El
fenómeno de los jóvenes infractores con problemas de salud mental se ha
convertido en un problema a nivel europeo que es necesario tratarlo. Diferentes
estudios y experiencias en la investigación se han centrado en las tendencias
de los menores y de los jóvenes que tienen un comportamiento delictivo y los
que también sufren una enfermedad o una alteración de la salud mental,
asociados la mayoría de ellos con un consumo y abuso de sustancias. Existen
menores y jóvenes con trastornos mentales, ya sea aisladamente o en combinación
con la adicción a sustancias tóxicas, que han causado o contribuido al
desarrollo de ciertos comportamientos antisociales.
Cuando
en 2006 fue pronunciada una estrategia en la Unión Europea sobre la salud
mental, el Parlamento Europeo señaló que teniendo en cuenta a los delincuentes
en edad adulta “aproximadamente el 40% de los presos sufren algún tipo de
enfermedad mental, y la probabilidad de suicidarse es siete veces mayor en
comparación con la gente que se integra en la sociedad. Las condiciones
inadecuadas en las cárceles pueden agraviar la enfermedad e impedir la
rehabilitación”. En el caso de los jóvenes en situación de privación de la
libertad, tienen una mayor tendencia a desarrollar enfermedades mentales que
los adultos. Las cifras muestran que el 95% de los jóvenes sufren al menos un
problema de salud mental y el 80% más de uno. De acuerdo con la organización
Prison Reform Trust, la probabilidad de que los menores en situación de
detención cometan suicidio es dieciocho veces mayor que la gente que vive en la
comunidad.
Según
los investigadores científicos y los profesionales en justicia juvenil, existen
evidencias cada vez mayores de que la mayoría de los jóvenes infractores en los
sistemas de justicia juvenil a nivel mundial tienen síntomas de problemas
mentales y otros más serios con el consumo de drogas. Reconocidos
investigadores a nivel mundial han descubierto que la mitad o un tercio de los
jóvenes que ingresan en los centros de detención preventiva cumplen los
criterios necesarios para sufrir para uno a más problemas mentales. Además,
esto se convierte en un problema significativo tanto a nivel de salud física y
mental como de su bienestar, y se agrava si estas necesidades no son identificadas
ya que repercute a largo plazo en un futuro en sus vidas.
El
problema central sobre las enfermedades mentales de los jóvenes es la cuestión
sobre su responsabilidad penal. En teoría, cuando se declara a los acusados
mentalmente inestables, no pueden ser condenados por un delito debido a que su
capacidad está reducida/disminuida. Sin embargo, los profesionales en justicia
juvenil tienden a pasar por alto las señales y los síntomas propios de los
problemas de salud mental en los jóvenes infractores y, por consiguiente, son
impuestas sentencias de naturaleza más bien restrictiva que terapéutica. Dichas
sentencias solo pueden exacerbar los problemas mentales.
Además,
se hace evidente la carencia de un tratamiento adecuado así como de estrategias
y políticas adecuadas para tratar a los jóvenes con problemas mentales. Tampoco
existe una formación adecuada en el ámbito judicial de los profesionales y
existe una carencia de colaboración con el sector sanitario, con lo que a
menudo se complica la eficacia en respuestas efectivas a jóvenes con problemas
de salud mental.
Cuando
políticas y estrategias en los ámbitos de justicia, salud y del derecho del
menor, son planteadas, la tarea más crítica para la UE así como para las
entidades nacionales es el reconocimiento de las necesidades de los jóvenes
infractores con problemas de salud mental. En lugar de institucionalizar los
problemas de salud mental en las prisiones, en las organizaciones para la
justicia juvenil o en las sanitarias, la tarea preponderante para los países
europeos tendría que ser la de facilitar la disposición de recursos
individuales adaptados a las necesidades particulares de niños y de jóvenes
infractores con problemas de salud mental a través, por ejemplo, de la creación
de unidades específicas o de terapia comunitaria. Teniendo en cuenta que ante
la gran variedad de instrumentos internacionales y normas que garanticen los
derechos y el bienestar de los niños, en los que se incluyen a los jóvenes,
esta situación que afecta a los menores es inaceptable.
En
este contexto, y dentro del Programa DAPHNE III, la Comisión Europea apoyó al
Observatorio Internacional de Justicia Juvenil (OIJJ) en el desarrollo y la
coordinación de un proyecto de estudio comparativo sobre la situación actual de
los jóvenes infractores con problemas de salud mental en Europa. Por
consiguiente, el innovador proyecto titulado Análisis Comparativo Europeo y la
Transferencia de Conocimientos sobre Recursos de Salud Mental para Jóvenes
Infractores (MHYO) ha sido finalizado y llevado a cabo entre Diciembre 2009 -
Diciembre 2011.
Proyecto
MHYO
Descripción
El
Análisis Comparativo Europeo y la Transferencia de Conocimientos sobre Recursos
de Salud Mental para Jóvenes Infractores (MHYO) es un proyecto innovador y
sostenible basado en la puesta en común de conocimientos y expertos en la
materia en relación con los jóvenes infractores con trastornos mentales. De
esta forma, desde finales de 2009 la Dirección General de Justicia, Libertad y
Seguridad de la Comisión Europea ha apoyado al Observatorio Internacional de
Justicia Juvenil (OIJJ) en el desarrollo, seguimiento y coordinación del
presente proyecto de análisis y comparación entre las organizaciones europeas
que comparten un interés común en la situación actual de los jóvenes
infractores con problemas de salud mental en Europa.
Los
Estado miembro de la Unión Europea tienen que enfrentarse a dificultades
similares cuando se relacionan con instituciones del ámbito social, de la salud
y de la justicia. El proyecto tiene como fin la creación de mecanismos
innovadores con los que generar un cambio y una convergencia, lo cual promueve
la unión de las instituciones para jóvenes infractores y de los servicios
jurídicos en toda la Unión Europea. Existe una necesidad muy concreta de las
instituciones de salud mental tanto a nivel local, regional y nacional dentro
del sistema de justicia juvenil y en relación a los recursos de salud mental
facilitado a los jóvenes infractores, así como, de una cooperación mutua entre
los organismos y agentes con responsabilidades comunes.
Objetivos
La
estrategia global del proyecto se centró en el análisis de los sistemas
nacionales de salud y de justicia con los jóvenes infractores con trastornos en
salud mental en edades comprendidas entre los 10 y los 21 años, para
promocionar los cambios necesarios tanto en las políticas como en las prácticas
así como también para acordar unos parámetros mínimos en relación al
funcionamiento de las instituciones de ambos sistemas, salud y justicia. Como
resultado de esta investigación, resulta evidente la carencia de programas
específicos para la salud mental en los sistemas de justicia juvenil de los
distintos países participantes. Basándose en los resultados obtenidos, el
proyecto ha creado una estructura de formación y de buenas prácticas adaptada a
las necesidades de los profesionales que trabajan en las áreas de desarrollo y
de procesos psicológicos en jóvenes desde una perspectiva integradora y
multidisciplinar de los sistemas de justicia y de salud.
El
objetivo final del programa MHYO durante estos dos años ha sido el desarrollo
futuro de las buenas prácticas y de una formación adecuada a los profesionales
sobre el proceso evolutivo y psicológico de los jóvenes, teniendo en cuenta sus
necesidades individuales, desde una perspectiva integradora y multidisciplinar
por parte de los sistemas de salud y de justicia.
