Resumen
Esta investigación determinó las características psicométricas del Psychopathy Checklist: Youth Version (PCL:YV; Forth, Kosson & Hare, 2003) en una muestra de 30 adolescentes chilenos, varones, infractores de ley. El análisis de confiabilidad arrojó un alfa = 0.41 para la escala total e indicadores más elevados para sus cuatro facetas (alfa entre 0.53 y 0.76). La validez concurrente establecida en relación a las escalas del Inventario Clínico para Adolescentes de Millon (MACI; Millon, 1993) mostró relaciones significativas moderadas entre el puntaje total del PCL:YV y las escalas del MACI relacionadas con el constructo de psicopatía. Además, se evaluó su relación con dos escalas de psicopatía desarrolladas conceptualmente con ítems del MACI. Los resultados indican que el PCL:YV presenta indicadores de confiabilidad y validez suficientemente adecuados para continuar su estudio en muestras chilenas con el fin de utilizarlo, en un futuro cercano, en la toma de decisiones profesionales relativas a jóvenes infractores de ley.
Palabras clave: Caracterización psicométrica, psicopatía, adolescentes, infractores de ley.Abstract
This research was aimed to determine the psychometric characteristics of the Psychopathy Checklist: Youth Version (PCL:YV; Forth, Kosson & Hare, 2003) in a sample of 30 Chilean male, juvenile offenders. Reliability analysis showed an alpha = 0.41for the total scale and higher indexes for its four facets (alpha between 0.53 and 0.73). The concurrent validity with the Millon Adolescent Clinical Inventory (MACI; Millon, 1993) showed significant associations among the total PCL:YV score and MACI scales related to the psychopathy construct. Besides, the association with two psychopathy scales that were conceptually developed by taking selected MACI items, was assessed. Results indicate that the PCL:YV presents reliability and validity indexes good enough to continue its study in Chilean samples to be use, in the near future, for taking professional decisions with relation to juvenile offenders.
Key words: Psychometric characteristics, psychopathy, adolescents, juvenile offenders.
Introducción
El aumento de la participación de niños, niñas y jóvenes en conductas delictivas llevó al Estado de Chile a promulgar la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil (LRPJ) en Julio de 2007. Esta ley establece un sistema de responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la ley penal y define procedimientos especializados para la investigación y establecimiento de la responsabilidad de los adolescentes en los delitos, la delimitación de las infracciones a la ley penal, los derechos y garantías de los adolescentes que han infringido la ley, y las sanciones privativas y no privativas de libertad que les corresponden (MIDEPLAN, 2003). En este contexto, las instituciones nacionales han debido poner en marcha procedimientos especializados que requieren del aporte de las ciencias del comportamiento a través de estudios empíricos y sistemáticos de diferentes aspectos de la conducta antisocial de los adolescentes.
Dos constructos permiten comprender la aparición sostenida de conductas transgresoras en la vida de una persona, ellos son el Trastorno de Personalidad Antisocial y la Psicopatía. Éste último, ha cobrado relevancia científica en los últimos años debido a numerosas investigaciones, desarrolladas inicialmente en población adulta, que vinculan altos puntajes en una escala de psicopatía con la peligrosidad y reincidencia de los delitos, siendo prioritario investigar este concepto en población infanto-juvenil con el fin de detectar precozmente la manifestación de estas características y lograr diseñar intervenciones atingentes. A continuación, se exponen brevemente estos dos conceptos y las relaciones que existen entre ellos en población juvenil con el objeto de dar un sustrato teórico al presente estudio.
Trastorno de la personalidad antisocial según Theodore Millon.
