Resumen
Desde la década de los 80 se ha venido estudiando, con insistencia, las diferentes técnicas de la Entrevista Cognitiva (EC), propuesta como método alternativo al hasta entonces empleado tradicionalmente, sus modificaciones y la bondad de cada una de estas técnicas por separado. Han sido muchos los países que han ido adaptando este tipo de entrevista a la actuación específica de sus agentes de policía para mejorar el rendimiento de sus investigaciones (Francia, Inglaterra, Alemania, Estados Unidos, etc.), aunque la finalidad de sus experimentaciones ha sido, principalmente, la validez y fiabilidad de los testimonios, en gran parte referida a menores abusados sexualmente y, otra parte, a la obtención de los propios testimonios en sí. PALABRAS CLAVE: Entrevista tradicional, entrevista estructurada, entrevista cognitiva, interrogatorio.
Since the decade of the 1980s, the diverse cognitive interview (CI) techniques—which were proposed as an alternative method to the one used traditionally till then—their modifications, and the efficacy of each of one separately have been studied in detail. Many countries have adapted this type of interview to the specific actions of their Police force to improve their investigative performance (France, England, Germany, the United States, etc.), although the aim of these experiments has mainly been the validity and reliability of the testimonies, mostly with regard to sexually abused minors, and also to obtaining the testimonies themselves.
KEYWORDS: traditional interview, structured interview, cognitive interview, interrogation.
Introducción
La entrevista definida en el diccionario de la RAE, como “Acción y efecto de entrevistar o entrevistarse” o “Vista, concurrencia y conferencia de dos o mas personas en lugar determinado, para tratar o resolver un negocio” está muy lejos de tener valor en el contexto policial. En el ámbito policial se asumen por completo las características definitorias que para la entrevista estableció Rabon (1992) y su diferencia con el interrogatorio. Con la entrevista se intenta imbuir en los agentes policiales la diferencia existente con el interrogatorio e intentar, de cara a la población “civil”, “dulcificar” los términos policiales a los oídos de las personas inocentes que se puedan ver implicados en procedimientos criminales. Pero ni que decir tiene que para la psicología cognitiva y con el objetivo de obtener el mejor rendimiento en las investigaciones, lo más importante es el ambiente de colaboración y empatía en el que la entrevista debe desarrollarse.
Existe en la cultura policial la denominada “Entrevista Tradicional” (ET) caracterizada por la actuación “libre” del agente policial, que hace lo que sabe, que no es mucho, y lo que puede, que a veces es menos, y con un procedimiento rígido pregunta-respuesta sin libertad para salirse del “guión” ni el entrevistador ni, por supuesto, el entrevistado. Este procedimiento rígido y autoritario es muy “cómodo” para el entrevistador, sobre todo para los poco experimentados o faltos de habilidades y conocimientos, dado que no permite al entrevistado más que dar contestaciones monosilábicas casi siempre y hablar, en estos términos, única y exclusivamente de lo que se le pide, lo que provoca la clara diferenciación de roles: el agente como la autoridad y el entrevistado como el “sometido”. Si se utiliza un protocolo de preguntas ordenadas y con una determinada estructura lógica, permitiendo respuestas más amplias e incluso abordar algún punto que no figure en el protocolo, dentro de un orden, se está ante lo que se denomina una Entrevista Estructurada o Semiestructurada (EE).
Cuando a este tipo de relación se le aplican los principios teóricos fundamentales que forman parte de elementos del testimonio como la memoria y la comunicación, se está ante la Entrevista Cognitiva (EC) que ha ido sufriendo mejoras a lo largo de la gran cantidad de tiempo de investigación que se le ha dedicado y que constituye, unánimemente aceptado por la comunidad científica, una poderosa y eficaz herramienta para la investigación policial especialmente, pero que puede ser aplicada en cualquier situación en la que las partes implicadas no sean policías o personas relacionadas con sucesos criminales.