Conferencia
Internacional
Con
una amplia participación internacional y reuniendo a representantes de Naciones
Unidas e Instituciones de la UE, a autoridades nacionales y regionales, y a
expertos del ámbito universitario y de ONGs, tuvo lugar los pasados 9 y 10 de
noviembre de 2010 la IV Conferencia Internacional OIJJ celebrada en Roma
(Italia) bajo el título: Desarrollo de sistemas de justicia juvenil
integradores: Enfoques y metodologías en trastornos mentales y abuso de
drogas'.
Esta
IV Conferencia Internacional, co-organizada con el Instituto Don Calabria, ha
contado con la colaboración del Ministerio de la Juventud de Italia, en el
marco del Año 2010 Internacional de la Juventud, el Ministerio de Justicia de
Italia, el Comune di Roma y la Asociación Internacional Diagrama.
En
esta ocasión, la Conferencia Internacional OIJJ tomó como eje central de
estudio la necesidad de articular programas y recursos que permitan la
intervención eficaz con menores y jóvenes que presentan problemas de salud
mental y/o consumo de sustancias tóxicas y que a su vez se encuentran en riesgo
y/o en conflicto con la ley. Así, la Conferencia se desarrolló a través de dos
líneas principales: a) Trastornos mentales y consumo de drogas: Análisis de la
situación de los menores en conflicto con la ley, b) Sistemas de justicia
juvenil y de salud: Una necesaria colaboración multidisciplinar e integradora.
En
el discurso de inauguración, el Presidente del Observatorio Internacional de
Justicia Juvenil, Dr. Francisco Legaz Cervantes, destacó la necesidad del
'desarrollo y promoción de sistemas de justicia juvenil integradores, en
estrecha coordinación y colaboración entre la justicia, la salud y lo
socioeducativo', resaltando también en sus palabras 'que en ningún caso debemos
criminalizar a nuestros menores y jóvenes con problemas de salud mental, del
mismo modo que no debemos patologizar a nuestros menores y jóvenes
infractores'. En esta misma línea se pronunciaron durante la apertura de la
Conferencia el Sr. Roberto Salvan, Director General del Comité Italiano de
UNICEF y el Dr. Bruno Brattoli, Jefe del Departamento de Justicia Juvenil del
Ministerio de Justicia de Italia.
A
lo largo de las dos jornadas de la Conferencia, más de sesenta ponentes de todo
el mundo debatieron sobre temas relacionados con la intervención con menores
infractores particularmente vulnerables debido a trastornos relacionados con la
salud mental y / o consumo de drogas. Entre ellos, se encontraban un gran
número de altos representantes de organizaciones internacionales (UNICEF,
ILANUD, Comité de los Derechos del Niño, etc.), organizaciones no
gubernamentales internacionales (Asociación Internacional de Magistrados de la
Juventud y de la Familia (AIMJF), el Centro Internacional para la Prevención
del Delito (CIPC), etc.) y organismos nacionales como por ejemplo el Centro
Nacional de Salud Mental y Justicia Juvenil de los Estados Unidos. También,
como parte de las actividades realizadas dentro de los convenios de
colaboración entre el OIJJ e Instituciones nacionales, se destacó la
participación del Departamento de Protección Judicial de la Juventud del
Ministerio de Justicia de Francia y del SENAME del Ministerio de Justicia de
Chile.
La
ponencia marco de la Conferencia fue pronunciada por el Prof. Dr. Thomas Grisso
(Universidad de Massachussets -Estados Unidos-) abordando la temática relativa
a: 'Los Principios fundamentales a la hora de desarrollar programas de
tratamiento para menores infractores con trastornos mentales'.
Destacar
que la IV Conferencia se celebró en el marco del proyecto de investigación
'Análisis Comparado Europeo y Transferencia de Conocimiento sobre Recursos de
Salud Mental para Jóvenes Infractores' del Programa DAPHNE III de la Comisión
Europea, coordinado por el OIJJ. Este proyecto tiene como objetivo último el
desarrollo de buenas prácticas y de programas de formación adaptados a las
necesidades de los profesionales y de los menores, desde una perspectiva
integradora y multidisciplinar de los sistemas de la justicia y de la salud.
En
total más de 350 asistentes de 50 países procedentes de Europa, América,
África, Asia y Oceanía, debatieron sobre temas transversales en justicia
juvenil, tales como: el estudio de la situación de los menores infractores con
trastorno mentales o relacionados con el consumo de drogas; las respuestas de
los sistemas de justicia juvenil ante las infracciones cometidas por menores y
jóvenes que padecen trastornos mentales; el perfil del menor infractor y el
análisis de los recursos empleados para su integración social; los aspectos
éticos y deontológicos relativos al tratamiento de los trastornos mentales; la
necesidad de fomentar recursos especializados entre los sistemas de justicia
juvenil y los servicios de salud, etc.
A
modo de conclusión, cabe destacar la necesidad de alcanzar una comprensión
integral de la situación de los jóvenes infractores con trastornos mentales,
atendiendo a sus circunstancias sociales, familiares y personales,
fortaleciendo la coordinación y la colaboración multidisciplinar entre todos
los agentes y organismos implicados. A través de recomendaciones específicas,
formuladas con el Comité Científico de la IV Conferencia Internacional, el OIJJ
tiene como cometido para el periodo 2010-2012, promover en la agenda
internacional y europea la problemática de la mejora de los recursos de salud
para menores infractores en las políticas de prevención e intervención con el fin
de aportar respuestas efectivas desde el interés superior del menor.
royecto
MHYO, Volumen I
Recursos
de Salud mental y Jóvenes infractores:el
estado de arte, retos y buenas prácticas
‘Recursos
de Salud mental y Jóvenes infractores: el estado de arte, retos y buenas
prácticas’ es un documento único que contiene el análisis sobre el actual
status de salud mental de jóvenes infractores, llevado a cabo en ocho países
europeos (Bélgica, Francia, Italia, los Países Bajos, Polonia, Portugal, España
y Reino Unido). Además, este Volumen incluye contribuciones de Brasil y del
continente africano, las cuales cuentan con elementos comparativos para
comprender mejor la situación de los jóvenes infractores con trastornos
mentales.
Cada
informe nacional aporta elementos para comprender mejor la difícil situación en
la que se encuentran los jóvenes infractores con serios trastornos de salud
mental. Cada país sigue los mismos procedimientos: describir el perfil y los
antecedentes de los jóvenes infractores, las regulaciones penales y de
protección del menor (incluyendo los principios de acceso a los servicios
proporcionados), el papel de los profesionales y el desarrollo de sus
competencias, diferentes enfoques de intervención (lo que funciona y lo que
no), y las recomendaciones y propuestas concretas para el desarrollo de buenas
prácticas.
Bélgica
Los
autores del informe belga destacan y examinan el material publicado relacionado
con la delincuencia juvenil y los trastornos psiquiátricos en Bélgica y ofrecen
un análisis de los sistemas terapéuticos y de justicia para los jóvenes
infractores. Describen además, un modelo innovador que se ha desarrollado desde
2003, a través del cuál se crearon centros de psiquiatría forense para
adolescentes delincuentes, y la última creación de un sistema de asistencia
interrelacionado (salud, educación y minusvalías) a nivel institucional basada
en una fuerte voluntad por fomentar la coordinación. Los autores informan que
Bélgica está a la vanguardia en investigaciones sobre problemas psiquiátricos
en esta subdivisión de la sociedad, debido a sus programas de asistencia
específica y educación, y siendo desarrollados de manera colaboradora entre las
autoridades de justicia, juvenil y de la salud.
