CONDUCTAS ANTISOCIALES EN LA ADOLESCENCIA.
DEFINICIONES
CONCEPTUALES
Es
muy importante establecer una diferenciación conceptual previa para delimitar
la expresión “conductas antisociales”. Se puede hablar de conducta adaptada
cuando la persona acepta las pautas o normas sociales y los valores culturales
de la sociedad o grupo concreto de pertenencia y las interacciones con los
otros miembros son positivas y no conflictivas. Por su parte la conducta
desadaptada o inadaptada interfiere en el proceso de socialización, alterando
la convivencia en los espacios vitales de relación (hogar, escuela, entorno
próximo, grupo de amigos, etc.) y produciendo efectos negativos o dañinos para
las otras personas y/o para sí mismo. Dentro de estas conductas inadaptadas se
incluye la conducta disruptiva que se refiere a los patrones de conducta
emocional, negativa y persistente de los niños, tales como temperamento difícil
en los bebés, conducta de oposición crónica y rabietas. También se incluye el
término problemas de conducta para indicar una tendencia a la violación de los
derechos de los otros y de las principales reglas o normas sociales (Asociación
Americana de Psiquiatría, 1987), reservando la expresión conducta antisocial
para actos más serios como robo deliberado, vandalismo y agresión física.
Esta
conducta antisocial se puede conceptualizar como una dimensión con dos polos:
un poío consiste en actos antisociales de confrontación o abiertos tales como
discutir, hacer rabietas, peleas, insultos, etc. mientras que el otro poío
consiste en conductas antisociales ocultas o encubiertas como hacer novillos,
robo, abuso de sustancias, etc. Las conductas anteriores pueden manifestarse de
varias formas a diferentes edades. Ejemplo, un niño en particular puede presentar
un patrón de distintas conductas antisociales que incluyen robo, agresión
física, piromanía o conducta disruptiva en la escuela, acompañada de “hacer
novillos”,extorsión a los compañeros, ataques fisicos a profesores,
intimidación, etc, que se convierten en manifestaciones diferentes de una
tendencia antisocial básica.
En
este sentido los estudios están de acuerdo en que hay una considerable
continuidad en el tiempo de la conducta antisocial, no sólo entre la agresión
temprana y posteriormente, sino también entre diferentes manifestaciones de
conducta antisocial, tales como agresión temprana y robo posterior; sin
embargo, reconocen que la continuidad no es la misma para todos los individuos,
siendo más alta para los que, comparados con sus iguales, han iniciado
conductas antisociales a edades más tempranas. Además de los inicios tempranos,
se han identificado otros patrones específicos como la frecuencia, variedad y
escenarios múltiples sobre los que existe un gran consenso entre los
investigadores al plantear que estos patrones son altamente relevantes para la
conducta antisocial posterior.
Por
ejemplo han encontrado que cuanto mayor es la frecuencia de los problemas de
conducta presentados por el niño a edades tempranas, más alto es el riesgo de
una conducta desadaptada posterior. De igual forma, tal riesgo se incrementa
con la variedad de conductas problemáticas que presente en los primeros años y
cuando dichas conductas se presentan en diferentes ambientes o escenarios.
Siguiendo esta línea de análisis, Loeber(1988 a) concluyó que hay al menos tres
vías distintas que pueden conducir a diferentes conductas antisociales. Estas
son:
a.
Vía Agresiva/ Versátil:
Su
inicio típicamente se produce a edades muy tempranas, concretamente durante los
años de educación infantil, y posteriormente van desarrollando conductas
ocultas tanto agresivas como no agresivas, presentando problemas académicos de
atención, impulsividad e hiperactividad, siendo muy probable que también tengan
dificultades en sus relaciones con los pares y con los adultos al carecer
habilidades sociales eficaces. Dichos problemas de conducta no se circunscriben
a su ambiente familiar sino que también son evidentes en otros entornos como el
escolar y social en general. Lo que más caracteriza a los adolescentes de esta
vía agresiva/versátil es la gran variedad de problemas de conducta que
presentan desde edades muy tempranas, el alto porcentaje de innovación en el
desarrollo de nuevas conductas antisociales, el bajo porcentaje de remisión y
el mayor número de chicos que de chicas implicados, teniendo la probabilidad de
coavertirse en “ofensores versátiles” también llamados “predatores violentos”.
b.
Vía No Agresiva:
Su
inicio suele ser más tardio que los de la vía anterior y normalmente no inician
su conducta antisocial hasta la niñez tardía o la adolescencia temprana.
