miércoles, 29 de diciembre de 2010

Suicidio en adolescentes. Ana Berta Jara Segura.Fernando González Serrano. Paz San Miguel.Maite Urizar. España.

Trabajo resultante de un seminario de lectura y discusión sobre temas clínicos en el que participaron además de los autores Carmelo Malda, Dolores Codon, Mirian Aizpiri, Salvador Del Arco, Milagros Domingo, Xabier Tapia, y Helena Senra, a quienes mostramos nuestro más sincero agradecimiento por impulsarnos a la elaboración de esta reflexión y nos han enriquecido con sus aportaciones.
Resumen:
Revisión sobre las Tentativas de Suicidio en los adolescentes, factores epidemiológicos, contexto socio-familar, funcionamiento mental, evaluación del riesgo y actitud ante un gesto suicida, la valoración de la necesidad de ingreso y propuestas de tratamiento.

Las crisis familiares. Idarmis González Benítez1. La Habana. Cuba

RESUMEN

Con este trabajo nos propusimos actualizar el tema de las crisis familiares. Se pone de manifiesto que tanto los eventos propios del desarrollo, como los accidentales, dan lugar a la aparición de crisis en la familia. Queda esclarecido, que no necesariamente han de tener implicaciones negativas para la familia. Se hace énfasis en la valoración del evento por la familia y su significación. Se destaca el papel de los recursos familiares como protectores y moduladores de las crisis. Por último se señalan algunos pasos a seguir en la intervención familiar.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Depresión en la infancia y Adolescencia.Información para el paciente, familiares y personas interesadas.

El grupo elaborador de la Guía de Práctica Clínica Clínica desea dar las gracias a todas aquellas personas que han colaborado en la elaboración de este material. Esta información ha sido elaborada a partir del conocimiento basado en la literatura científica disponible en el momento de la publicación.
Este documento se ha realizado en el marco de colaboración previsto en el Plan de Calidad para el Sistema Nacional de Salud elaborado por el Ministerio de Sanidad y Política Social, al amparo del convenio de colaboración suscrito por el Instituto de Salud Carlos III, organismo autónomo del Ministerio de Ciencia e Innovación, y Fundación Escola Galega de Administración Sanitaria (FEGAS).
Contenido tomado de:
Grupo de Trabajo de la Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y en la Adolescencia.
Guía de Práctica Clínica sobre la Depresión Mayor en la Infancia y en la Adolescencia.
Madrid: Ministerio de Ciencia e Innovación. Axencia de Avaliación de Tecnoloxías Sanitarias de Galicia (avalia-t); 2009.
Esta información está destinada a personas que quieren saber qué es la depresión y qué hacer al respecto.

martes, 21 de diciembre de 2010

Violencia y trastornos de la personalidad: implicaciones clínicas y forenses. 2010. E. Esbec. E. Echeburúa. España.

 En diversos estudios se ha demostrado que los trastornos de la personalidad (TP) representan un riesgo clínico significativo para las conductas violentas. El objetivo de este artículo es examinar la relación entre los TP y la violencia en función de cuatro dimensiones de personalidad fundamentales:
1) la impulsividad; 2) la falta de regulación emocional; 3) el narcisismo y las amenazas al yo; y 4) el estilo de personalidad paranoide. Dos de estas dimensiones –la impulsividad y la falta de regulación emocional- están implicadas en todos los TP relacionados con la violencia. El narcisismo o las amenazas al yo y el estilo de personalidad paranoide se han asociado empíricamente a la violencia y a los trastornos mentales. Los síntomas de los TP han mostrado ser mejores predictores de la violencia que los TP por sí mismos. De hecho, los síntomas del clúster A o B de los TP, tales como los síntomas paranoides, narcisistas y antisociales, correlacionan de forma significativa con la violencia. Por último, hay tres principios fundamentales sobre la relación entre los TP y la violencia: 1) los TP son habitualmente egosintónicos; 2) los TP muestran comorbilidad con otros trastornos del Eje I o del Eje II; y 3) la violencia y el riesgo de violencia están asociados con frecuencia al abuso de drogas. Se comentan las implicaciones de esta revisión para la investigación futura.

