Basado en el Cuestionario de Personalidad de Eysenck para jóvenes (EPQ-J), se
analizan los tipos de personalidad y su relación con la agresividad y la
conducta antisocial en una muestra de estudiantes (N = 1416) de entre 11 y 15
años de edad (edad media = 13,32; DT = 1,22). Mediante análisis de clúster se
hallaron tres tipos de personalidad que se relacionaron con la hipótesis de
Eysenck sobre la conducta antisocial y el nivel de agresividad evaluado
mediante del Aggresion Questionnaire (AQ)
de Buss y
Perry (1992) en
su versión reducida(Bryant y
Smith (2001). El
perfil del tipo infracontrolado confirmó la hipótesis de
la conducta antisocial, siendo también el tipo más agresivo. Los tipos infracontrolado
y supracontrolado estaban implicados en acoso escolar, aunque de manera
diferente. El tipo resiliente mostró un perfil más adaptativo y mejor
rendimiento académico. Ambos sexos fueron diferentes en dimensiones de
personalidad y agresión. Se destaca la importancia de la agresión entre jóvenes
adolescentes y la necesidad de más investigación sobre esta problemática.
Palabras clave: Tipos de personalidad, adolescencia, conducta antisocial, acoso escolar, agresividad.
Palabras clave: Tipos de personalidad, adolescencia, conducta antisocial, acoso escolar, agresividad.
Personality
types, aggression and antisocial behavior in adolescents
ABSTRACT:
Based on the Junior Eysenck’s Personality Questionnaire (EPQ-J), the types of
personality and its
relationship with aggressiveness and
the antisocial behavior
is analyzed in a
student’s sample (N = 1416) with ages between 11 y 15 years old (average age =
13,32; SD= 1,22). Cluster analysis using the reduced version (Bryant y Smith
(2001) of the Aggression Questionnaire(AQ)(Buss y Perry, 1992) revealed three
personality types that were related to Eysenck’s hypothesis of
antisocial behavior and
the level of
aggressiveness. The under
controlled profile confirmed the
Eysenck’s hypothesis of antisocial behavior in early adolescence, and was also
found to be the most aggressive prototype. The under controlled and over
controlled types were implicated in bullying, but in different ways.
Furthermore, the resilient people were found to have an adaptive profile
combined with the best academic achievement. Gender differences were also found
in personality dimensions and aggression. The importance of aggression among
young adolescents and the necessity of further research on this topic are
emphasized.
Keywords:
Personality types; adolescence; antisocial behavior; bullying; aggressiveness.
Correspondencia:
Consuelo Morán Astorga, Universidad de León. Departamento de Psicología,
Sociología y Filosofía.
Facultad de Educación. Campus de Vegazana, s/n. 24071 León (España). E-mail: mcmora@unileon.es
Introducción
En
el marco del maltrato entre iguales que aparece en contextos escolares, la
conducta agresiva se muestra como un
fenómeno persistente entre los agresores, pudiendo ser una característica
estable de la personalidad (Buss, 1961). En cuanto alos distintos tipos de
comportamientos agresivos, los investigadores distinguen tres clases de niños o
adolescentes agresivos: los agresores
proactivos, reactivos y
relacionales (Griffin y
Gross, 2004). La agresión
proactiva la practican
sujetos que están
seguros de que
la agresión les
aporta beneficios con facilidad, que creen aumentar su autoestima al
sentirse dominadores de otros, y que creen que el sometimiento de los demás se
va a producir sin que ello conlleve graves daños (Crick y Dodge, 1996), como
reflejan también Sánchez, Ortega y Menesini (2012) quienes concluyen que los
agresores reconocen sentirse bien por lo que hacen. Por su parte, la agresión
relacional puede incluir conductas o amenazas, como las frecuentes de excluir a
otra persona del grupo de iguales, ignorarla o hacerle daño en las relaciones
con sus compañeros a través de rumores y murmuraciones (Ortega, Elipe y
Calmaestra, 2009). En definitiva, se trata de intentar dañar la autoestima de
otra persona, sus amistades o estatus social (Anderson y Bushman, 2002).
En un estudio con 384 adolescentes de 12-14 años, Ojanen, Findley y Fuller
(2012) investigaron
la agresión física y la agresión
relacional en su asociación con variables de personalidad y de metas sociales.
