Thomas Jans PhD
Psicólogo Clínico,
Departamento de Psiquiatría,
Psicoterapia y Psicosomática
del Niño y el Adolescente,
Centro de Salud Mental,
Hospital Universitario
Wuerzburg, Alemania
Timo D. Vloet MD
Psiquiatra Infantil y del
Adolescente, Departamento
de Psiquiatría, Psicoterapia y
Psicosomática del Niño y el
Adolescente, Centro de Salud
Mental, Hospital Universitario
Wuerzburg, Alemania
Yesim Taneli MD, PhD, MSc
Profesor Asistente de
Psiquiatría del Niño y el
Adolescente, Departamento
de Psiquiatría del Niño y el
Adolescente, Facultad de
Medicina de la Universidad de
Uludag, Bursa, Turquía
Andreas Warnke MD, MA
Profesor de Psiquiatría del
Niño y el Adolescente &
Director del Departamento
de Psiquiatría, Psicoterapia y
Psicosomática del Niño y el
Adolescente, Centro de Salud
Mental, Hospital Universitario
Wuerzburg, Alemania
Esta publicación está dirigida a profesionales en formación o con práctica en salud mental y no para el público general. Las opiniones vertidas
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describir los mejores tratamientos y las prácticas basadas en la evidencia científica disponible en el tiempo en que se escribió, tal como fueron
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Cita sugerida: Jans T, Vloet, TD, Taneli Y, Warnke A. Suicidio y conducta autolesiva (Irarrázaval M, Martin A. eds. Prieto-Tagle F, Vidal M
trad.). En Rey JM (ed), Manual de Salud Mental Infantil y Adolescente de la IACAPAP. Ginebra: Asociación Internacional de Psiquiatría del
Niño y el Adolescente y Profesiones Afines 2017.
En muchos países, el suicidio es una de las principales causas de muerte
entre niños y adolescentes. Identificar a los jóvenes en riesgo y ofrecer
un tratamiento efectivo es una preocupación importante de las políticas
de salud mental. Este capítulo incluye una revisión de la suicidalidad en niños y
adolescentes. También se aborda la autolesión no suicida, pero el enfoque principal
es el intento de suicidio. Esta revisión presenta la epidemiología, factores de
riesgo y características etiológicas, presentación clínica, evaluación, tratamiento y
prevención del suicidio. Debido a que esta revisión se centra en los temas clínicos,
no se incluye una visión general de la neuropsicobiología de la suicidialidad.
Tabla E.4.1 Códigos de autolesión no suicida, intento suicida y
suicidio como “otras causas externas de morbilidad y mortalidad”
según la CIE-10 (X60–X84)*
X6.. Envenenamiento autoinfligido intencionalmente por, y
exposición a:
X60. Analgésicos no narcóticos, antipiréticos y antirreumáticos
X61. Drogas antiepilépticas, sedantes, hipnóticas, antiparkinsonianas y
psicotrópicas, no clasificadas en otra parte
X62. Narcóticos y psicodislépticos [alucinógenos], no clasificados en otra parte
X63. Otras drogas que actúan sobre el sistema nervioso autónomo
X64. Otras drogas, medicamentos y sustancias biológicas, y otros no
especificados
X65. Alcohol
X66. Disolventes orgánicos e hidrocarburos halogenados y sus vapores
X67. Otros gases y vapores X68. Plaguicidas
X69. Otros productos químicos y sustancias nocivas, y otros no especificados
X7../X8.. Lesión autoinflingida intencionalmente por :
X70. Ahorcamiento, estrangulamiento o sofocación
X71. Ahogamiento y sumersión
X72. Disparo de arma corta
X73. Disparo de rifle, escopeta y arma larga
X74. Otras armas de fuego, y otras no especificadas
X75. Material explosivo
X76. Humo, fuego y llamas
X77. Vapor de agua, vapores y objetos calientes
X78. Objeto cortante
X79. Objeto romo o sin filo
X80. Saltar desde un lugar elevado
X81. Arrojarse o colocarse delante de un objeto en movimiento
X82. Colisión de vehículo de motor
X83. Otros medios especificados
X84. Medios no especificados
*Organización Mundial de la Salud, 1996.
Definiciones
• Suicidalidad se
refiere a las cogniciones
y actividades de
las personas que
buscan quitarse la
vida, incluyendo
pensamientos, acciones
u omisiones
• Suicidio (del latín sui
caedere, matarse a sí
mismo) se refiere al acto
que realiza una persona
para intencionalmente
causar su propia muerte
• Intento suicida se
refiere a las acciones
no fatales o a los
preparativos destinados
a causar la muerte.
