(Nueva
York) – La Corte Suprema de Estados Unidos, durante las deliberaciones en las
causas Miller v. Alabama y Jackson v. Hobbs, debe tener presentes las rigurosas
condiciones en que viven los jóvenes recluidos en cárceles para adultos, señaló
hoy Human Rights Watch a partir de las conclusiones de un informe publicado
recientemente por esta organización. El 20 de marzo de 2012,la Corte Suprema de
Estados Unidos escuchó los alegatos orales de las partes en ambos casos, en los
cuales se cuestionó la constitucionalidad de las sentencias a cadena perpetua
para jóvenes menores de 18 años. Existen pruebas contundentes que señalan que
estos jóvenes son recluidos en condiciones que exacerban la crueldad de la
pena, vulneran las normas internacionales de derechos humanos y generan serios
cuestionamientos de tipo constitucional.
El
informe de 47 páginas, denominado “Against All Odds: Prison Conditions for
Youth Offenders Serving Life without Parole Sentences in the United States”
(“Contra viento y marea: Condiciones penitenciarias para delincuentes juveniles
condenados a cadena perpetua sin libertad condicional en Estados Unidos”),
refleja seis años de investigaciones, entrevistas e intercambios de
correspondencia con funcionarios penitenciarios y cientos de delincuentes
juveniles que cumplen prisión perpetua sin posibilidad de recibir el beneficio
de la libertad condicional. Human Rights Watch comprobó que casi todos los
jóvenes que obtuvieron penas de este tipo denunciaron haber sufrido actos de
violencia física o abuso sexual por otros internos o funcionarios
penitenciarios. Las estadísticas correspondientes a todo el país señalan que
los presos jóvenes que cumplen cualquier tipo de condenas en cárceles para
adultos, así como aquellos de complexión pequeña y delgados, son los más
vulnerables a agresiones.
“Los
menores que cometen delitos graves y causan perjuicios a otros deben ser
sancionados”, afirmó Alison Parker, directora del programa sobre Estados Unidos
de Human Rights Watch y coautora del informe. “Sin embargo, ni los jóvenes
delincuentes ni ningún otro preso deberían tolerar abusos físicos de ninguna
clase”.
Estados
Unidos es el único país del mundo donde jóvenes delincuentes (menores de 18
años al momento del delito) cumplen penas de prisión perpetua sin posibilidad
de ser excarcelados en el futuro bajo un régimen de libertad condicional. La
nueva investigación arroja luz sobre las rigurosas condiciones carcelarias que
toleran quienes cumplen estas penas, indicó Human Rights Watch.
“Estaba
muerto de miedo”, señaló un joven que cumplía una pena de prisión perpetua sin
posibilidad de libertad condicional en California. “Mi contextura era de 1.70
m, pesaba menos de 60 kg, y me enviaron a la prisión estatal PBSP [Pelican Bay
State Prison]. Intenté suicidarme porque no soportaba las voces que escuchaba
en mi cabeza... ‘Te van a violar’. ‘No volverás a ver a tu familia nunca más’”.
Existen
jóvenes que cumplen prisión perpetua sin el beneficio de libertad condicional
en 38 estados y en varias cárceles federales. Es común que ingresen a cárceles
para adultos mientras son menores, si bien algunos alcanzan la mayoría de edad
durante el transcurso del juicio y comienzan a cumplir su condena
inmediatamente. Human Rights Watch comprobó que las políticas penitenciarias
que canalizan recursos a los presos que se espera que sean puestos en libertad
a menudo niegan a los jóvenes que
cumplen cadenas perpetuas sin libertad condicional oportunidades educativas, de
desarrollo y rehabilitación .
Muchos
delincuentes juveniles señalaron haber tenido pensamientos suicidas,
sentimientos de profunda soledad o depresión. Esta situación con frecuencia se
veía agravada al estar confinados a una celda de aislamiento. En los últimos
cinco años, al menos tres jóvenes que cumplían prisión perpetua sin la
posibilidad de libertad condicional en Estados Unidos decidieron quitarse la
vida.
A
pesar de que el informe comprobó numerosos casos en que las condiciones
carcelarias deterioraron la situación de los internos jóvenes, también se
identificaron ejemplos de jóvenes que habían podido continuar su educación,
mostraban signos de rehabilitación y expresaban su deseo de contribuir a la
sociedad si alguna vez fuesen liberados.
Tanto
el gobierno federal como los estados deberían derogar la pena de prisión
perpetua sin posibilidad de libertad condicional para casos de delitos
cometidos por menores de edad, expresó Human Rights Watch. Los funcionarios
gubernamentales responsables de jóvenes delincuentes deberían reformar las
condiciones de reclusión tomando en cuenta su especial vulnerabilidad, sus
necesidades y su capacidad de madurar, recapacitar sobre el daño que han
causado y cambiar su conducta.
“Dado
que los niños son distintos a los adultos, eliminar cualquier posibilidad de
crecimiento, desarrollo y rehabilitación convierte a las penas de prisión
perpetua sin libertad condicional en un castigo excesivamente cruel”, aseveró
Parker. “Los jóvenes que han cometido delitos deberían tener la posibilidad de
rehabilitarse mientras están en prisión, y no ser obligados a renunciar a su
futuro”.
Algunos
testimonios presentados en el informe:
Violencia
física y sexual
“Cuando
estaba chico, era desconcertante y aterrador, como un pez tirado al agua sin
saber nadar. Todos parecían grandes y peligrosos y amenazantes, me retaban e
intimidaban mucho. Los caninos [depredadores sexuales] me asechaban, y en todo
momento esperaba ser atacado”.
–
Tyler Y. (seudónimo), joven que cumple una perpetua sin libertad condicional en
Colorado
Falta
de oportunidades educativas
“Los
condenados a perpetua sin libertad condicional no pueden participar en muchos
programas de rehabilitación, enseñanza, formación profesional u otras
asignaciones a disposición de otros presos con fecha para obtener su libertad
condicional… La supuesta racionalidad es que los condenados de por vida sin
libertad condicional no tienen oportunidades de salir y solo estarían tomando
un lugar que podría aprovechar alguien que realmente volverá a la sociedad
algún día”.
–
Darryl T. (seudónimo), delincuente juvenil que cumple una cadena perpetua sin
libertad condicional en California
Deseo
de contribuir a la sociedad
“Yo
estaría siempre agradecido... por la oportunidad de vivir mi vida por una buena
razón. Me gustaría ir a las zonas más peligrosas de Afganistán... o subirme a
la primera misión tripulada a Marte... [S]i el Estado me ofreciera alguna
oportunidad de terminar mi vida haciendo algo bueno, en lugar de vivir como un
lento desperdicio en el mundo, sería una bendición para mí”.
–
Troy L. (seudónimo), delincuente juvenil que cumple una cadena perpetua sin
libertad condicional en Arkansas
en casos comoestos, yo pienso que lo mejor es que encuentren un oficio y que estudien formación profesional porque es lan opción de buscarse un futuro
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