Resumen
El objetivo de este artículo es hacer una revisión sobre la relación existente entre el
individuo con trastorno de la personalidad antisocial y el denominado delincuente de cuello
blanco; éste es un fenómeno social relevante y actual que representa gravedad para la sociedad;
por esto es de suma relevancia su estudio. La metodología utilizada fue el rastreo en la literatura
sobre los temas: trastorno de la personalidad antisocial, delincuencia de cuello blanco,
corrupción, criminalidad, desviación social, entre otros; como criterio de búsqueda: bases de
datos como Redalyc, Scielo, revistas de psicología jurídica, libros indexados en SISNAB,
ProQuest EBook Central, etc, con fechas no mayores a diez años. Tras la búsqueda para hallar la
relación de la delincuencia de cuello blanco y el trastorno de la personalidad antisocial se
encontró como las condutas de ambos convergen en muchos aspectos y existe relación en cuanto
a los criterios diagnósticos descritos en el DSMV.
Abstract
The objective of this article is to review the relationship between the individual with
antisocial personality disorder and the so-called white-collar delinquent; this is a relevant and
current social phenomenon that represents gravity for society; this is why its study is very
important. The methodology used was the tracking in the literature on the topics: antisocial
personality disorder, white collar crime, corruption, criminality, social deviance, among others;
as search criteria: databases such as Redalyc, Scielo, legal psychology journals, books indexed in
SISNAB, ProQuest EBook Central, etc., with dates no longer than ten years. After the search to
find the relationship between white-collar crime and antisocial personality disorder, it was found
that the conduct of both converge in many aspects and there is a relationship in terms of the
diagnostic criteria described in the DSMV.
Palabras clave
Criminología, trastorno de la personalidad, conducta antisocial, corrupción, control
social, psicología social, neuropsicología.
Key words
Criminology, personality disorder, antisocial behavior, corruption, social control, social
psychology, neuropsychology.
Introducción
Este estudio se aborda a partir del análisis interdisciplinario sobre el objeto a ser
estudiado, el cuál es el fenómeno social conocido y titulado como “La delincuencia de cuello
blanco y su relación con el trastorno de la personalidad antisocial”; el cual al ser mirado a partir
de los diferentes enfoques y conceptos dimensiona la importancia y gravedad que representa
dicho fenómeno para la sociedad institucionalmente organizada; fenómeno éste que viene siendo
visto desde la estructuración jurídico-criminal de las conductas ejecutadas por quienes ejercen el
poder jerárquicamente instituído como ordenamiento social en donde se hace visible el
comportamiento antisocial y/o psicopático.
El objetivo principal es entonces el de lograr parangonar las conductas y estilo de vida
entre el delincuente de cuello blanco y su estrecha relación con el denominado trastorno de la
personalidad antisocial y/o psicópata; este tipo de individuos que caracterizan específicamente
los elementos que nos permiten el rastreo y análisis de su personalidad, modus operandi, y de la
forma en que conciben el mundo y se relacionan con las demás personas; mediante la ejecución
del delito; como un ejercicio que realizan desde su hacer funcional, laboral; analizando como
pueden algunas organizaciones requerir ejecutivos cuya personalidad contenga las características
en estudio.
Lo anterior permitirá comprender en que consiste y por qué se mantiene este fenómeno
social; cómo evita este tipo de delincuente el ser juzgado en instancias legales y más aún nunca
pagar con cárcel por sus conductas punitivas. Se analizará cómo es su dinámica social, sus
vínculos de poder, los mismos que convierte en el escenario al interior del cuál se mueve,
permitiéndose mantener un tipo de transgresión encubierto, lo que le favorece en la ejecución de
dichos actos delictuales, los mismos que repite sobre las víctimas que acumula como un simple
ejercicio laboral.
Pregunta de investigación
¿Cuál es la relación que existe entre el trastorno de la personalidad antisocial y el
delincuente de cuello blanco?
Marco teórico
Fenómenos jurídicos frente al delito
Es relevante una revisión epistémica a partir de varios conceptos que se desarrollarán a
continuación y que dilucidarán el camino hacia la comprensión del fenómeno aquí tratado: la
delincuencia de cuello blanco y su relación con el trastorno de la personalidad antisocial.
Criminología.
La criminología nace a principios del siglo XIX, respondiendo a una demanda social para
estudiar las causas de la conducta antisocial, siguiendo los fundamentos del método científico,
con el fin de fomentar políticas preventivas eficaces, efectivas, eficientes y pertinentes a las
necesidades de la sociedad (Buil, 2016).