Los varones se implicaban en la agresión física por metas de dominancia y
narcisismo, en tanto que en la agresión relacional se implicaban ambos sexos
por metas de dominancia. La frustración y la afiliación se asociaban a la
agresión relacional. Ojanen et al. (2012) concluyen que sus hallazgos apoyan y
amplían la investigación anterior, al tiempo que sugieren que la personalidad y
las metas sociales se hallan en estrecha asociación con la agresión física y la
relacional en un contexto de iguales. En el estudio de Ramírez, Díaz y López
(2015) también aparecen diferencias por género siendo los varones quienes
utilizan el maltrato directo (insultos, amenazas y acoso sexual) en tanto que
las mujeres utilizaban más el maltrato indirecto (e.g.: ignorar, hablar mal y
difundir rumores).
Las
personas que tienen dificultad con su autocontrol es poco probable que se
contengan aunque sus conductas resulten antisociales y agresivas. De hecho, un
fallo en el autocontrol se caracteriza por la tendencia a reaccionar a las
situaciones sin haber pensado en las consecuencias posteriores. Según esto, las
variables de personalidad caracterizadas por fallo en la auto-regulación es muy
probable que estén asociadas a niveles altos de conducta agresiva
(e.g.,Bettencourt, Talley, Benjamin y Valentine, 2006; Block y Block, 1980).
Se
ha comprobado, en el estudio de los principales modelos de personalidad, que
éstos tienen dimensiones asociadas a actos antisociales. En el modelo de los
Big Five (Egan, 2009), los individuos bajos en A (amabilidad) y en C
(responsabilidad) son potencialmente más violentos, o ya actúan con mayor
violencia real, sean niños, adultos, hombres o mujeres. Se acentúa aún más la
asociación de las dimensiones A y C (bajas) con agresión, si a ellas se añade N
(neuroticismo) alto. En cambio, E (extraversión) y O (apertura a la
experiencia) no están relacionadas con agresión. Con este mismo Modelo de los
Cinco Factores, y edades entre 18 y
55 años, Grumm
y von Collani
(2009) caracterizaron al
tipo de bajo
autocontrol (infracontrolado) principalmente por su baja amabilidad y su
baja responsabilidad; este tipo fue el que más puntuó en el Cuestionario de
Agresión de Buss-Perry (1992) en esa investigación. Los individuos
clasificados como infracontrolados en
el estudio de
Klimstra, Hale III, Raaijmakers,
Branjey Meeus (2010), en una muestra de 923 adolescentes entre 12 y 16 años,
mostraron las puntuaciones más bajas en las dimensiones A y C a lo largo de
todas las edades de la muestra. Además, los infracontrolados eran los que
presentaban los niveles más altos de delincuencia. Los adolescentes
delincuentes eran en general más desinhibidos y más agresivos que los
adolescentes bien adaptados (Eklund, Liljeberg y Klinteberg, 2011). Otro
estudio realizado por Mendoza, Morales y Arriaga (2015) con 1263 estudiantes de
bachiller del estado de Méjico concluye que los escolares que participan como
acosadores manifiestan más conductas antisociales, tienen menos amigos y
presentan más conductas disruptivas en el aula y más conflictos en la
interacción con los profesores.
Una
asociación particularmente fuerte se establece entre la dimensión P
(psicoticismo) y la agresión, en el modelo de personalidad de Eysenck (Egan,
2009).Conviene recordar que para Eysenck
(1992) las dimensiones
amabilidad y responsabilidad del
modelo de los
Cinco Factores
son en realidad facetas del psicoticismo.El modelo de personalidad de Eysenck
se basa
en la concepción de que las manifestaciones fenotípicas de la conducta reflejan
rasgos subyacentes de origen biológico (Eysenck, 1997).
Al
modelo de Eysenck se le conoce como modelo PEN, debido a sus tres dimensiones o
factores de la personalidad: Psicoticismo (P), Extraversión (E) y Neuroticismo (N). Estas
dimensiones
de la personalidad tienen carácter continuo y son supuestamente independientes.
El neuroticismo (N) se considera que refleja la tendencia a experimentar
emociones negativas, inestabilidad
emocional e ideas más irracionales en el nivel cognitivo. La extraversión
expresa rasgos
como sociabilidad, actividad, vitalidad, asertividad, indicando las
puntuaciones bajas en extraversión mayor predominio de los rasgos de
introversión. El psicoticismo incluye rasgos de agresividad y de conducta
antisocial. Las puntuaciones bajas en psicoticismo indican que los individuos
se hallan dentro de la normalidad y que en ellos predomina el control de
impulsos. Se viene informando de que la dimensión psicoticismo, en sus
puntuaciones altas, predice mala adaptación y conductas antisociales y
delictivas (Center, Jackson y Kemp, 2005; López y López, 2003).