Francia
Los
autores del informe francés comienzan su estudio definiendo las diferentes
etapas del desarrollo mental de los adolescentes en conflicto con la ley, el
impacto de la transición entre la niñez y la edad adulta y el proceso de
desarrollo de la evolución psicológica, gracias a los programas específicos
para jóvenes infractores con trastornos en salud mental. Además, desde una
perspectiva más política, ofrecen un claro análisis de las influencias
ideológicas de los diferentes enfoques institucionales, sobre todo divididos
entre los sistemas de justicia y de la salud. El informe también describe
distintos programas y procedimientos para identificar posibles patrones
respecto a las prácticas en la justicia juvenil en jóvenes que sufren
trastornos de la salud mental. También, es ofrecida una descripción detallada
sobre varios centros de asistencia para niños y adolescentes.
Italia
Los
autores del informe italiano inician su análisis dando importancia a
estadísticas sobre trastornos mentales específicos entre la población de
jóvenes infractores italianos, basado en el trabajo conjunto entre el
Departamento de Justicia Juvenil Italiana y el Instituto Don Calabria, debido a
que no existen estudios empíricos nacionales disponibles. Los resultados
indican una gran prevalencia de varios trastornos mentales incluidos los
trastornos emocionales, de ansiedad, disruptivos y abuso de sustancias. Los
datos muestran también el aumento del consumo de drogas entre los jóvenes que
están en contacto con los sistemas de justicia italiana y que el 50% de los
jóvenes en el sistema de justicia juvenil no poseen la nacionalidad italiana.
El
marco legal en justicia juvenil se describe sustentar por principios de
simplificación en el proceso para garantizar el mínimo trastorno en el
desarrollo educacional de los jóvenes. Los jóvenes que están detenidos pueden
someterse a programas educativos a medida en donde se les ayuda a un gran
numero de las dimensiones de sus vidas, incluida una intervención psicológica.
La disposición de los servicios de salud mental en jóvenes en el sistema penal
de justicia es responsabilidad desde 2008 del Departamento nacional para la
Salud. Mientras no se evalúe a todos los jóvenes infractores por un médico
profesional generalista el cuál pueda buscar otros síntomas que el resto de
especialistas, no existirá un sistema de revisión general o de recursos para
establecer el status sobre la salud mental. Otros defectos son la falta de
prácticas especializadas para los profesionales de los sistemas de justicia
juvenil y de salud mental.
El
informe termina con las recomendaciones para el desarrollo de buenas prácticas
a través de una serie de entrevistas con los principales interesados en el
sistema de justicia juvenil italiano y en el de salud mental; los cuáles, hacen
una serie de recomendaciones principales teniendo en cuenta la disponibilidad
de los servicios adecuados para los jóvenes involucrados en delitos, con
trastornos mentales y la necesidad de enfoques estructurados para evaluarlos.
Países
Bajos
El
autor del informe Neerlandés comienza proporcionando los porcentajes de jóvenes
infractores con trastornos mentales entre la población neerlandesa. A partir de
esto datos se deduce claramente que: la proporción de jóvenes infractores con
trastornos mentales es 6 o 7 veces mayor que entre los no infractores, que
algunos tipos de esos problemas mentales son particularmente frecuentes, como
los trastornos afectivos, los relacionados con abuso de sustancias y trastornos
personales; que los trastornos intelectuales son también muy comunes, que la
vida familiar de los jóvenes infractores se caracteriza por sufrir adversidades
y desventajas. El autor también resalta que muchos de los jóvenes experimentan
simultáneamente más de un trastorno mental.
El
informe describe el sistema común de asistencia juvenil para niños y familia
centrado y caracterizado por un fácil acceso, una integración de los servicios
y que está suficientemente estructurado como para conocer las necesidades de
los usuarios. El sistema está orientado en ayudar a los jóvenes a cambiar su
comportamiento delictivo y en no reincidir, en vez de sancionar a los jóvenes,
ofreciéndoles unas respuestas continuas a partir de un periodo de derivación a
los servicios propios de apoyo para jóvenes, una desviación de los sistemas de
justicia juvenil para organizar actividades restaurativas como alternativas a
las sanciones, como es el servicio comunitario al a las medidas de privación de
la libertad. El informe también ofrece una idea general sobre la práctica y la
experiencia de varios profesionales que están en contacto con los jóvenes y
ofrece una idea global sobre la formación que mejoraría sus prácticas. También
identifica las limitaciones para llevar a cabo la colaboración entre
profesionales.
El
autor da algunos ejemplos sobre las mejores prácticas y describe impresionantes
programas a gran escala diseñados para evaluar y abordar los comportamientos
problemáticos de menores que podrían ser vulnerables al desarrollo de un futuro
comportamiento delictivo. En relación con una intervención, se hace especial
hincapié en los resultados de los programas y se describen varios ejemplos y
muy efectivos llevados a cabo en los Países Bajos en los ámbitos de formación
familiar, la promoción de un comportamiento positivo en el niño, y en terapia
familiar funcional. El informe concluye con una serie de recomendaciones
teniendo en cuenta la necesidad de un mayor número de profesionales con
formación especializada en los sistemas de justicia juvenil y de salud, así
como de una futura integración de ambos sistemas.
Polonia
El
autor del informe polaco empieza señalando que no existen estudios de
investigación oficiales, y como consecuencia, la descripción que se detalla
sobre el status mental de los jóvenes relacionados con la delincuencia juvenil
está basada en entrevistas a los profesionales que trabajan en este campo y en
informes por parte de los centros de detención. Los datos completos indican que
el 93% de los jóvenes detenidos en Polonia experimentan algún tipo de trastorno
mental, que los trastornos relacionados con el razonamiento es 4 o 5 veces
superior que en la población en general y que los jóvenes privados de libertad
experimentan disfunciones familiares significativas. Particularmente, el autor
identifica la vulnerabilidad del desarrollo a través de la violencia entre
aquellos menores que proceden de centros de reclusión abarrotados y con pocos
recursos.
En
Polonia, son denominados adolescentes, aquellos jóvenes que comprenden edades
entre los 13 y los 18 años en relación con acciones delictivas, y a los mayores
de 21 para medidas educativas y correccionales. Los juzgados de familia pueden
ordenar una serie de medidas entre las que se encuentran la participación
obligatoria en clases reparadoras o educativas, la cita con un supervisor
profesional, la colocación ya sea en una familia de acogida o bien en un centro
de detención, siendo ésta la respuesta penal más severa. Además, describe un
servicio centralizado con algunas organizaciones regionales disponible para
ayudar a los jóvenes en el sistema judicial y que necesiten una valoración e
intervención sobre su salud mental.
El
informe termina con un número de recomendaciones entre las que se incluyen la
necesidad de mejorar las disposiciones para regular la asistencia en materia de
salud mental de los jóvenes en aquellas regiones del país que frecuentemente no
cuentan con tales servicios, la necesidad de un mayor número de profesionales
cualificados que trabajen en el área de salud mental juvenil y en la formación
especializada de dichos profesionales, y una mayor inclusión de la familia en
la mediación y en el desarrollo de programas preventivos.
