Antes de enunciar los patrones característicos que involucra un trastorno de personalidad según el DSM IV – Manual diagnostico y estadístico de trastornos mentales, vamos a enunciar una definición sintética de personalidad y recordaremos los conceptos básicos definidos en el anterior documento “Teoría de la personalidad (del cambio personal)” para los cuales definiremos el estado que asumen esos factores personales en cada tipo de trastorno especificado.
Personalidad : La personalidad es un constructo psicológico que tiene su inicio en la niñez con la construcción de la relación con uno mismo, el mundo y los demás. Constitucionalmente tenemos un núcleo instintivo afectivo que en convergencia con nuestro organismo se constituye en el temperamento. Desde el núcleo instintivo afectivo se edifica la personalidad humana y es la fuente de los deseos y apetencias propias de la especie que se hereda junto con todo el patrimonio genético.
Acompañando a la evolución física del organismo y en especial con las capas superiores del cerebro, los seres humanos desarrollamos la capacidad cognitiva e inteligencia que junto con el aprendizaje familiar, social y las experiencias personales asimila formas de respuesta propias y produce transformaciones y adecuaciones a las tendencias instintivas y con ello se posibilita la adaptación a las normas en el medio social y la convivencia. La convergencia de estos factores conforman la personalidad humana, que seria la expresión de todo ese conjunto en el medio social, como un todo indisoluble que es la expresión del ser en el medio humano impulsado por sus características propias constitutivas y adaptadas a las normas sociales convencionadas.
Autoconcepto – Es como nos percibimos a nosotros mismos en relación con el entorno y los demás. Se construye como producto de nuestra capacidad de autopercepción e influenciado por la crianza, el aprendizaje social, las experiencias personales, nuestro aspecto ideal, el resultado de nuestras acciones humanas y también por las opiniones recibidas de los de los demás.
Percepción de los demás - Tendencia de cómo se percibe a los demás, influencia su construcción las experiencias familiares iniciales y las experiencias fuera de nuestro hogar, tiene influencia en nuestra seguridad interna en base a nuestras capacidades, frente a los demás, en las relaciones interpersonal y sociales.
Aspecto predominante - Es la respuesta típica y personal frente a los hechos que definimos en el documento anterior como de características especiales y que comprometen nuestros recursos internos al máximo, integra la estructura del carácter. Para muchos casos de personas que padecen trastornos de personalidad, hechos que quizás pueden considerarse comúnmente como triviales, asumen la característica de especiales por el impacto que provoca en la persona y cuya respuesta impide su adaptación.
Mundo o clima interno - Es el resultado que la dinámica interna de nuestra personalidad deja en nuestra conciencia y por lo tanto es un estado que involucra lo mental, lo emocional y sensorial. Los pensamientos, sentimientos y emociones que tenemos conforman una energía dentro nuestro que tiene cierta característica personal y calidad que fue definida su conformación en el documento “Teoría de la personalidad (del cambio personal)”, que es afín al clima interno de otras personas, lugares y hechos. Esta energía tiene la capacidad de atraer hechos y circunstancias hacia nosotros, alimentar la ideación y la construcción del pensamiento y con esto la toma de decisiones, también influye en las necesidades que buscamos satisfacer.
DEFINICIONES DEL DSM IV - MANUAL DIAGNOSTICO Y ESTADÍSTICO DE TRASTORNOS MENTALES
Un trastorno de la personalidad es definido en este manual por las siguientes características de personalidad :
•Patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta,
•Es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o perjuicios para el sujeto.
Los trastornos de la personalidad se exponen a continuación.
-Trastorno paranoide de la personalidad
Es un patrón de desconfianza y suspicacia que hace que se interpreten maliciosamente las intenciones de los demás.
Es un patrón de desconfianza y suspicacia que hace que se interpreten maliciosamente las intenciones de los demás.
-Trastorno esquizoide de la personalidad
Es un patrón de desconexión de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional.
-Trastorno esquizotípico de la personalidad
Es un patrón de malestar intenso en las relaciones personales, distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento.
-Trastorno antisocial de la personalidad
Es un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás.
-Trastorno límite de la personalidad
Es un patrón de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y los afectos, y de una notable impulsividad.
-Trastorno histriónico de la personalidad
Es un patrón de emotividad excesiva y demanda de atención.
-Trastorno narcisista de la personalidad
Es un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía.
-Trastorno de la personalidad por evitación
Es un patrón de inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa.
-El trastorno de la personalidad por dependencia
Es un patrón de comportamiento sumiso y pegajoso relacionado con una excesiva necesidad de ser cuidado.
-Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad
Es un patrón de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control.
Trastorno de la personalidad no especificado
Es una categoría disponible para dos casos:
1) el patrón de personalidad del sujeto cumple el criterio general para un trastorno de la personalidad y hay características de varios trastornos de la personalidad diferentes, pero no se cumplen los criterios para ningún trastorno específico de la personalidad;
2) el patrón de personalidad del sujeto cumple el criterio general para un trastorno de la personalidad, pero se considera que el individuo tiene un trastorno de la personalidad que no está incluido en la clasificación (p. ej., el trastorno pasivo-agresivo de la personalidad).