López (2015) señala a la criminología como una ciencia social, que a través de múltiples
planteamientos y metodologías, concibe la criminalidad como “un fenómeno social”.
Dentro de ésta se encuentra la criminología clínica que es la ciencia que se ocupa del
diagnóstico y tratamiento de los tipos de personalidad antisocial, aproximándose a una respuesta
explicativa de cada caso, teniendo en cuenta la naturaleza biológica, psicológica, social e
individual; estudia las causas que condujeron al individuo a llevar a cabo cierta conducta
antisocial, se estudia entonces la particularidad de cada caso, no la generalidad (Hikal, 2009).
Loeber y Le Blanc (como se citó en Requena, 2014): la criminología del desarrollo se
centra en conocer las motivaciones que causan que un individuo empiece a cometer actos
delictivos, y la forma en que su modus operandi puede intensificarse o al contrario desistir de
dicha conducta, esta corriente teórica busca la explicación a esto y estudia las diferencias
individuales relacionadas con la conducta antisocial.
La criminología del desarrollo parafraseando a Hikal (2009) se ocupa del estudio de la
evolución de los seres humanos desde que nacen hasta su vejez; de igual forma analiza las
problemáticas que puedan presentarse en cada etapa del desarrollo para así establecer que tipo de
inconvenientes surgieron influyendo en el individuo como factores criminógenos para que su
comportamiento se tornara antisocial; una vez conocidos estos aspectos se realizaría una
intervención.
Es asi que el concepto de criminología del desarrollo hace alusión al seguimiento de los
cambios delictivos que se presentan en un individuo a lo largo del tiempo en las diferentes etapas
de su vida y concernientes a su conducta antisocial; centrándose en tres principales aspectos para
su análisis: El desarrollo de la conducta delictiva y antisocial, los factores de riesgo de protección en las distintas etapas vitales, y las consecuencias de determinados hechos de la vida
del desarrollo (Farrington, citado por Requena, 2014).
Otro importante concepto al que se debe hacer mención es el de carrera criminal ya que
va ligado a la criminología del desarrollo; según afirmaban Sampson y Laub (como se citó en
Requena, 2014); la visión evolutiva de la criminología ha avanzado en paralelo con la
perspectiva de las carreras criminales; no obstante es una concepción mas exhaustiva en el
sentido de que se incluyen los factores de riesgo así como los eventos vitales para su análisis
(Farrington, citado por Requena, 2014).
El concepto de carrera criminal no es una teoría del crimen; es más bien una forma de
organizar y edificar un conocimiento acerca de las características delincuenciales a nivel
individual, éstos aportes ayudan al entendimiento de las diferencias entre delincuentes
indistintamente de si actúan en grupos o en solitario; la carrera tiene un inicio, una duración y un
final (Piquero, farrington y blumstein; citado en Requena, 2014).
Psicología Jurídica.
Soria (citado por Ovejero, 2012) define la psicología jurídica como la rama de la
psicología que desarrolla su saber y aplicación con el objetivo de resolver sus aciertos en una
sala de justicia con el fin de auxiliar al ente censor en la toma de decisión.
La siguiente definición es del grupo de profesores de los posgrados en psicología jurídica
de la Universidad de Santo Tomás: “la psicología jurídica es un área básica y aplicada de la
psicología científica que interviene sobre la conducta humana que conllevan consecuencias de
tipo jurídico; orientándose a la defensa de los derechos humanos, la salud mental y su efecto en
la sociedad con el fin de alcanzar y humanizar la justicia” (citado por Gutierres de Piñeres,
2010, p. 230).
Psicología forense.
Es una subespecialidad de la psicología jurídica y nace de la necesidad o de los
interrogantes que surgen desde la perspectiva jurídica que realiza un profesional del Derecho
ante un caso en particular; forense, proviene del latín forensis; relativo al foro, lo que hoy en día
sería audiencia (Lobo, Espinosa y Guerrero, 2016).
Según Bartol y Bartol; la psicologia forense se refiere a la producción y aplicación del
conocimiento a los órganos de justicia penal y civil (citado por Ovejero, 2012).
Urra (como se citó en Lobo, Espinosa y Guerrero, 2016) señala que la psicología forense
es la ciencia que enseña la aplicación de todos los campos y conocimientos de la psicología ante
los interrogantes de la justicia, colaborando con la administración de justicia, desempeñandose
en el foro y mejorando el ejercicio del Derecho.
En cuanto al papel del psicólogo forense Finol (citado por Aristizábal & Amar, 2010), lo
define como aquél profesional que se ocupa de evidenciar, asesorar y facilitar conocimientos al
juez o tribunal, es decir es un colaborador y un apoyo de el sistema de justicia.