El inicio de esta gran cantidad de investigación de la cual, a estas páginas, sólo se trae una pequeña parte, fue debida a la gran alarma social que se provocó allá por los años 80 ante numerosos errores policiales y judiciales que llevaron a muchas personas a ser ejecutadas por delitos que no cometieron o a pasarse muchos años en prisión hasta que quedó demostrada su inocencia, por no disponer de instrumentos o procedimientos que no sólo aumentaran la cantidad de información a obtener, sino también su calidad medida en términos de exactitud y fiabilidad.
No se puede traer a estas páginas toda la bibliografía existente, por eso se ha seleccionado aquella que posee un mayor componente del enfoque de ayuda al recuerdo que es el enfoque policial, y el criterio que se ha seguido en su exposición ha sido el cronológico, ya que de esta forma avanzamos poco a poco desde su nacimiento en 1984, viendo sus modificaciones y las aportaciones de los diferentes investigadores hasta llegar al tipo de entrevista que hemos aplicado en nuestras últimas investigaciones.
La Entrevista Cognitiva (EC). Nacimiento y componentes cognitivos
La técnica de la EC. ha recibido considerable atención como una de las técnicas de entrevista más eficaces aplicadas a investigaciones, especialmente a las policiales, para ayudar a las personas a recordar. Se ha afirmado de forma generalizada que la EC incrementa la cantidad total de información correcta sin que se incremente el número de errores o invenciones. Su nacimiento, evaluación, aplicación y replicaciones, se encuentran en los estudios de Geiselman y su equipo de investigadores, por lo que se les presta especial interés.
Geiselman, Fisher, Firstenberg, Hutton, Sullivan, Avetissian, y Prosk (1984) como otros autores posteriormente (Fisher, 1995; Geiselman, Fisher, MacKinnon y Holland, 1985, 1986; Kebbell y Milne, 1998; Köhnken, Milne, Memon, y Bull (1999); Wells, Malpass, Lindsay, Fisher, Turtle y Fulero (2000), hacen referencia al estudio de la Rand Corporation sobre el proceso de investigación y resolución de casos judiciales, cuyas nefastas consecuencias descansan en dos figuras policiales fundamentales: a) los interrogatorios-entrevistas policiales, y b) los procesos de identificación en ruedas de reconocimiento, tiras o álbumes fotográficos. Se considera que la aptitud de los investigadores policiales para obtener testimonios, cuantitativa y cualitativamente importantes, es vital para la actividad policial.
Lo importante de las investigaciones de Geiselman et al. (1984) es que sus técnicas para mejorar el recuerdo tienen, en su totalidad, una base cognitiva soportada por principios científicos, y su estudio en el laboratorio tiene como finalidad evaluar los resultados y aplicarlos a contextos reales. El diseño experimental evalúa una serie de técnicas “cognitivas” para ser aplicadas sistemáticamente a testigos de hechos criminales y probar su validez. Estas técnicas proceden de dos perspectivas fundamentales en la teoría cognitiva: el principio de especificidad de la codificación (Tulving y Thomson, 1973) y del enfoque multicomponente del trazo de memoria (Wickens, 1970). El principio de especificidad de la codificación sostiene que la efectividad de la recuperación de un recuerdo está determinada por su similitud con las operaciones de codificación (adquisición). Así el ambiente de recuperación que eficazmente reinstaure el ambiente original mejoraría el recuerdo. Se ha demostrado que esta reinstauración del contexto físico y personal puede ser lograda en gran medida sin volver al escenario original, simplemente imaginándolo mentalmente (Smith, 1979). El enfoque multicomponente de la memoria postula que el trazo de memoria no es una representación unitaria, holística del acontecimiento original, sino una compleja variedad de muchas características, pudiéndose acceder a ella por varios caminos.
Con estas bases teóricas, Geiselman et al. (1984) diseñan su experimento en el que como estímulo utilizan una escenificación de un incidente entre el profesor y dos intrusos (alumnos colaboradores) que interrumpen en el aula de clase. Sus testigos eran estudiantes universitarios de psicología.
A los sujetos en la condición EC se les instruía en el uso de las cuatro técnicas cognitivas de recuperación de la memoria, “reinstauración del contexto”, “escribirlo todo”, “recordar el acontecimiento en diferentes órdenes” y “cambiar de perspectiva”, cuyos descriptores se encontraban escritos, a su vista, en una gran pizarra existente en el aula.
