jueves, 3 de enero de 2013

Recursos de Salud Mental para Jóvenes Infractores - Proyecto MHYO


Introducción
El fenómeno de los jóvenes infractores con problemas de salud mental se ha convertido en un problema a nivel europeo que es necesario tratarlo. Diferentes estudios y experiencias en la investigación se han centrado en las tendencias de los menores y de los jóvenes que tienen un comportamiento delictivo y los que también sufren una enfermedad o una alteración de la salud mental, asociados la mayoría de ellos con un consumo y abuso de sustancias. Existen menores y jóvenes con trastornos mentales, ya sea aisladamente o en combinación con la adicción a sustancias tóxicas, que han causado o contribuido al desarrollo de ciertos comportamientos antisociales.

Cuando en 2006 fue pronunciada una estrategia en la Unión Europea sobre la salud mental, el Parlamento Europeo señaló que teniendo en cuenta a los delincuentes en edad adulta “aproximadamente el 40% de los presos sufren algún tipo de enfermedad mental, y la probabilidad de suicidarse es siete veces mayor en comparación con la gente que se integra en la sociedad. Las condiciones inadecuadas en las cárceles pueden agraviar la enfermedad e impedir la rehabilitación”. En el caso de los jóvenes en situación de privación de la libertad, tienen una mayor tendencia a desarrollar enfermedades mentales que los adultos. Las cifras muestran que el 95% de los jóvenes sufren al menos un problema de salud mental y el 80% más de uno. De acuerdo con la organización Prison Reform Trust, la probabilidad de que los menores en situación de detención cometan suicidio es dieciocho veces mayor que la gente que vive en la comunidad.

Según los investigadores científicos y los profesionales en justicia juvenil, existen evidencias cada vez mayores de que la mayoría de los jóvenes infractores en los sistemas de justicia juvenil a nivel mundial tienen síntomas de problemas mentales y otros más serios con el consumo de drogas. Reconocidos investigadores a nivel mundial han descubierto que la mitad o un tercio de los jóvenes que ingresan en los centros de detención preventiva cumplen los criterios necesarios para sufrir para uno a más problemas mentales. Además, esto se convierte en un problema significativo tanto a nivel de salud física y mental como de su bienestar, y se agrava si estas necesidades no son identificadas ya que repercute a largo plazo en un futuro en sus vidas.

El problema central sobre las enfermedades mentales de los jóvenes es la cuestión sobre su responsabilidad penal. En teoría, cuando se declara a los acusados mentalmente inestables, no pueden ser condenados por un delito debido a que su capacidad está reducida/disminuida. Sin embargo, los profesionales en justicia juvenil tienden a pasar por alto las señales y los síntomas propios de los problemas de salud mental en los jóvenes infractores y, por consiguiente, son impuestas sentencias de naturaleza más bien restrictiva que terapéutica. Dichas sentencias solo pueden exacerbar los problemas mentales.

Además, se hace evidente la carencia de un tratamiento adecuado así como de estrategias y políticas adecuadas para tratar a los jóvenes con problemas mentales. Tampoco existe una formación adecuada en el ámbito judicial de los profesionales y existe una carencia de colaboración con el sector sanitario, con lo que a menudo se complica la eficacia en respuestas efectivas a jóvenes con problemas de salud mental.

Cuando políticas y estrategias en los ámbitos de justicia, salud y del derecho del menor, son planteadas, la tarea más crítica para la UE así como para las entidades nacionales es el reconocimiento de las necesidades de los jóvenes infractores con problemas de salud mental. En lugar de institucionalizar los problemas de salud mental en las prisiones, en las organizaciones para la justicia juvenil o en las sanitarias, la tarea preponderante para los países europeos tendría que ser la de facilitar la disposición de recursos individuales adaptados a las necesidades particulares de niños y de jóvenes infractores con problemas de salud mental a través, por ejemplo, de la creación de unidades específicas o de terapia comunitaria. Teniendo en cuenta que ante la gran variedad de instrumentos internacionales y normas que garanticen los derechos y el bienestar de los niños, en los que se incluyen a los jóvenes, esta situación que afecta a los menores es inaceptable.

En este contexto, y dentro del Programa DAPHNE III, la Comisión Europea apoyó al Observatorio Internacional de Justicia Juvenil (OIJJ) en el desarrollo y la coordinación de un proyecto de estudio comparativo sobre la situación actual de los jóvenes infractores con problemas de salud mental en Europa. Por consiguiente, el innovador proyecto titulado Análisis Comparativo Europeo y la Transferencia de Conocimientos sobre Recursos de Salud Mental para Jóvenes Infractores (MHYO) ha sido finalizado y llevado a cabo entre Diciembre 2009 - Diciembre 2011.

Proyecto MHYO

Descripción
El Análisis Comparativo Europeo y la Transferencia de Conocimientos sobre Recursos de Salud Mental para Jóvenes Infractores (MHYO) es un proyecto innovador y sostenible basado en la puesta en común de conocimientos y expertos en la materia en relación con los jóvenes infractores con trastornos mentales. De esta forma, desde finales de 2009 la Dirección General de Justicia, Libertad y Seguridad de la Comisión Europea ha apoyado al Observatorio Internacional de Justicia Juvenil (OIJJ) en el desarrollo, seguimiento y coordinación del presente proyecto de análisis y comparación entre las organizaciones europeas que comparten un interés común en la situación actual de los jóvenes infractores con problemas de salud mental en Europa.

Los Estado miembro de la Unión Europea tienen que enfrentarse a dificultades similares cuando se relacionan con instituciones del ámbito social, de la salud y de la justicia. El proyecto tiene como fin la creación de mecanismos innovadores con los que generar un cambio y una convergencia, lo cual promueve la unión de las instituciones para jóvenes infractores y de los servicios jurídicos en toda la Unión Europea. Existe una necesidad muy concreta de las instituciones de salud mental tanto a nivel local, regional y nacional dentro del sistema de justicia juvenil y en relación a los recursos de salud mental facilitado a los jóvenes infractores, así como, de una cooperación mutua entre los organismos y agentes con responsabilidades comunes.

Objetivos
La estrategia global del proyecto se centró en el análisis de los sistemas nacionales de salud y de justicia con los jóvenes infractores con trastornos en salud mental en edades comprendidas entre los 10 y los 21 años, para promocionar los cambios necesarios tanto en las políticas como en las prácticas así como también para acordar unos parámetros mínimos en relación al funcionamiento de las instituciones de ambos sistemas, salud y justicia. Como resultado de esta investigación, resulta evidente la carencia de programas específicos para la salud mental en los sistemas de justicia juvenil de los distintos países participantes. Basándose en los resultados obtenidos, el proyecto ha creado una estructura de formación y de buenas prácticas adaptada a las necesidades de los profesionales que trabajan en las áreas de desarrollo y de procesos psicológicos en jóvenes desde una perspectiva integradora y multidisciplinar de los sistemas de justicia y de salud.