Portugal
El
autor del informe portugués indica que no existen datos fiables en cuanto al
alcance de los trastornos mentales en niños y adolescentes en general o de la
población delictiva. Sin embargo, un estudio llevado a cabo en 2008 por la
Dirección General para la Reinserción Social en este país señala que el 54% de
los jóvenes que están en centros de detención tienen serios diagnósticos para
uno o más trastornos psiquiátricos según el sistema de clasificación del Manual
diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM, siglas en inglés) o
del International Classification of Disease (ICD). El sistema de detención
juvenil portugués se describe según las necesidades mentales de los jóvenes
como el acceso a sanidad privada o al sistema público sanitario. En Portugal se
considera de obligado cumplimiento la asistencia a todos los jóvenes para los
cuales la estancia en centros educativos está siendo revisada antes de imponer
la medida en cuestión.
La
edad de responsabilidad penal es de 16 años, y para aquellos con edades
comprendidas entre los 12 y los 16 que cometan un delito estarán sujetos a una
intervención educativa que puede variar desde recibir un aviso en forma verbal,
a trabajos comunitarios, a una supervisión y hasta la detención en un centro
educativo. No obstante, el mismo autor informa que por el momento no existen
centros residenciales específicos diseñados para conocer las necesidades en
materia de salud mental en los jóvenes infractores con trastornos personales o serias
adicciones. El informe también señala la falta de coordinación entre el
personal y los organismos, y la carencia de una formación específica para los
profesionales que trabajan con jóvenes infractores con trastornos mentales.
El
informe portugués concluye con un gran número de recomendaciones. Entre ellas
destacan: la necesidad de una formación específica para los profesionales, un
estudio nacional para establecer la extensión de los trastornos mentales en
relación con jóvenes infractores que tienen comportamientos delictivos, la
necesidad de anticipación y de generalización a través programas preventivos, y
por último, la necesidad de una mayor cooperación entre los profesionales y
entre las entidades.
España
Los
autores del informe español también comienzan expresando que no existe ningún
estudio científico a nivel nacional sobre los índices de trastornos mentales en
jóvenes con conductas delictivas. Por ello, el informe ofrece datos del Centro
de Intervención Terapéutico para jóvenes (Pi Margall) que indica que los
jóvenes detenidos en España experimentan, más frecuentemente, trastornos
mentales en relación con trastornos de negativismo desafiante, abuso de
sustancias, problemas asociados con un ambiente familiar violento, de abandono
o de abuso sexual. Los tribunales de menores tienen el criterio de apaliar los
efectos en los trastornos mentales teniendo en cuenta y de forma directa a los
apropiados servicios de menores. Sin embargo, los autores destacan la falta de
un sistema normalizado o de un protocolo empleado para atender las necesidades
mentales de los jóvenes infractores. Sin embargo, el equipo médico de los
centros de detención puede tener acceso a los diagnósticos previos de los
jóvenes infractores que se realizaron en contactos previos con los servicios de
salud mental.
Las
necesidades en salud mental de jóvenes infractores son responsabilidad del
sistema nacional sanitario, pero no está especializado en la psiquiatría de
niños y adolescentes y de ahí que no haya formación especializada para los
profesionales, ya que solo cuentan con centros especiales que ofrecen a los
niños y a sus familias servicios generales para la salud mental. Según el
informe, la disposición de servicios de alojamiento y comunitarios está muy
limitada. Teniendo en cuenta los programas de intervención adecuados se
construyen unos modelos de comportamiento y cognitivos en lugar de los enfoques
en forma de castigo. El enfoque del centro Pi Margall se describe como un
ejemplo de las buenas prácticas en España porque combina la terapia individual
con la familiar y el trabajo en grupo.
El
equipo español realiza una serie de recomendaciones entre las que se incluyen
la necesidad de realizar un diagnóstico precoz a los jóvenes en riesgo para que
participen en los programas preventivos de intervención adecuada; y la
necesidad de desarrollar la especialidad en psiquiatría de niños y adolescentes
ligada a su vez con la formación pertinente de los profesionales. Además,
recomiendan una investigación para entender mejor las necesidades en salud
mental a nivel general de “los infractores” entre los jóvenes españoles. Por
último, resaltan también la necesidad de unos planes de coordinación y de
acción entre los Ministerios gubernamentales de Bienestar Social, Educación,
Sanidad y de Justicia, de forma conjunta con las distintas instituciones tanto
públicas como privadas que están implicados en las necesidades de salud mental
de los jóvenes que comenten delitos.
Reino
Unido
Los
autores del informe empiezan trazando un número de estudios a nivel nacional en
los que claramente se ilustra que los jóvenes que tienen un serio
comportamiento delictivo tienen trastornos mentales significativos, y ofrecen
datos el 43% de los jóvenes infractores con sanciones comunitarias tienen
trastornos mentales diagnosticados frente a un 10% de los niños entre 5 y 16
años de la población en general. Los trastornos más comunes son las
dificultades en el aprendizaje y la experiencia de abuso y de abandono. Los
autores reconocen que el comportamiento delictivo de dichos jóvenes no solo
necesita una simple respuesta judicial sino también una respuesta clara y
evidente basada en sus necesidades mentales.
El
informe del Reino Unido describe ejemplos de las buenas prácticas, en
particular el beneficio potencial de un sistema “a mano” de los Servicios de
Salud Mental para Niños y Adolescentes (CAMHS, en inglés). En dicho sistema los
jóvenes en instituciones penitenciarias reciben ayuda y son asistidos por los
equipos locales del CAMHS como parte de su custodia. Sin embargo, la
disposición de este sistema depende de las fuentes disponibles para jóvenes con
trastornos mentales en cada lugar. Describen además algunas de las estrategias
de intervención efectivas empleadas para jóvenes con trastornos mentales y con
comportamientos delictivos, como son la terapia multisistémica, la terapia de
comportamiento cognitiva y los programas parentales. Los autores dan cierto
énfasis a las intervenciones bien fundamentadas por los principios de la Teoría
del Apego.
Los
autores identifican varios defectos en el sistema y resaltan la necesidad de
continuar con la atención a los jóvenes que están en transición hacia el
regreso a sus comunidades después de un período de detención, y la necesidad
por parte de los profesionales de recibir formación adecuada y cualificada en
salud mental para así ayudar apropiadamente e intermediar para conocer las
necesidades de los jóvenes detenidos. A modo de conclusión, los autores dan una
serie de buenas prácticas relacionadas con la justicia penal con los servicios
de salud mental que existen en el Reino Unido y que se hacen notar a través de
los organismos y el personal local. Pero que para ello necesitan una base
estructurada a nivel nacional para asegurar que llegue a todos los jóvenes que
necesiten de sus servicios.
África
El
autor del informe empieza analizando el predominio de trastornos o problemas
mentales en el continente. El informe apunta que los niños con trastornos
mentales o dificultades en el aprendizaje entran en conflicto frecuentemente
con la ley por razones ligadas directamente a sus problemas o no. En
consecuencia, el análisis se describe en una realidad contextualizada y dentro
del marco legal de justicia para jóvenes infractores con trastornos mentales en
África. Además, el autor del informe constata que es un tema muy amplio y
variado y que en un resumido informe es difícil desarrollar en detalle las
distintas circunstancias nacionales y la legislación de los países africanos.
Sin embargo, el autor da una amplia perspectiva sobre este tema y una visión
general de los enfoques legales respecto a los Derechos del menor con problemas
o trastornos de salud mental en el contexto africano.
Brasil
El
autor del informe brasileño indica que la reciente y relativa democratización
de su país ha llevado el reconocimiento de que los niños y los adolescentes son
ciudadanos con plenos e iguales en derechos. Esto les ha llevado a un
importante cambio de orientación hacia un reconocimiento de los derechos de los
jóvenes en conflicto con ley como ciudadanos en lugar de promover la exclusión
y el castigo anteriormente impuestos. Así, el Estatuto Brasileño de la Niñez y
la Adolescencia realiza disposiciones especiales para jóvenes que tienen un
comportamiento delictivo y los que tienen problemas de salud mental,
estipulando que en estos casos necesitan asistencia y centros de salud mental
en entornos apropiados.