La
estrategia de investigar en grupos normales el comportamiento antisocial supone
que se entiende éste en sentido amplio, incluyendo muchas formas del mismo de
suyo menos serias que otras agresiones o transgresiones. La teoría de Eysenck
predice que los individuos altos en la dimensión psicoticismo estarán
predispuestos a desarrollar conducta antisocial (Eysenck, 1997).Un
individuo que puntúa alto tanto en extraversión como en psicoticismo estará
predispuesto a desarrollar una conducta antisocial, especialmente agresiva, ya
que ésta se asocia con arousal cortical bajo. Esto es lo que ocurre en los
altos en extraversión, quienes poseen un sistema nervioso escasamente reactivo
y no aprenden las conductas gobernadas por reglas tan fácilmente como lo hacen
los individuos con un nivel de base más alto de arousal cortical.
Cuando estos individuos son también altos en neuroticismo, se añade un carácter emocional e irracional a su conducta en las mismas circunstancias (Center et al., 2005). Todavía hay una puntuación aportada por la escala S –sinceridad- (L de Lie, en inglés) en el Cuestionario de Personalidad de Eysenck para adolescentes (Eysenck y Eysenck, 1998). Los individuos antisociales típicamente puntúan más alto que los demás en insinceridad o disimulo (L). En consecuencia, la conducta antisocial vendrá asociada a puntuaciones altas en extraversión, en neuroticismo, y, sobre todo enpsicoticismo y en insinceridad. Ésta es la forma más fuerte de la hipótesis de Eysenck sobre la conducta antisocial (Center et al., 2005).
Cuando estos individuos son también altos en neuroticismo, se añade un carácter emocional e irracional a su conducta en las mismas circunstancias (Center et al., 2005). Todavía hay una puntuación aportada por la escala S –sinceridad- (L de Lie, en inglés) en el Cuestionario de Personalidad de Eysenck para adolescentes (Eysenck y Eysenck, 1998). Los individuos antisociales típicamente puntúan más alto que los demás en insinceridad o disimulo (L). En consecuencia, la conducta antisocial vendrá asociada a puntuaciones altas en extraversión, en neuroticismo, y, sobre todo enpsicoticismo y en insinceridad. Ésta es la forma más fuerte de la hipótesis de Eysenck sobre la conducta antisocial (Center et al., 2005).
La
presente investigación, con amplia muestra de adolescentes españoles entre los
11 y 15
años de edad, se propone comprobar con niños y adolescentes normales la
hipótesis de la conducta antisocial de Eysenck (Eysenck y Eysenck, 1985). Se
espera validar internamente en la
muestra estudiada los tres principales prototipos de la personalidad, los
cuales ya vienen replicándose
desde hace varios años, por ejemplo en Robins et al. (1996). Por su parte, se
espera que se confirme la hipótesis de Eysenck sobre la conducta antisocial
(CA) en adolescentes, dentro de su modelo biosocial PEN de la personalidad. Se
espera que la variable psicoticismo (Eysenck y Eysenck, 1985) destaque en el
prototipo infracontrolado. Esperamos que las diferencias entre los tres
prototipos en psicoticismo se mantengan estables desde los 11 a los 15 años. Es
decir, si psicoticismo es una dimensión estable o más bien varía con la edad.
Por último, con respecto a la validación externa, esperamos que los ANOVAs
separados para diversas variables dependientes, como las cuatro subescalas de
agresión, diferencien también a los prototipos de personalidad en
predisposición a conductas antisociales agresivas, así como también en
conductas de adaptación escolar, en especial, en rendimiento académico.
Método
Participantes
La
muestra estuvo compuesta por un total de 1416 adolescentes (658hombres -47%- y 758
mujeres -53%), con edades comprendidas entre los 11 y 15 años (con una media de
13,32 años y desviación típica de 1,22). De 11 años eran 96; 294 de 12; 397 de
13; 313 de 14 y 316 de 15. Todos escolarizados en cinco colegios públicos y
privados de la Comunidad de Castilla y
León (España). Fueron escogidos seis colegios, pero uno de ellos no deseó
participar, la forma
de elección fue por conveniencia (cercanía).
Procedimiento
y método
Se
trata de un estudio descriptivo y comparativo. Es regional y ex post facto. Se
realizó a través de cuestionarios de auto-informe. Los cuestionarios se
aplicaron en el contexto del aula. Previo a su administración, se contó con el
permiso de los directores de los colegios y con el
consentimiento de padres y tutores. Únicamente dos niños no realizaron las
pruebas. Los cuestionarios
fueron aplicados por personas expertas (psicólogos, psicopedagogos y tutores),
siendo la duración
de las sesiones
de una hora
aproximadamente. En todo momento
se garantizó a los participantes el anonimato y la confidencialidad de
los datos.