Estos
adolescentes típicamente no son agresivos y su conducta antisocial se reduce a
robos, mentiras, hacer novillos vio uso de sustancias. Presentan menos
hiperactividad y los rasgos asociados a ella, tienen buenas relaciones con sus
padres (que se dan cuenta del problema cuando la conducta es muy evidente), son
populares y aceptados entre muchos de sus pares y gran parte de su conducta
antisocial se produce en compañia de éstos. Además tienen un bajo porcentaje de
innovación y un alto porcentaje de remisión pudiendo ocurrir que una amplia
proporción de estos chicos y chicas abandonen su conducta antisocial durante
algún tiempo en la adolescencia. En esta vía suele haber una proporción más alta
de chicas que en la vía versátil.
c.
Vía Exclusiva de Abuso de Sustancias:
El
comienzo del uso de sustancias suele ser más tardío que en las vías anteriores,
ubicándose en la adolescencia media o posteriormente. Tampoco se aprecian
antecedentes de problemas de conducta y hallazgos longitudinales han encontrado
que una gran proporción de alcohólicos eventuales y otros abusadores de drogas
no presentaban serias conductas antisociales cuando eran jóvene. Pero se
reconoce que hace falta más investigación para precisar las características de
esta vía.
Predictores
de la Conducta Antisocial en la Adolescencia
La
intención al retomar los planteamientos de Loeber no es reducir la conducta
antisocial de los jóvenes a las tres vías descritas anteriormente, ni agotar en
ellas las posibilidades de clasificación sobre el tema, sino simplemente
enriquecer y ampliar nuestra visión del problema, aportando elementos de
análisis para su mejor comprensión y posible detección y atención temprana, que
finalmente es el elemento clave desde
nuestro punto de vista. En relación con lo expuesto anteriormente,
consideramos importante presentar algunas conclusiones a partir de diferentes
estudios sobre predictores de la conducta antisocial :
a.
Entre el 70% y el 90% de ofensores violentos habían sido altamente agresivos
cuando eran jóvenes.
b.
La conducta disruptiva severa presentada en los primeros años, es una condición
necesaria
para desarrollar la conducta delictiva grave o crónica.
c.
Cuando en los primeros años de vida se presentan unidos a otros problemas de
conducta ciertas dificultades para controlar los impulsos, hiperactividad y
problemas para centrar la atención, se aumenta sustancialmente el riesgo de
conductas delictivas en etapas posteriores.
d.
Durante el período de educación primaria, los problemas de conducta tienen un
mayor valor predictivo de conducta desviada posterior que el seguimiento de las
dificultades de rendimiento académico. Sin embargo, otras investigaciones
sugieren que el retraso en la lectura durante la educación primaria y la
educación secundaria obligatoria, parece ser un factor de riesgo persistente
que puede estar asociado inicialmente con problemas de conducta, y
posteriormente con conducta antisocial más grave. Otros estudios también
encontraron que los mejores predictores durante los años de secundaria fueron
el bajo rendimiento académico y permanecer en la escuela primaria hasta los 15
años de edad, escasez de vocabulario y pobre razonamiento verbal.
e.
Además de las peculiaridades descritas anteriormente, suele darse una
combinación entre conducta agresiva, pobres habilidades sociales y problemas en
el procesamiento de la información social, específicamente una tendencia a
percibir más amenazas hacia sí mismo en el medio ambiente social que la
percibida por los pares no agresivos, dando como resultado el deterioro en las
relaciones con sus compañeros y el rechazo.
f.
La frecuencia de sujetos implicados concretamente en conducta agresiva decrece
gradualmente desde la educación infantil hasta la adolescencia y los patrones
de agresión fisica rara vez suelen presentarse durante la niñez tardía (último
ciclo de primaria) o en la adolescencia (educación secundaria obligatoria y
bachillerato) cuando dichas conductas no se han presentado en los primeros años
de vida.
g.
Por su parte, la conducta agresiva y/o antisocial oculta o indirecta se
incrementa desde los últimos años de educación primaria hasta llegar a la vida
adulta. Ejemplo, conductas de robo, hacer novillos, vandalismo y uso de
sustancias.
h.
Los estilos educativos de los padres (demasiado permisivos o autoritarios), las
relaciones conflictivas padres-hijos, patologia psiquiátrica de alguno de los
progenitores, dificultades socloeconómicas y culturales en la familia,
funcionamiento familiar al margen de los cauces socialmente establecidos, etc.,
son predictores muy relevantes de la conducta antisocial de los adolescentes y
jóvenes. La severidad de tal conducta antisocial es proporcional al número de
condiciones de riesgo presentes.
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