El objetivo final del programa MHYO durante estos dos años ha sido el desarrollo futuro de las buenas prácticas y de una formación adecuada a los profesionales sobre el proceso evolutivo y psicológico de los jóvenes, teniendo en cuenta sus necesidades individuales, desde una perspectiva integradora y multidisciplinar por parte de los sistemas de salud y de justicia.
Conferencia Internacional

Con una amplia participación internacional y reuniendo a representantes de Naciones Unidas e Instituciones de la UE, a autoridades nacionales y regionales, y a expertos del ámbito universitario y de ONGs, tuvo lugar los pasados 9 y 10 de noviembre de 2010 la IV Conferencia Internacional OIJJ celebrada en Roma (Italia) bajo el título: Desarrollo de sistemas de justicia juvenil integradores: Enfoques y metodologías en trastornos mentales y abuso de drogas'.

Esta IV Conferencia Internacional, co-organizada con el Instituto Don Calabria, ha contado con la colaboración del Ministerio de la Juventud de Italia, en el marco del Año 2010 Internacional de la Juventud, el Ministerio de Justicia de Italia, el Comune di Roma y la Asociación Internacional Diagrama.

En esta ocasión, la Conferencia Internacional OIJJ tomó como eje central de estudio la necesidad de articular programas y recursos que permitan la intervención eficaz con menores y jóvenes que presentan problemas de salud mental y/o consumo de sustancias tóxicas y que a su vez se encuentran en riesgo y/o en conflicto con la ley. Así, la Conferencia se desarrolló a través de dos líneas principales: a) Trastornos mentales y consumo de drogas: Análisis de la situación de los menores en conflicto con la ley, b) Sistemas de justicia juvenil y de salud: Una necesaria colaboración multidisciplinar e integradora.

En el discurso de inauguración, el Presidente del Observatorio Internacional de Justicia Juvenil, Dr. Francisco Legaz Cervantes, destacó la necesidad del 'desarrollo y promoción de sistemas de justicia juvenil integradores, en estrecha coordinación y colaboración entre la justicia, la salud y lo socioeducativo', resaltando también en sus palabras 'que en ningún caso debemos criminalizar a nuestros menores y jóvenes con problemas de salud mental, del mismo modo que no debemos patologizar a nuestros menores y jóvenes infractores'. En esta misma línea se pronunciaron durante la apertura de la Conferencia el Sr. Roberto Salvan, Director General del Comité Italiano de UNICEF y el Dr. Bruno Brattoli, Jefe del Departamento de Justicia Juvenil del Ministerio de Justicia de Italia.

A lo largo de las dos jornadas de la Conferencia, más de sesenta ponentes de todo el mundo debatieron sobre temas relacionados con la intervención con menores infractores particularmente vulnerables debido a trastornos relacionados con la salud mental y / o consumo de drogas. Entre ellos, se encontraban un gran número de altos representantes de organizaciones internacionales (UNICEF, ILANUD, Comité de los Derechos del Niño, etc.), organizaciones no gubernamentales internacionales (Asociación Internacional de Magistrados de la Juventud y de la Familia (AIMJF), el Centro Internacional para la Prevención del Delito (CIPC), etc.) y organismos nacionales como por ejemplo el Centro Nacional de Salud Mental y Justicia Juvenil de los Estados Unidos. También, como parte de las actividades realizadas dentro de los convenios de colaboración entre el OIJJ e Instituciones nacionales, se destacó la participación del Departamento de Protección Judicial de la Juventud del Ministerio de Justicia de Francia y del SENAME del Ministerio de Justicia de Chile.

La ponencia marco de la Conferencia fue pronunciada por el Prof. Dr. Thomas Grisso (Universidad de Massachussets -Estados Unidos-) abordando la temática relativa a: 'Los Principios fundamentales a la hora de desarrollar programas de tratamiento para menores infractores con trastornos mentales'.

Destacar que la IV Conferencia se celebró en el marco del proyecto de investigación 'Análisis Comparado Europeo y Transferencia de Conocimiento sobre Recursos de Salud Mental para Jóvenes Infractores' del Programa DAPHNE III de la Comisión Europea, coordinado por el OIJJ. Este proyecto tiene como objetivo último el desarrollo de buenas prácticas y de programas de formación adaptados a las necesidades de los profesionales y de los menores, desde una perspectiva integradora y multidisciplinar de los sistemas de la justicia y de la salud.

En total más de 350 asistentes de 50 países procedentes de Europa, América, África, Asia y Oceanía, debatieron sobre temas transversales en justicia juvenil, tales como: el estudio de la situación de los menores infractores con trastorno mentales o relacionados con el consumo de drogas; las respuestas de los sistemas de justicia juvenil ante las infracciones cometidas por menores y jóvenes que padecen trastornos mentales; el perfil del menor infractor y el análisis de los recursos empleados para su integración social; los aspectos éticos y deontológicos relativos al tratamiento de los trastornos mentales; la necesidad de fomentar recursos especializados entre los sistemas de justicia juvenil y los servicios de salud, etc.

A modo de conclusión, cabe destacar la necesidad de alcanzar una comprensión integral de la situación de los jóvenes infractores con trastornos mentales, atendiendo a sus circunstancias sociales, familiares y personales, fortaleciendo la coordinación y la colaboración multidisciplinar entre todos los agentes y organismos implicados. A través de recomendaciones específicas, formuladas con el Comité Científico de la IV Conferencia Internacional, el OIJJ tiene como cometido para el periodo 2010-2012, promover en la agenda internacional y europea la problemática de la mejora de los recursos de salud para menores infractores en las políticas de prevención e intervención con el fin de aportar respuestas efectivas desde el interés superior del menor.
royecto MHYO, Volumen I

Recursos de Salud mental y Jóvenes infractores:el estado de arte, retos y buenas prácticas

‘Recursos de Salud mental y Jóvenes infractores: el estado de arte, retos y buenas prácticas’ es un documento único que contiene el análisis sobre el actual status de salud mental de jóvenes infractores, llevado a cabo en ocho países europeos (Bélgica, Francia, Italia, los Países Bajos, Polonia, Portugal, España y Reino Unido). Además, este Volumen incluye contribuciones de Brasil y del continente africano, las cuales cuentan con elementos comparativos para comprender mejor la situación de los jóvenes infractores con trastornos mentales.

Cada informe nacional aporta elementos para comprender mejor la difícil situación en la que se encuentran los jóvenes infractores con serios trastornos de salud mental. Cada país sigue los mismos procedimientos: describir el perfil y los antecedentes de los jóvenes infractores, las regulaciones penales y de protección del menor (incluyendo los principios de acceso a los servicios proporcionados), el papel de los profesionales y el desarrollo de sus competencias, diferentes enfoques de intervención (lo que funciona y lo que no), y las recomendaciones y propuestas concretas para el desarrollo de buenas prácticas.

Bélgica
Los autores del informe belga destacan y examinan el material publicado relacionado con la delincuencia juvenil y los trastornos psiquiátricos en Bélgica y ofrecen un análisis de los sistemas terapéuticos y de justicia para los jóvenes infractores. Describen además, un modelo innovador que se ha desarrollado desde 2003, a través del cuál se crearon centros de psiquiatría forense para adolescentes delincuentes, y la última creación de un sistema de asistencia interrelacionado (salud, educación y minusvalías) a nivel institucional basada en una fuerte voluntad por fomentar la coordinación. Los autores informan que Bélgica está a la vanguardia en investigaciones sobre problemas psiquiátricos en esta subdivisión de la sociedad, debido a sus programas de asistencia específica y educación, y siendo desarrollados de manera colaboradora entre las autoridades de justicia, juvenil y de la salud.

