Las investigadoras del departamento de Psicología y Psicobiología de la Facultad de Psicología de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) Laura López y Estrella Romero han estudiado la relación entre las metas en la adolescencia y los comportamientos antisociales. Los resultados de este estudio, que publica la revista "Spanish Journal Psychology", constatan que las principales aspiraciones de los jóvenes gallegos son finalizar sus estudios
y emanciparse. Asimismo, la investigación demuestra que los jóvenes que muestran conductas antisociales conceden mayor importancia al logro de popularidad ante el grupo que a la formación académica.
Según explicó ayer Laura López, el objetivo del trabajo era analizar qué metas interesan a los adolescentes y después, dentro del grupo de jóvenes que presentan comportamientos antisociales, ver qué relación existe entre éstos y las metas que tienen. El estudio se realizó a partir de cuestionarios entregados en seis centros de enseñanza pública de la comunidad sobre una muestra de 487 participantes –233 chicos y 254 chicas– de entre 12 y 18 años.
"Las metas antisociales están relacionadas con actos de gamberrismo y conductas de transgresión de las normas. El hecho de participar en este tipo de actos constituye una meta para estos adolescentes porque les permite lograr un reconocimiento social, al establecer una identidad y reputación antisocial que les reporta cierta popularidad", afirmó López, que añadió que estos comportamientos, cuando aparecen en la adolescencia, suelen limitarse a esta fase de la vida.
"La adolescencia es una etapa muy propicia para las conductas antisociales por los cambios que ésta supone, pero estos comportamientos se limitarían, en líneas generales, a esta etapa", manifestó. Dentro de este grupo, los adolescentes más antisociales dan muy poco valor a las metas educativas y mucho a las antisociales, y desean continuar siendo valorados de este modo.
Según la psicóloga, el porcentaje de adolescentes gallegos que tiene motivaciones antisociales es mínimo y la gran mayoría de los jóvenes prima los intereses educativos y profesionales a estas conductas.
El estudio también constata diferencias en las motivaciones en función del sexo, que responden, según López, a factores culturales. "Las diferencias entre ambos grupos son muy clásicas. Las chicas valoran más las metas educativas y familiares, mientras que los chicos dan más importancia a los logros deportivos y de reconocimiento social", aseguró. En lo que coinciden ambos sexos es en las aspiraciones emancipativas. "Tanto chicos como chicas tienen como meta la emancipación del hogar paterno y encontrar un trabajo que les dé independencia y libertad", agregó.
Según López, conocer la relación entre las metas de los jóvenes y la conducta antisocial puede contribuir a prevenir la aparición de estos comportamientos en esta etapa de la vida con medidas correctoras desde los primeros años de escolarización.
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