Millon, uno de los exponentes más relevantes de psicología de la personalidad, aporta un modelo teórico complejo e integrador de la personalidad que se inicia a partir de los planteamientos del modelo biosocial del año 1969 y se consolida en el modelo evolutivo de la personalidad de 1990 (Millon & Davis, 1998). Estos modelos aportan a la comprensión del desarrollo de la personalidad, la continuidad entre personalidad normal y anormal (o trastorno de la personalidad), y proponen trastornos prototípicos de la personalidad que se relacionan con la clasificación planteada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, a partir de su tercera versión (DSM-III; APA, 1980).
En el año 1969, Millon propone descripciones y criterios en la formulación del prototipo de personalidad independiente-activa o "personalidad fanfarrona" que caracteriza a personas que han aprendido a desconfiar de los demás y que, con el fin de adquirir autoconfianza, prueban su superioridad con los otros. Son sujetos autónomos y hostiles con su entorno, que claramente violan los derechos de los demás y pueden mantenerse en el límite de lo permitido socialmente (Millon & Davis, 1998). Estos componentes sirvieron, posteriormente, de modelo para la caracterización de la Personalidad Sádica y el Trastorno de Personalidad Antisocial descritos en el DSM-III.
Una vez sentados los lineamientos de su modelo, Millon se dedicó a desarrollar diferentes instrumentos para ope-racionalizar sus constructos teóricos. Entre ellos está el Inventario Clínico para Adolescentes de Millon (MACI; Millon, 1993) utilizado en este estudio.
Psicopatía según Robert Hare
El Psicólogo forense Robert Hare incorpora los aspectos más relevantes del diagnóstico psiquiátrico de Personalidad Psicopática desarrollados por Cleckley (1976), para elaborar su propia conceptualización y crear instrumentos de evaluación para la Psicopatía.
La concepción de la Psicopatía de Hare contempla dos factores relacionados. El Factor 1 integra las facetas Interpersonal y Emocional, las cuales incluyen características altruistas o filantrópicas que permiten mantener una relación con el entorno y la capacidad para que el vinculo interpersonal sea significativo. El Factor 2 corresponde a las facetas Estilo de Vida y Conducta Antisocial, las cuales involucran la búsqueda de sensaciones, el abuso de sustancias, un estilo de vida parasitario, la impulsividad y las conductas transgresoras. El primer factor se relaciona con un conjunto de características de la personalidad, que aparentemente constituyen el núcleo de la Psicopatía (Hare, 2003).
La conducta antisocial en los Psicópatas puede generarse a edades muy tempranas incluso antes de los 12 años y, en su génesis, habría un fuerte componente biológico modulado por el medio, que se manifiesta a lo largo de la historia vital del sujeto y no a partir de un acontecimiento traumático (León, 2007).
En el año 1978, Robert Hare y sus colaboradores elaboran un conjunto de indicadores de Psicopatía para evaluación en población forense. El resultado fue una lista de 22 ítems que derivaron, en 1991, en la elaboración del "Hare Psychopathy Checklist Revised"(PCL-R). El PCL:YV surge como una adaptación del PCL-R para la etapa de desarrollo de los jóvenes.
Investigaciones que relacionan las pruebas de Millon y Hare para adolescentes.
Los vínculos entre el modelo de Millon y el concepto de Psicopatía de Hare han sido establecidos empíricamente a través de diversos estudios realizados en población adolescente. Murrie y Cornell (2000) examinaron la asociación entre el MACI y el PCL-R. El puntaje total en el PCL-R correlacionó significativamente con los puntajes de las siguientes escalas del MACI: Tendencia al Abuso de Sustancias (r = 0.47), Transgresor (r = 0.43), Sumiso (r = 0.42), Predisposición a la Delincuencia (r = 0.41), Poderoso (r = 0.38), Tendencia a la Impulsividad (r = 0.34) e Insensibilidad Social (r = 0.29). En este estudio, Murrie y Cornell (2000) propusieron una escala de Psicopatía de construcción conceptual denominada Psychopathy Content Scale (PCS) constituida por 20 ítems extraídos del MACI. Los resultados señalan que esta escala de psicopatía correlacionó positivamente con el PCL-R (r = 0.60).