El culto al cuerpo y los trastornos de alimentación. Isaac Amigo Vázquez. U. Oviedo

Podría parecer un capricho de la adolescencia el que una joven decidiera dejar de comer para adelgazar hasta tal punto que pusiese en peligro su vida. Sin embargo, lejos de esa simple visión del problema, la realidad es que la explicación de la aparición de los trastornos de alimentación (anorexia y bulimia), que tan preocupantes resultan en la actualidad, solo es posible si se dibuja una tupida red de factores personales, familiares y sobre todo culturales de entre los que destaca el culto al cuerpo. En las páginas que siguen trataremos de analizar las causas de esta preocupación extrema por el aspecto físico, el porqué del énfasis en la delgadez y cómo esa carrera hacia la delgadez puede llevar a los trastornos de la alimentación.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Trastorno antisocial. La crueldad con los animales, un signo de alarma psiquiátrica. Cristina de Martos

A pesar de la terrible brutalidad que encierran, los actos de crueldad contra los animales no ocupan las primeras páginas de ningún periódico ni parecen escandalizar demasiado a la población. Sin embargo, tienen un significado último que debería interesarnos como sociedad. Aquellos que abusan de los animales, según indican los expertos, son hasta cinco veces más propensos a cometer crímenes violentos contra las personas.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Los primerizos de la cárcel de San Miguel: Reflexiones más allá de la tragedia. Mahia Saracostti Schwartzman Trabajadora Social PUC M.B.A. de la PUC Ph.D. en Social Welfare, City University of New York.

Muchos de los fallecidos en la tragedia de la cárcel de San Miguel eran delincuentes primerizos, jóvenes que apenas superaban la mayoría de edad, con problemas de drogas, falta de atención o malas juntas.

Esto nos lleva a plantearnos un primer grupo de interrogantes respecto a cuándo aparecen las conductas antisociales que pueden llevar a nuestros jóvenes a caer tempranamente a la cárcel y desde cuándo requieren ser abordadas dichas conductas.
Parte de la respuesta puede encontrarse en la experiencia de vida personal, familiar y social de estos jóvenes durante su segunda infancia (entre los 6 y 10 años de edad). En este sentido, y tomando ventaja de las altas tasas de asistencia escolar de nuestros niños y niñas, durante la educación básica, se sugiere “aprovechar” a la escuela como un espacio de intervención psicosocial para el desarrollo de habilidades prosociales .

jueves, 9 de diciembre de 2010

Violencia y conducta antisocial. Raquel Bartolomé Gutiérrez y Cristina Rechea Alberola. U.Castilla-La Mancha.

Existen numerosos fenómenos unidos a la adolescencia y juventud que preocupan enormemente a nuestra sociedad; tanto es así, que podríamos decir que esa etapa de la vida se ha convertido en sí misma en un “fenómeno que preocupa”. Esta preocupación ha favorecido una intensa investigación del mundo adolescente desde distintos ámbitos científicos, pero también ha contribuido a crear una imagen un tanto distorsionada de los adolescentes como problemáticos y fuera de control.
La gran mayoría de los comportamientos juveniles que generan malestar y alarma se engloban en dos grandes categorías conductuales: la conducta antisocial y las conductas de riesgo. En esta comunicación vamos a centrarnos en la conducta antisocial, especialmente en la violencia, desde la perspectiva criminológica.
Desde los años noventa, la Criminología conoce un importante desarrollo teórico y empírico unido a algunos cambios fundamentales en su forma de acercarse al delito y al delincuente: la ampliación del objeto de estudio a todas las conductas antisociales y el ánimo de integrar aportaciones muy diversas a su tradicional perspectiva sociológica (psicológicos, biológicos, antropológicos, etc.). Daremos un repaso a algunos de los aspectos más significativos de la conducta antisocial y violenta de los jóvenes para ofrecer finalmente una teoría explicativa que se caracteriza por ese ánimo integrador.

