Se
caracteriza por un patrón de comportamiento repetitivo y persistente en el que
se violan los derechos básicos de otras personas o normas sociales importantes.
Los criterios que lo definen se agrupan en torno a 4 comportamientos:
-
Agresión a personas o animales.
-
Destrucción de la propiedad
-
Fraudulencia o robo.
-
Violación grave de las normas.
Tiene un comienzo tardío cuando empieza
después de los 10 años. Hay una heterogeneidad en el comienzo y en la forma de
llevar a cabo conductas delictivas. Hay cantidad de criterios para poner en
orden esta heterogeneidad. Una clasificación los divide en:
Grupo
infrasocializado o solitario: más violentos o agresivos. Comienzo temprano.
Categoría
grupal o socializada: en grupos. Comienzo adolescente.
Se
trata de clasificar estas conductas en presencia o no de psicopatía. Actúan en
solitario, son más violentos o más severos. Implica a niños o adolescentes con
rasgos o estilos de comportamiento con conductas psicopáticas. Puede ser un
tipo constitutivo o más anclado en la biología.
PREVALENCIA
Es
un trastorno frecuente. Las tasas de población general se sitúan entre el
1-10%. En población clínica se reducen. Las tasas varían a través de grupos de
edad. Suben o se incrementan en fase adolescente.
En
relación al género, los chicos presentan trastornos de conducta más
frecuentemente que las chicas. Este dato está moderado por la edad. Razón
niño-niña: 4/1. En adolescentes razón chico/chica: 2/1.
En
escolares, entre el 5 y el 20% de escolares manifiestan el trastorno. Los más
severos se reducen al 2-4%. En adolescentes las tasas son más altas que en el
caso de los niños.
El
dato que apunta a que las tasas de prevalencia cambian con la edad ha desarrollado
diferentes vías o trayectorias evolutivas del trastorno:
-
Trayectoria con comienzo temprano: antes de los 10 años. Se inicia
tempranamente en la vida del sujeto. Va aumentando en severidad a lo largo del
desarrollo.
Los
niños entre 3 y 7 años presentan síntomas de conducta que tienen que ver con el
trastorno negativista desafiante (desafío, oposición). A lo largo del
desarrollo, cada vez es más severo o se desarrolla en conductas más severas.
Entre
los 7 y los 10 años aparecen conductas agresivas o delictivas.
Entre
los 11 y los 13 años manifiestan conductas antisociales severas (robos,
violación de normas, allanamiento de morada, truhanería).
Estudios
longitudinales identifican diferentes características adicionales, como el
hecho de que los tipos de conducta que manifiestan tempranamente no cambian,
sino que sobre esos se añaden los nuevos. Se produce un proceso de conservación
o mantenimiento. Los factores asociados al nivel etiológico son muy amplios.