Los trastornos de la personalidad están reunidos en tres grupos que se basan en las similitudes de sus características.
El grupo A - Incluye los trastornos paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer raros o excéntricos.
El grupo B - Incluye los trastornos antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables.
El grupo C - Incluye los trastornos por evitación, por dependencia y obsesivo-compulsivo de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer ansiosos o temerosos.
Hay que señalar que este sistema de agrupamiento, si bien es útil a efectos de investigación o docencia, tiene importantes limitaciones y no ha sido validado de forma consistente. Además, es frecuente que los individuos presenten al mismo tiempo varios trastornos de la personalidad pertenecientes a grupos distintos.
CARACTERISTICAS DIAGNOSTICAS
Los rasgos de personalidad son patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y personales. Los rasgos de personalidad sólo constituyen trastornos de la personalidad cuando son inflexibles y desadaptativos y cuando causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo. La característica principal de un trastorno de la personalidad es un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto y que se manifiesta en al menos dos de las siguientes áreas: cognoscitiva, afectiva, de la actividad interpersonal o del control de los impulsos (Criterio A).
Este patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales (Criterio B) y provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo (Criterio C). El patrón es estable y de larga duración y se puede descubrir que su inicio se remonta al menos a la adolescencia o al principio de la edad adulta (Criterio D). El patrón no es atribuible a una manifestación o una consecuencia de otro trastorno mental (Criterio E) y no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, una medicación o la exposición a un tóxico) ni a una enfermedad médica (p. ej., traumatismo craneal) (Criterio F). También se proporcionan criterios diagnósticos específicos para cada uno de los trastornos de la personalidad incluidos en esta sección. Los ítems en cada grupo de criterios para cada uno de los trastornos de la personalidad específicos son enumerados en orden de importancia diagnóstica decreciente según los datos relevantes sobre eficiencia diagnóstica (cuando existen).
El diagnóstico de los trastornos de la personalidad requiere una evaluación de los patrones de actividad del sujeto a largo plazo, y las características particulares de la personalidad han de estar presentes desde el principio de la edad adulta. Los rasgos de personalidad que definen estos trastornos también tienen que diferenciarse de las características que surgen como respuesta a estresantes situacionales específicos o a estados mentales más transitorios (p. ej., trastornos del estado de ánimo o de ansiedad, intoxicación por sustancias). El clínico tiene que valorar la estabilidad de los rasgos de personalidad a lo largo del tiempo y en situaciones diferentes. La evaluación también puede verse complicada por el hecho de que las características que definen un trastorno de la personalidad en ocasiones no son consideradas problemáticas por el sujeto (p. ej., los rasgos son a menudo considerados egosintónicos). Para ayudar a salvar esta dificultad, es útil la información aportada por otros observadores.
CRITERIOS DIAGNOSTICOS GENERALES
A. Un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Este patrón se manifiesta en dos (o más) de las áreas siguientes:
(1) cognición (p. ej., formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a los demás y a los acontecimientos)
(2) afectividad (p. ej., la gama, intensidad, labilidad y adecuación de la respuesta emocional)
(3) actividad interpersonal
(4) control de los impulsos
B. Este patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales.
C. Este patrón persistente provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
D. El patrón es estable y de larga duración, y su inicio se remonta al menos a la adolescencia o al principio de la edad adulta.
E. El patrón persistente no es atribuible a una manifestación o a una consecuencia de otro trastorno mental.
F. El patrón persistente no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a una enfermedad médica (p. ej., traumatismo craneal).
Para una información mas ampliada ver : DSM IV - Manual diagnostico y estadístico de trastornos mentales
ASPECTOS GENERALES RELACIONADOS A LOS TRASTORNOS
En esta parte analizamos las características generales para todos los trastornos de personalidad en función de los conceptos definidos en nuestro documento “Teoría de la personalidad (del cambio personal)” y recordados en las primeras líneas de este documento.
Podemos observar que términos generales quienes padecen un trastorno de personalidad, de su Autoconcepto, derivan factores que lo perturban internamente y que alimentan el consciente de manera que este se estreche este a pocas ideas y pensamientos que giraran en torno a esa autopercepción perturbada. Puede la persona no conocer el origen por provenir de su inconsciente y rumiar en busca de explicaciones que alimenten reacciones de disconformidad con sigo mismo y que impulsen conductas desadaptadas.
Se presentan en su Autoconcepto aspectos relacionados a debilidad, vulnerabilidad, confusión, victimización, sensualismo, superficialidad, superioridad, arrogancia, sensación de incapacidad, temor o meticulosidad. Todo estos factores derivan en que la persona que padece un trastorno de personalidad no se siente igual a los demás y de la relación consigo autopercibe una afectación que alimente sensaciones y estados de ánimo que generan malestar y conflicto.
