lunes, 13 de febrero de 2012

Violencia e infancia. Beatriz Zambianchi

Una microexperiencia en ciernes 
Cuando todavía resonaba en nosotros la maravillosa experiencia, compartida con la  Dra. Yolanda Gampel, sobre la temática que hoy nos convoca a todos (la Violencia Social y  sus efectos sobre el psiquismo infantil), fue que en nuestra institución Referencia Buenos  Aires decidimos armar un taller sobre el tema. Coordinado por los Dres. Irene Miravent,  Eduardo Casanova y quien les habla, supervisado por la Dra. Marilú Pelento, propulsora en  la investigación de estas temáticas.(1)
Si bien en ciernes, con un corto recorrido, con preguntas sin respuestas: algunas  puntuaciones queremos compartir con Uds.  
La experiencia surge luego de varias consultas de laicos y religiosos que sufrían  violencia en el interior de sus instituciones o instituciones integradas por personitas que habían sufrido violencias de distinto signo. 

Así nos acercamos a un universo tan lejano a nuestros consultorios. Universos de: incestos, violaciones, abandonos tempranísimos, hacinamientos, fracasos laborales, pérdidas de trabajo, migraciones, transculturalizaciones varias, del campo a la ciudad, de casas tomadas a plazas, de una institución a otra y de otra a la calle, donde con otros iguales se intenta recuperar lo perdido: un lugar donde pertenecer, participar, identificarse a veces dramáticamente a través del sida, un embarazo o del robo. 
Criaturas no gestadas por el deseo, sobrevivientes de intentos de aborto, de padres ausentes, desconocidos, borrados, o presentes a  través del abuso de sus hijas,.... Padres lejanos de los padres historizadores, con fallas en los cuidados primarios, sexualizadas, no libidinizadas, niños y adolescentes con infancias robadas, no vividas, no decursadas. 
Se esperaba de nosotros asistencia  y asesoramiento. Ahí empezaron nuestros des/velos ¿cuántos atravesaríamos? Con dudas acerca de nuestro instrumento: 
interpretación?... setting? develamiento del  inconciente.?... Demanda? Transferencia?.... Contratransferencia?...

La atención, discusión y supervisión de  los primeros casos, nos permitió develar nuestro propio arsenal de prejuicios: 
-desde asombrarnos qué sueñan hasta una cierta fascinación, por este tipo de problemáticas, acompañada por alguna culpa al considerarnos nosotros indemnes, y a ellos víctimas, olvidando que la transmisión del patrimonio mortífero es herencia de todos. 
- Peligrosas vivencias mesiánicas con fantasías de reparación omnipotente hasta una desesperanza palpable. 
Después nos dimos cuenta que lo que nos pasaba a nosotras como grupo no era muy distinto de lo que les pasaba a las amparantes o sea los que han tomado a su cargo a estos sujetos. 


Una pregunta nos atravesaba ¿qué los lleva a amparar este desamparo?, a soportar las pruebas de amor que les exigen, promoviendo ambivalencias extremas, discriminaciones sutiles y violencias... varias? 
¿Cómo esclarecerlos acerca de la repetición discriminatoria, otra más, para estos 
chicos?... 
Hogar sustituto que suple funciones parentales tanto maternas como paternas, estando ahí presentes desde hacer una torta, jugar, limpiar, intentando rescatar ese hilo perdido o cortado en la lucha por la supervivencia, en la recuperación de la capacidad juguetona de la infancia... 
¿Cómo se construyeron esas infancias? ¿Cómo se “es”, cuando la exclusión, el desamparo, el abandono y la carencia sustituyen: cuidado, sostén, libidinización, la provisión y promoción vincular? 
No nos pareció su majestad el bebé el que encontramos en la institución. 
Son niños y adolescentes con:  fuertes tendencias a la descompensación, a la repetición, a enfermar, (no es cierto que tengan siete vidas como los gatos). 
- con tendencia al accionar: más técnica de supervivencia que actuación propiamente dicha. 
- tendencia al robo (en lugar de la falta)? 
- tendencia a la fuga (para poder volver a casa)?. 
- temores a ser usadas como esclavas adoptadas para su explotación laboral y/o sexual. 
Este listado de perturbaciones no hacen recordar, a los sueños y fantasías de los pacientes neuróticos del consultorio privado? no serán nuestros sujetos, los que ponen en acto los fantasmas que los “otros sociales” reprimen? 
Todo esto apunta al peligro de un desmoronamiento:  junto a las vivencias objetivas de  marginación: a la  falta de trabajo,  escolaridad y al  incesto vivido como un secreto vergonzante se constituyen también factores de pertenencia o de contención que llamamos  
“objetos amparantes”: desde la cuidadora de un baño público, el tener aunque sea a distancia a uno de los padres, y la recurrencia a lo que llamamos “recuerdos tesoros” cuasi “alucinaciones operativas” consistentes en vivencias muy fuertes que incluyen desde olores 
intensos al canto de los pájaros de su pueblito natal.
La institución ofrece una función amparante  a través del cuidado, sostén, apertura a lo social: (continuidad en los estudios,  preparación laboral, actividades creativas y recreativas.) Si se consiguiera esto, estaríamos en presencia de otra propuesta identificatoria, porque amparando se desmarginaliza porque habiendo recibido cuidados se aprende a cuidar y autocuidarse. 
A través de los tratamientos individuales  trabajamos los “recuerdos tesoros” como mojones de las raíces identificatorias más fuertes, hacer un presente que permita recuperar algo del “sentimiento de la continuidad de la existencia” para hilar  esas historias armadas  como un  patch-work. 
Junto al asesoramiento institucional, permitiendo la circulación de fantasmas referidos a la droga, la prostitución, la homosexualidad y los tratamientos individuales, como grupo preparamos el trabajo interdisciplinario que nos permita “el cruce de miradas” con: sociólogos, historiadores, antropólogos, filósofos y por qué no poetas: Estamos absolutamente obligados a lo interdisciplinario, si nuestra posición ética como PSA está tensada entre el comprender y el transformar debemos hacerlo entre todos porque la crisis desde fin de milenio es también una crisis intelectual, cultural y ética.
Como dijo Paul Valery: “una civilización es tan frágil como una vida”. 
Si el nuevo modelo para el resto de la sociedad, la cultura y la ética es la empresa, y su finalidad: optimizar, maximizar la competitividad, munidos de un lenguaje de guerra (comunicaciones, galaxias) para conquistar el mercado, armas al servicio del más fuerte, acentuarán sin duda las dificultades entre grupos sociales, regiones y países agravando las actuales formas de violencia colectiva. 
A su vez los dueños de las empresas no son generalmente intelectuales, pero sí  portadores de los nuevos valores de la civilización. Ellos mismos son mitad empresarios y  mitad show-busisness. 
Por otro lado los políticos y sus consejeros son a la verdad científica lo que los críticos a la creación literaria dirá Castoriadis. 
Nos compete como analistas: revisar la confianza en nuestro instrumento que es de alta sofisticación, y en sus fundamentos, tiene una finesa, única e imprescindible, y en este momento hacer un puente entre lo intra y lo  transubjetivo. 