Instrumentos
de evaluación
Cuestionario
de Personalidad de Eysenck (EPQ-J). El Cuestionario de Personalidad EPQ
(Eysenck y Eysenck, 1998) tiene la forma J aplicable a niños y adolescentes
entre 8 y 15 años de edad. Consta de 81 ítems con opciones de respuesta de tipo
dicotómico sí-no. Mide las dimensiones de la personalidad según el modelo de
Eysenck: neuroticismo (20 ítems), extraversión (24 ítems) y psicoticismo (17
ítems); otros 20 ítems de la escala de sinceridad (S) completan el EPQ-J.
Aunque los coeficientes de psicoticismo y sinceridad son relativamente bajos en
fiabilidad en nuestro estudio, sin embargo están en línea con los informados
porEysenck, Eysenck y Barrett (1985).
Conducta
antisocial (CA). Esta medida resulta de una selección realizada por Eysenck y
Eysenck (1998) entre los anteriores ítems, selección de 35 de ellos que figuran
en el manual y que aporta la quinta medición posible con el Cuestionario EPQ-J.
La Conducta Antisocial es un compuesto de hasta 35 puntos posibles, es decir,
que se puntúa entre un mínimo de 0 y un máximo de 35 puntos: 9 de neuroticismo,
15 de extraversión y 11 de psicoticismo. La fiabilidad para esta escala hallada
por los autores de la versión española fue de 0,75, por lo que la consideraron
un instrumento útil para predecir la delincuencia o la reincidencia de los
sujetos (Eysenck y Eysenck, 1998).
Cuestionario
de Agresión(AQ reducido) (Bryant y Smith, 2001). Se trata de la versión
reducida del Aggression Questionnaire (AQ) de Buss y Perry (1992), el cual
estaba compuesto originalmente por un total de 29 ítems agrupados en 4
dimensiones. La versión reducida de Bryant y Smith (2001) –que ha sido la que
hemos utilizado en el presente estudio– consta de un total de 12 ítems
agrupados en 4 dimensiones: agresión física, agresión verbal, enfado y hostilidad. Las
propiedades psicométricas de las escalas
reducidas del Cuestionario
de Agresión muestran valores altos (α = .88 - .92) de consistencia
interna en términos del alfa de Cronbach; los datos de validez convergente y
discriminante proporcionaron un fuerte apoyo para esta arquitectura de la
agresión para los factores agresión física, enfado y hostilidad por su fuerte
correlación con la medida criterio. Sin embargo, el factor agresión verbal no
mostró ninguna validez discriminante con la medida criterio y mostró baja
correlación con cada uno de los otros factores del AQ (Bryant y Smith, 2001).
Escalas
de adaptación escolar: Son escalas de ítem único preparadas ad hocpara el
presente estudio, a las cuales se contesta con puntuaciones que oscilan entre 1
y 5:
- Maltrato escolar recibido. Sentir
maltrato escolar. Se le pide al estudiante que conteste cómo le han tratado el
último año en el colegio, desde 1 (muy bien) a 5 (muy mal).Los
niveles
intermedios de respuesta son 2-3-4.
- Agresión relacional a iguales. Causante de
maltrato escolar. De modo similar, se le pregunta si en el último año ha
tratado mal a otros compañeros, para que conteste 1 (nunca) hasta 5 (muchas
veces), con las respuestas intermedias de 2-3-4.
- Rendimiento académico.
Por
último, se le pregunta acerca de cómo lleva los estudios en general, comparado
con sus compañeros, pudiendo contestar desde 1 (muy mal) a 5 (muy bien),
pasando por 2 (mal), 3 (regular) y 4 (bien).
Análisis
de datos
Por
un lado, se realizó un análisis de clúster para clasificar a los sujetos en
grupos; se hicieron análisis estadísticos descriptivos y de frecuencias; la
prueba t de diferencia de medias para averiguar las diferencias por razón de
género en las medidas aplicadas; la prueba χ2 se realizó para determinar si las
diferencias entre los grupos (tipos) y género eran significativas; se
realizaron ANOVAs para examinar la presencia de diferencias entre los grupos en
las escalas aplicadas; y la
prueba Newman-Keulspara estimar
en qué grupos
era significativa esa diferencia. Los análisis se realizaron
utilizando el paquete estadístico SPSS, versión 20.
Resultados
La
solución de tres conglomerados
Los
resultados del análisis de conglomerados (análisis de clúster) se muestran en
la tabla 1.