Sus conclusiones más importantes fueron: a) Que los sujetos que recibieron la EC produjeron significativamente más información correcta, tanto sobre personas como acontecimientos, que los sujetos de la entrevista control.
Para los objetos la diferencia no era significativa, b) La condición EC no produjo más errores que la entrevista control, c) Se provocó más información incorrecta sobre personas y acontecimientos con las preguntas directas que con las abiertas, d) Los testigos que recibieron la EC fueron significativamente más seguros en sus respuestas que los del grupo control, más para la información correcta y algo menos para la incorrecta, pero las diferencias no fueron estadísticamente significativas y, e) El 84% de la información obtenida con la EC era correcta.
Se considera que Beckerian y Dennett (1993), aparte de realizar una de las mas profundas revisiones sobre la EC, han sido los autores que mejor han descrito estas técnicas cognitivas, cuya definición es la siguiente:
a) Reinstauración (o restauración) mental del contexto. Al individuo se le pide intentar reinstaurar, o recrear, lo más completo posible el contexto que rodeaba al acontecimiento, incluyendo el estado emocional interno. La razón teórica para el uso de esta estrategia está derivada de los trabajos de Tulving y Thomson sobre el principio de especificidad de la codificación (Cutler, Penrod y Martens, 1987; Malpass y Devine, 1981; Smith, 1979). La restauración implica la generación interna de las características presentes en el momento de la codificación que pueden ser de naturaleza perceptual como resultar de procesos de formación de imágenes.
b) Decirlo todo. El individuo es estimulado a decir todo lo que pueda recordar, con independencia del nivel de confianza subjetiva asociada a la información. Mucha gente piensa que la confianza es un indicador fiable de la exactitud de la información (Loftus, 1979; Noon y Hollin, 1978). Como consecuencia pueden recortar el recuerdo si no están seguros de la información o si piensan que la información es irrelevante. Por estas razones es importante intentar estimular a los individuos a hacer caso omiso de la confianza o de la importancia percibida de un elemento de información.
c) Recordar los acontecimientos en un orden diferente. Al individuo se le pide que recuerde el acontecimiento en más de un orden secuencial, es decir, recordar el acontecimiento desde el final al principio, o desde la mitad, etc.
La razón teórica para esta regla mnemónica puede derivarse de los modelos de memoria que argumenta a favor de la formación de descripciones (Norman y Bobrow, 1978; Morton, Hammersley y Bekerian, 1985). De acuerdo con estos modelos, cambiando el orden del recuerdo se posibilitaría el uso de una descripción de la recuperación diferente. Una nueva descripción incrementaría la probabilidad de recuperar nueva información.
En lo que respecta a esta estrategia es importante hacer mención especial de los estudios de Geiselman y Callot (1990) para quien las investigaciones anteriores han demostrado que los testigos que han sido instruidos para recordar el escenario de un crimen en orden inverso (hacia atrás, de final a principio o comenzando por etapas intermedias), así como en orden progresivo (hacia delante, de principio a fin), recuperan más información total que aquellos que solo hacen un recuerdo progresivo, aún cuando lo hicieran dos veces.
Es de creencia general que cuando una persona asume una información nueva y luego la intenta recuperar de la memoria, activa dos procesos diferentes, un proceso dirigido por los datos (comprensión sensorial) y otro dirigido conceptualmente (que aplica conocimiento anterior, expectativas y esquemas de la situación para facilitar la comprensión).
Con el recuerdo hacia delante de escenas cortas basado en un esquema, las acciones incidentales son recordadas más pobremente que las acciones coherentes con dicho esquema. Sin embargo, Geiselman, Fisher, MacKinnon y Holland (1986) sugerían que cuando un individuo procede mentalmente hacia atrás, a través de un escenario, está utilizando el esquema subyacente de ese escenario, que de ser así, recuperaría más acciones incidentales en el recuerdo inverso y más acciones coherentes en el recuerdo progresivo (Py y Ginet, 1995).
