Se estudian las manifestaciones de la conducta antisocial y delictiva en dos grupos de adolescentes
hombres y mujeres, entre los 12 y los 18 años de edad. La muestra estuvo conformada por 179
adolescentes, 72 infractores de ley y 107 no infractores. La edad promedio de la muestra fue de 15.0
años, con una desviación estándar de 1.828. Los resultados muestran que existen diferencias en la
frecuencia de comportamientos antisociales y delictivos entre los dos grupos de adolescentes. Los
adolescentes no infractores informaron una mayor frecuencia de conductas antisociales y delictivas en
comparación con los infractores. En cuanto a la edad, se observa que existen diferencias significativas
entre los adolescentes de 12 a 13 años y los de 16 a 17 años y 18 años, siendo los últimos quienes
más presentaron estos comportamientos; datos que muestran el inicio temprano y progresivo del
comportamiento. Los varones adolescentes presentan una media mayor en la conducta antisocial y
en la conducta delictiva comparada con las mujeres, diferencias estadísticamente significativas. Se
sugiere tener en cuenta, en estudios similares, las diferencias biológicas y evolutivas que puedan estar
influyendo en la manifestación de estos tipos de comportamientos, y en consecuencia, la generación
de programas que puedan prevenir su manifestación, teniendo en cuenta su carácter progresivo y, en
algunos grupos, persistente en el tiempo.
Palabras clave: conducta delictiva, conducta antisocial, adolescencia, infractor y no infractor.
Abstract
Expressions of anti-social and criminal conduct with two groups of adolescent males and females
between 12 and 18 years of age are studied. The sample was made up of 179 adolescents, 72 of whom
were law-breakers and 107 who were not. The average age of the sample was 15, with a standard
deviation of 1.828. The results showed that that there were differences in the frequency of antisocial
and criminal behavior between the two adolescent groups. The non-law-breaking adolescents
reported a higher frequency of antisocial and criminal conduct in comparison with the law-breakers.
With reference to age, there were significant differences between the 12-13 year-old adolescents, and
those of 16, 17 and 18, the latter being the group with the highest incidence of this type of behavior.
These results showed the early commencement and progressive nature of this behavior. Adolescent
males showed a higher average of antisocial conduct and criminal behavior compared with females,
which are statistically significant differences. We suggest that similar future studies take account of biological and evolutionary differences which could be affecting the expression of this type of
behavior and therefore the preparation of prevention programs, bearing in mind its progressive nature
and some groups which are persistent over time.
Key words: criminal conduct, antisocial conduct, adolescence, offender and non-offender.
Resumo
Se estudam as manifestações da conduta anti-social e delitiva em dois grupos de adolescentes homens
e mulheres entre os 12 e os 18 anos de idade. A mostra esteve conformada por 179 adolescentes, 72
infratores de lei e 107 não infratores. A idade média da amostra foi de 15.0 anos, com um desvio
standard de 1.828. Os resultados mostram que existem diferenças na freqüência de comportamentos
anti-sociais e comportamentos delitivos entre os dois grupos de adolescentes. Os adolescentes não
infratores informaram uma maior freqüência de condutas anti-sociais e delitivas em comparação com
os infratores. Quanto à idade se observa que existem diferenças significativas entre os adolescentes
de 12 a 13 anos e os adolescentes de 16 a 17 anos e 18 anos, sendo os últimos que mais apresentaram
estes comportamentos; dados que mostram o início cedo e progressivo do comportamento. Os varões
adolescentes apresentam uma meia maior na conduta anti-social e na conduta delitiva comparada
com as mulheres, com diferenças estatisticamente significativas. Se sugere levar em conta em
estudos similares diferenças biológicas e evolutivas que possam estar influindo na manifestação
destes tipos de comportamentos e em conseqüência a geração de programas que possam prevenir sua
manifestação, levando em conta seu caráter progressivo e em alguns grupos persistente no tempo.
Palavras chave: conduta delitiva, conduta anti-social, adolescência, infrator e não infrator.
Introducción.
Tradicionalmente, la adolescencia ha
representado un periodo crítico en el inicio y/o
incremento de problemas del comportamiento,
específicamente en el antisocial y delictivo,
temas que atraen el interés de los científicos.
Este interés se extiende si se cuentan los últimos
datos de prevalencia de la población adolescente
colombiana. En ésta se observa, por ejemplo, que
en la última década se han duplicado los casos
de conductas delictivas emitidas por jóvenes
menores de 18 años (cada hora, cinco menores
son detenidos en el país, 2007, marzo 08).
En Colombia, la Procuraduría General de la
Nación (2007) reportó, en el año 1998, 18.784
actos delictivos emitidos por menores de 18 años.
En el año 2008, según el Instituto Colombiano de
Bienestar Familiar [ICBF] se cometieron más de
29.000 actos delictivos, entre ellos homicidios y
hurtos por parte de menores de edad (2009). En
Santiago de Cali, en el año 2003, hubo 3.677
jóvenes que presentaron conductas delictivas,
siendo el hurto el acto delictivo más prevalente en ambos sexos (Sanabria y Uribe, 2007).