Hemos optado por la solución de tres conglomerados, por ser la solución preferida en la literatura sobre prototipos de personalidad y tener una sólida base teórica que apoya su interpretación. Según lo esperado, han aparecido los tres prototipos de la personalidad adolescente: el supracontrolado, el infracontrolado y el resiliente. Los porcentajes de cada sexo en los prototipos o grupos, así como su caracterización, son semejantes a los encontrados por otros autores mediante una solución también de tres conglomerados, por el método de Ward y el procedimiento de agrupación K-medias (Klimstra et al., 2010).
Hemos optado por la solución de tres conglomerados, por ser la solución preferida en la literatura sobre prototipos de personalidad y tener una sólida base teórica que apoya su interpretación. Según lo esperado, han aparecido los tres prototipos de la personalidad adolescente: el supracontrolado, el infracontrolado y el resiliente. Los porcentajes de cada sexo en los prototipos o grupos, así como su caracterización, son semejantes a los encontrados por otros autores mediante una solución también de tres conglomerados, por el método de Ward y el procedimiento de agrupación K-medias (Klimstra et al., 2010).
En
la distribución del sexo en los tres conglomerados, se ha hallado diferencia
significativa (χ2= 24,67, p<,01). Esta significación estadística del χ2,
superior a la exigida para el nivel de confianza del 1% (24,67 frente a la
requerida de 9,21 para 2 grados de libertad), pone de manifiesto que la
distribución del sexo en los grupos no se debe al azar. Las mujeres superan en
porcentaje a los varones ligeramente en el prototipo resiliente o bien adaptado
(22,2%
por 17,6% en varones) y ampliamente en el prototipo supracontrolado (15,2% por
9,4% en varones). Ese predominio se invierte en el conglomerado
infracontrolado, en el que los chicos llegan al 19,5% frente al 16,1% de las
chicas. En conjunto, el prototipo resiliente es el más numeroso de los tres con
el 39,8% de la muestra, mientras que en el infracontrolado se clasifica el
35,6% y en el supracontrolado lo hace el 24,6%.
Descripción
de los prototipos de personalidad
Si
atendemos a los valores de las medias para cada uno de los prototipos
estudiados (véase figura 1), el prototipo supracontrolado muestra un perfil de
personalidad con el más alto nivel de neuroticismo, la más baja extraversión
(alta introversión), estando en torno a la media en psicoticismo y sinceridad.
Este grupo supracontrolado tiene valores en
neuroticismo y extraversión contrapuestos a los valores de esas mismas
dimensiones en el prototipo resiliente o mejor adaptado, por lo que a veces se
le llama prototipo vulnerable. El perfil del prototipo infracontrolado muestra
las puntuaciones más altas en psicoticismo y en sinceridad, estando también
claramente por encima de la media en neuroticismo y extraversión. A este grupo
infracontrolado podemos llamarle el prototipo agresivo, a causa de su elevado
psicoticismo. En la muestra estudiada,
el perfil del 40% de la
población de adolescentes es del
prototipo resiliente, el más numeroso y mejor adaptado, con puntuaciones muy
bajas en neuroticismo, psicoticismo y sinceridad en tanto que altas en
extraversión. Se contrapone al infracontrolado – o agresivo–. Es el grupo de
referencia para comprobar hasta qué punto los grupos vulnerable
(supracontrolado) y agresivo (infracontrolado) se apartan en
sus niveles de agresividad y formas de acoso de los
comportamientos deseables y adaptativos (en las Figuras 1 y 2 se ilustran estas
diferencias entre los tres perfiles de personalidad adolescente).
Diferencias
en agresión y funcionamiento escolar de los tres tipos de personalidad
La
tabla 2 nos permite observar las diferencias del grupo resiliente con relación
al supracontrolado y al infracontrolado, en todas las variables estudiadas,
excepto en extraversión en la cual no hay diferencias significativas entre los
grupos resiliente e infracontrolado. Existe una diferencia menor (p =,000) en
las respuestas que dan los resilientes frente a los infracontrolados a sentirse
alguna vez maltratados o acosados. Por lo demás, el prototipo de escaso control
del ego, el infracontrolado, puede ser inadaptado cuando en las circunstancias
se producen agresiones de cualquier clase. Los individuos clasificados en el
infracontroladomuestran las puntuaciones más altas de los tres grupos en
psicoticismo y en sinceridad en el EPQ-J.
Estas
diferencias del infracontrolado, con relación al supracontrolado y sobre todo
al resiliente, por su alto psicoticismo en el EPQ-J son estables a través de
las diferentes edades estudiadas –entre los 11 y los 15 años– (véase Figura 2).