El acto suicida puede
haber sido abandonado,
interrumpido o puede
haber fracasado
• Parasuicidio se
refiere a una conducta
de autolesión no habitual
que potencialmente
amenaza la vida pero
que se realiza sin la
intención quitarse la
vida. Debido a que el
comportamiento no es
suicida, algunos autores
prefieren el término
“autolesión no suicida”
(ANS) (en este capítulo,
se utiliza el término
autolesión no suicida).
• Los términos “autolesión
intencional” o “autolesión
deliberada” se utilizan sin
distinguir entre una ANS
y un intento de suicidio
sin consecuencias
fatales.
Métodos de
autolesión utilizados
frecuentemente
(intentos suicidas no letales
y autolesiones no suicidas)
(Greydanus et al, 2009)
• Sobredosis de drogas
• Envenenamiento
• Cortes
• Otras formas de
automutilación
- Golpes
- Pellizcos
- Rasguños
- Mordeduras
- Quemaduras
• Dispararse a sí mismo
• Ahorcamiento
• Saltar de lugares de
gran altura
• Saltar a un pozo
El término “autolesión no suicida” no incluye la automutilación y otras
acciones que causan síntomas corporales con la intención pura de obtener atención
médica o consejo (síndrome de Munchhausen), o simular estar enfermo (para
lograr algún beneficio). Debido a la naturaleza indirecta de las consecuencias
dañinas no se incluyen las relaciones sexuales sin protección, las conductas de
alto riesgo (p.ej., formas extremas de descenso en bicicleta, carreras ilegales de
automóviles) o la intoxicación por sustancias psicoactivas, incluso si la intención
de autodestruirse está presente. Para fines descriptivos, los intentos de suicidio no
letales y la autolesión no suicida se clasifican utilizando los mismos códigos.
La mera enumeración de los códigos en la Tabla E.4.1 no indica la frecuencia
con la que se presentan estos diferentes métodos de daño autoinfligido en niños
y adolescentes. En el cuadro lateral se presentan los métodos más frecuentemente
utilizados. Estos métodos incluyen conductas no letales de daño autoinfligido –
como pellizcarse, rasguñarse o morderse a uno mismo – así como también métodos
altamente letales, que generalmente se asocian a una clara intención suicida (p.ej.,
uso de armas de fuego, saltar desde lugares de gran altura). Sin embargo, desde
un punto de vista clínico, es crucial diferenciar entre los intentos de suicidio y las
autolesiones no suicidas (ver Tabla E.4.2).
Tabla E.4.2 Diferencias entre un intento suicida y una autolesión no suicida
Intento suicida Autolesión no suicida (“parasuicida”)
• Hay la intención de acabar con la vida
• No hay intención suicida
• Puede ser impulsivo, pero en la mayoría de los casos
existe un sentimiento crónico de desesperanza o
soledad
• El estado emocional es de ira aguda, desesperación o
malestar intolerable
• Son frecuentes las formas más graves
de las conductas de autoagresión (p.ej.,
autoenvenenamiento, ahorcamiento, saltar de gran
altura, uso de armas de fuego)
• Son frecuentes las formas de conducta
autodestructiva menos graves y mayoritariamente
no amenazantes para la vida (p.ej., lesiones
cutáneas por mordeduras, cortes, quemaduras o
congelamiento)
• Normalmente, la persona es consciente de que la
conducta puede causar lesiones graves, pero no
amenaza la vida
• Existe un claro riesgo de que los intentos suicidas
se repitan, pero menos frecuentemente que las
conductas autolesivas no suicidas
• Las autolesiones recurrentes son frecuentes
Tabla E.4.3 Algoritmo de Clasificación de Columbia para la Evaluación del Suicidio (C-CASA): definiciones y ejemplos*
Eventos suicidas
Suicidio
completado
Una conducta autolesiva que resultó en fatalidad y asociada con alguna intención de
morir como resultado del acto.
Después de una larga discusión con su novia, que resultó en el final de su
relación, el paciente tomó una cuerda y viajó en bicicleta a una zona aislada
donde se ahorcó. Una nota de suicidio fue encontrada posteriormente.
Intento suicida
Una conducta potencialmente autolesiva, asociada con alguna intención de morir
como resultado del acto. La evidencia de que la persona tenía la intención de quitarse
la vida, al menos hasta cierto punto, puede ser explícita o deducirse de la conducta o
circunstancias. Un intento de suicidio puede resultar o no en una lesión real.
Después de una pelea con sus amigos en la escuela en la que dejaron de
hablar con ella, la paciente ingirió aproximadamente 16 aspirinas y otras ocho
píldoras de diferentes tipos en los terrenos de la escuela. Dijo que merecía
morir, por eso se tragó las píldoras.
Acciones
preparatorias de
una conducta
suicida inminente
La persona toma medidas para hacerse daño, pero se detiene ella misma o es detenida
por otros antes de que el potencial daño haya comenzado.