Francia
Los autores del informe francés comienzan su estudio definiendo las diferentes etapas del desarrollo mental de los adolescentes en conflicto con la ley, el impacto de la transición entre la niñez y la edad adulta y el proceso de desarrollo de la evolución psicológica, gracias a los programas específicos para jóvenes infractores con trastornos en salud mental. Además, desde una perspectiva más política, ofrecen un claro análisis de las influencias ideológicas de los diferentes enfoques institucionales, sobre todo divididos entre los sistemas de justicia y de la salud. El informe también describe distintos programas y procedimientos para identificar posibles patrones respecto a las prácticas en la justicia juvenil en jóvenes que sufren trastornos de la salud mental. También, es ofrecida una descripción detallada sobre varios centros de asistencia para niños y adolescentes.

Italia
Los autores del informe italiano inician su análisis dando importancia a estadísticas sobre trastornos mentales específicos entre la población de jóvenes infractores italianos, basado en el trabajo conjunto entre el Departamento de Justicia Juvenil Italiana y el Instituto Don Calabria, debido a que no existen estudios empíricos nacionales disponibles. Los resultados indican una gran prevalencia de varios trastornos mentales incluidos los trastornos emocionales, de ansiedad, disruptivos y abuso de sustancias. Los datos muestran también el aumento del consumo de drogas entre los jóvenes que están en contacto con los sistemas de justicia italiana y que el 50% de los jóvenes en el sistema de justicia juvenil no poseen la nacionalidad italiana.

El marco legal en justicia juvenil se describe sustentar por principios de simplificación en el proceso para garantizar el mínimo trastorno en el desarrollo educacional de los jóvenes. Los jóvenes que están detenidos pueden someterse a programas educativos a medida en donde se les ayuda a un gran numero de las dimensiones de sus vidas, incluida una intervención psicológica. La disposición de los servicios de salud mental en jóvenes en el sistema penal de justicia es responsabilidad desde 2008 del Departamento nacional para la Salud. Mientras no se evalúe a todos los jóvenes infractores por un médico profesional generalista el cuál pueda buscar otros síntomas que el resto de especialistas, no existirá un sistema de revisión general o de recursos para establecer el status sobre la salud mental. Otros defectos son la falta de prácticas especializadas para los profesionales de los sistemas de justicia juvenil y de salud mental.

El informe termina con las recomendaciones para el desarrollo de buenas prácticas a través de una serie de entrevistas con los principales interesados en el sistema de justicia juvenil italiano y en el de salud mental; los cuáles, hacen una serie de recomendaciones principales teniendo en cuenta la disponibilidad de los servicios adecuados para los jóvenes involucrados en delitos, con trastornos mentales y la necesidad de enfoques estructurados para evaluarlos.

Países Bajos
El autor del informe Neerlandés comienza proporcionando los porcentajes de jóvenes infractores con trastornos mentales entre la población neerlandesa. A partir de esto datos se deduce claramente que: la proporción de jóvenes infractores con trastornos mentales es 6 o 7 veces mayor que entre los no infractores, que algunos tipos de esos problemas mentales son particularmente frecuentes, como los trastornos afectivos, los relacionados con abuso de sustancias y trastornos personales; que los trastornos intelectuales son también muy comunes, que la vida familiar de los jóvenes infractores se caracteriza por sufrir adversidades y desventajas. El autor también resalta que muchos de los jóvenes experimentan simultáneamente más de un trastorno mental.

El informe describe el sistema común de asistencia juvenil para niños y familia centrado y caracterizado por un fácil acceso, una integración de los servicios y que está suficientemente estructurado como para conocer las necesidades de los usuarios. El sistema está orientado en ayudar a los jóvenes a cambiar su comportamiento delictivo y en no reincidir, en vez de sancionar a los jóvenes, ofreciéndoles unas respuestas continuas a partir de un periodo de derivación a los servicios propios de apoyo para jóvenes, una desviación de los sistemas de justicia juvenil para organizar actividades restaurativas como alternativas a las sanciones, como es el servicio comunitario al a las medidas de privación de la libertad. El informe también ofrece una idea general sobre la práctica y la experiencia de varios profesionales que están en contacto con los jóvenes y ofrece una idea global sobre la formación que mejoraría sus prácticas. También identifica las limitaciones para llevar a cabo la colaboración entre profesionales.

El autor da algunos ejemplos sobre las mejores prácticas y describe impresionantes programas a gran escala diseñados para evaluar y abordar los comportamientos problemáticos de menores que podrían ser vulnerables al desarrollo de un futuro comportamiento delictivo. En relación con una intervención, se hace especial hincapié en los resultados de los programas y se describen varios ejemplos y muy efectivos llevados a cabo en los Países Bajos en los ámbitos de formación familiar, la promoción de un comportamiento positivo en el niño, y en terapia familiar funcional. El informe concluye con una serie de recomendaciones teniendo en cuenta la necesidad de un mayor número de profesionales con formación especializada en los sistemas de justicia juvenil y de salud, así como de una futura integración de ambos sistemas.

Polonia
El autor del informe polaco empieza señalando que no existen estudios de investigación oficiales, y como consecuencia, la descripción que se detalla sobre el status mental de los jóvenes relacionados con la delincuencia juvenil está basada en entrevistas a los profesionales que trabajan en este campo y en informes por parte de los centros de detención. Los datos completos indican que el 93% de los jóvenes detenidos en Polonia experimentan algún tipo de trastorno mental, que los trastornos relacionados con el razonamiento es 4 o 5 veces superior que en la población en general y que los jóvenes privados de libertad experimentan disfunciones familiares significativas. Particularmente, el autor identifica la vulnerabilidad del desarrollo a través de la violencia entre aquellos menores que proceden de centros de reclusión abarrotados y con pocos recursos.

En Polonia, son denominados adolescentes, aquellos jóvenes que comprenden edades entre los 13 y los 18 años en relación con acciones delictivas, y a los mayores de 21 para medidas educativas y correccionales. Los juzgados de familia pueden ordenar una serie de medidas entre las que se encuentran la participación obligatoria en clases reparadoras o educativas, la cita con un supervisor profesional, la colocación ya sea en una familia de acogida o bien en un centro de detención, siendo ésta la respuesta penal más severa. Además, describe un servicio centralizado con algunas organizaciones regionales disponible para ayudar a los jóvenes en el sistema judicial y que necesiten una valoración e intervención sobre su salud mental.

El informe termina con un número de recomendaciones entre las que se incluyen la necesidad de mejorar las disposiciones para regular la asistencia en materia de salud mental de los jóvenes en aquellas regiones del país que frecuentemente no cuentan con tales servicios, la necesidad de un mayor número de profesionales cualificados que trabajen en el área de salud mental juvenil y en la formación especializada de dichos profesionales, y una mayor inclusión de la familia en la mediación y en el desarrollo de programas preventivos.