d) Cambio de perspectiva. Al individuo se le pide recordar el acontecimiento como si lo estuviera viendo desde la perspectiva de otra persona. La razón teórica puede estar de nuevo derivada de algunos modelos de memoria: los cambios de perspectiva forzarían a un cambio en la dirección de la recuperación, posiblemente haciendo de este modo que esté disponible nueva información. Esta evidencia está tomada de los estudios de Anderson y Pichert (1978) que demostraron que bajo instrucciones de aprendizaje intencional un cambio de perspectiva influenciaba el recuerdo escrito de los detalles de una narración. No obstante, algunos defensores de la EC Revisada, sugieren que esta estrategia no debería ser utilizada, otros que se debería sustituir y estimular a la persona a llevar a cabo más de un intento de recuerdo (Paine, 1986, 1987; Roediger y Payne, 1982). Geiselman, Fisher, Cohen, Holland y Surtes (1986) son conscientes de que en los escenarios delictivos reales, los acontecimientos se despliegan rápidamente bajo condiciones cargadas de emociones y, por tanto, la memoria del testigo es incidental y las estrategias para recordar es poco probable que sean utilizadas. Por eso encuentran que la mayor limitación para la EC era que las condiciones de la experimentación aparecían un tanto diferentes a las encontradas en un delito real y en la entrevista policial (Geiselman et al. 1985; 1986).
A pesar de que en los experimentos anteriores la EC ha demostrado ser una herramienta efectiva para mejorar y completar los informes de los testigos y ser generalmente aceptada desde la perspectiva legal, los nuevos experimentos tienen la intención de comprobar todos aquellos aspectos que puedan concederle a la EC reconocimiento científico como herramienta a ser generalmente aceptada como fiable por la comunidad científica, herramienta libre de problemas que pudieran estar asociados con las teorías en vigor sobre la recuperación de la memoria.
En el primero de sus experimentos, Geiselman et al., (1986), intentan abordar los efectos de las preguntas capciosas (leading) y/o engañosas (misleading) en las respuestas de los testigos, dado que algunas policías creen que deben de hacerse este tipo de preguntas tendenciosas para obtener informes razonablemente completos (Yuille, 1984), y que la nueva información, sea o no engañosa o capciosa, crea una segunda memoria que puede sustituir o coexistir con la anterior (Bekerian y Bowers, 1983; Bekerian y Dennett, 1993). Puede haber diferentes sentidos en los que la EC influencie el recuerdo de los detalles cuando la información se le ha solicitado al testigo bajo formas capciosas o engañosas y puede hacer al testigo más sugestionable (como sucede en la entrevista bajo hipnosis) y más fácil de inducirle a error. Se debe también tener en cuenta que, a pesar de que en la reinstauración mental del contexto se emplea una especie de inducción hipnótica (Geiselman et al. 1985) y de que tanto la creación de “otros” recuerdos o la coexistencia de ambos a causa de preguntas engañosas puede ser causa de informes erróneos, esto sucede en la hipnosis, pero no en la EC (Bekerian y Bowers, 1983; Greene, Flynn y Loftus, 1982; Loftus, 1979).
En el primer experimento utilizan estudiantes como entrevistados-testigos y una escenificación del incidente en un aula de clase como material estimular. La entrevista se desarrolla a través de un folleto impreso, como en experimentos anteriores (Geiselman et al., 1985), y con una demora de 48 horas de presenciado el incidente. En el segundo, cambian el material estimular, sustituyendo la escenificación en el aula de clase por la película del atraco al banco utilizada anteriormente (Geiselman et al., 1986). En el tercero utilizan una combinación de los dos anteriores, replicando el primero con la metodología del segundo, utilizando una tarea distractora (una película de 5 minutos de duración) antes de la presentación de la EC, que no se hace por escrito como en laocasiones anteriores, sino con un entrenamiento durante 6 minutos de los métodos cognitivos.