Posteriormente, Salekin, Ziegler, Larrea, Anthony & Bennett (2003) desarrollaron una segunda escala de Psicopatía constituida por 16 ítems extraídos del MACI. Esta escala, denominada Psychopathy-16 items (P-16), fue construida a partir de las recomendaciones de Cooke y Michie (2001) y Frick, Bodin y Barry (2001) para perfeccionar la evaluación del concepto, el cual es más cercano a los criterios expuestos por Cleckley (1976). Este estudio muestra que las escalas de psicopatía PCS (Murrie & Cornell, 2000) y P-16 (Salekin et al., 2003) tienen utilidad predictiva y que la P-16 entrega resultados significativos situando al componente afectivo (insensibilidad) como el responsable de la reincidencia general y de transgresiones violentas por parte de los jóvenes. Este hallazgo se suma a lo ya señalado: El concepto de Psicopatía es un buen predictor de reincidencia, la prueba de Millon puede ser utilizada en contextos forenses, y las características personales de crueldad y falta de empatía son particularmente relevantes en la evaluación de Psicopatía en los adolescentes (Salekin et al., 2003).
A partir de estos antecedentes se genera el presente estudio cuyo objetivo es realizar una caracterización psicométrica del Psychopathy Checklist: Youth Version (PCL:YV; Forth et al., 2003) para la evaluación de rasgos de Psicopatía en adolescentes chilenos infractores de ley. Como objetivos específicos se buscó determinar la confiabilidad por consistencia interna del PCL:YV y su validez concurrente con el MACI (Millon, 1993). Además, de forma exploratoria, se correlacionó el PCL:YV con las escalas de Psicopatía construidas a partir del MACI.
Método
Participantes
La población correspondió a adolescentes que presentaban comportamientos antisociales y que fueron judicia-lizados en la Región de los Ríos. A través de un muestreo no probabilístico de tipo intencional se constituyó una muestra de 30 adolescentes varones, infractores de ley, entre 12 y 17 años, que se encontraban cumpliendo sentencias en centros privativos de libertad o cumpliendo medidas alternativas en el Servicio de Psiquiatría del Hospital Base. Los criterios de inclusión fueron: edad entre 12 y 17 años, varones, que aceptan participar de la investigación de forma voluntaria.
Instrumentos
Psychopathy Checklist: Youth Versión (PCL:YV; Forth, Kosson & Hare, 2003). Este instrumento está dirigido a adolescentes entre los 12 y 18 años y mide características psicopáticas en los ámbitos Interpersonal (Faceta 1), Afectivo (Faceta 2), Estilo de Vida (Faceta 3) y Conducta Antisocial (Faceta 4). Consiste en una entrevista clínica semi-estructurada, video-registrada.
Los datos recolectados a partir de la entrevista son contrastados con información adicional del joven. Ambos registros, entrevista y revisión de expedientes, son necesarios para realizar el análisis de datos que concluye al otorgar puntuación a los 20 ítems pertenecientes a las cuatro facetas del PCL:YV.
El instrumento se encuentra validado en Canadá e Inglaterra, no así en países latinoamericanos incluido Chile. Existen numerosos estudios de validez concurrente, convergente y discriminante, y validez predictiva que avalan al instrumento. El PCL:YV presenta correlaciones moderadas de alrededor de r = 0.50 con otros inventarios que evalúan Psicopatía como el Antisocial Process Screening Device (APSD), el Interpersonal Measure of Psychopathy (IM-P) y el Psychopathic Personality Inventory (PPI) entre otros (Forth et al., 2003). En relación con la confiabilidad del instrumento, Forth y Mailloux (2000) observan una adecuada consistencia interna de la prueba obteniendo un valor alfa de 0.80 para los puntajes totales y correlaciones inter jueces de alrededor de 0.90, lo cual es particularmente importante pues el PCL:YV requiere de un juicio clínico para revisar las entrevistas.