El paciente había huido de su casa durante la noche porque su padre había
recibido un mal informe del colegio. Tenía miedo de la reacción de su padre.
A su regreso a casa, hubo una discusión de 5 a 6 horas, y él tomó un cuchillo
ancho y afilado y se fue a su habitación. Refirió haber puesto el cuchillo en su
muñeca pero no cortó la piel.
Ideación suicida
Pensamientos pasivos sobre querer estar muerto o pensamientos activos sobre quitarse la vida, no acompañados por un comportamiento preparatorio.
Pensamientos activos: El paciente informa al profesional que estaba pensando en ahorcarse en el armario. Fue llevado al hospital y fue hospitalizado.
Eventos no suicidas
Conducta
autolesiva, sin
intento suicida
Conducta autolesiva no asociada con la intención de morir. La conducta tiene otros
motivos, ya sea aliviar el malestar (a menudo denominado “automutilación”, por
ejemplo, cortes superficiales o arañazos, golpes o quemaduras) o generar cambios en
otros o en el medio ambiente.
La paciente se sentía ignorada. Fue a la cocina familiar, donde su madre y
su hermana estaban hablando. Tomó un cuchillo del cajón y se hizo un corte
superficial en el brazo. Negó haber querido quitarse la vida (“ni siquiera un
poco”), sino que quería que le prestaran atención.
Otra conducta
autolesiva no
deliberada
No hay evidencia de suicidalidad o de conductas de autolesión asociadas al evento. El
evento se caracteriza por una lesión accidental, síntomas psiquiátricos o de conducta, o
síntomas o procedimientos médicos.
El paciente tenía un corte en el cuello producto de afeitarse.
Eventos suicidas indeterminados o potenciales
Conducta
autolesiva, intento
suicida incierto
Conducta autolesiva donde se desconoce la intención asociada de morir y no se puede
inferir. La lesión o potencial de lesión es clara, pero no está claro por qué la persona se
comporta de esa manera.
La paciente se corta las muñecas después de una discusión con su novio (no
hay más información).
No hay
inforrmación
suficiente
Información insuficiente para determinar si el evento involucró conducta suicida
deliberada o pensamientos. Hay razones para sospechar la posibilidad de suicidio pero
no lo suficiente como para estar seguros de que el evento no era algo diferente, como
un accidente o un síntoma psiquiátrico. Una lesión en un lugar del cuerpo consistente
con una autolesión deliberada o una conducta suicida (p.ej., muñecas), sin información
sobre cómo se realizó la autolesión, justificaría la ubicación en esta categoría.
Un niño que “se apuñaló a sí mismo en el cuello con un lápiz”. El evento
puede haber sido deliberado, en oposición a algo accidental, como sugiere
el término “apuñaló”, pero no hay información suficiente para concluir si el
evento fue deliberado.
*Posner et al (2007); sólo se cita uno de los muchos ejemplos de C-CAS
Lamentablemente, a menudo es difícil evaluar la intención en la practica,
que ha sido una gran barrera en la investigación sobre este tema. El Algoritmo
de Clasificación de Columbia para la Evaluación del Suicidio (C-CASA, por
sus siglas en inglés) – un sistema de puntuación estandarizado desarrollado para
evaluar la suicidalidad en los estudios de antidepresivos – ha mostrado ser fiable y
transportable, y la FDA determinó que debe ser utilizado en los ensayos clínicos
con psicotrópicos y otras drogas (Posner et al, 2007). Aunque se trata de un
instrumento de investigación, también puede ser útil en la práctica clínica, al menos
mediante la estandarización de la terminología. Las definiciones del C-CASA
y algunos ejemplos seleccionados se muestran en la Tabla E.4.3. Actualmente
existe un debate respecto a la validez del C-CASA (Sheehan et al, 2014). Esto
subraya la importancia de realizar una evaluación clínica detallada ademas de usar
cuestionarios.
EPIDEMIOLOGÍA
Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, alrededor
de 800.000 personas en todo el mundo mueren por suicidio cada año (tasa de
mortalidad media en el 2012: 11,4 por cada 100.000; 15 para hombres y 8 para
mujeres; OMS, 2014; ver Figura E.4.1), es decir, una muerte cada 40 segundos. En
algunos países, el suicidio es la segunda causa de muerte en el grupo de edad de 10
a 24 años. Por ejemplo, en Alemania, sólo los accidentes (principalmente lesiones
fatales por accidentes de tráfico) son una causa más frecuente de muerte entre los
adolescentes de 15 a 19 años (Elsässer, 2010). El peso relativo del suicidio como...