Portugal
El autor del informe portugués indica que no existen datos fiables en cuanto al alcance de los trastornos mentales en niños y adolescentes en general o de la población delictiva. Sin embargo, un estudio llevado a cabo en 2008 por la Dirección General para la Reinserción Social en este país señala que el 54% de los jóvenes que están en centros de detención tienen serios diagnósticos para uno o más trastornos psiquiátricos según el sistema de clasificación del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM, siglas en inglés) o del International Classification of Disease (ICD). El sistema de detención juvenil portugués se describe según las necesidades mentales de los jóvenes como el acceso a sanidad privada o al sistema público sanitario. En Portugal se considera de obligado cumplimiento la asistencia a todos los jóvenes para los cuales la estancia en centros educativos está siendo revisada antes de imponer la medida en cuestión.

La edad de responsabilidad penal es de 16 años, y para aquellos con edades comprendidas entre los 12 y los 16 que cometan un delito estarán sujetos a una intervención educativa que puede variar desde recibir un aviso en forma verbal, a trabajos comunitarios, a una supervisión y hasta la detención en un centro educativo. No obstante, el mismo autor informa que por el momento no existen centros residenciales específicos diseñados para conocer las necesidades en materia de salud mental en los jóvenes infractores con trastornos personales o serias adicciones. El informe también señala la falta de coordinación entre el personal y los organismos, y la carencia de una formación específica para los profesionales que trabajan con jóvenes infractores con trastornos mentales.

El informe portugués concluye con un gran número de recomendaciones. Entre ellas destacan: la necesidad de una formación específica para los profesionales, un estudio nacional para establecer la extensión de los trastornos mentales en relación con jóvenes infractores que tienen comportamientos delictivos, la necesidad de anticipación y de generalización a través programas preventivos, y por último, la necesidad de una mayor cooperación entre los profesionales y entre las entidades.

España
Los autores del informe español también comienzan expresando que no existe ningún estudio científico a nivel nacional sobre los índices de trastornos mentales en jóvenes con conductas delictivas. Por ello, el informe ofrece datos del Centro de Intervención Terapéutico para jóvenes (Pi Margall) que indica que los jóvenes detenidos en España experimentan, más frecuentemente, trastornos mentales en relación con trastornos de negativismo desafiante, abuso de sustancias, problemas asociados con un ambiente familiar violento, de abandono o de abuso sexual. Los tribunales de menores tienen el criterio de apaliar los efectos en los trastornos mentales teniendo en cuenta y de forma directa a los apropiados servicios de menores. Sin embargo, los autores destacan la falta de un sistema normalizado o de un protocolo empleado para atender las necesidades mentales de los jóvenes infractores. Sin embargo, el equipo médico de los centros de detención puede tener acceso a los diagnósticos previos de los jóvenes infractores que se realizaron en contactos previos con los servicios de salud mental.

Las necesidades en salud mental de jóvenes infractores son responsabilidad del sistema nacional sanitario, pero no está especializado en la psiquiatría de niños y adolescentes y de ahí que no haya formación especializada para los profesionales, ya que solo cuentan con centros especiales que ofrecen a los niños y a sus familias servicios generales para la salud mental. Según el informe, la disposición de servicios de alojamiento y comunitarios está muy limitada. Teniendo en cuenta los programas de intervención adecuados se construyen unos modelos de comportamiento y cognitivos en lugar de los enfoques en forma de castigo. El enfoque del centro Pi Margall se describe como un ejemplo de las buenas prácticas en España porque combina la terapia individual con la familiar y el trabajo en grupo.

El equipo español realiza una serie de recomendaciones entre las que se incluyen la necesidad de realizar un diagnóstico precoz a los jóvenes en riesgo para que participen en los programas preventivos de intervención adecuada; y la necesidad de desarrollar la especialidad en psiquiatría de niños y adolescentes ligada a su vez con la formación pertinente de los profesionales. Además, recomiendan una investigación para entender mejor las necesidades en salud mental a nivel general de “los infractores” entre los jóvenes españoles. Por último, resaltan también la necesidad de unos planes de coordinación y de acción entre los Ministerios gubernamentales de Bienestar Social, Educación, Sanidad y de Justicia, de forma conjunta con las distintas instituciones tanto públicas como privadas que están implicados en las necesidades de salud mental de los jóvenes que comenten delitos.

Reino Unido
Los autores del informe empiezan trazando un número de estudios a nivel nacional en los que claramente se ilustra que los jóvenes que tienen un serio comportamiento delictivo tienen trastornos mentales significativos, y ofrecen datos el 43% de los jóvenes infractores con sanciones comunitarias tienen trastornos mentales diagnosticados frente a un 10% de los niños entre 5 y 16 años de la población en general. Los trastornos más comunes son las dificultades en el aprendizaje y la experiencia de abuso y de abandono. Los autores reconocen que el comportamiento delictivo de dichos jóvenes no solo necesita una simple respuesta judicial sino también una respuesta clara y evidente basada en sus necesidades mentales.

El informe del Reino Unido describe ejemplos de las buenas prácticas, en particular el beneficio potencial de un sistema “a mano” de los Servicios de Salud Mental para Niños y Adolescentes (CAMHS, en inglés). En dicho sistema los jóvenes en instituciones penitenciarias reciben ayuda y son asistidos por los equipos locales del CAMHS como parte de su custodia. Sin embargo, la disposición de este sistema depende de las fuentes disponibles para jóvenes con trastornos mentales en cada lugar. Describen además algunas de las estrategias de intervención efectivas empleadas para jóvenes con trastornos mentales y con comportamientos delictivos, como son la terapia multisistémica, la terapia de comportamiento cognitiva y los programas parentales. Los autores dan cierto énfasis a las intervenciones bien fundamentadas por los principios de la Teoría del Apego.

Los autores identifican varios defectos en el sistema y resaltan la necesidad de continuar con la atención a los jóvenes que están en transición hacia el regreso a sus comunidades después de un período de detención, y la necesidad por parte de los profesionales de recibir formación adecuada y cualificada en salud mental para así ayudar apropiadamente e intermediar para conocer las necesidades de los jóvenes detenidos. A modo de conclusión, los autores dan una serie de buenas prácticas relacionadas con la justicia penal con los servicios de salud mental que existen en el Reino Unido y que se hacen notar a través de los organismos y el personal local. Pero que para ello necesitan una base estructurada a nivel nacional para asegurar que llegue a todos los jóvenes que necesiten de sus servicios.

África
El autor del informe empieza analizando el predominio de trastornos o problemas mentales en el continente. El informe apunta que los niños con trastornos mentales o dificultades en el aprendizaje entran en conflicto frecuentemente con la ley por razones ligadas directamente a sus problemas o no. En consecuencia, el análisis se describe en una realidad contextualizada y dentro del marco legal de justicia para jóvenes infractores con trastornos mentales en África. Además, el autor del informe constata que es un tema muy amplio y variado y que en un resumido informe es difícil desarrollar en detalle las distintas circunstancias nacionales y la legislación de los países africanos. Sin embargo, el autor da una amplia perspectiva sobre este tema y una visión general de los enfoques legales respecto a los Derechos del menor con problemas o trastornos de salud mental en el contexto africano.