Internamente se encuentran, por como se perciben a si mismos, sobrecargados con emociones negativas, angustia, culpabilidad y preocupaciones que perturba su estado de animo y su autorreflexión. Esto les impide abordar las situaciones de la vida con equilibrio y facilita responder a ellas de una forma desadaptada que trae como resultados afectaciones en las distintas áreas de su vida y en sus entornos de pertenencia, viéndose así afectada su capacidad de acción humana. Los resultados en su vida de las consecuencias sobre sus áreas de vida afectada, así mismo, retroalimentan la distorsión de su autoconcepto.
Su actitud hacia ellos mismos puede que no sea una actitud tolerante y fácil de llevar internamente, llegando a menospreciarse o sobreestimarse según sea el tipo de trastorno, en una ausencia de equilibrio en relación a su autoconcepto.
En relación a como perciben a los demás, estos se constituyen en un problema, ya sea para acercarse o alejarse según el tipo trastorno, para violentarlos con finalidad de beneficio u otras tendencias derivadas de cada trastorno especifico. Entre la persona y los demás se crea una percepción de existencia de una barrera y separación anormalmente e irracionalmente configurada como imagen interna, que se sustenta en creencias irreales, que también son influenciadas por su autoconcepto distorsionado. La relación con los demás les genera ansiedad e inquietud y la percepción de los demás o las vivencias derivadas de las relaciones interpersonales, son en muchos casos desencadenantes de síntomas sin existir una casa justificada de malestar o bien, en caso de existir según los sucesos interpersonales vivenciados, generan un impacto emocional de mucha intensidad que facilita la respuesta desadaptada típicas e inflexible de cada trastorno. Según el tipo de trastorno pueden percibir a los demás como malvados, distintos, molestos, peligrosos, inferiores, desordenados y como resultado se perciben distantes de los demás.
Con respecto al Aspecto predominante, en este caso particular de quienes padecen trastornos de personalidad, configura la respuesta permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas socialmente convencionadas y es estable a lo largo del tiempo, se constituye en el alimento de su conducta hacia los demás y el mundo externo, que deteriora las áreas de su vida e imposibilita su adaptación, pudiendo no reconocer esta tendencia personal pero ser su modo de desenvolvimiento natural sin poder evitarlo. Afloran respuestas de ira, desconfianza, aislamiento, violencia, impulsividad, autodestructividad, desregulación emocional, hiperemotividad, arrogancia según el tipo de trastorno.
En estas circunstancias personales el Mundo o clima interno esta afectado y se conforma una energía o atmósfera que genera sensaciones y estados afectivos desplacenteros en su interno. De la dinámica de sus pensamientos, sentimientos y emociones se conforma este estado o clima interno. En su ámbito de desenvolvimiento, en su cohesión con otros y en sus experiencias externas e internas, estará presente este clima o estado influenciando todo, tendrá cierta variabilidad o podrá evadirse de variadas formas pero esa será la tendencia que predomina en su interior. El mismo será según el tipo de trastorno, tenso, alerta, rumiante en búsqueda de respuestas, desviado de la realidad, exaltado, neurótico, Inquieto, autorreferente, bloqueado, ansioso, invadido por temores u obsesiones, por lo tanto su clima interno estará afectado.
Podemos concluir que una persona que padece un trastorno de personalidad se encuentra con un severo conflicto con la vida, inmerso en un problemática crítica y sus respuestas internas y externas le dificultan el logro de sus objetivos personales. Al margen de las cuestiones diagnosticas o explicativas lo que padece una persona con un trastorno de personalidad padecen un profundo dolor y una incapacidad para responder ante los eventos de la vida de la forma que socialmente se espera, factor que es percibido por la persona y a su ves se le constituye en una carga difícil de aceptar y asumir.
Las personas que padecen trastornos de personalidad no son alienados ni son lo que comúnmente y en forma ignorante es denominado como locos, simplemente tienen una afectación en el constructo psicológico que constituye su personalidad, tienen respuestas naturales que no pueden evitar, ya que así se establecieron en su interno por la influencia de traumas, aspectos fisiológicos o del aprendizaje y que les produce una discrepancia con lo socialmente esperado. Mucha gente ignora la existencia de estos padecimientos y puede confundir un síntoma característico con la existencia de una intencionalidad premeditada, respondiendo de diversas formas agresivas o discriminatorias que suman afectación a las áreas de vida de la persona, que esta padeciendo aparte de un trastorno específico un gran dolor e imposibilidad respecto al abordaje de su vida.
Los trastornos de personalidad en manos de psiquiatras especializados, por mas graves que sean, tienen muy buenas expectativas de pronostico. En principio se tratan con medicación para atenuar los síntomas y con el apoyo de una psicoterapia adecuada puede la persona que lo padece identificar y reaprender los contendidos de creencias irracionales en que se sustentan sus síntomas y respuestas desadaptadas, fortalecer su capacidad de autocontrol y poder superarse internamente modificando por medio de su voluntad y su autorreflexión, junto al apoyo clínico y psicoterapéutico, su conflicto con la vida.
Respecto a la persona que padece el trastorno esta tiene que armarse de valor y decisión para afrontar su realidad, aceptarla conscientemente y darse cuenta que el origen de muchos de los problemas de su vida se encuentra en su interno y que mediante el apoyo adecuado mencionado pueden superarse y poder lograr reducir su conflicto con la vida.
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