No obstante para tener la capacidad de hacer los ya mencionados peritajes el psicólogo
forense debe tener una formación en conocimientos tanto genéricos de su profesión, asi como
específicos pertenecientes al campo forense; entre los conocimientos genéricos este autor los
clasifica así: evaluación, intervención, asesoramiento, supervisión, investigación y como
conocimientos específicos de la psicología forense: bases biológicas de la conducta, bases
cognitivo-afectivas de la conducta, bases sociales de la conducta y otros como son el
entrenamiento especializado en regresiones, estadísticas, metodologías epidemiológicas, diseños
experimentales entre otros (Finol, citado por Aristizábal &Amar, 2010).
Psicología Criminológica.
La Psicología Criminológica constituida por la aplicación de la Psicología; más
precisamente la Psicología Social en el estudio del crimen; siendo la rama de la Psicología
Jurídica que estudia los factores individuales, biológicos, familiares, sociales y culturales que
conllevan a un individuo a delinquir; es decir explica el delito y a la vez las razones que han
llevado al delincuente a cometer un ilícito, así como encontrar formas preventivas y de control;
siendo ésta una subdisciplina de la Psicología Criminal; con la que se complementa (Ovejero,
2012).
El Delito.
El delito es una conducta antisocial humana por la cual se presume la imposición de una
pena o medida de aseguramiento contra quien se considera responsable (Tamarit, 2014).
Según García-Pablos (citado en Hernández, 2015) el delito igualmente denominado
crimen o conducta desviada continua siendo el objeto primordial en la investigación
criminológica; dicho concepto ha venido evolucionando con la sociedad y la cultura; así que no
toda conducta socialmente desviada se constituye en delito ni todo delito es visto como conducta
desviada por la sociedad.
Para Garofalo (citado por Castro, 2017) el delito constituía “la violación de los
sentimientos altruistas fundamentales de la piedad y de la probidad, en el grado medio en que se
encuentra la humanidad civilizada, por acciones perjudiciales a la colectividad”. (p.62)
Ferri se adhirió al concepto de Colajanni de delito natural, este autor definió como
comportamientos punibles los actos que determinados por móviles individuales y antisociales,
perturban las condiciones de existencia enfrentándose con la moral de un pueblo (Castro, 2017).
El delito es doloso cuando es premeditado y querido, es culposo cuando se produce de
manera involuntaria o por efecto de un juicio inadecuado y en situaciones que excluirían la
responsabilidad del mismo, es preterintencional en el momento en que ya sea la acción u omisión
extrema lo planeado o querido por el agente, y en el caso de las contravenciones sólo se exige la
voluntad de su propia conducta (Manzini, citado por Castro, 2017).
Siendo el dolo aquella conducta que se realiza con intencionalidad y conocimiento y que
se ejecuta a sabiendas de que es contrario a la ley; y que tiene cuatro niveles según la intensidad
del hecho: la premeditación, la deliberación, la resolución súbita y la pasión ciega (Maggiore,
citado por Castro, 2017).
La Culpa.
En palabras de Carrara (citado por Castro, 2107) la culpa es definida como la omisión
voluntaria de la celeridad en preveer las posibles y previsibles consecuencias del propio hecho; y
se presenta en tres modalidades: la culpa lata, la culpa leve, y la culpa levísima.
Silva (como se citó en Hernández, 2015) para que pueda existir culpabilidad debe haber
imputabilidad y responsabilidad, es de índole subjetiva e implica la actitud psíquica del individuo
en relación con el delito y un estado de imputabilidad y de ausencia de causas de inculpabilidad.
Es la actitud no debida de la voluntad que ha de generar el hecho material que se necesita
para la presencia del delito (Antolosei, citado por Castro, 2017).
La imputabilidad es un concepto jurídico definido como la capacidad psíquica que posee
un individuo de entender la antijuridicidad de su comportamiento y de no acomodar la misma a
tal entendimiento (Machicado, citado por Hernández, 2015).
La imputabilidad es una condición jurídica de todo aquel que tenga una madurez mínima
tanto fisiológica como psíquica, que sea mentalmente sano y tenga conocimiento de los actos
que realiza (Patitó, citado por Hernández, 2015).
Toda alteración o trastorno psíquico que perturben significativamente la inteligencia y/o
la voluntad puede ser causal de inimputabilidad; por lo tanto es inimputable aquel individuo que
no es responsable penalmente de un crimen cometido, ya que no es consciente de las
consecuencias que acarrea dicha conducta (Patitó, citado por Hernández, 2015).