Brasil
El autor del informe brasileño indica que la reciente y relativa democratización de su país ha llevado el reconocimiento de que los niños y los adolescentes son ciudadanos con plenos e iguales en derechos. Esto les ha llevado a un importante cambio de orientación hacia un reconocimiento de los derechos de los jóvenes en conflicto con ley como ciudadanos en lugar de promover la exclusión y el castigo anteriormente impuestos. Así, el Estatuto Brasileño de la Niñez y la Adolescencia realiza disposiciones especiales para jóvenes que tienen un comportamiento delictivo y los que tienen problemas de salud mental, estipulando que en estos casos necesitan asistencia y centros de salud mental en entornos apropiados.

La disposición de estos servicios es responsabilidad del servicio sanitario nacional y por ello se estableció un organismo nacional “Sistema Nacional de Asistencia Socio-Educativo” (SINASE) para supervisar los parámetros de atención según las necesidades de salud mental de los jóvenes detenidos. Simultáneamente, Brasil sufrió una revisión de su sistema de salud mental dejando a un lado un enfoque institucionalizado y adoptando otro más centrado en la asistencia en la comunidad. Sin embargo, el autor describe la experiencia del sistema de justicia juvenil como un lugar donde el abuso y la tortura siguen estando presentes y como las acciones de las instituciones gubernamentales continúan estando exclusivamente centradas en el castigo y la detención de los jóvenes infractores.

El autor indica que en Brasil no existe un perfil sobre las necesidades de salud mental de los jóvenes en conflicto con la ley. Teniendo en cuenta las disposiciones de salud mental para los jóvenes infractores, un sondeo en 2008 sobre las prácticas de 272 centros de detención indicaba elevados niveles tanto del uso de medicamentos psiquiátricos como del empleo de la medida de aislamiento y una falta de cooperación entre los centros de detención y los servicios públicos de asistencia. El autor también considera detenidamente que el concepto de peligrosidad unido con el de psicopatología pueden llevar a un uso incorrecto que reduciría el desarrollo de los adolescentes. El autor concluye describiendo dos proyectos piloto los cuales dan una visión positiva sobre la gestión de las necesidades de salud mental de los jóvenes que tienen un comportamiento en conflicto con la ley mientras se respecta al mismo tiempo sus derechos individuales como ciudadanos.

Conclusión
En este volumen, se pueden esbozar algunas conclusiones generales descritas detalladamente por parte de los países. Los datos disponibles indican que se encuentran pruebas en todos y cada uno de los países, ya sea en forma de informes o examinando las cifras de los centros de detención demostrando que los términos de jóvenes infractores y problemas de salud mental van de la mano. Además, el nivel de implicación de un joven en el sistema de justicia penal guarda correlación en mayor proporción con sus trastornos mentales. Esta elevada proporción con los trastornos mentales se encuentra en jóvenes infractores con sanciones comunitarias si se compara con los jóvenes no infractores en general, y aumenta de nuevo las cifras entre los jóvenes en estado de detención.

También concuerdan los tipos identificados de trastornos mentales. Los jóvenes infractores presentan frecuentemente problemas de comportamiento internos y externos, tales como trastornos de conducta y del estado de ánimo (depresión, ansiedad). El alcohol y/o la adicción a las drogas así como la idea del suicidio también se presentan en elevados porcentajes. Otras formas de comportamientos problemáticos están relacionados con el status de salud mental asociado en segundo plano a desventajas personales traumáticas y sociales que pueden generar en comportamiento sexuales peligrosos, agresiones y violencia. Además, también son comunes las especiales dificultades en el aprendizaje y a nivel de razonamiento. Sin duda, existe problemas de salud mental complejos relacionados con los psicosociales, los cuales se agravan al experimentar la detención.

Los países universalmente reconocidos reconocen que los jóvenes en conflicto con la ley necesitan una respuesta por parte del sistema de justicia penal que no sea sencillamente punitiva sino que también se esfuerce por restaurar el bienestar en la sociedad repercutiendo en su desarrollo. Las necesidades en salud mental de los jóvenes se ven mejor desde los servicios generales de salud nacionales que desde los especializados de los centros de detención. Aunque el general engloba al resto, en la mayoría de los países la realidad muestra la limitada capacidad existente para el desarrollo de una buena calidad por parte de los servicios de salud mental para los jóvenes en conflicto con la ley. Esto es debido en parte a la falta de integración entre la justicia juvenil, los servicios de salud y los educativos. En el apartado de cada informe nacional se indica claramente la formación al equipo como un ingrediente clave en el éxito de integración de estos organismos gubernamentales. Se identifica la necesidad de la formación del equipo existente, particularmente una formación que ayude a los profesionales del ámbito legal a entender los problemas en la salud mental, y a los profesionales de la salud a entender el sistema legal propio de cada nación respectivamente.

Es recomendable realizar una práctica revisión médica sobre el status de salud mental de todos los jóvenes que están en contacto con el sistema de justicia juvenil, y en particular con los que están detenidos. Mientras que esto no empiece a realizarse de forma estándar en varios países, no tendremos datos concluyentes que nos muestren cuando los jóvenes experimentan trastornos en su salud mental a través de un reconocimiento adecuado, una evaluación, una formulación y la pertinente intervención. Existen herramientas clínicas estructuradas disponibles para examinar y evidenciar las medidas para intervenir en la carrera delictiva de los jóvenes, caracterizadas por enfoques multisistémicos que incluyen el trabajo familiar, la formación parental y los tratamientos individualizados diseñados para fijar de distintas maneras los problemas de comportamiento. Del informe también se deduce claramente que muchos jóvenes que se encuentran en conflicto con la ley pueden ser ayudados antes de que se involucren penalmente. Es por ello, que el efectivo trabajo preventivo en los hogares, escuelas y comunidades puede ser muy valioso para ayudar a su desarrollo.

El Volumen I también nos recuerda que la ley internacional y las normas necesitan de los países para tratar de forma efectiva y eficiente a los jóvenes en el sistema de justicia penal y para asegurar que su status en salud mental se identifique y, cuando sea oportuno, reciban la correspondiente ayuda. Para poder alcanzar estos objetivos, necesitamos dar una madurez a los derechos humanos como base fundamental del desarrollo de un joven vulnerable a una vida delictiva, guiando a dicho individuo por un camino evolutivo que lo aleje de la delincuencia y lo lleve hacia una ciudadanía responsable y libre de todo delito. Parece que para lograr este objetivo necesitamos encontrar un mecanismo donde aspectos como los sistemas jurídicos, educativos y de salud se combinen y trabajen conjuntamente y de forma efectiva por el bien de todos los ciudadanos. En la mayoría de los países esto sería algo que no suele ocurrir, solo ocurren en algunos países con anterioridad y de forma aislada. Sin embargo, esta situación es posible y será beneficioso para todos.
Proyecto MHYO, Volumen II

Manual para la mejora de los conocimientos y habilidades profesionales y el desarrollo de programas de promoción

Como marcos evidentes teniendo en cuenta la relativa prevalencia en aumento de los problemas en salud mental entre los jóvenes infractores y la aparente ineficacia por la falta de coordinación entre los sistemas de justicia juvenil de y de salud para afrontarlos, como consecuencia dichos sistemas de justicia juvenil están buscando cierta orientación para poder solucionar dicha situación. Por esta razón, se ha llevado a cabo el “MHYO - Manual para la mejora de los conocimientos y habilidades profesionales y el desarrollo de programas de promoción” como manual general para todos los profesionales involucrados e interesados en contacto con jóvenes infractores con problemas de salud mental.

