o propiedades, siendo su factor principal la agresión (Calvo, 1999; Garaigordobil, 2005; Bringas, Herrero, Cuesta y Rodríguez, 2006).
La conducta social es fruto de la interacción compleja tanto de factores biológicos, psicológicos y sociales (Sobral, Romero, Luengo y Marzoa, 2000; Boxer, Goldstein, Musher-Eizenman, Dubow, Heretick, 2005; Bringas et al., 2006), como de variables personales como edad, género, valores motivacionales o personalidad (Muñoz, 2004; Musitu, Moreno, y Murgui, 2007).
Las investigaciones que intentan relacionar la conducta antisocial con el género indican que es más elevada en varones: los chicos puntúan más alto en agresividad (Calvo, González y Martorell, 2001), se involucran en mayor medida en actividades delictivas (Rodríguez y Torrente, 2003). También en conceptos relacionados, como búsqueda de emociones, desinhibición y susceptibilidad al aburrimiento (Navas, Muñoz y Graña, 2005; Garaigordobil, 2005; y López y Lobo, 2008, Inglés et al., 2008).
Manifiesta su mayor intensidad en la adolescencia, cuando aparecen o se incrementan la mayoría de problemas (Inglés et al., 2009). Hacia el final de la adolescencia se desarrolla cierta madurez psicosocial que aumenta el control de impulsos, la supresión de la agresión, la responsabilidad personal, y la resistencia a la influencia del grupo de iguales (Monahan, Steinberg y Cauffman, 2009a). Así el individuo retorna a patrones de conducta más adaptativos, disminuyendo la conducta antisocial (Rodríguez y Torrente, 2003; Martínez y Gras, 2007; Monahan, Steinberg, Cauffman y Mulvey, 2009b).
Los valores y motivaciones de los adolescentes se guían en general por metas emancipativas y educativas. Sin embargo, los adolescentes antisociales lo hacen por metas antisociales, el reconocimiento social y el físico (LópezRomero y Romero, 2010).
En adolescentes antisociales se observa un patrón desinhibido e inestable emocionalmente (Sobral et al., 2000 y Luengo, Sobral, Romero y Gómez, 2002), caracterizado por impulsividad, búsqueda de sensaciones, baja autoestima, falta de empatía y locus de control externo. Así como por, inconsistencia ante las normas y bajo autocontrol, además de ansiedad, extraversión e independencia (López y López, 2003).


Las variables más predictivas son la agresividad, la impulsividad y falta de autocontrol en las emociones (Mestre, Samper y Frías, 2004); la búsqueda de sensaciones, la susceptibilidad al aburrimiento, el afán de aventura y la depresión (Muñoz, Navas y Graña, 2005); y también la baja competencia social al principio de la adolescencia (Sørlie, Amlund y Ogden, 2008) y el egoísmo (Velden, Brugman, Boom y Koops, 2010).
Muchas de estas variables se toman como indicadores de riesgo. Sin embargo, los factores de riesgo no son exclusivamente personales, sino que abarcan áreas diferentes, como la familia, la escuela, el grupo de iguales, las relaciones interpersonales o el ambiente en que se desenvuelven (Calvo, 1999; Mestre et al., 2004; Bringas et al., 2006; Trentacosta, Hyde y Shaw, 2009; Neumann, Barker, Koot y Maughan, 2010). Sobral et al. (2000) observaron que los factores psicosociales que actúan como prevención espontánea son la familia (aspectos estructurales de la unidad familiar, ambiente afectivo, pautas de crianza, estatus socioeconómico), el contexto escolar, y el grupo de iguales; y por otro lado factores individuales, como características de temperamento y variables sociocognitivas. En este sentido, Mestre et al. (2004) observaron como factores de protección la emocionalidad controlada y los sentimientos orientados al otro; y Muñoz et al. (2005) señalaron la empatía, la práctica religiosa y un autoconcepto positivo.

lunes, 18 de junio de 2012

Los adolescentes que sufren acoso escolar tienen más ideas suicidas. Dres. Velarde Mayol, González Rodríguez

Los resultados reflejan la magnitud del problema y confirman que el acoso en la escuela debe tomarse en serio, sugiriendo la posibilidad de que se aborde la prevención del suicidio en los jóvenes acosados.