La
disposición de estos servicios es responsabilidad del servicio sanitario
nacional y por ello se estableció un organismo nacional “Sistema Nacional de
Asistencia Socio-Educativo” (SINASE) para supervisar los parámetros de atención
según las necesidades de salud mental de los jóvenes detenidos.
Simultáneamente, Brasil sufrió una revisión de su sistema de salud mental
dejando a un lado un enfoque institucionalizado y adoptando otro más centrado
en la asistencia en la comunidad. Sin embargo, el autor describe la experiencia
del sistema de justicia juvenil como un lugar donde el abuso y la tortura
siguen estando presentes y como las acciones de las instituciones
gubernamentales continúan estando exclusivamente centradas en el castigo y la
detención de los jóvenes infractores.
El
autor indica que en Brasil no existe un perfil sobre las necesidades de salud
mental de los jóvenes en conflicto con la ley. Teniendo en cuenta las disposiciones
de salud mental para los jóvenes infractores, un sondeo en 2008 sobre las
prácticas de 272 centros de detención indicaba elevados niveles tanto del uso
de medicamentos psiquiátricos como del empleo de la medida de aislamiento y una
falta de cooperación entre los centros de detención y los servicios públicos de
asistencia. El autor también considera detenidamente que el concepto de
peligrosidad unido con el de psicopatología pueden llevar a un uso incorrecto
que reduciría el desarrollo de los adolescentes. El autor concluye describiendo
dos proyectos piloto los cuales dan una visión positiva sobre la gestión de las
necesidades de salud mental de los jóvenes que tienen un comportamiento en
conflicto con la ley mientras se respecta al mismo tiempo sus derechos
individuales como ciudadanos.
Conclusión
En
este volumen, se pueden esbozar algunas conclusiones generales descritas
detalladamente por parte de los países. Los datos disponibles indican que se
encuentran pruebas en todos y cada uno de los países, ya sea en forma de
informes o examinando las cifras de los centros de detención demostrando que
los términos de jóvenes infractores y problemas de salud mental van de la mano.
Además, el nivel de implicación de un joven en el sistema de justicia penal guarda
correlación en mayor proporción con sus trastornos mentales. Esta elevada
proporción con los trastornos mentales se encuentra en jóvenes infractores con
sanciones comunitarias si se compara con los jóvenes no infractores en general,
y aumenta de nuevo las cifras entre los jóvenes en estado de detención.
También
concuerdan los tipos identificados de trastornos mentales. Los jóvenes
infractores presentan frecuentemente problemas de comportamiento internos y
externos, tales como trastornos de conducta y del estado de ánimo (depresión,
ansiedad). El alcohol y/o la adicción a las drogas así como la idea del
suicidio también se presentan en elevados porcentajes. Otras formas de
comportamientos problemáticos están relacionados con el status de salud mental
asociado en segundo plano a desventajas personales traumáticas y sociales que
pueden generar en comportamiento sexuales peligrosos, agresiones y violencia.
Además, también son comunes las especiales dificultades en el aprendizaje y a
nivel de razonamiento. Sin duda, existe problemas de salud mental complejos
relacionados con los psicosociales, los cuales se agravan al experimentar la
detención.
Los
países universalmente reconocidos reconocen que los jóvenes en conflicto con la
ley necesitan una respuesta por parte del sistema de justicia penal que no sea
sencillamente punitiva sino que también se esfuerce por restaurar el bienestar
en la sociedad repercutiendo en su desarrollo. Las necesidades en salud mental
de los jóvenes se ven mejor desde los servicios generales de salud nacionales
que desde los especializados de los centros de detención. Aunque el general
engloba al resto, en la mayoría de los países la realidad muestra la limitada
capacidad existente para el desarrollo de una buena calidad por parte de los servicios
de salud mental para los jóvenes en conflicto con la ley. Esto es debido en
parte a la falta de integración entre la justicia juvenil, los servicios de
salud y los educativos. En el apartado de cada informe nacional se indica
claramente la formación al equipo como un ingrediente clave en el éxito de
integración de estos organismos gubernamentales. Se identifica la necesidad de
la formación del equipo existente, particularmente una formación que ayude a
los profesionales del ámbito legal a entender los problemas en la salud mental,
y a los profesionales de la salud a entender el sistema legal propio de cada
nación respectivamente.
Es
recomendable realizar una práctica revisión médica sobre el status de salud
mental de todos los jóvenes que están en contacto con el sistema de justicia
juvenil, y en particular con los que están detenidos. Mientras que esto no
empiece a realizarse de forma estándar en varios países, no tendremos datos
concluyentes que nos muestren cuando los jóvenes experimentan trastornos en su
salud mental a través de un reconocimiento adecuado, una evaluación, una
formulación y la pertinente intervención. Existen herramientas clínicas
estructuradas disponibles para examinar y evidenciar las medidas para
intervenir en la carrera delictiva de los jóvenes, caracterizadas por enfoques
multisistémicos que incluyen el trabajo familiar, la formación parental y los
tratamientos individualizados diseñados para fijar de distintas maneras los
problemas de comportamiento. Del informe también se deduce claramente que
muchos jóvenes que se encuentran en conflicto con la ley pueden ser ayudados
antes de que se involucren penalmente. Es por ello, que el efectivo trabajo
preventivo en los hogares, escuelas y comunidades puede ser muy valioso para
ayudar a su desarrollo.
El
Volumen I también nos recuerda que la ley internacional y las normas necesitan
de los países para tratar de forma efectiva y eficiente a los jóvenes en el
sistema de justicia penal y para asegurar que su status en salud mental se
identifique y, cuando sea oportuno, reciban la correspondiente ayuda. Para
poder alcanzar estos objetivos, necesitamos dar una madurez a los derechos
humanos como base fundamental del desarrollo de un joven vulnerable a una vida
delictiva, guiando a dicho individuo por un camino evolutivo que lo aleje de la
delincuencia y lo lleve hacia una ciudadanía responsable y libre de todo
delito. Parece que para lograr este objetivo necesitamos encontrar un mecanismo
donde aspectos como los sistemas jurídicos, educativos y de salud se combinen y
trabajen conjuntamente y de forma efectiva por el bien de todos los ciudadanos.
En la mayoría de los países esto sería algo que no suele ocurrir, solo ocurren
en algunos países con anterioridad y de forma aislada. Sin embargo, esta
situación es posible y será beneficioso para todos.
Proyecto
MHYO, Volumen II
Manual
para la mejora de los conocimientos y habilidades profesionales y
el desarrollo de programas de promoción
Como
marcos evidentes teniendo en cuenta la relativa prevalencia en aumento de los
problemas en salud mental entre los jóvenes infractores y la aparente
ineficacia por la falta de coordinación entre los sistemas de justicia juvenil
de y de salud para afrontarlos, como consecuencia dichos sistemas de justicia
juvenil están buscando cierta orientación para poder solucionar dicha
situación. Por esta razón, se ha llevado a cabo el “MHYO - Manual para la
mejora de los conocimientos y habilidades profesionales y el desarrollo de
programas de promoción” como manual general para todos los profesionales
involucrados e interesados en contacto con jóvenes infractores con problemas de
salud mental.