En su primera sección “MHYO – Herramientas de formación para la mejora del conocimiento y las competencias del profesional” se ha diseñado para guiar al lector a través del camino de los jóvenes con trastornos mentales en su paso por el sistema penal de justicia. Desde el momento de su detención hasta su puesta en libertad, se describe cada momento de contacto entre los jóvenes y los organismos de salud/justicia para exponer así los distintos retos. En cada momento de contacto, se detalla una lista de profesionales así como también de ejercicios de formación específica para ellos. También se identifican los momentos de intervención cruciales.

En la segunda sección “MHYO – Herramientas de Apoyo” consiste en un kit de herramientas de apoyo. Su objetivo es ayudar a los interesados y a los expertos a nivel nacional a desarrollar programas de apoyo y de evaluación en la mejora de las disposiciones a los servicios para los jóvenes infractores con trastornos en salud mental. Con este fin, se han desarrollado tres herramientas que pueden emplearse para desarrollar un programa nacional específico de acción o como herramientas propiamente dichas. Finalmente, la sección 2 incluye la opinión y las recomendaciones del OIJJ para proporcionar una mayor asistencia a los países para identificar y resolver los problemas existentes con respecto a la situación de los jóvenes infractores con trastornos mentales. Y consiste en recomendaciones tanto a nivel internacional como a nivel europeo y nacional.

Sección 1 – MHYO: Herramientas de formación para la mejora del conocimiento y las competencias del profesional
Este manual de formación ha sido diseñado para guiar al lector a través del camino de un joven que se desenvuelve en medio del sistema penal de justicia. El momento de contacto con ciertos organismos y profesionales se rompe y así se muestra al lector la importancia de los mismos para considerarlos cada vez. La sección I puede usarse como un folleto de referencia o como una herramienta de formación para ampliar los conocimientos de los profesionales que trabajan con los jóvenes infractores.

Dentro de la misma, cada capítulo está formado por: información sobre qué hacer ante casos/momentos críticos del día a día de los jóvenes infractores y cómo pueden plantearse ciertos temas, cuadros explicativos sobre temas clave, ejemplos de buenas prácticas en todo el mundo, qué necesitan los jóvenes en cada etapa del proceso, recordatorios sobre qué puede hacerse por los jóvenes en cada etapa y preguntas y ejercicios para debatir o de autorreflexión. Además, empieza dando una definición general sobre los problemas, las enfermedades y los trastornos mentales, y los distintos tipos que existen.

Prevención
Este capítulo empieza describiendo las causas de delincuencia y ofrece una lista de riesgos y de factores preventivos como son la familia, la escuela, la comunidad y los factores individuales/entre iguales. Dentro de los factores de riesgo se explica más detalladamente el abuso, tanto físico, como sexual y emocional, y el abandono. Por tanto, el capítulo explica las causas de los problemas de salud mental, enfermedades y trastornos, agrupándolos en cuatro grupos: dificultades de origen familiar, traumas, de apego y genéticos o hereditarios. El capítulo continua explicando lo que sería la prevención del delito como “el trabajo llevado a cabo por profesionales para frenar/parar a los niños y jóvenes a cometer delitos”. Se detallan minuciosamente las tres categorías de prevención (la primaria, secundaria y terciaria) y se dan ejemplos de buenas prácticas para cada una de ellas. Por último, se enumeran los tipos de profesionales que están involucrados en la prevención y se da una idea general sobre los momentos clave a considerar. Cuando se diseñan programas de prevención se plantea que los profesionales deben ser sistemáticos, estratégicos, creativos, flexibles y estar bien coordinados. Los momentos cruciales de intervención se identifican tan pronto como sea la intervención, interviniendo en familias potencialmente de riesgo lo antes posible, mientras que una intervención en la escuela o de asistencia son puntos básicos en cualquier momento.

Detención
Este capítulo explica qué pasa cuando se arresta a un menor. Primero enumera las necesidades del menor en ese momento y los distintos tipos de profesionales que están involucrados. Así se identifican los momentos decisivos en el proceso de detención y se explican individualmente. El primero de ellos es la cuestión de una respuesta adecuada por parte de la policía cuando trata con un sospechoso con presuntos problemas de salud mental. El segundo es el tiempo de detención, y los autores describen las obligaciones que esta vez tiene la policía. El tercer momento a tener en cuenta es la detección de un problema en la salud mental, y para ello el capítulo da una extensa lista de señales importantes que pueden detectarse y que deben ser seriamente tenidas en cuenta por al policía. El siguiente momento crucial es el interrogatorio, en donde se realizan varias sugerencias sobre cómo sería mejor el interrogatorio para el menor. El quinto momento es la posibilidad y los tipos de diversión que dicen que son una buena opción para los menores con trastornos en salud mental. Lo siguiente consiste en la explicación del proceso de investigación y de acusación y se mencionan algunos aspectos importantes a tener en cuenta. El último momento crucial es el de la custodia policial y los autores hacen recomendaciones sobre qué lo que la policía tiene que tener en cuenta a la hora de decidir detener a un menor y qué comportamientos pueden indicar que ese individuo puede representar un riesgo para él o para los demás. El capítulo termina con una serie de ejercicios específicos y de momentos de debate como formación.

Juicios y Procesos penales
Durante el proceso del juicio existen varias consideraciones importantes: se tiene que tener en cuenta la edad y el entendimiento del menor, se tiene que llevar el juicio desde un ambiente agradable, por ejemplo en los tribunales especiales de menores, y los profesionales, tano jueces como abogados y psicólogos deben cooperar. Los autores enumeran de nuevo las necesidades del menor en esta etapa, los tipos de profesionales que trabajan y lo que pueden hacer. Por consiguiente, los se identifican y se detallan los momentos cruciales en el proceso del juicio. Antes de que el juicio tenga lugar, se debe de determinar la salud del menor para declarar y los autores subrayan los principales criterios para hacerlo. También se debe examinar la amplitud de los problemas de salud mental del menor a través de un informe previo a la sentencia en el que constatarán los siguientes temas: culpabilidad, plantea un riesgo por su problema de salud, viabilidad de cualquier tipo de diversión/sentencia, y la cuestión de supervisión. Cuando se identifica un problema en la salud mental, se debe consultar a los expertos en el tema para reunir una mayor ayuda sobre las necesidades físicas/psicológicas/sociales del individuo y el posible impacto de cualquier pena de privación de libertad para el menor con dichos trastornos mentales. Durante las evaluaciones del forense, los autores mencionan varios aspectos éticos a tener en cuenta. Y durante el juicio, los autores enfatizan que el lenguaje empleado durante este proceso debería adaptarse a las formas adecuadas para el menor. Finalmente, cuando se dicta sentencia, los autores destacan lo que el juez debe tener en consideración, y el capítulo concluye con unos ejercicios específicos y unos momentos de discusión de apoyo.