Resumen Estructurado 
Objetivo: analizar la asociación entre acoso escolar e ideas suicidas (IS) y si influye la presencia de patología psiquiátrica.
Diseño: estudio analítico observacional de corte transversal.
Emplazamiento: alumnos de Enseñanza Secundaria en Grecia.
Población de estudio: se incluyeron 5614 estudiantes de 16 a 18 años procedentes del estudio Epirus School Project, diseñado para conocer la prevalencia de enfermedades mentales en la adolescencia, realizado entre 2007 y 2008. El muestreo realizado fue de conveniencia en dos regiones de Grecia y aleatorio en Atenas. Se excluyeron las escuelas de formación profesional (25% de los estudiantes). De un total de 1193 escuelas, se incluyeron 25.

viernes, 8 de junio de 2012

VIOLENCIA Y FAMILIA: PADRES MALTRATADOS* Leticia Escario**

En esta comunicación me propongo plantear algunas cuestiones que, sin duda nos resultaran familiares a todos los profesionales que trabajamos en Clínica infanto-juvenil.
Cuando unos padres llegan a la consulta explicando la situación conflictiva de un hijo y transmiten sus sentimientos, tratamos de mantenernos a una cierta distancia para evitar identificarnos masivamente con la ansiedad que manifiestan, tratamos de ser neutrales, de no tomar partido ni con el hijo del que nos habla, ni con ellos mismos. Intentamos situarnos como observadores y receptores del sufrimiento presente en la demanda para investigar y situar el proceso diagnóstico y terapéutico que se inicia en el primer contacto.
Voy a centrarme en un tipo de conflicto relacional que se manifiesta a través de patrones en los que predominan la violencia, la intolerancia y la incomunicación, es decir, en los que los malos tratos físicos y psíquicos son una constante en la convivencia familiar.

EJEMPLO CLÍNICO.

Los padres de Mario me consultan cuando el niño tiene 2 años 4 meses. Son una pareja joven, con estabilidad económica y social, Mario es único hijo. La madre explica que Mario, es super-nervioso y peleón en extremo, super-agresivo, no saben como tratarlo. En la guardería pega, muerde y tira del pelo a los demás niños sin motivo aparente, no saben como tratarlo, repiten. Evitan reñirle demasiado, también los mimos excesivos, están desconcertados, en el colegio también. Se sienten agobiados y tiranizados. Mario no duerme, puede despertarse diez o doce veces durante la noche, no sirve dejarlo llorar ni quedarse con él.
Provoca y desafía, si le contradicen, se enrabia, se tira al suelo, se golpea la cabeza hasta hacerse daño. La madre llora desconsolada en este momento.
El padre explica que piensan cambiar su lugar de residencia para vivir más cerca del trabajo y poder estar más horas con el niño. Creen que no le gusta la casa en la que viven, tiene un pequeño jardín pero el niño no quiere jugar en él. Tampoco aprecia los juguetes ni se entretiene con nada, de la TV prefiere los programas de niño mayor, los Simpson por ejemplo. La madre dice que si se queda sola con el niño está aterrorizada porque se niega a todo, al baño, a comer, a dormir, no acepta ninguna norma, las noches son una pesadilla, no consiguen llevarlo a la cama; no valen los cuentos; las canciones ni tomarlo en brazos, han llegado a desconectar la luz general de la casa para, con ese pretexto, llevarlo a dormir. Se han ido todos a la cama a las nueve de la noche, han puesto sábanas azul cielo, “dicen que son relajantes...” “la cuna con la cabecera orientada al norte...”
Al colé va en pijama, no quiere vestirse, y cuando se viste no quiere desnudarse, los premios o los castigos no hacen ningún efecto. “... Puede conmigo”..., dice la madre... “Conmigo también”, dice el padre...

lunes, 4 de junio de 2012

Aniversario de la Implementacion Ley de Responsabilidad Penal Adolescente.LRPA. Chile. A cinco años de su Implementacion. Carlos Espinoza Jara

Una breve introduccion: 
Con motivo del aniversario de la Implementacion de LRPA, es bueno señalar algunas precisiones . Hoy aparecen algunos connotados señalando que dicha ley no debiera haberse implementado, ya que las condiciones de infraestructura y conocimientos de los que debían implementarlas no estaban a las alturas de las necesidades. Es cierto que al comienzo de dicha ley no se contaba con aquello, pero no por eso, no se debía implementarla. Es mas, como lo he señalado en reiterados documentos, y en este articulo que precede, lo he manifestado en reiteradas ocasiones, que en  países que la han implementado, han tardado mas de 10 años en observar los logros de aquella decisión política, es  así como Canada, EEUU, España, Alemania e Inglaterra, así se observa en sus cifras que dan a conocer, y ninguno de ellos partió con todo hecho.