En
su primera sección “MHYO – Herramientas de formación para la mejora del
conocimiento y las competencias del profesional” se ha diseñado para guiar al
lector a través del camino de los jóvenes con trastornos mentales en su paso
por el sistema penal de justicia. Desde el momento de su detención hasta su
puesta en libertad, se describe cada momento de contacto entre los jóvenes y
los organismos de salud/justicia para exponer así los distintos retos. En cada
momento de contacto, se detalla una lista de profesionales así como también de
ejercicios de formación específica para ellos. También se identifican los
momentos de intervención cruciales.
En
la segunda sección “MHYO – Herramientas de Apoyo” consiste en un kit de
herramientas de apoyo. Su objetivo es ayudar a los interesados y a los expertos
a nivel nacional a desarrollar programas de apoyo y de evaluación en la mejora
de las disposiciones a los servicios para los jóvenes infractores con
trastornos en salud mental. Con este fin, se han desarrollado tres herramientas
que pueden emplearse para desarrollar un programa nacional específico de acción
o como herramientas propiamente dichas. Finalmente, la sección 2 incluye la
opinión y las recomendaciones del OIJJ para proporcionar una mayor asistencia a
los países para identificar y resolver los problemas existentes con respecto a
la situación de los jóvenes infractores con trastornos mentales. Y consiste en
recomendaciones tanto a nivel internacional como a nivel europeo y nacional.
Sección
1 – MHYO: Herramientas de formación para la mejora del conocimiento y las
competencias del profesional
Este
manual de formación ha sido diseñado para guiar al lector a través del camino
de un joven que se desenvuelve en medio del sistema penal de justicia. El
momento de contacto con ciertos organismos y profesionales se rompe y así se
muestra al lector la importancia de los mismos para considerarlos cada vez. La
sección I puede usarse como un folleto de referencia o como una herramienta de
formación para ampliar los conocimientos de los profesionales que trabajan con
los jóvenes infractores.
Dentro
de la misma, cada capítulo está formado por: información sobre qué hacer ante
casos/momentos críticos del día a día de los jóvenes infractores y cómo pueden
plantearse ciertos temas, cuadros explicativos sobre temas clave, ejemplos de
buenas prácticas en todo el mundo, qué necesitan los jóvenes en cada etapa del
proceso, recordatorios sobre qué puede hacerse por los jóvenes en cada etapa y
preguntas y ejercicios para debatir o de autorreflexión. Además, empieza dando
una definición general sobre los problemas, las enfermedades y los trastornos
mentales, y los distintos tipos que existen.
Prevención
Este
capítulo empieza describiendo las causas de delincuencia y ofrece una lista de
riesgos y de factores preventivos como son la familia, la escuela, la comunidad
y los factores individuales/entre iguales. Dentro de los factores de riesgo se
explica más detalladamente el abuso, tanto físico, como sexual y emocional, y
el abandono. Por tanto, el capítulo explica las causas de los problemas de
salud mental, enfermedades y trastornos, agrupándolos en cuatro grupos:
dificultades de origen familiar, traumas, de apego y genéticos o hereditarios.
El capítulo continua explicando lo que sería la prevención del delito como “el
trabajo llevado a cabo por profesionales para frenar/parar a los niños y
jóvenes a cometer delitos”. Se detallan minuciosamente las tres categorías de
prevención (la primaria, secundaria y terciaria) y se dan ejemplos de buenas prácticas
para cada una de ellas. Por último, se enumeran los tipos de profesionales que
están involucrados en la prevención y se da una idea general sobre los momentos
clave a considerar. Cuando se diseñan programas de prevención se plantea que
los profesionales deben ser sistemáticos, estratégicos, creativos, flexibles y
estar bien coordinados. Los momentos cruciales de intervención se identifican
tan pronto como sea la intervención, interviniendo en familias potencialmente
de riesgo lo antes posible, mientras que una intervención en la escuela o de
asistencia son puntos básicos en cualquier momento.
Detención
Este
capítulo explica qué pasa cuando se arresta a un menor. Primero enumera las
necesidades del menor en ese momento y los distintos tipos de profesionales que
están involucrados. Así se identifican los momentos decisivos en el proceso de
detención y se explican individualmente. El primero de ellos es la cuestión de
una respuesta adecuada por parte de la policía cuando trata con un sospechoso
con presuntos problemas de salud mental. El segundo es el tiempo de detención,
y los autores describen las obligaciones que esta vez tiene la policía. El
tercer momento a tener en cuenta es la detección de un problema en la salud
mental, y para ello el capítulo da una extensa lista de señales importantes que
pueden detectarse y que deben ser seriamente tenidas en cuenta por al policía.
El siguiente momento crucial es el interrogatorio, en donde se realizan varias
sugerencias sobre cómo sería mejor el interrogatorio para el menor. El quinto
momento es la posibilidad y los tipos de diversión que dicen que son una buena
opción para los menores con trastornos en salud mental. Lo siguiente consiste
en la explicación del proceso de investigación y de acusación y se mencionan
algunos aspectos importantes a tener en cuenta. El último momento crucial es el
de la custodia policial y los autores hacen recomendaciones sobre qué lo que la
policía tiene que tener en cuenta a la hora de decidir detener a un menor y qué
comportamientos pueden indicar que ese individuo puede representar un riesgo
para él o para los demás. El capítulo termina con una serie de ejercicios
específicos y de momentos de debate como formación.
Juicios
y Procesos penales
Durante
el proceso del juicio existen varias consideraciones importantes: se tiene que
tener en cuenta la edad y el entendimiento del menor, se tiene que llevar el
juicio desde un ambiente agradable, por ejemplo en los tribunales especiales de
menores, y los profesionales, tano jueces como abogados y psicólogos deben
cooperar. Los autores enumeran de nuevo las necesidades del menor en esta
etapa, los tipos de profesionales que trabajan y lo que pueden hacer. Por
consiguiente, los se identifican y se detallan los momentos cruciales en el proceso
del juicio. Antes de que el juicio tenga lugar, se debe de determinar la salud
del menor para declarar y los autores subrayan los principales criterios para
hacerlo. También se debe examinar la amplitud de los problemas de salud mental
del menor a través de un informe previo a la sentencia en el que constatarán
los siguientes temas: culpabilidad, plantea un riesgo por su problema de salud,
viabilidad de cualquier tipo de diversión/sentencia, y la cuestión de
supervisión. Cuando se identifica un problema en la salud mental, se debe
consultar a los expertos en el tema para reunir una mayor ayuda sobre las
necesidades físicas/psicológicas/sociales del individuo y el posible impacto de
cualquier pena de privación de libertad para el menor con dichos trastornos
mentales. Durante las evaluaciones del forense, los autores mencionan varios
aspectos éticos a tener en cuenta. Y durante el juicio, los autores enfatizan
que el lenguaje empleado durante este proceso debería adaptarse a las formas
adecuadas para el menor. Finalmente, cuando se dicta sentencia, los autores
destacan lo que el juez debe tener en consideración, y el capítulo concluye con
unos ejercicios específicos y unos momentos de discusión de apoyo.
La
privación de libertad y la preparación para su puesta en libertad
Privar
a un menor de su libertad es perjudicial a nivel físico y psicológico,
especialmente para los jóvenes con problemas de salud mental. Se informa de que
los jóvenes detenidos tienen elevados niveles de trastornos psiquiátricos.