La privación de libertad y la preparación para su puesta en libertad
Privar a un menor de su libertad es perjudicial a nivel físico y psicológico, especialmente para los jóvenes con problemas de salud mental. Se informa de que los jóvenes detenidos tienen elevados niveles de trastornos psiquiátricos. Después de dar una idea general sobre las necesidades de los menores y de los tipos de profesionales involucrados en esta etapa, los autores identifican los momentos de intervención más importantes. Comentan que la privación de libertad anterior a un juicio, también llamada prisión preventiva, debería evitarse a menor que el menor sea considerado como peligro público. En el momento de transferencia y de admisión en un establecimiento seguro, los jóvenes ya debería de haber recibido ayuda para sus problemas de salud mental y deberían haber recibido información sobre las medidas impuestas y las características del centro al que ha sido destinado. Los autores destacan la primera noche y la semana después de la admisión como los momentos más importantes, es decir, cuando deben tener lugar la revisión en salud mental debido a que se desarrollan los daños auto-infligidos y aumentan dramáticamente las cifras de suicidios. Una vez en privación de libertad, los autores enfatizan que los planes de intervención deben de estar diseñados para fomentar el progreso del menor con las últimas tendencias para su reintegración satisfactoria en la sociedad después de su puesta en libertad. También se describe las características de un plan efectivo de intervención. Se debe disponer de un adecuado tratamiento que se adapte q las necesidades del individuo. El aislamiento y las restricciones deben emplearse solo en caso de situaciones de emergencia, cuando el menor o el resto de menores o el personal estén en peligro. El capítulo concluye finalmente con ejercicios específicos y momentos de debate para la formación.

Sanciones basadas en la comunidad
En este capítulo se explican las necesidades de los menores, incluidos los profesionales y los momentos de intervención importantes que se desarrollan en la ejecución de las sanciones basadas en la comunidad. Las sanciones basadas en la comunidad son aquellas que las que el juez impone al menor un castigo que se realiza en la comunidad. En cierta forma, éstas pueden llevar consigo una obligación en el comportamiento, la corrección de la malicia, el desempeño de trabajos específicos o la participación en clases educativas. Estas sanciones además necesitan una supervisión por parte del organismo a través de un trabajador social o un agente de libertad vigilada. Los autores identifican las responsabilidades de este supervisor en: desarrollar una relación cercana con el menor, ofrecerle objetivos reales, la participación de la familia de acogida y el uso de distintos tipos de modos de intervención. En el caso de incumplimiento, no se deberá de privar la libertad automáticamente si no que se deberán modificar las sanciones o las medidas de acuerdo con las necesidades específicas del menor.

La inclusión y la prevención a la reincidencia
En este capítulo, los autores argumentan que es esencial una continuidad en la ayuda y aunque saben que existen dificultades, proponen numerosas formas de solucionarlas. También hacen una lista sobre las necesidades de los menores y del tipo de profesionales involucrados y sobre lo que pueden hacer éstos para ayudarles. Los momentos más importantes de intervención durante esta fase son los siguientes: la transición a través de la cual los autores anotan que el abandono y la finalización de los tratamientos/asistencia y la transición de un servicio a otro pueden suscitar fuertes emociones y reacciones a los menores. Por eso, los profesionales necesitan asegurarse de que eso ya se habló antes con los jóvenes y de que existe un tiempo y un suficiente apoyo para que el joven lo acepte y se adapte. Cuando se planifica la puesta en libertad del menor, la prevención a la reincidencia es crucial. Esta puesta en libertad del menor debe de ser de manera gradual y debe hacerse uso de salidas y de días libres. Ya en libertad, los servicios de post-tratamiento deben estar disponibles a crear y a completar la gradual transición del menor desde la vida en un establecimiento a la vida independiente en el mundo exterior.

Sección 2 – MHYO: Herramientas de Apoyo
‘MHYO Herramientas de Apoyo’ son un conjunto de herramientas de apoyo. Su objetivo es ayudar a los interesados y a los expertos a desarrollar programas de apoyo y de evaluación para así mejorar las disposiciones de los servicios para los jóvenes infractores con problemas de salud mental. Con este fin, se han desarrollado tres herramientas que permitirán el desarrollo de programas de apoyo a nivel nacional:

Reforma de Ley en vías de desarrollo
Carta de los derechos del Niño privado de libertad y relacionados con la salud mental
Evaluación y valoración
Reforma de Ley en vías de desarrollo
Cualquier reforma que afecte a los jóvenes infractores con problemas de salud mental necesita tener el apoyo tanto de un nivel gubernamental hasta de la comunidad entera. Para que sea efectiva, los autores proponen varios elementos esenciales como son la identificación de los problemas y sus causas, los borradores de los proyectos, la comprobación de la compatibilidad de las leyes nacionales con las medidas internacionales, ofrecer un análisis de costes, consulta y construcción en consenso, diseminación, formación, supervisión y evaluación de las reformas y de su impacto. Las estrategias que pueden ayudar al desarrollo de la reforma satisfactoria y efectiva de la ley y de la política son aquellas que miran tanto al pasado como al futuro, identificando el contexto político, escuchando a la opinión pública, tomando enfoques alternativos, haciendo uso de buenas prácticas y usando el apoyo disponible/facilitado por las instituciones internacionales.

Declaración de los derechos del Niño privado de libertad y relacionados con la salud mental
La declaración de los derechos del Niño privado de libertad con trastornos en la salud mental está diseñada como una herramienta de salvavidas. Dicha Declaración recuerda a los profesionales cuáles son los derechos de esos menores vulnerables y cómo los deben cumplir. Se explica resumidamente los derechos específicos que merecen especial atención de los profesionales que trabajan con menores en justicia juvenil y en el marco de salud, como son: la admisión en centros de salud mental del menor cercanos, el derecho a informarse sobre el tratamiento, el derecho a participar en la formulación del tratamiento, el derecho a participar en el funcionamiento del centro, el derecho a una atención de calidad, el derecho al respeto de su privacidad, el derecho a relaciones personales y familiares, a medidas restrictivas, el derecho a un asesoramiento legal, el derecho a la educación y el derecho a actividades culturales y de ocio. La Declaración es una versión basada en otra desarrollada en Bélgica por el Ministerio de Sanidad en colaboración con el hospital “Centre Hospitalier Jean Titeca”, en Bruselas. Empezaron el proceso de formalización de la Carta en 2010, y estaba enfocada a aquellos que trabajan en residencias y hospitales en donde se establecen menores que presentan problemas tanto psiquiátricos como de comportamiento.

Evaluación y valoración
La mejora de los servicios y de los resultados de los jóvenes infractores con trastornos mentales necesita un fuerte método de evaluación y seguimiento. Inspirándose en la Compilación de Herramientas de Evaluación para la Justicia Penal de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), el OIJJ ha diseñado un modelo similar como un conjunto de herramientas modelo y para permitir a las personas o a las organizaciones nacionales, gubernamentales, internacionales y de otra índole a: llevar una valoración comprensiva de los sistemas penales de justicia, identificar campos de asistencia técnica, ayudar a los organismos a diseñar las intervenciones que integran las normas y medidas de Naciones Unidas respecto a la prevención delictiva y la justicia penal, y a poner en práctica todos estos temas. Las Herramientas se han clasificado según los grupos sistemáticos de justicia penal, dando como resultado cuatro grupos que son: Mantenimiento del orden, Acceso a la justicia, Medidas de privación y de puesta en libertad, y Formas de atajo. El tema se explica resumidamente en las siguientes secciones y ha sido modificado del manual original realizado por los expertos de la ONUDD para que resulte más pertinente respecto a los jóvenes infractores y su salud mental.