Por ultimo como lo he señalo, el salir desde el concepto de la ley  del asistencialismo y pasar a la rehabilitación , es un paso tremendo, que por cierto implica capacitar a aquellos que deben cambiar ese paradigma, que nunca es fácil , al contrario. Mas bien aquellos que sostienen que no se habría haber implementado, sin lugar a dudas son parte del problema.
Para terminar,  el paso siguiente y que se comenzó a gestar hace unos años atrás, del cual fui parte, es el de separar administrativamente en la institucionalidad actual, a los adolescentes infractores de los infanto adolescentes que están con medidas de protección.
Es bueno señalar que articulo que pongo a vuestra disposicion fue publicado hace 2 años, el cual hoy le incorporado nuevos antecedentes.
El Comienzo e Implementacion de la nueva ley penal juvenil (LRPA 2007) en Chile, nos obliga a observar la producción de conocimiento que se esta produciendo en la actualidad referido al tema, como así mismo la experiencia en curso que se esta desarrollando.
Es interesante observar los avances en dicho conocimiento, como así mismo las tendencias de dichas investigaciones. Hoy, la comunidad científica esta preocupada -como los gobiernos- de las causas, razones e intervención de la conducta infractora infanto adolescente, el que motiva al sujeto a tener este vinculo infractor con la sociedad. 

El presente Documento es una mirada, una  revisión  bibliografía actualizada a las  investigaciones que  está produciendo  el ambiente científico preocupado de  los adolescentes violentos; entendía como violencia  aquellas conductas como: la agresión, el hurto, la agresión sexual, las adicciones, alcoholismo, y otras.  La pretensión de observar los avances científicos modernos tiene como objeto entregar pautas, orientaciones y tendencias de lo que se esta ejecutando y como se esta actuando en lo referido a las causas de dicha conducta.  
No cabe duda que con  la Implementacion de la nueva Ley Penal Juvenil (Junio 2007), se termina la época del sólo Asistencialismo, y se pasa concretamente a una de, Prevención y Rehabilitación;  es bueno señalar que en todos los países donde ya se está implementado las nuevas leyes penales juveniles, producto de los acuerdo de la Convención Internacional de  Derechos del Niño(1989), han debido realizar profundos cambios en su forma de entender y actuar ante esta problemática o están en eso, cambios que significan grandes esfuerzos  por parte de los gobiernos y sus instituciones publicas y privadas, en donde los resultados solo se observaran dentro de los próximos años. 

En nuestro país ha existido preocupación por parte de investigadores; Mettifogo, Sepulveda (La situación y el tratamiento de jòvenes infractores de ley en Chile.2004 y, Trayectorias de Vida de jóvenes infractores de ley. 2005, CESC), Paz Ciudadana, Vanderschueren, Lunecke (Prevención de la delincuencia juvenil, análisis de experiencias internacionales 2004). Alarcon, Vinet y Savio (Estilos de Personalidad y desadaptación social durante la adolescencia U. de La Frontera 2005), R. Florenzano con respecto a los trastornos disociales en los infanto adolescentes. De la Barra, Toledo y Rodriguez, (Predictores tempranos de problemas conductuales y cognitivos 2003). y otros  con respecto a estos temas; hace unos años que todos ellos vienen planteando el  observar lo que  esta haciendo el mundo desarrollado con estos adolescentes infractores, es más, han propuestos revisar algunas técnicas que se están ejecutando en los países del primer mundo. Espero en un próximo trabajo describir las técnicas que se están utilizando en profundidad, me refiero a la técnica Cognitiva Conductual, de gran proveedora de programas y comprobada eficacia cientifica.  Destaco reciente Investigación implementada por Sename ( Estudio Diagnostico de la Situación Actual de La Atención en Salud Mental y Psiquiatría para la Población de Adolescentes que Cumplen condena en CIP-CRC,2012., Castillo,Abarca,Piñol,San Martin,Mellado.Tierra de Esperanza).
Esta ultima investigación viene a suplir una tremenda necesidad en el abordaje de adolescentes, que dice en relación a su salud mental, por lo tanto el objeto de estudio se presenta con mas claridad para su rehabilitacion. Lo anterior lo sostienten, como imprescindible, el trabajo de  Santiago Redondo Illescas.( Manual para el Tratamiento Psicológico de los Delincuentes.2008,Piramide).