Su perfil en este cuestionario apoya la hipótesis de la conducta antisocial, en
cuya escala supera ampliamente (p <,001) a los otros dos grupos. En
validación externa con las escalas de agresión, el grupo infracontrolado puntúa
muy alto en las tres primeras (física, verbal y enfado), sólo superado por el
supracontrolado en hostilidad. Hay que destacar, en cambio, que el
infracontrolado no se diferencia del supracontrolado ni en agresión verbal ni
en enfado, lo que indica que tanto los infracontrolados como los
supracontrolados son igualmente superiores a los resilientes en esas dos
escalas de agresión, con una diferencia estadística altamente significativa (p
= ,000).
Por
su parte, si atendemos a las medidas de adaptación escolar de los participantes
según sean víctimas de acoso, acosadores y su rendimiento escolar, ambos grupos
con alteración en el control
del ego,
esto es, el
supracontrolado (por exceso) e
infracontrolado (por defecto), muestran
diferencias entre sí en cuanto al acoso recibido y la agresión perpetrada.
Estando ambos por encima de los niveles de acoso y victimización mostrados por
el grupo resiliente. En cuanto al rendimiento académico, al contrario de lo que
ocurre con todos los tipos de agresión y conducta antisocial, los grupos
supracontrolado e infracontrolado se encuentran ambos por debajo en rendimiento
académico comparado con el grupo resiliente (ver tabla 2).
Con
respecto a la interacción entre el grupo de personalidad y la implicación en
acoso se ha obtenido un valor de la F elevada estadísticamente significativo.
En concreto, el clúster grupo 1(supracontrolado) se ha mostrado más acosado y
menos acosador si lo comparamos con el clúster 2 (infracontrolado), ocurriendo
justo lo contrario, mostrándose menos acosado pero más acosador que el clúster
1. Por su parte, el grupo 3 (resiliente) presenta los menores niveles de acoso
y victimización, lo que indicaría que no está implicado en la agresión
relacional, no estando implicado ni como acosado ni como acosador (ver la
Figura 3).
Diferencias
según el sexo de los participantes
En
cuanto a diferencias según el sexo de los participantes en las variables
estudiadas vemos en la tabla 3 que, con la prueba t de comparación de medias,
se confirman las más altas puntuaciones
de los
varones en psicoticismo (t =
10,76; p =
,000)así como también las puntuaciones
más altas de las mujeres en neuroticismo (t =
-6,29; p = ,000), siendo las diferencias estadísticas
altamente significativas. De manera similar, en agresión física (t = 13,90;
p = ,000) y verbal (t = 4,33; p = ,000) los varones informan ser superiores a
las mujeres, sin diferencia de género en la subescala de hostilidad.
Igualmente, los varones están más implicados que
las mujeres en el maltrato
escolar, tanto como
víctimas o bien
como maltratadores,
especialmente participando en el maltrato o acoso a otros compañeros (t = 7,73; p
= ,000).
Con
un enfoque centrado en las variables, como los análisis de la tabla 3, hemos comprobado que ambos sexos
se hallan igualados en su aprovechamiento en general en los estudios, es decir,
en su rendimiento académico. Con el enfoque centrado en las personas, en cambio,
ya hemos señalado la superioridad del tipo resiliente con relación a los otros
dos tipos (supracontrolado e infracontrolado), con diferencias estadísticas
altamente significativas (ver tabla 2) en rendimiento académico. La composición
de los tipos en cuanto al sexo de sus integrantes aparece en la tabla 1.
Discusión
La
finalidad del estudio que se ha presentado ha sido analizar los tipos de
personalidad y su relación con la agresividad y la conducta antisocial en una
muestra de adolescentes escolarizados. En concreto, se han analizado los tipos
de personalidad en relación con la hipótesis de Eysenck sobre la conducta
antisocial y el nivel de agresividad.
A
través de los análisis de conglomerados, con las medidas del modelo de Eysenck
en el
EPQ-J,
hemos podido comprobar la hipótesis de la conducta antisocial. La novedad
estriba en que no ha sido una comprobación con grupos formados a priori, como
en el estudio de Center et al. (2005), sino con grupos formados a posteriori
mediante análisis de conglomerados. Con el mismo análisis
de conglomerados y el
procedimiento K-medias para la
solución de tres conglomerados o tipos de personalidad,
el tipo infracontrolado de este estudio es del todo coincidente con el tipo
infracontrolado hallado por Grumm y von Collani (2009) quienes, empleando el
modelo de los Cinco Factores, caracterizaron al mismo con baja amabilidad y
baja responsabilidad, las dos
facetas del psicoticismo en el
modelo de Eysenck. El
tipo infracontrolado fue el que más puntuó en agresividad global y el
resiliente el que menos, aunque la muestra no era propiamente de adolescentes.