Tabla E.4.4 Principales causas de muerte en adolescentes y adultos jóvenes en orden
decreciente de frecuencia*
África:
1. SIDA
2. Otras infecciones
3. Homicidio/Guerra
4. Lesiones no intencionales
5. Suicidio
Sudeste Asiático:
1. Lesiones no intencionales
2. Otras infecciones
3. SIDA
4. Suicidio
5. Homicidio/Guerra
Sudamérica/Caribe:
1. Homicidio/Guerra
2. Lesiones no intencionales
3. Suicidio
4. Otras Infecciones
5. SIDA
Pacífico Oeste:(1)
1. Lesiones no intencionales
2. Suicidio
3. Otras infecciones
4. Homicidio/Guerra
5. SIDA
Europa:
1. Lesiones no intencionales
2. Suicidio
3. Homicidio/Guerra
4. Otras infecciones
5. SIDA
Mediterráneo Oriental:(2)
1. Lesiones no intencionales
2. Otras infecciones
3. Homicidio/Guerra
4. SIDA
5. Suicidio
Norteamérica:
1. Lesiones no intencionales
2. Suicidio
3. Homicidio
4. Cáncer
5. Otras infecciones
6. SIDA
(1) Australia, Nueva Zelanda, China, Japón, Corea, Malasia, Micronesia, Filipinas,
Singapur, Vietnam, y otros en esta área
(2) Afganistán, Egipto, Irak, Jordania, Arabia Saudita, Israel, y otros Países del
Medio Oriente
*Adaptado de Greydanus et al (2009).
...causa de muerte varía entre países y regiones, dependiendo de una serie de factores
(ver Tabla E.4.4). Sin embargo, el suicidio sigue siendo una importante causa de
muerte entre los adolescentes y adultos jóvenes en todo el mundo.
Como ejemplo de las variaciones nacionales en las tasas de suicidio se
presentan datos europeos en la Figura E.4.2. Las tasas de suicidio varían ampliamente
desde 0 (Lichtenstein) a 16,7 (Letonia). En Europa, la tasa media de suicidio en
niños disminuyó significativamente de 2,02 por 100.000 en la década de 1990 a
1,48 en la década siguiente (Kõlves & De Leo 2014). De los 36 países europeos
incluidos en este análisis, 14 muestran tasas de suicidio significativamente más
bajas en niños varones. Sin embargo, Francia y Rumania muestran un aumento
significativo, aunque la tasa media en las niñas no cambió: 0,67 en los años noventa
y 0,64 en la década de 2000. Ningún país comunicó un descenso significativo en
las tasas en niñas; en cambio, se observó un aumento significativo en las niñas en
Bélgica, Rusia, Eslovaquia y Rumania. El análisis de los países europeos muestra
que las tasas más altas se registraron en los países de Europa Oriental, con una
disminución media no significativa entre los niños de 3,49 por cada 100.000 en
los años noventa a 2,76 en el 2000.
Debido a la asignación poco fiable (p.ej., determinación inexacta, actitudes
religiosas o culturales respecto al suicidio), las tasas de suicidio reportado tienden
a subestimar el problema. Además, estas cifras no incluyen los intentos suicidas,
que ocurren entre 10 a 20 veces más a menudo que los suicidios completados. Se
estima que los intentos de suicidio graves ocurren en aproximadamente un 3% de
los adolescentes en las sociedades occidentales. Teniendo en consideración estas
variaciones, las afirmaciones generales sobre la epidemiología del suicidio pueden
no ser válidas en poblaciones, regiones y períodos de tiempo específicos.
Las calificaciones deben realizarse con respecto a:
• La edad
• El género
• Regiones y países específicos
• La etnicidad, y
• Las tendencias seculares.
Edad
A nivel mundial, durante las últimas décadas, las tasas de suicidio más altas
han sido las observadas en los ancianos (ver Figura E.4.2). Sin embargo, según la
página web del Programa de Prevención del Suicidio de la Organización Mundial
de la Salud (SUPRE, por sus siglas en inglés), en algunos países, las tasas de suicidio
entre las personas jóvenes han aumentado tanto que los adolescentes y los adultos
jóvenes representan el grupo con mayor riesgo de suicidio. Esto se refiere a un
tercio de todos los países, y es válido para países más y menos industrializados. Por
lo tanto, las elevadas tasas de suicidio en los ancianos pueden no estar presentes en
todo el mundo. Por ejemplo, en Nueva Zelanda y Japón hay altas tasas de suicidio
en adolescentes y adultos jóvenes. En los niños prepuberales, el suicidio completado
es muy raro. Los niños son capaces de comprender el concepto de suicidio a partir
de los 8 años de edad, y son capaces de llevarlo a cabo, lo que conduce a tasas
crecientes de suicidio completado en niños puberales y adolescentes jóvenes. Las
tasas de suicidio relativamente bajas en los niños pueden explicarse por la ausencia o menor exposición a los principales factores de riesgo (p.ej., enfermedad mental,
trastornos relacionados con sustancias), o la protección que proporciona una
relación cercana con la familia.