Patología psiquiátrica prevalente
en la adolescencia
P.J. Rodríguez Hernández*,
E.R. Hernández González**
*Pediatra acreditado en Psiquiatría Infantil (A.E.P.) y Psicólogo. Hospital de
Día Infantil y Juvenil “Diego Matías Guigou y Costa”. Servicio de Psiquiatría.
Hospital Universitario Ntra. Sra. de Candelaria. Tenerife.
**Pediatra y Terapeuta de la Conducta Infantil. Clínica Bello Campo, Caracas,
Venezuela. Centro de Investigaciones Psiquiátricas, Psicológicas y Sexológicas
de Venezuela (CIPPSV). Caracas. Venezuela
Resumen
Los trastornos mentales en la adolescencia son
una causa frecuente de consulta en Pediatría.
Aproximadamente, uno de cada cinco jóvenes cumplen
criterios para padecer un trastorno psiquiátrico y
muchas de las enfermedades psiquiátricas debutan en
la adolescencia. Los resultados de las investigaciones
en este campo indican la importancia de identificar los
problemas mentales en la adolescencia e instaurar el
tratamiento de manera precoz. La patología psiquiátrica
en jóvenes produce un empeoramiento significativo
en los problemas de comportamiento, problemas
de relación interpersonal, autoestima y rendimiento
académico. La detección precoz mejora el pronóstico
y reduce la comorbilidad. En el presente artículo se
desarrollan los aspectos más importantes sobre la
etiología, diagnóstico y tratamiento de los trastornos
mentales en la adolescencia.
Abstract
Mental illness in adolescence is one of the
main reasons for consultation in paediatrics.
Approximately one in every five youth meets
criteria for a mental disorder and many
psychiatric disorders will first appear in
adolescence. The results of investigations
suggest the importance of identifying psychiatric
disorders in adolescence, and the need for prompt
treatment. Mental disorders in young adults have
significantly poorer functioning on measures of
behavioural problems, interpersonal problems,
self-esteem, and school performance. The early
detection improves the prognosis and reduces
morbidity. This current article develops the main
basis about aetiology, diagnosis and treatment of
the mental illness in adolescence
Palabras clave: Salud mental; Adolescentes; Prevalencia; Psiquiatría.
Key words: Mental health; Adolescents; Prevalence; Psychiatry
Introducción
Los trastornos mentales constituyen la
causa más frecuente de consulta por patología
no orgánica en Pediatría de Atención
Primaria.
Es necesario tener en cuenta las particularidades
de la atención a la
salud mental de los adolescentes,
ya que existen características diferenciadoras
con la salud mental infantil y
de adultos. Las más importantes tienen
que ver con las manifestaciones
clínicas y la entrevista clínica; ya que,
además de la sintomatología nuclear,
es importante evaluar el grado de disfunción
asociada en todas las áreas de
desarrollo: académica, familiar, social
o personal. También se deben conocer
los indicadores de riesgo que permiten
una detección precoz del problema, ya
que un diagnóstico precoz e intervención
adecuada disminuye el riesgo de
comorbilidad y cronificación del cuadro
clínico. Cuando no se detectan a
tiempo, los trastornos mentales en la
adolescencia producen un incremento
en el consumo de recursos sanitarios y
de servicios sociales, jurídicos o educativos.
Hay que establecer un adecuado
enfoque terapéutico, adaptado a la
adolescencia, en el que ocupa un lugar
importante la estrategia utilizada para evitar la discontinuidad terapéutica. Por
último, es necesario contemplar la estabilidad
o temporalidad de los síntomas
para establecer un supuesto diagnóstico,
ya que en la adolescencia, no son infrecuentes
las situaciones de expresión de
conductas que pueden ser consideradas
como patológicas en momentos puntuales,
generalmente como reacción a un
proceso de adaptación.
El pediatra juega un papel esencial
en la detección precoz de los trastornos
mentales que se desarrollan en la
adolescencia. Para ello necesita conocer
los signos de alerta psicopatológicos que
indican la existencia de un problema.
Tanto los que comienzan de forma
habitual en ella, como los que se desarrollan
en la infancia y sufren cambios
en la sintomatología al sobrepasar la
pubertad.
En cuanto a la importancia de los
distintos trastornos mentales en estas
edades, los datos que presenta la Organización
Mundial de la Salud indican
que entre los 12 y los 18 años comienzan
los trastornos de conducta (aunque pueden
desarrollarse desde los 3 años), problemas
del estado de ánimo y ansiedad,
consumo de drogas y un poco más tarde,
entre los 15 y los 18 años, las psicosis
y otros trastornos relacionados con la
esfera psicótica(1).