martes, 7 de diciembre de 2010

Violencia interpersonal y bullying en la escuela. Rosario Ortega Ruiz y Rosario del Rey Alamillo

Observando los medios de comunicación de masas, se puede pensar que estamos asistiendo a una nueva epidemia oscura y oculta bajo un fenómeno que, tras un periodo de debate, hemos denominando violencia escolar. Sin embargo, este acuerdo terminológico no es también conceptual, ya que no podemos afirmar que todos los problemas de la escuela, que son muchos y de distinto origen y naturaleza, quepan bajo la semántica que presupone esta etiqueta. Del mismo modo, tampoco existe un acuerdo sobre el carácter creciente de los fenómenos de violencia en los centros educativos. Dos argumentos son importantes a este respecto: no disponemos de datos científicos para asegurar que hay más violencia escolar ahora que hace unos años; y no todos los problemas (sociales, instruccionales, económicos y políticos) que tiene la escuela se refieren a fenómenos que puedan ser etiquetados, siquiera genéricamente, como violencia.

lunes, 6 de diciembre de 2010

La violencia entre iguales en la escuela: el Bullying.Jordi Collel y Carme Escudé (2002), La violència entre iguals a l´escola: el Bullying, Àmbits de Psicopedagogía,2002, (Original en lengua catalana).

1. Abuso de poder
El abuso de poder es una práctica antigua como el tiempo. Siempre han existido personas -mayores y pequeñas- que presentan conductas agresivas o que explotan los puntos débiles de los demás en su provecho. No entraremos en la discusión de si ahora hay más violencia que antes o si ésta es más grave, pero en los últimos años se ha producido un incremento de la percepción general de la violencia como problema (Elliot, 1997). Parece que la sociedad occidental está tomando conciencia de que estas conductas abusivas son perjudiciales para todos, tanto para el que las provoca, como para el que las sufre, así como para el entorno que las permite de una forma más o menos abierta o encubierta. De alguna manera las víctimas han ido tomando la palabra, poco a poco se van dando cuenta de que es necesario denunciar las agresiones. Y esto va ocurriendo en los distintos escenarios donde este tipo de violencia se ejerce, a veces con absoluta impunidad y otras con la connivencia de la autoridad responsable.

viernes, 3 de diciembre de 2010

CONDUCTAS DESAFIANTES Y AUTISMO: UN ANALISIS CONTEXTUALIZADO. Javier Tamarit Equipo CEPRI. MADRID

Alvaro se introduce papeles en la boca, papeles sucios que coge del suelo, y también come tierra, de vez en cuando, en el parque. El niño de nuestro ejemplo, Alvaro, que realiza esta conducta de ingesta de sustancias no comestibles - conducta de pica o malacia-, ejemplo típico de conducta autolesiva, no es un niño con autismo ni con otros trastornos graves del desarrollo. Alvaro es un niño normal, de un año de edad, alegre y juguetón. ¿Qué significa esto?. Lo que me gustaría plantear desde el principio en este trabajo es si es verdad que hay una absoluta y clara relación entre el hecho de padecer una alteración grave en el desarrollo, como es el caso del autismo u otros trastornos profundos (generalizados), y el hecho de tener problemas graves de conducta.
En mi opinión, es inadecuado establecer una relación causal directa entre autismo y presencia de graves trastornos conductuales. Evidentemente también parto de la base de que quizá las personas con autismo u otros trastornos generalizados del desarrollo son más vulnerables, más propensas a manifestar entre sus comportamientos conductas autolesivas y/o conductas estereotipadas que tanto nos llaman la atención.