Dictamen del OIJJ sobre la situación de los jóvenes infractores con trastornos de la salud mental
Además de estas tres herramientas, la sección II incluye el dictamen del OIJJ, la cual puede considerarse para destacar los problemas y las necesidades de los jóvenes infractores con problemas en salud mental, convirtiéndose así en la base de asesoramiento entre los principales interesados, como son el público en general y los miembros de la sociedad civil, y siendo el punto de partida para ayudar a las actuales prácticas nacionales y a su legislación.

Está opinión trata varios aspectos relacionados con el tema en cuestión. Primero, reconoce que los problemas en salud mental están generalizados entre los jóvenes infractores. Es más probable que los menores en orden de arresto experimenten trastornos en la salud mental y, sin embargo frecuentemente no reciben los servicios adecuados respecto a su específico tratamiento, haciendo así que sus condiciones empeoren. Desde el punto de la prevención, el reconocimiento y la evaluación de los trastornos mentales, se expone que es crucial una temprana revisión, evaluación y que deberían realizarse cuanto antes para dar respuestas de intervención efectivas para los menores en riesgo.

Desde la responsabilidad penal de los menores con problemas en salud mental, el dictamen expone que se tendría que dar una especial consideración en el caso de menores cuando se determine su responsabilidad penal, ya que los menores no han alcanzado aún la mayoría legal y por tanto son diferentes que los adultos, y sobretodo si sufren trastornos mentales. Se tendrán que llevar a cabo varias evaluaciones antes de establecer la presencia de problemas en salud mental y sus efectos sobre la culpabilidad del menor. Una vez establecido, el tribunal deberá tener en consideración qué medidas impuestas son las mejores. Los autores creen que el desarrollo de una cooperación próxima entre el tribunal, los sistemas educativos y de salud puede dar resultados más efectivos sobre los programas de intervención.

En términos de evaluación de salud mental, es necesario unos vínculos más cercanos entre los sectores de justicia y de salud. Ambos sectores mantienen sus propios intereses y objetivos, sin embargo deben de tener presente que tienen un objetivo común, que es el de garantizar en cualquier momento los intereses del menor. Por otra parte, debería existir una formación multidisciplinar para los profesionales y los interesados que están en contacto con los jóvenes infractores con trastornos mentales. Sería aconsejable una formación básica en salud mental para crear así una base común en los distintos sectores y mejorar así la cooperación entre ambos.
Apoyo

Haciendo caso a los profesionales, a los expertos y a los interesados sobre la cuestión de los jóvenes infractores con problemas de salud mental a nivel internacional, el OIJJ promociona y desarrolla varias actividades de apoyo para mejorar aún más la situación de estos chicos. Algunas de esas actividades de apoyo son:

Del 6 al 8 de julio de 2009 tuvo lugar en Ginebra (Suiza) la “Revisión Ministerial Anual del Comité Económico y Social de las Naciones Unidas”. Ese año, la conferencia se centró en la salud pública global. El Observatorio Internacional de Justicia Juvenil (OIJJ) junto con la Fundación Diagrama Intervención Psicosocial co-organizó el 7 de julio un evento paralelo titulada “Recursos de Salud Mental para jóvenes infractores”.
Durante la jornada sobre el menor del 8 de marzo de 2012 dentro de la “Sesión del Consejo de Derechos Humanos sobre la Administración de Justicia”, el OIJJ con el apoyo de varias organizaciones como la Reforma Penal Internacional y la Entidad Open Society Justice Initiative, ya presentó una ponencia oral.
Entre el 7 y 9 de marzo de 2012, el OIJJ tuvo la oportunidad de participar durante el Tercer Congreso de la EFCAP “Niño Forense y Psiquiatría del Adolescente”, y presentó los resultados del proyecto MHYO.
Los días 23 y 24 de abril de 2012 junto con la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en colaboración con la Misión Permanente de Tailandia organizamos un evento paralelo titulado “La salud mental y los jóvenes infractores: un reto para los sistemas de justicia y de salud” durante la Comisión sobre la prevención delictiva y la justicia penal 2012, organizada en Viena el 27 de Abril.

Recomendaciones del OIJJ – MYHO
El OIJJ cree que los programas de apoyo nacionales más efectivos deben ser los que implican a todos los organismos. La colaboración entre el sector sanitario y judicial es crucial para proteger a los jóvenes infractores con trastornos en la salud mental. Se prevé que ONG, universidades y administración pública de cada país trabajen conjuntamente durante este proceso, ya que es el momento más importante de cualquier campaña de apoyo. Gracias a las campañas con diferentes organismos se espera que lleguen a involucrar a la sociedad civil en todos los niveles, a un entendimiento generalizado de las necesidades de los jóvenes infractores con trastornos, problemas o enfermedades en la salud mental y cumplan así con sus derechos.

Las siguientes recomendaciones se han concebido con el propósito de hacer efectivo el apoyo a los países con las mejores políticas a adoptar teniendo en cuenta a jóvenes infractores con trastornos, problemas o enfermedades en la salud mental.
Documentación y Textos legales

Documento

Prevalencia de trastornos mentales en menores internados por comportamientos antilegales
Consumo de drogas y patología dual en adolescentes con severo historial delictivo
Double Jeopardy. Adolescent Offenders with Mental Disorders
Mental Health resources for Young Offenders (MHYO). Annual Ministerial Review. High Level Segment 2009
Introduction. Mental Health resources for Young Offenders (MHYO). Annual Ministerial Review. High Level Segment 2009
Young offenders and Medical treatment: Legal controversies and conflicts in Spain. Mental Health resources for Young Offenders (MHYO). Annual Ministerial Review. High Level Segment 2009
Recomendaciones. Salud Mental y Jóvenes Infractores (MHYO - Mental Health and Young Offenders)

Textos legales

IJJO Recopilation on Legal Texts about Mental Health and Young Offenders
Agenda

IV Conferencia Internacional OIJJ - Desarrollo de sistemas de justicia juvenil integradores: Enfoques y metodologías en trastornos mentales y abuso de drogas
Noticia OIJJ

Suiza - Naciones Unidas. Salud Mental menores infractores
Firmado convenio de colaboración entre el Instituto Latino-Americano de las Naciones Unidas (Ilanud) y el OIJJ
1ª Reunión- Programa DAPHNE III. El análisis comparativo europeo y la transferencia de conocimientos sobre recursos de salud mental para jóvenes infractores
IV Conferencia Internacional OIJJ
2ª Reunión- Programa DAPHNE III. El análisis comparativo europeo y la transferencia de conocimientos sobre recursos de salud mental para jóvenes infractores (MHYO)
10 Octubre. Día Mundial de la Salud Mental: 'Invirtamos en salud mental'
El OIJJ plantea el tema sobre la Salud Mental para los menores infractores durante la 19ª sesión de la jornada anual del Consejo de Derechos Humanos
El OIJJ participó activamente y planteó la temática sobre Salud Mental y Menores Infractores (MHYO en inglés) durante el Tercer Congreso EFCAP en Berlín

Enlace

Mental health primary care in prison
Mental Health Research Network
International Observatory on Mental Health Systems (IOMHS)

1 comentario:

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