lunes, 18 de abril de 2016

Mediación del grupo de amigos en la relación entre familia y comportamiento antisocial juvenil. Olalla Cutrín, José Antonio Gómez-Fraguela and María Ángeles Luengo. University of Santiago de Compostela, Spain

RESUMEN

El objetivo de este estudio fue evaluar los efectos de las variables relacionadas con el funcionamiento de la familia (vigilancia de los padres, el apoyo familiar y los conflictos familiares) en la conducta antisocial de menores, ya sea directamente o indirectamente a través de la elección de amigos desviados. Así, la muestra estuvo constituida por 764 adolescentes de la Comunidad Autónoma de Galicia (España), de los centros de delincuentes juveniles (edad media = 17,12, 87,4% varones) y los estudiantes de las escuelas locales (media de edad = 16.06, 45.5% hombres). Las escalas de valoracion del Riesgo en Adolescentes Infractores [del menor infractor Evaluación de Riesgos] en la vigilancia de los padres, conflictos familiares, apoyo a la familia, grupo de pares antisociales, y la conducta antisocial, se aplicaron. Los resultados del modelo de ecuaciones estructurales mostró un mejor ajuste del modelo de mediación. Los resultados se discuten en términos de sus implicaciones para la prevención, evaluación de riesgos y la gestión de los menores infractores.
Palabras clave: Juvenil. Comportamiento antisocial. Supervisión de los padres. Los conflictos familiares. Apoyo familiar. Grupo de pares. Efectos de mediación.

ABSTRACT
The aim of this study was to assess the effects of the variables related to family functioning (parental monitoring, family support, and family conflict) on juvenile antisocial behavior either directly or indirectly through the choice of deviant friends. Thus, the sample consisted of 764 adolescents from the Autonomous Community of Galicia (Spain), from juvenile offender centres (mean age = 17.12, 87.4% males) and students from local schools (mean age = 16.06, 45.5% males). The scales of Valoración del Riesgo en Adolescentes Infractores [Juvenile Offenders Risk Assessment] on parental monitoring, family conflict, family support, antisocial peer group, and antisocial behavior, were applied. The results of structural equation modelling showed a better fit of the mediation model. The results are discussed in terms of their implications for the prevention, risk assessment, and management of juvenile offenders.
Key words: Juvenile. Antisocial behavior. Parental monitoring. Family conflict. Family support. Peer group. Mediational effects.

La investigación sobre los factores de riesgo asociados al comportamiento antisocial y delincuente juvenil ha tendido a centrarse en variables relacionadas con la familia o grupo de pares. La importancia atribuida a estas variables psicosociales radica en su importancia para el proceso de desarrollo del niño y la socialización, y su papel crucial en la internalización de actitudes y la adquisición de conductas, la familia es el contexto de la referencia en la infancia y el grupo de amigos en la adolescencia (Andrews & Bonta, 2010; Granic y Patterson, 2006). Por lo tanto, los aspectos funcionales de la familia y del grupo de pares han sido dos de los factores de riesgo empíricamente que correlacionan más fuertemente al desarrollo de problemas de comportamiento (Dahlberg y Simon, 2006). Por otra parte, la naturaleza dinámica de estas variables permite que puedan ser modificados fácilmente a través de las intervenciones (Andrews y Bonta, 2010), cuyo objetivo es prevenir y proteger a las personas desde el desarrollo de la conducta problema. Por lo tanto, este estudio evaluó estas variables en una población juvenil española.

Desde la década de los años 1950, numerosos estudios han examinado el contexto familiar como un factor de riesgo para el comportamiento antisocial y delincuente juvenil. Hoeve et al. (2009) meta-análisis, que integra los resultados de cientos de estudios publicados 1950-2007, confirmó la influencia directa de las variables familiares sobre la conducta desviada de menores. Además, esta revisión de la literatura reveló que las variables más relevantes están relacionados con el apoyo familiar y la supervisión de los padres. En relación con el apoyo, el cariño y la comprensión de los padres se asoció negativamente con la expresión de la conducta delictiva, mientras que la negligencia de los padres y el rechazo de los padres o la hostilidad hacia los niños se relacionan positivamente con este tipo de comportamiento. En cuanto a la vigilancia de los padres, controlar el comportamiento y conocer las actividades y el paradero de los niños se asoció negativamente a la participación en actividades antisociales, mientras que el control psicológico y disciplina de los padres inconsistentes se relacionaron positivamente con la conducta antisocial. En resumen, los estilos de crianza y habilidades eran un poderoso factor para predecir el desarrollo de la conducta antisocial y delictiva.

Al mismo tiempo, en paralelo a la investigación sobre el ambiente familiar, una línea alternativa de la investigación ha tratado de examinar la influencia del grupo de iguales, con los resultados sobre los factores de riesgo de conducta antisocial juvenil siendo un poco más consistente: los adolescentes que participan en conductas desviadas tienen amigos que cometer actos desviados. Así, varios estudios han corroborado una intensa correlación positiva entre amigos delincuentes juveniles y la actividad delincuente juvenil (Lonardo, Giordano, Longmore, y Manning, 2009; Moreira y Mirón, 2013).