De los estudios de Geiselman et al., (1986), de forma general, se obtienen las siguientes conclusiones: a) Que las técnicas nemónicas pueden ser incorporadas a las entrevistas policiales con poco entrenamiento y que los testigos pueden aprender los métodos rápidamente. Además proporcionan más tiempo libre a los investigadores que dirigen los casos, petición que han demandado y alegado en su trabajo ordinario, b) Que la EC no incrementa la probabilidad de que los sujetos den información de lo aportado por el entrevistador en preguntas anteriores y que era desconocido para el testigo, y c) Que la EC disminuye los efectos negativos de las preguntas capciosas y/o engañosas, tanto en compleción como en precisión, cuando las técnicas son presentadas antes de haberse planteado este tipo de preguntas, lo que sugiere que previene de cualquier alteración a los recuerdos grabados originalmente. Estos resultados sugieren que la EC tanto previene como protege el recuerdo original de ser alterado y de que la nueva información sea almacenada como exacta en sustitución de la anterior.
Una replicación del estudio de Geiselman et al. (1984), en versión alemana, es llevada a cabo por Aschermann, Mantwill y Köhnken (1991), contemplando el método de la EC desde dos puntos de vista: a) desde el punto de vista de la psicología aplicada, desde el que se puede evaluar la eficacia y aplicabilidad de la EC en diferentes marcos, tales como la psicología forense, en la que se encuentra la entrevista y el interrogatorio policial, y la psicología clínica (Geiselman et al. 1984; 1985; 1986), y b) desde el punto de vista de la psicología cognitiva, desde la que se examinan los mecanismos básicos de la memoria para intentar su mejora, dado que, hasta el momento, no se sabe con certeza como funcionan.
Utilizan como sujetos experimentales estudiantes universitarios y como material estimular dos películas, una de una duración de 11 minutos sobre las acciones de tres jóvenes que actúan como héroes de película, y otra usada por los estudiantes de medicina alemanes sobre el aprendizaje de nombres e historiales clínicos. Los investigadores tratan de recrear un verdadero contexto de aprendizaje incidental en su diseño y procedimiento. Para ello dicen a sus sujetos que en primer lugar verán la película de las historias clínicas sobre la cual serán “examinados” y después se les proyecta la película de los “héroes de película” como “gratificación”, sin que se les diga nada sobre una prueba de esta última película. Posteriormente se procede a la prueba a través de hojas de respuestas para lo que se les concede un tiempo de 10 minutos. Con una demora de 2 a 9 días se procede a realizar la segunda sesión que consistía en recordar todo lo posible sobre la segunda película y ponerlo por escrito de la siguiente forma: primero un recuerdo libre durante 15 minutos; después se les pide un segundo recuerdo; luego se les pide que, por un tiempo de 15 minutos, contesten a un grupo de 45 preguntas de detalles; por último contestaron a preguntas de elección múltiple sobre la tarea inicial de aprendizaje (historias clínicas).
Los resultados obtenidos fueron: a) Que los sujetos que recibieron instrucciones en EC recordaron significativamente más información correcta que los que no recibieron ningún tipo de instrucción. En contraste, este grupo presenta una media superior en detalles incorrectos que el grupo ET, especialmente en el relato libre, si bien la diferencia no es significativa estadísticamente, b) Que se dieron más detalles correctos a las preguntas específicas que en el informe sobre recuerdo libre, y c) Se encontró una significativa interacción entre los dos factores que indicaba que la superioridad de la EC era debida principalmente a su efecto sobre las preguntas específicas. Los datos obtenidos demuestran, de nuevo, la efectividad de la EC como técnica para mejorar el recuerdo. La EC fue más efectiva en la condición de recuerdo libre, ventaja que se redujo en la condición de preguntas específicas, lo que podría indicar una variación de la eficacia de las técnicas en relación con la condición de recuerdo. También se vuelve a comprobar que durante la fase de preguntas específicas se da más información correcta así como incorrecta y que el relato libre, cuantitativamente, produce menos información pero más segura.