En el presente artículo se realiza
una revisión de los datos epidemioló-
gicos para tener una idea aproximada
de la importancia de las distintas enfermedades
mentales en la adolescencia.
También se abordan algunas herramientas
adecuadas para la detección precoz,
como son el conocimiento de los factores
de riesgo, las preguntas que debe
incluir la entrevista clínica y los instrumentos
de evaluación más apropiados.
Epidemiología de los
trastornos mentales en la
adolescencia
La prevalencia de los trastornos mentales
en la adolescencia es muy elevada.
Los datos existentes en la literatura
biomédica indican que 1 de cada
5 adolescentes ha padecido o padece
algún tipo de problema relacionado
con la salud mental. Dicha estimación
se ha realizado en distintas culturas y
países(2). Existe un número creciente de
publicaciones que alertan sobre la elevada
prevalencia de trastornos emocionales
y del comportamiento en adolescentes,
y enfatizan en la importancia de
la identificación en estas edades como
estrategia preventiva fundamental(3).
Los resultados obtenidos en los
estudios epidemiológicos realizados
señalan que las cifras de prevalencia de
los trastornos psiquiátricos en adolescentes
oscilan entre el 15 y el 25%(4). La disparidad de las cifras se debe a las
diferencias metodológicas entre las distintas
investigaciones.
Es habitual que las muestras que
se analizan para la obtención de la frecuencia
de trastornos mentales se consideren
desde una perspectiva global, es
decir, sin separar niños y adolescentes.
Cuando lo hacen, existe disparidad en la
consideración de cuál es la edad infantil
y cuál la juvenil. Por ese motivo, existen
pocos estudios que permitan una
adecuada y clara sistematización del
problema. Cuando se considera la adolescencia
como grupo independiente,
los porcentajes se mantienen similares
a los aportados para edades inferiores,
aunque la caracterización y tipo de
trastorno varía. En la adolescencia, la
mayoría de los trastornos son internalizantes
(fundamentalmente ansiedad
y depresión), aunque es más fácil la
detección de trastornos externalizantes
(hiperactividad, problemas de conducta)
(5).
Los problemas más importantes de
salud mental en adolescentes, de mayor
a menor frecuencia, son:
• Trastornos de ansiedad.
• Depresión.
• Problemas de comportamiento.
• Trastorno por déficit de atención e
hiperactividad.
• Otros menos frecuentes: psicosis, el
abuso de sustancias y los trastornos
del comportamiento alimentario.
Clínica
Además de las características clínicas
de cada trastorno, es importante conocer
los signos de alerta y los factores de riesgo
y vulnerabilidad.
Signos de alerta
No existe ninguna señal que pueda
ser, por sí misma, predictiva del desarrollo
presente o futuro de un trastorno
mental. Esto es debido a que existen
factores personales y sociales que pueden
hacer que la evolución del adolescente
sea favorable.
Un signo de alerta indica solamente
que se debe hacer un seguimiento del
adolescente, con especial atención a la
evolución psicopatológica o una derivación
a un servicio competente.
Los signos de alerta más útiles en
Pediatría son los siguientes:
• Rendimiento académico: un mal
rendimiento desde el inicio de la
edad escolar puede indicar problemas
de atención. Una inflexión en
el rendimiento académico, cuando
anteriormente estaba bien, puede ser
el primer indicador de una depresión.
• Amenaza o intento de suicidio.
Nunca se deben ignorar, ya que es
posible que sea la primera señal de la
existencia de un trastorno del estado
de ánimo.
• El consumo de cannabis. Aunque
los efectos del consumo son perjudiciales
en aspectos esenciales para
el adolescente, como la motivación
o la atención, también puede ser el
desencadenante de un episodio psicótico
de mayor o menor gravedad.
• La disforia (entendida como un
estado de ánimo con tendencia a
la tristeza): es un indicador de la
sintomatología depresiva no clínica.
Su adecuado control y seguimiento
puede ser fundamental, especialmente
debido a que el suicidio es
la principal causa de muerte en los
adolescentes después de los accidentes
y a que una de las principales
causas de suicidio es la depresión.
• Las quejas somáticas también pueden
ser indicativas de la existencia
de sintomatología subclínica, especialmente
de la esfera ansiosa. Las
más frecuentes son los síntomas
vasculares (las taquicardias) y los
respiratorios (sensación de ahogo
o de necesitar más aire). Además,
pueden referir cefaleas, abdominalgias,
sintomatología vegetativa,
como: sudoración, temblor, náuseas
y problemas en el sueño, entre los
que destacan las pesadillas, y los
diferentes tipos de insomnio (sobre
todo de conciliación).