Si entre esos nuevos pobres: “los invisibles” como lo designan los sociólogos, hay un niño que sueña, un adolescente que guarda sus “recuerdos tesoros”, nos dicen que allí, hay un Sujeto. Que no se transformen también para nosotros PSA en, “invisibles”, como lo necesita, el nuevo orden económico mundial. 
Si bien la pobreza, no es algo nuevo en este mundo, ni es nuestro rol solucionarla, siempre hubo quien estuviera presente ahí al rescate del Sujeto y quiero citar a uno de ellos; al hablar de estos niños y adolescentes:   
“No en casas de Misericordia a hilar por cuenta del Estado; no en Conventos a rogar a Dios por sus bienhechores; no en Cárceles a purgar la miseria o los vicios de sus padres; no en Hospicios a pasar sus primeros años aprendiendo a servir, para merecer la preferencia 
de ser vendidos a los que buscan criados fieles o esposas inocentes...” 
Es parte de un decreto de 1824, dirigido a  la dignificación de los sectores desprotegidos.  Era Simón Bolívar.
Citas
- Sociedades enfermas de su cultura. 
  Le monde  diplomatique  - 1988   “Un nuevo maestro del pensamiento: la empresa” Bernard  Cassen. 
- Citado por Alcira Argumendo en: 
  “Los silencios y las voces en América Latina” 
  Ediciones del Pensamiento Nacional  - 1993 - pág. 33. 

Resumen 
Se describe en este trabajo una experiencia realizada en un Hogar de Adolescentes de la calle, provenientes de la misma o de  otras instituciones similares. En su mayoría familias llegadas a la gran capital por falta o pérdida de trabajo en sus provincia, víctimas de la desintegración y/o violencia familiar. 
Se describe la institución, su creación y desarrollo como el tratamiento individual llevado a cabo con las adolescentes. Esta aproximación a la comprensión y tratamiento de sus integrantes en el marco de la teoría Psicoanalítica lejos de aportarnos soluciones no hace más que abrir preguntas tanto teóricas como clínicas. Es en este sentido que la hemos denominado “microexperiencia en ciernes”. Nuestro trabajo de elaboración continúa y será motivo de próximas presentaciones.
Summary 
This work describes an experience conducted in a Teenagers Home. The adolescents who participated used to live in the streets and now reside in homes or similar institutions. Their families have come to the capital city because they had no work in their home provinces. Many of them are victims of the disintegration of their families and/or family violence 
settings. The institution, its creation and development are described, as well as individual treatment applied to adolescents. 
This approach to understanding and treating service providers and teenagers within Psychoanalytical theory does not provide any solutions, but raises questions of both theoretical and clinical nature. It is for that reason that this approach  has been called “initial microexperience”. This ongoing work will be developed in future presentations. 

Résumé 
On dècrit, dans ce travail une expèrience menèe à bout dans un foyer qui accueille des pubères et des adolescentes filles abandonnèes qui viennent d’autres instituciones semblables, ou provenant de migrations internes de la province vers la grande ville, ou abandonèes à cause de la violence familiale. Nous dècrivons l’institution, sa crèation  et dèveloppement, et le traitement individuel qu’elle porte aux adolescentes, du point de vue psychanalitique; nous dècrivons aussi les inquiètudes et les questions que nous pose de travailler, dans ce cenre d’institutions, d’après la thèorie psychanalitique. Ce travail, loin d’être conclu, n’a  fait que commencer: il nous pose plus de questions que de rèponses, thèoriques et cliniques. C’est dans le sens d’envisager ces questions que notre travail se continue.

 (1)Grupo integrado por: Peggy Fejerman, Julia González, Eugenia Heimann, Esther Misgaloff, Noemí Nabel, Cristina Parral, Lourdes Raineri, María Elena Sarmiento, Irene Spivakov, Evelina Wengeron y Graciela Wolonsky. 

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