En el año 2005, en esta misma ciudad, 4.066
jóvenes menores de edad fueron detenidos por
emitir diferentes actos delictivos (Procuraduría
General de la Nación, 2007)).
La alta participación de jóvenes en actos
antisociales y delictivos es una amenaza potencial
para el desarrollo individual, social y económico
de un país (Morales, 2008; Organización
Mundial de la Salud [OMS], 2003). Un costo
individual por el aislamiento y el rechazo
social al que se ven expuestos los jóvenes
delincuentes. Adicionalmente, los jóvenes con
estas características atraviesan sin éxito por los
procesos de educación formal, debido a ello se
involucran en actividades marginales y de alto
riesgo psicosocial (Moffitt y Caspi, 2001).
El costo de la delincuencia implica familias
desintegradas y relaciones y valores, en el
núcleo familiar, deteriorados; jóvenes muertos
prematuramente, y con ello, pérdida del capital
humano y de vidas humanas productivas, y un
precio económico debido a la alta y costosa atención de las emergencias derivadas de la
delincuencia, como por ejemplo, los costos para
la atención de la salud y de programas educativos
y de rehabilitación. Al respecto, el ICBF, entre
los años 2003 y 2007, pagó 114.102 millones
de pesos para cubrir ésta atención, ejecutada
por diferentes centros para menores infractores
(ICBF, citado por El Tiempo, 2007).
La significancia del comportamiento
antisocial y delictivo en los adolescentes y/o
menores de edad, es que mientras algunos
comportamientos antisociales son considerados
normales en ciertas edades del desarrollo del
menor, son estos comportamientos en conjunto
y durante un periodo de la adolescencia que
sirven como altos predictores de problemáticas
de ajuste psicológico individual y social,
incluyendo el comportamiento delincuencial
durante la edad adulta (Kohlberg, Ricks, y
Snarey, 1984). Del 40% al 75% de jóvenes que
son detenidos por actos delincuenciales y/o en
quienes se encuentran criterios psiquiátricos
para el trastorno de conducta son detenidos en la
edad adulta (Harrington, Fudge, Rutter, Pickles,
y Hill, 1991; McCord, 1991).
Los adolescentes, quienes presentan
comportamientos antisociales y delictivos en
edades tempranas y por tiempo prolongado
(niños pequeños y/o preadolescentes), entran a
ser parte de un grupo en alto riesgo para continuar
con las mismas conductas y de mayor gravedad
durante la edad adulta (Gendreau, Little, y
Goggin, 1996). Estos mismos jóvenes también
estarían en alto riesgo para otros problemas,
como dificultades académicas, consumo de
sustancias psicoactivas y comportamientos
sexuales de riesgo.
Actualmente, existe una multiplicidad de
términos para hacer referencia a la conducta
antisocial, como las conductas agresivas e
impulsivas y los trastornos o problemas de la
conducta, entre otros.
Para este estudio, el término
conducta antisocial hace referencia a “diferentes
comportamientos que reflejan trasgresión de las
reglas sociales y/o sea una acción contra los
demás”, en este caso por parte de adolescentes
y jóvenes (Kazdin y Buela-Casal, 1996, p.19).
En concreto, se exploran hechos que incluyen
trasgresión de normas sociales en relación con
la edad, tales como romper objetos de otras
personas en lugares públicos o la calle, el cine,
autobuses; golpear, agredir a otras personas;
falsificar notas, no asistir al colegio o llegar
tarde intencionalmente, copiar en un examen;
ensuciar las calles y las aceras rompiendo
botellas o vertiendo las basuras; tirar piedras a la
gente, casas o autos; hasta conductas delictivas
como robar y agredir a otras personas, entre otras
(Garaigordobil, 2004; 2005; Garaigordobil,
Álvarez y Carralero, 2004).
Por su lado, la conducta delictiva se define
como la “designación legal, basada generalmente
en el contacto con las leyes de justicia del país en
que se encuentra el niño o adolescente” (Kazdin
y Buela-Casal, 1996, p. 31).
En este punto, es importante mencionar que
“la conducta o acto delictivo no es un constructo
psicológico, sino una categoría jurídico-legal,
bajo la cual no es posible agrupar a todos los
delincuentes existentes, pues éstos son muy
diferentes entre sí, y el único elemento común
a todos ellos es la conducta o el acto mismo
de delinquir”. “Esta conducta o acto reúne un
conjunto de variables psicológicas organizadas
consistentemente, configurando un patrón de
conducta, al cual los psicólogos denominan
comportamiento antisocial” (Morales, 2008,
p.134), estudiado desde variables como la edad
y el género (Farrington, 1983; Iza, 2002).
El comportamiento antisocial tiene
un inicio temprano en los jóvenes. Rechea
(2008) realizó un estudio con metodología
criminológica, con el objetivo de conocer mejor
los comportamientos antisociales y delictivos de
4.152 jóvenes españoles escolarizados entre los
12 y los 17 años. Se encontró, entre otros datos,
que era a partir de los 13 años cuando los jóvenes
comenzaban a presentar estos comportamientos,
la mayoría de los participantes, manifestaron
haber cometido alguna vez en su vida un
comportamiento antisocial y delictivo; de éstos
el 72% lo había hecho en el último año.