Después de dar una idea general sobre las necesidades de los menores y de los
tipos de profesionales involucrados en esta etapa, los autores identifican los
momentos de intervención más importantes. Comentan que la privación de libertad
anterior a un juicio, también llamada prisión preventiva, debería evitarse a
menor que el menor sea considerado como peligro público. En el momento de
transferencia y de admisión en un establecimiento seguro, los jóvenes ya
debería de haber recibido ayuda para sus problemas de salud mental y deberían
haber recibido información sobre las medidas impuestas y las características
del centro al que ha sido destinado. Los autores destacan la primera noche y la
semana después de la admisión como los momentos más importantes, es decir, cuando
deben tener lugar la revisión en salud mental debido a que se desarrollan los
daños auto-infligidos y aumentan dramáticamente las cifras de suicidios. Una
vez en privación de libertad, los autores enfatizan que los planes de
intervención deben de estar diseñados para fomentar el progreso del menor con
las últimas tendencias para su reintegración satisfactoria en la sociedad
después de su puesta en libertad. También se describe las características de un
plan efectivo de intervención. Se debe disponer de un adecuado tratamiento que
se adapte q las necesidades del individuo. El aislamiento y las restricciones
deben emplearse solo en caso de situaciones de emergencia, cuando el menor o el
resto de menores o el personal estén en peligro. El capítulo concluye finalmente
con ejercicios específicos y momentos de debate para la formación.
Sanciones
basadas en la comunidad
En
este capítulo se explican las necesidades de los menores, incluidos los
profesionales y los momentos de intervención importantes que se desarrollan en
la ejecución de las sanciones basadas en la comunidad. Las sanciones basadas en
la comunidad son aquellas que las que el juez impone al menor un castigo que se
realiza en la comunidad. En cierta forma, éstas pueden llevar consigo una
obligación en el comportamiento, la corrección de la malicia, el desempeño de
trabajos específicos o la participación en clases educativas. Estas sanciones
además necesitan una supervisión por parte del organismo a través de un
trabajador social o un agente de libertad vigilada. Los autores identifican las
responsabilidades de este supervisor en: desarrollar una relación cercana con
el menor, ofrecerle objetivos reales, la participación de la familia de acogida
y el uso de distintos tipos de modos de intervención. En el caso de
incumplimiento, no se deberá de privar la libertad automáticamente si no que se
deberán modificar las sanciones o las medidas de acuerdo con las necesidades
específicas del menor.
La
inclusión y la prevención a la reincidencia
En
este capítulo, los autores argumentan que es esencial una continuidad en la
ayuda y aunque saben que existen dificultades, proponen numerosas formas de
solucionarlas. También hacen una lista sobre las necesidades de los menores y
del tipo de profesionales involucrados y sobre lo que pueden hacer éstos para
ayudarles. Los momentos más importantes de intervención durante esta fase son
los siguientes: la transición a través de la cual los autores anotan que el
abandono y la finalización de los tratamientos/asistencia y la transición de un
servicio a otro pueden suscitar fuertes emociones y reacciones a los menores.
Por eso, los profesionales necesitan asegurarse de que eso ya se habló antes
con los jóvenes y de que existe un tiempo y un suficiente apoyo para que el
joven lo acepte y se adapte. Cuando se planifica la puesta en libertad del
menor, la prevención a la reincidencia es crucial. Esta puesta en libertad del
menor debe de ser de manera gradual y debe hacerse uso de salidas y de días
libres. Ya en libertad, los servicios de post-tratamiento deben estar
disponibles a crear y a completar la gradual transición del menor desde la vida
en un establecimiento a la vida independiente en el mundo exterior.
Sección
2 – MHYO: Herramientas de Apoyo
‘MHYO
Herramientas de Apoyo’ son un conjunto de herramientas de apoyo. Su objetivo es
ayudar a los interesados y a los expertos a desarrollar programas de apoyo y de
evaluación para así mejorar las disposiciones de los servicios para los jóvenes
infractores con problemas de salud mental. Con este fin, se han desarrollado
tres herramientas que permitirán el desarrollo de programas de apoyo a nivel
nacional:
Reforma
de Ley en vías de desarrollo
Carta
de los derechos del Niño privado de libertad y relacionados con la salud mental
Evaluación
y valoración
Reforma
de Ley en vías de desarrollo
Cualquier
reforma que afecte a los jóvenes infractores con problemas de salud mental
necesita tener el apoyo tanto de un nivel gubernamental hasta de la comunidad
entera. Para que sea efectiva, los autores proponen varios elementos esenciales
como son la identificación de los problemas y sus causas, los borradores de los
proyectos, la comprobación de la compatibilidad de las leyes nacionales con las
medidas internacionales, ofrecer un análisis de costes, consulta y construcción
en consenso, diseminación, formación, supervisión y evaluación de las reformas
y de su impacto. Las estrategias que pueden ayudar al desarrollo de la reforma
satisfactoria y efectiva de la ley y de la política son aquellas que miran
tanto al pasado como al futuro, identificando el contexto político, escuchando
a la opinión pública, tomando enfoques alternativos, haciendo uso de buenas
prácticas y usando el apoyo disponible/facilitado por las instituciones
internacionales.
Declaración
de los derechos del Niño privado de libertad y relacionados con la salud mental
La
declaración de los derechos del Niño privado de libertad con trastornos en la
salud mental está diseñada como una herramienta de salvavidas. Dicha
Declaración recuerda a los profesionales cuáles son los derechos de esos
menores vulnerables y cómo los deben cumplir. Se explica resumidamente los
derechos específicos que merecen especial atención de los profesionales que
trabajan con menores en justicia juvenil y en el marco de salud, como son: la
admisión en centros de salud mental del menor cercanos, el derecho a informarse
sobre el tratamiento, el derecho a participar en la formulación del
tratamiento, el derecho a participar en el funcionamiento del centro, el derecho
a una atención de calidad, el derecho al respeto de su privacidad, el derecho a
relaciones personales y familiares, a medidas restrictivas, el derecho a un
asesoramiento legal, el derecho a la educación y el derecho a actividades
culturales y de ocio. La Declaración es una versión basada en otra desarrollada
en Bélgica por el Ministerio de Sanidad en colaboración con el hospital “Centre
Hospitalier Jean Titeca”, en Bruselas. Empezaron el proceso de formalización de
la Carta en 2010, y estaba enfocada a aquellos que trabajan en residencias y
hospitales en donde se establecen menores que presentan problemas tanto
psiquiátricos como de comportamiento.
Evaluación
y valoración
La
mejora de los servicios y de los resultados de los jóvenes infractores con
trastornos mentales necesita un fuerte método de evaluación y seguimiento.
Inspirándose en la Compilación de Herramientas de Evaluación para la Justicia
Penal de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), el
OIJJ ha diseñado un modelo similar como un conjunto de herramientas modelo y
para permitir a las personas o a las organizaciones nacionales,
gubernamentales, internacionales y de otra índole a: llevar una valoración
comprensiva de los sistemas penales de justicia, identificar campos de
asistencia técnica, ayudar a los organismos a diseñar las intervenciones que
integran las normas y medidas de Naciones Unidas respecto a la prevención
delictiva y la justicia penal, y a poner en práctica todos estos temas. Las
Herramientas se han clasificado según los grupos sistemáticos de justicia
penal, dando como resultado cuatro grupos que son: Mantenimiento del orden,
Acceso a la justicia, Medidas de privación y de puesta en libertad, y Formas de
atajo. El tema se explica resumidamente en las siguientes secciones y ha sido
modificado del manual original realizado por los expertos de la ONUDD para que
resulte más pertinente respecto a los jóvenes infractores y su salud mental.
