Parenting and children’s aggression: Are there differences in the infl uence of the father and the mother? Child rearing provides messages and rules that mediate the children’s personality. These messages have a positive or negative infl uence on their behaviour. The objective of this empirical study was to analyse the relationship between physical and verbal aggression of sons and daughters and parenting style practiced by the father and the mother. The sample consisted of 2,788 students, aged 10 to 15 years, studying either the third cycle of Primary Education (44%) or the fi rst cycle of Secondary Education (56%). Of them, 1,412 were boys (50,6%) and 1,375 were girls (49,3%). The results show that children’s aggressiveness is more related to factors associated with the mother’s parenting. In the case of daughters, the infl uence of parenting factors are caused by both parents (father and mother).
La familia constituye el entorno donde los menores reciben los primeros mensajes de cariño, aceptación, rechazo o abandono. En las últimas décadas la investigación sobre la influencia de la familia en el desarrollo del comportamiento de los hijos ha tenido un fuerte empuje y ha sido objeto de numerosas investigaciones, que ponen el acento en los efectos positivos de la disciplina inductiva centrada en el amor y el control positivo, frente a los efectos negativos de un estilo más punitivo, permisivo o negligente (Baumrind, 1996; Mestre, Tur, Samper, Nácher y Cortés, 2007; Mestre, Tur, Samper y Latorre, 2010; Oliva, Parra y Arranz, 2008; Ortiz, Apodaca, Etxebarría, Fuentes y López, 2008a; Rodrigo et al., 2004; Rudy y Grusec, 2006; Torío-López, Peña-Calvo e IndaCaro, 2008).
Con todo, los estilos de crianza y el desarrollo de los hijos pueden tener efectos distintos al relacionarlos con la cultura o la clase social (Darling y Steinberg, 1993). En culturas asiáticas, de estructuras familiares colectivistas (como la india, pakistaníes…), el autoritarismo de los padres no se relaciona con la emocionalidad negativa de los hijos (Rudy y Grusec, 2006); mientras que en culturas occidentales el autoritarismo tiene efectos negativos en el desarrollo de los hijos (Cummings, Goeke-Morey, Papp y Dukewich, 2002; Mestre et al., 2010; Parra y Oliva, 2006). Investigaciones realizadas en culturas occidentales demuestran que los menores que crecen en ambientes familiares regidos por el apoyo y la atención tienden a desarrollar un mejor ajuste psicológico y mayores índices de autoestima (Alonso-García y Román-Sánchez, 2005). La comunicación, el apoyo y el cariño estimulan el desarrollo positivo del niño (Mansager y Volk, 2004; Torío-López et al., 2008). Es más, cuando el afecto es alto las estrategias disciplinarias de los padres son más eficaces y llegan a relacionarse negativamente con las conductas violentas del adolescente (Estévez, Murgui, Moreno y Musitu, 2007).
De la misma forma, impulsar la autonomía del menor se relaciona con un desarrollo positivo (Parra y Oliva, 2006), sobre todo cuando está unida al afecto (Laible y Carlo, 2004). En estos estudios, al comparar los estilos educativos paterno y materno se comprobó que las madres obtenían puntuaciones más elevadas, se las consideraba más implicadas en la crianza y eran más afectuosas.
Por otro lado, Eisenberg y sus colaboradores (Eisenberg, Fabes, Guthrie y Reiser, 2000) encontraron que la capacidad de los padres de regular la emoción se relaciona negativamente con problemas externalizantes y positivamente con un comportamiento social apropiado. Estos autores demostraron que el calor parental, así como la expresión de las emociones cálidas y cercanas, dirigidas directamente a los hijos, se relacionan con la seguridad emocional de estos últimos (Eisenberg et al., 2001) y con la expresividad positiva de los menores (Eisenberg et al., 2003).