Inventario Clínico para Adolescentes de Millon (MACI; Millon, 1993). Este es un instrumento de construcción teórica, destinado a la evaluación de la personalidad adolescente. Está conformado por 160 ítems que se responden en formato Verdadero-Falso. Los ítems se organizan en 31 escalas: Doce escalas de Patrones de Personalidad, ocho escalas de Preocupaciones Expresadas y siete escalas de Síndromes Clínicos. Las restantes escalas son de control o escalas Modificadoras y una escala de validez (V) de sólo dos ítems.
La fiabilidad de las escalas ha sido probada en diversos estudios. En muestras chilenas los índices de consistencia interna obtenidos a través del coeficiente alfa de Cronbach son similares a los obtenidos por Millon (1993) y oscilan entre 0.50 y 0.90 en las muestras de no-pacientes y de sujetos con problemas psicológicos, con medianas de 0.80 (Vinet & Alarcón, 2003). El instrumento ha demostrado ser una prueba válida, con una adecuada capacidad de discriminación entre adolescentes normales y grupos con problemas psicológicos (Vinet & Alarcón, 2003) y con buenas posibilidades para caracterizar psicológicamente a diversos grupos en riesgo (Vinet, Salvo & Forns, 2005) y de desadaptación social (Alarcón et al., 2005). En esta investigación se empleó una versión chilena del MACI (Vinet et al., 1999) que su formato permite mayor facilidad de lectura del test para los adolescentes al entregar las respuestas en el mismo folleto de aplicación, y se trabajó con los puntajes directos de las escalas.
Procedimiento
En primer lugar se aplicó el MACI y luego el PCL:YV. Con el fin de disminuir sesgos de puntuación, los datos obtenidos en el MACI fueron puntuados sólo después de haber obtenido la totalidad de los puntajes en el PCL:YV. Los resultados de ambos instrumentos fueron incorporados a una base de análisis datos para su análisis estadístico.
El análisis estadístico correspondió a un diseño descriptivo correlacional dirigido a explorar las características psicométricas del PCL: YV. Para la evaluación de la confia-bilidad por consistencia interna se utilizó alfa de Cronbach y para evaluar su validez concurrente con las escalas del MACI se utilizó r de Pearson. Además, se realizaron análisis descriptivos de variables demográficas y de investigación y se correlacionaron exploratoriamente el PCL:YV con las escalas de psicopatía PCS (Murrie & Cornell, 2000) y P-16 (Salekin et al., 2003) derivadas del MACI.
Resultados
El análisis de confiabilidad del PCL:YV indicó que la escala total presentó una consistencia interna de (alfa = 0.41); además, los cuatro factores del instrumento muestran una consistencia interna adecuada, cuyos valores específicos se presentan en las columnas 5 y 6 de la Tabla 1.
La validez concurrente entre el PCL:YV y las escalas del MACI se presenta en la Tabla 2. En ella se evidencia que los Patrones de Personalidad Transgresor, Poderoso, Oposicionista, y los Síndromes Clínicos Tendencia al Abuso de Sustancias, Predisposición a la Delincuencia, Tendencia a la Impulsividad, correlacionan de forma positiva y moderada con la prueba PCL:YV en su puntaje total. Las escalas Sumiso, Conformista y Sentimientos de Ansiedad presentan una correlación negativa moderada. No se obtienen correlaciones significativas con las escalas de Preocupaciones Expresadas.
La validez concurrente entre cada faceta del PCL:YV y las escalas de Patrones de Personalidad y Síndromes Clínicos de Millon indica que las Facetas 1 y 2 (Interpersonal y Afectivo) muestran correlaciones débiles y no significativas. La Faceta 3 (Estilo de Vida) y la Faceta 4 (Conducta Antisocial), muestran correlaciones positivas moderadas con las escalas del MACI. Además, en la Faceta 3 se observan correlaciones moderadas negativas con escalas del MACI.