La elección del modelo de PEN de Eysenck para este estudio lo creemos
plenamente justificado porque sus cuatro medidas son semejantes en muchos y muy
diversos países (Barrett, Petrides, Eysenck y Eysenck, 1998). La innovación
metodológica del enfoque o acercamiento centrado en las personas con este
modelo ha mostrado ser una acierto por las diferencias estadísticas altamente
significativas entre los tres tipos de personalidad, junto con la validación de
las cuatro clases del Cuestionario de Agresión (física, verbal, enfado y
hostilidad) y las tres escalas de Adaptación Escolar (dos de relación interpersonal
con iguales y
una de rendimiento
académico).
La superioridad descriptiva del acercamiento tipológico con respecto al acercamiento dimensional, así como también su utilidad, están siendo cada vez más aceptadas por los investigadores (Asendorpf, 2006). Los hallazgos de Robins et al. (1996) sitúan a los supracontrolados por debajo de los resilientes e infracontrolados en extraversión, al mismo tiempo que los resilientes se muestran superiores en estabilidad emocional (por bajo neuroticismo) a supercontrolados e infracontrolados. Estos resultados, y los obtenidos en otros estudios que también han utilizado K-medias en la formación de conglomerados, han confirmado la existencia de estos tres tipos de personalidad, junto con las diferencias características en el funcionamiento psicosocial de cada uno.
La superioridad descriptiva del acercamiento tipológico con respecto al acercamiento dimensional, así como también su utilidad, están siendo cada vez más aceptadas por los investigadores (Asendorpf, 2006). Los hallazgos de Robins et al. (1996) sitúan a los supracontrolados por debajo de los resilientes e infracontrolados en extraversión, al mismo tiempo que los resilientes se muestran superiores en estabilidad emocional (por bajo neuroticismo) a supercontrolados e infracontrolados. Estos resultados, y los obtenidos en otros estudios que también han utilizado K-medias en la formación de conglomerados, han confirmado la existencia de estos tres tipos de personalidad, junto con las diferencias características en el funcionamiento psicosocial de cada uno.
Con
el modelo PEN,Connolly y O’Moore (2003) estudiaron a niños y adolescentes con
edades comprendidas entre los 6 y 16 años que maltrataban a sus compañeros; de
los cuales 115
eran acosadores frente a los 113 del grupo control o no acosadores. Los
acosadores obtuvieron puntuaciones más altas en psicoticismo, extraversión y
neuroticismo que los no acosadores.
Son resultados coincidentes con los resultados obtenidos en el presente
estudio, referidos allí a dimensiones del modelo PEN y en este caso al
prototipo de infracontrolados logrado
con el mismo modelo de personalidad.
Los
resultados más recientes sugeridos por Tackett, Daoud, De Bolle y Burt (2013)
también son coincidentes con los obtenidos en el presente estudio, dado que
estos autores incluyen las edades comprendidas entre los 11 y 15 años. No
obstante, los resultados obtenidos en
el estudio de Tackett et al. (2013) fueron obtenidos con una muestra de 1080
participantes de edades entre los 6 y los 18 años. Pues bien, la implicación de
rasgos de personalidad asociados a la conducta antisocial nos permite deducir
que sus variantes de agresión física, transgresión de normas y agresión relacional
se incluyen también en la comprobación de la hipótesis de la conducta
antisocial de Eysenck. En los jóvenes normales se constata que la hipótesis de
la conducta antisocial de Eysenck se cumple, ya se usen las medidas del Modelo
PEN o bien las del Modelo de los Cinco Factores, con puntuaciones bajas en
amabilidad y en responsabilidad en
el prototipo infracontrolado. Como ejemplo
bastante reciente, Fossati, Borroni y Maffei (2012) confirman
que las puntuaciones bajas en amabilidad y en responsabilidad caracterizaban a
los adolescentes que informaron conductas de maltrato.