Se han propuesto varias hipótesis para dilucidar el efecto del grupo de iguales en el comportamiento antisocial.La hipótesis tradicional, o hipótesis de socialización, basado en la teoría sociológica convencional, modelos psicosociales de la teoría de la asociación diferencial (Sutherland, 1939), y el aprendizaje social (Akers, 1977) sostiene que la asociación con sus compañeros desviados, y en el grupo a su vez influencia, fomentar el desarrollo de actitudes antisociales de menores y conducta. Una hipótesis complementaria alternativa, comúnmente conocida como la hipótesis de la selección, se basa en supuestos tales como el modelo de la coerción de Patterson, Reid, y Dishion (1992), que afirma que las personas con ciertos comportamientos problemáticos anterior y actitudes selectos amigos y personas con características similares (Luengo, Gómez-Fraguela, Garra, Romero, y Lence, 1999).

Los resultados obtenidos en las pruebas de estudios empíricos cualquiera o ambas hipótesis son inconsistentes.Un número de estudios han encontrado datos que apoyan el proceso de socialización (Rodríguez, 2011), otros han encontrado el apoyo al proceso de selección (Kemp, Scholte, Overbeek, y Engels, 2006), mientras que todavía otros autores proponen la existencia tanto de la selección y proceso de socialización (Burk, van der Vorst, Kerr, y Stattin, 2012). La suposición de que ambos procesos juegan un papel complementario en el desarrollo de la conducta antisocial es consistente con los hallazgos de estudios longitudinales (Dishion, Veronneau, y Myers, 2010).
Cualquiera de las hipótesis anteriores se puede entender en términos de los efectos directos e indirectos de las variables específicas sobre el comportamiento de los adolescentes. En el primero, la hipótesis de socialización refleja los efectos directos de la relación del menor con sus compañeros antisociales en el desarrollo de la conducta problemática. En comparación, la hipótesis de selección puede ser entendida como un proceso de mediación 1, en ​​el que ciertas características de la adolescencia (personalidad, familiares, sociales, etc.) influyen indirectamente el desarrollo de la conducta antisocial, que se facilita a través del enlace a un grupo de pares desviados . Esta hipótesis coincide con la noción de la evaluación del riesgo que implica la interrelación de los factores de riesgo, es decir, los diferentes factores asociados a un comportamiento específico no actúan de forma independiente, pero influyen mutuamente (Barraca y Artola, 2006; Luengo, Gómez-Fraguela et al ., 1999).

Esto puede explicar el aumento en las últimas dos décadas de investigación sobre los efectos indirectos de ciertas variables, en particular de la familia y de grupo, en la conducta antisocial de menores. Estudios recientes han corroborado la existencia de estos efectos indirectos, con algunos estudios que informan de los efectos de la mediación, mientras que otros han encontrado efectos moderadores. En cuanto a los estudios sobre los efectos de mediación, Haggerty, Skinner, McGlynn-Wright, Catalano y Crutchfield (2013) encontró habilidades parentales (supervisión, apoyo y disciplina) no fueron significativamente directamente relacionada con juveniles comportamiento violento, sino habilidades parentales fueron negativamente relacionado con el vínculo con sus compañeros antisociales, ya su vez esta predijo la expresión de la conducta violenta. Por lo tanto, las habilidades parentales influenciados indirectamente conducta desviada por la mediación del grupo de pares. Del mismo modo, Criss, Shaw, Moilanen, Hitchings y Ingoldsby (2009) encontró la influencia inhibidora de apoyo de los padres sobre la conducta antisocial fue parcialmente mediada por grupo de pares aceptación del menor.

En cuanto a los estudios sobre los efectos moderadores, Snyder, Schrepferman, Bullard, McEachern, y Patterson (2012) encontró que los niños de padres con pobres habilidades educativas tenían niveles más altos de comportamiento problemático si tenían vínculos con un grupo de pares desviados, mientras que para los padres buenas habilidades de los padres, tener amigos desviados no aumentan el riesgo de comportamiento problemático. Otros autores han encontrado que los menores con fuertes vínculos con un grupo de amigos antisociales tenían niveles más altos de comportamiento problemático cuando los padres tenían habilidades educativos deficientes; por el contrario, los menores no vinculados a un grupo de pares desviados exhibieron ningún comportamiento problemático, independientemente de las habilidades parentales (Trudeau, Mason, Randall, Spoth, y Ralston, 2012).

No obstante lo anterior, los resultados de los efectos indirectos no están de acuerdo con los hallazgos de otros estudios. Por ejemplo, De Kemp, Scholte, Overbeek, y Engels (2006) no logró encontrar los efectos moderadores esperados de las variables familiares sobre la relación entre los enlaces a sus pares desviados y la expresión de la conducta antisocial. En este estudio, los niveles de vigilancia de los padres, el apoyo de los padres, y el control psicológico no median significativamente la influencia del grupo de pares en la conducta desviada.

Esta inconsistencia en los resultados puede deberse a la variabilidad en los factores de riesgo en evaluación y las diferencias en los paradigmas metodológicos. De acuerdo con el procedimiento propuesto en el método de la MacArthur (Kraemer, Kiernan, Essex, y Kupfer, 2008; Kraemer, Stice, Kazdin, Offord, y Kupfer, 2001), que es una reformulación de Baron y Kenny (1986) método estándar para el análisis la influencia de terceras variables, ciertos criterios metodológicos 2 Se requiere que los estudios de moderación y mediación no siempre cumplen.El criterio más que afecta a estos estudios se refiere a la independencia de las variables en el análisis de la moderación. En otras palabras, de acuerdo con este método, la variable independiente y la variable moderado deben tener ninguna relación entre sí. Dado que los estudios empíricos han demostrado una relación significativa entre el contexto familiar y los factores de riesgo del grupo de pares, el análisis de los efectos entre estas variables moderar era injustificada. Por esta razón, este estudio se centró en el análisis de los efectos de mediación.