Dictamen
del OIJJ sobre la situación de los jóvenes infractores con trastornos de la
salud mental
Además
de estas tres herramientas, la sección II incluye el dictamen del OIJJ, la cual
puede considerarse para destacar los problemas y las necesidades de los jóvenes
infractores con problemas en salud mental, convirtiéndose así en la base de
asesoramiento entre los principales interesados, como son el público en general
y los miembros de la sociedad civil, y siendo el punto de partida para ayudar a
las actuales prácticas nacionales y a su legislación.
Está
opinión trata varios aspectos relacionados con el tema en cuestión. Primero,
reconoce que los problemas en salud mental están generalizados entre los
jóvenes infractores. Es más probable que los menores en orden de arresto
experimenten trastornos en la salud mental y, sin embargo frecuentemente no
reciben los servicios adecuados respecto a su específico tratamiento, haciendo
así que sus condiciones empeoren. Desde el punto de la prevención, el
reconocimiento y la evaluación de los trastornos mentales, se expone que es
crucial una temprana revisión, evaluación y que deberían realizarse cuanto
antes para dar respuestas de intervención efectivas para los menores en riesgo.
Desde
la responsabilidad penal de los menores con problemas en salud mental, el
dictamen expone que se tendría que dar una especial consideración en el caso de
menores cuando se determine su responsabilidad penal, ya que los menores no han
alcanzado aún la mayoría legal y por tanto son diferentes que los adultos, y
sobretodo si sufren trastornos mentales. Se tendrán que llevar a cabo varias
evaluaciones antes de establecer la presencia de problemas en salud mental y
sus efectos sobre la culpabilidad del menor. Una vez establecido, el tribunal
deberá tener en consideración qué medidas impuestas son las mejores. Los autores
creen que el desarrollo de una cooperación próxima entre el tribunal, los
sistemas educativos y de salud puede dar resultados más efectivos sobre los
programas de intervención.
En
términos de evaluación de salud mental, es necesario unos vínculos más cercanos
entre los sectores de justicia y de salud. Ambos sectores mantienen sus propios
intereses y objetivos, sin embargo deben de tener presente que tienen un
objetivo común, que es el de garantizar en cualquier momento los intereses del
menor. Por otra parte, debería existir una formación multidisciplinar para los
profesionales y los interesados que están en contacto con los jóvenes
infractores con trastornos mentales. Sería aconsejable una formación básica en
salud mental para crear así una base común en los distintos sectores y mejorar
así la cooperación entre ambos.
Apoyo
Haciendo
caso a los profesionales, a los expertos y a los interesados sobre la cuestión
de los jóvenes infractores con problemas de salud mental a nivel internacional,
el OIJJ promociona y desarrolla varias actividades de apoyo para mejorar aún
más la situación de estos chicos. Algunas de esas actividades de apoyo son:
Del
6 al 8 de julio de 2009 tuvo lugar en Ginebra (Suiza) la “Revisión Ministerial
Anual del Comité Económico y Social de las Naciones Unidas”. Ese año, la
conferencia se centró en la salud pública global. El Observatorio Internacional
de Justicia Juvenil (OIJJ) junto con la Fundación Diagrama Intervención Psicosocial
co-organizó el 7 de julio un evento paralelo titulada “Recursos de Salud Mental
para jóvenes infractores”.
Durante
la jornada sobre el menor del 8 de marzo de 2012 dentro de la “Sesión del
Consejo de Derechos Humanos sobre la Administración de Justicia”, el OIJJ con
el apoyo de varias organizaciones como la Reforma Penal Internacional y la
Entidad Open Society Justice Initiative, ya presentó una ponencia oral.
Entre
el 7 y 9 de marzo de 2012, el OIJJ tuvo la oportunidad de participar durante el
Tercer Congreso de la EFCAP “Niño Forense y Psiquiatría del Adolescente”, y
presentó los resultados del proyecto MHYO.
Los
días 23 y 24 de abril de 2012 junto con la Oficina de Naciones Unidas contra la
Droga y el Delito (ONUDD) en colaboración con la Misión Permanente de Tailandia
organizamos un evento paralelo titulado “La salud mental y los jóvenes
infractores: un reto para los sistemas de justicia y de salud” durante la
Comisión sobre la prevención delictiva y la justicia penal 2012, organizada en
Viena el 27 de Abril.
Recomendaciones
del OIJJ – MYHO
El
OIJJ cree que los programas de apoyo nacionales más efectivos deben ser los que
implican a todos los organismos. La colaboración entre el sector sanitario y
judicial es crucial para proteger a los jóvenes infractores con trastornos en
la salud mental. Se prevé que ONG, universidades y administración pública de
cada país trabajen conjuntamente durante este proceso, ya que es el momento más
importante de cualquier campaña de apoyo. Gracias a las campañas con diferentes
organismos se espera que lleguen a involucrar a la sociedad civil en todos los
niveles, a un entendimiento generalizado de las necesidades de los jóvenes
infractores con trastornos, problemas o enfermedades en la salud mental y
cumplan así con sus derechos.
Las
siguientes recomendaciones se han concebido con el propósito de hacer efectivo
el apoyo a los países con las mejores políticas a adoptar teniendo en cuenta a
jóvenes infractores con trastornos, problemas o enfermedades en la salud
mental.
Documentación
y Textos legales
Documento
Prevalencia
de trastornos mentales en menores internados por comportamientos antilegales
Consumo
de drogas y patología dual en adolescentes con severo historial delictivo
Double
Jeopardy. Adolescent Offenders with Mental Disorders
Mental
Health resources for Young Offenders (MHYO). Annual Ministerial Review. High
Level Segment 2009
Introduction.
Mental Health resources for Young Offenders (MHYO). Annual Ministerial Review.
High Level Segment 2009
Young
offenders and Medical treatment: Legal controversies and conflicts in Spain.
Mental Health resources for Young Offenders (MHYO). Annual Ministerial Review.
High Level Segment 2009
Recomendaciones.
Salud Mental y Jóvenes Infractores (MHYO - Mental Health and Young Offenders)
Textos
legales
IJJO
Recopilation on Legal Texts about Mental Health and Young Offenders
Agenda
IV
Conferencia Internacional OIJJ - Desarrollo de sistemas de justicia juvenil
integradores: Enfoques y metodologías en trastornos mentales y abuso de drogas
Noticia
OIJJ
Suiza
- Naciones Unidas. Salud Mental menores infractores
Firmado
convenio de colaboración entre el Instituto Latino-Americano de las Naciones
Unidas (Ilanud) y el OIJJ
1ª
Reunión- Programa DAPHNE III. El análisis comparativo europeo y la
transferencia de conocimientos sobre recursos de salud mental para jóvenes
infractores
IV
Conferencia Internacional OIJJ
2ª
Reunión- Programa DAPHNE III. El análisis comparativo europeo y la
transferencia de conocimientos sobre recursos de salud mental para jóvenes
infractores (MHYO)
10
Octubre. Día Mundial de la Salud Mental: 'Invirtamos en salud mental'
El
OIJJ plantea el tema sobre la Salud Mental para los menores infractores durante
la 19ª sesión de la jornada anual del Consejo de Derechos Humanos
El
OIJJ participó activamente y planteó la temática sobre Salud Mental y Menores
Infractores (MHYO en inglés) durante el Tercer Congreso EFCAP en Berlín
Enlace
Mental
health primary care in prison
Mental
Health Research Network
International
Observatory on Mental Health Systems (IOMHS)
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