Implicaciones
Se
intenta actualmente incluir la agresión relacional como un tercer subfactor de
la conducta antisocial, al lado de la agresión física y la conducta de
infringir normas (Tackett et al., 2013). Estos autores aportan que los tres
subfactores han mostrado pesos sustanciales en el factor
general de conducta antisocial. Los hallazgos de Tackett et al. (2013), con más
de mil niños
y adolescentes, proporcionan soporte para el agrupamiento de la agresión
relacional como subfactor de la conducta antisocial, aunque la agresión física
es la variante más poderosa de la conducta antisocial juvenil, en comparación
con la agresión relacional y la transgresión de normas. En cualquier caso, el
estudio de la agresión relacional y su relación con la personalidad es un campo
de investigación preferente para el futuro en los ámbitos educativos.
El
estudio e intervención en la agresión entre iguales tendrá que implicar en sus
metas el autocontrol de los estudiantes, como ha postulado la teoría del
ego-control de Block y Block (1980). Ello supone caracterizar al tipo
infracontrolado, tal como ya fue intentado por Block, Block y Keyes (1988),
aunque sólo fuese para comprobar que ciertas respuestas de autoinforme
tienen correlaciones significativas
con el
uso de drogas
como la marihuana. Estos ítems detectan la dificultad del joven
adolescente para posponer la gratificación, su reacción precipitada y rápida,
su notable expresividad emocional, su labilidad emocional y su facilidad para
irritarse o enfadarse ante la menor contrariedad. Según Block et al. (1988),
las correlaciones de los ítems aludidos son significativos con el uso de
marihuana y drogas duras, tanto
para chicos como
para chicas, con
comienzo en la
niñez. Esta deficiencia
en el autocontrol está
muy asociada con
la dimensión psicoticismo del cuestionario EPQ-J de Eysenck, dimensión destacada en el perfil
que hemos denominado infracontrolado a lo largo del presente estudio.
En cuanto
a las diferencias
por clases de
agresión, los grupos
muestran mayor propensión a la
agresión física, verbal y al enfado si son infracontrolados. El prototipo de
infracontrolados es el prototipo más agresivo, sólo superado en hostilidad por
el grupo de supracontrolados. El prototipo resiliente no muestra predisposición
agresiva alguna en comparación con los otros dos grupos o prototipos. Las
diferencias de género se manifiestan en la alta distribución de mujeres entre
los supracontrolados y la alta distribución de hombres entre los
infracontrolados, precisamente por las altas puntuaciones en psicoticismo en su
perfil, el cual es estable de los 11 a los 15 años. En contra de la crítica de
Poropat (2011), los problemas de medida y validez de la dimensión psicoticismo
no significan que su uso carezca de utilidad en los centros educativos.
Nosotros pensamos que se ha de refinar la investigación con
el modelo y medidas de Eysenck, porque pueden ser útiles en el psicodiagnóstico
y orientación escolar, particularmente de
los jóvenes adolescentes. Lo mismo piensan otros autores (e.g., Scholte y
De Bruyn, 2001; López y López, 2003; Flores-Mendoza, Widaman, Mansur-Alves,
Bacelar y Saldanha, 2013). De todos modos, hemos elegido el enfoque centrado en
las personas, que incluye a psicoticismo dentro de un perfil clasificatorio,
antes que el enfoque dimensional o centrado en las variables, quedando este
último enfoque más expuesto a la crítica de Poropat (2011).
Los
intentos de aproximación a la agresión relacional nos persuaden de la
importancia de conocer mejor a los estudiantes más implicados, su bajo
rendimiento académico y las consecuencias
que afectan sobre todo a las víctimas de la agresión relacional. De acuerdo con Dahlen,
Czar, Prather y Dyess (2013), la agresión relacional y la victimización
correlacionan positivamente con
problemas emocionales y de conducta, como problemas
de depresión, ansiedad, estrés o
uso de drogas. En una muestra de 2003 adolescentes de 11 a 16 años, en Irlanda
del Norte, se halló que el 17,2% había sido víctima de acoso escolar o acosados
alguna vez, y el 8,1% que había acosado a otros alguna vez. Este maltrato entre
iguales, que era en realidad agresión relacional, se extendía a experiencias
personales durante las horas de comer, en actividades deportivas y en la
inseguridad personal percibida (Mc Guckin, Cummins y Lewis, 2009).A pesar de
todo, la agresión relacional puede no aparecer como una conducta típicamente
agresiva.
Tablas y Figuras : https://docs.google.com/viewer?url=http://www.psye.org/articulos/Moran%20y%20colbs.pdf
Tablas y Figuras : https://docs.google.com/viewer?url=http://www.psye.org/articulos/Moran%20y%20colbs.pdf
Agradecimientos
Estos
datos forman parte de una investigación más amplia financiada por la Junta de
Castilla y
León (España), Resolución
EDU/1160/2008, a quien
agradecemos la ayuda financiera proporcionada.
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