Las correlaciones entre el PCL:YV y las escalas de Psicopatía del MACI se presentan en la Tabla 3. El PCS correlacionó de forma positiva moderada y altamente significativa con el puntaje total del PCL:YV. Esta relación se focaliza en las Facetas Estilo de Vida y Conducta Antisocial, siendo con esta ultima la relación altamente significativa. Por su parte la escala P-16 no muestra una correlación importante con el puntaje total del PCL:YV, sin embargo, se observa una correlación positiva moderada con la Faceta Antisocial del PCL:YV.
Discusión
En relación con la caracterización psicométrica del PCL:YV, la confiabilidad por consistencia interna arrojó un valor alfa de 0.41 para la escala total aunque las facetas del instrumento mostraron una consistencia interna más elevada con valores entre 0.53 y 0.76. Este resultado es más bajo que lo evidenciado en el estudio de Forth & Mailloux (2000) que observa una adecuada consistencia interna de la prueba con valores alfa superiores, cercanos a 0.80. A partir de estos resultados es posible señalar, preliminarmente, que el PCL:YV puede ser considerado consistente sus medidas aunque estos datos deben ser corroborados en nuevos estudios y con muestras más amplias.
En cuanto a la validez concurrente, se observan relaciones significativas entre el puntaje total del PCL:YV y el MACI de forma positiva y en el rango moderado en escalas de Patrones de Personalidad y Síndromes Clínicos. Este resultado es coincidente con los estudios de Murrie & Cornell, (2000) al asociar las escalas del MACI y puntaje total de PCL-R.
Las escalas de Patrones de Personalidad del MACI que aparecen con una correlación positiva moderada con el PCL:YV, indican que los jóvenes presentan una conducta rebelde y conductas hostiles, displicentes e ilegales junto a conductas dirigidas a contrarrestar de forma anticipada el desprecio y engaño de otros. Por otra parte, sienten placer ejecutando conductas que violan los derechos y sentimientos de los demás y muestran un conflicto en la orientación sí mismo- otros, comportándose de manera obediente en algunos casos y desafiante en otros.
En relación con los Síndromes Clínicos del MACI que correlacionan de forma positiva moderada con el PCL:YV, se puede plantear que los jóvenes se caracterizan por mostrar conductas problemáticas en sus familias, con amigos y profesores, consiguiendo con ello atención y descargar su nivel de estrés. Presentan conductas fuera del límite de lo aceptable para su entorno y que son consideradas "excesivas" según su etapa de desarrollo.
En este estudio, la escala Tendencia al Abuso de Sustancias ofrece un dato significativo desde el punto de vista estadístico y teórico al relacionarlo con el PCL:YV. Mientras más características psicopáticas se observen en un joven transgresor existiría un mayor consumo de sustancias y viceversa. El abuso de sustancias en un joven transgresor puede ser comprendido en el marco de sus características de personalidad, en su dificultad de conducir su conducta según los límites socialmente esperados y su grado de impulsividad. Por otra parte, los efectos del consumo de drogas en el funcionamiento cerebral de los jóvenes, especialmente a nivel frontal, podrían generar dificultades para planear adecuadamente las acciones, desarrollando características de personalidad antisocial y, finalmente, conductas transgresoras.
Las escalas de Síndromes Clínicos del MACI que se observan con una correlación negativa moderada con el PCL:YV evidencian a jóvenes que no experimentan tensión, inquietud, ni síntomas físicos. Por otra parte, los jóvenes parecen haber aprendido por sí mismos a sentirse bien, seguros y confiados; evidencian no necesitar apoyo externo ni atención, buscando autónomamente la ayuda y el sostén.
Al igual que en la investigación de Murrie y Cornell (2000), la escala Insensibilidad Social, presenta una correlación positiva moderada, marginalmente significativa, con el puntaje total del PCL:YV (r = 0.36). Este resultado alude a jóvenes fríos e indiferentes, que con el fin de cumplir sus propósitos, pasan por sobre los derechos de los demás, presentan dificultades para establecer lazos afectivos y para situarse en el lugar de los otros preocupándose de su bienestar.
A diferencia de la investigación de Murrie & Cornell (2000) aparecen correlaciones positivas, aunque no significativas, entre las escalas Egoísta y Tendencia Suicida con el puntaje total del PCL:YV. Es decir, los jóvenes otorgan más valor a sí mismos que a los demás y hacen referencia a ideación y planes suicidas que requieren de pronta atención clínica. Además en ese estudio no se advierte relación con la escala Sumiso, que en este caso es inversa y significativa. Los resultados obtenidos en la correlación de ambos instrumentos, presentan importancia estadística y significación clínica pues las escalas de MACI que aparecen en relación positiva con la escala de Psicopatía, son aquellas que precisamente se asocian al concepto, y no hay asociación, o ésta es negativa, con las escalas que no forman parte de las características psicopáticas desde la teoría. Los resultados además se corresponden con las características de los jóvenes estudiados que, además de realizar conductas de riesgo como la delincuencia, ejecutan otras conductas riesgosas como el consumo de drogas, conductas autolesivas y deserción o asistencia irregular escolar.
La validez concurrente entre las escalas de Patrones de Personalidad y Síndromes Clínicos de Millon y cada faceta del PCL:YV indica que la relación entre ambos instrumentos se concentra en las Facetas 3 y 4 que evalúan conductas transgresoras manifiestas por el joven, más que la calidad de sus vínculos o sus relaciones desde la afectividad. Lo anteriormente expuesto constituye un hallazgo interesante ya que el PCL:YV mediría características de los jóvenes que el MACI no pesquisa, que podrían discriminar entre un delincuente habitual y un joven que se encuentra desarrollando características psicopáticas con riesgo de incurrir en conductas violentas y cometer reincidencia. En este mismo sentido, el MACI mediría aspectos que el PCL:YV no evalúa como son los síndromes clínicos, las preocupaciones específicas de los adolescentes, y la forma de ser que se va estructurando. Los resultados, permiten diferenciar los conceptos Trastorno de Personalidad y Psicopatía, donde la afectividad y la forma de vincularse es una variable fundamental. Ambos constructos permiten comprender la conducta antisocial y la evaluación de ambos permite planificar intervenciones efectivas e individualizadas.
La relación que se observa entre el PCL:YV y las escalas de psicopatía del MACI muestra que los ítems específicos extraídos del MACI permitirían hacer un screening en los jóvenes identificando a aquellos que pudiesen presentar conductas antisociales acompañadas de un estilo de vida que los sitúa en riesgo; posteriormente se podría estudiar con detenimiento su afectividad y los aspectos relacionales de los jóvenes que están asociados con el constructo de Psicopatía.
A modo de reflexión final, la presente investigación es preliminar en el estudio del constructo de psicopatía en adolescentes chilenos. La comprensión del fenómeno de la delincuencia basado en evidencia científica, permitirá diseñar intervenciones atingentes e individualizadas, considerando la etapa de desarrollo de los infractores de ley y sus características personales.
Referencias
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(Rec: 20 de agosto de 2009; Acep: 11 de junio de 2010)
Este trabajo está basado en la tesis, presentada por la primera autora, para optar al grado de Magíster en Psicología Jurídica Forense de la Universidad de La Frontera, Chile. Esta tesis fue realizada bajo la dirección de la tercera autora.
La autora principal desea agradecer a la Ps., Mg. Paula Alarcón Bañares, Directora del Programa de Magíster en Psicología Jurídica y Forense de la Universidad de la Frontera, y al Ps. José Luis Molina, por sus valiosos aportes a la presente investigación.
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