Esto puede ser debido a que durante el relato libre se utilizan pocas claves de recuperación y que la memoria guiada es más eficaz, sirviendo, en la fase de preguntas, las propias preguntas como fuertes claves de recuperación que trabajan en ambos tipos de entrevista. Hasta ahora, en todos los estudios sobre la EC se evaluaba la entrevista sobre la base de los informes de los entrevistados, bien a través de las hojas de contestación a las preguntas escritas o bien, de las grabaciones de las mismas. Köhnken, Thürer y Zoberbier (1994), dirigen su investigación a comprobar si tendría también ventaja la EC al utilizar los protocolos de narración escrita de los entrevistadores para analizar la cantidad de información correcta e incorrecta que contengan. En ocasiones los entrevistadores toman notas durante el desarrollo de la “conversación” y después, éstos confeccionan un informe, basado en el recuerdo de lo que el entrevistado le informó, proceso que recoge la “memoria” del entrevistador, no una declaración del sujeto testigo o víctima.
En su metodología emplean, como material estimular, una película de una duración de unos 12 minutos, relacionada con un anuncio publicitario sobre donaciones de sangre, en la que se han incluido detalles congruentes, incongruentes e irrelevantes con el guión de este tipo de actuaciones. Como entrevistadores utilizan a estudiantes de cursos iniciales de psicología y como entrevistados a personal no estudiante reclutado en el propio campus universitario. Cada uno de ellos realiza una sola entrevista y ninguno de ellos tenía conocimiento del tipo de material estimular. El test se produce con una demora de 5 a 8 días. Los entrevistadores, que tampoco conocían el contenido de la película, tenían que escuchar la narración de quien la había visto, sin poder tomar notas durante la narración, y luego hacer un informe por escrito de lo que habían oído. Estos informes eran puntuados y analizados posteriormente.
Los resultados más importantes obtenidos de este estudio son: 1) La EC genera significativamente más detalles correctos, 2) La diferencia entre los detalles falsos y confabulados no fue significativa, y 3) La diferencia en detalles correctos es menor que la existente en las declaraciones de los entrevistados (registradas en audio), y estadísticamente significativa.
Todo lo dicho anteriormente brinda un ejemplo más del apoyo a la EC como técnica de entrevista frente a las demás. En las anteriores experimentaciones se ha comparado la EC con la ET y EE (Aschermann, Mantwill y Köhnken, 1991; Bekerian y Dennett, 1991; Fisher y Geiselman, 1992; Fisher, Geiselman y Amador, 1989; Fisher, Geiselman, y Raymond 1987; Fisher, Geiselman, Raymond, Jurkevich y Warhaftig 1987; Geiselman et al., 1986; Geiselman et al., 1986; Geiselman et al., 1985; Geiselman y Padilla, 1988; Memon y Bull, 1991), si bien es verdad que los autores no han sido totalmente explícitos en sus publicaciones y aún hoy día siguen sin serlo, dado que en los diferentes estudios han utilizado versiones y niveles de entrenamiento diferentes de las técnicas aplicadas. Poco conocemos, aparte de su duración, sobre la naturaleza y estudio del entrenamiento recibido, si los grupos de control EE, ET y EC recibieron algún tipo de entrenamiento y en qué consistía éste, si existen diferencias en motivación entre los entrevistadores en, o para, el uso de un determinado tipo de entrevista, la extensión real en la utilización de un determinado tipo de entrevista, el tipo y número de preguntas realizadas o las instrucciones dadas para la aplicación de las técnicas, en especial de las estrategias cognitivas.
Los datos muestran que: a) el incremento en la cantidad de detalles correctos en la EC es un efecto de las técnicas de ayuda a la recuperación y no debido al entrenamiento y, b) la mayor demanda cognitiva y esfuerzo de los entrevistadores no incide esencialmente en la ventaja de la EC sobre la ET y EE.
En íntima relación con el trabajo de Memon et al. (1994), Memon, Bull y Smith (1995) quisieron poner a prueba un procedimiento de entrenamiento utilizando oficiales de policía con diferentes niveles de experiencia sobre el terreno. Si bien es verdad que los que utilizan la EC difieren en la forma y estructura de su aplicación y en su propósito, el elemento común es su objetivo, recoger información completa y segura sobre un hecho determinado, sean los policías los entrevistadores (Geiselman et al., 1986; Fisher et al., 1989; Memon, Holley, Milne, Köhnken y Bull, 1994), estudiantes o personas legas (Geiselman et al., 1985; Fisher et al., 1987; Fisher et al., 1989; Köhnken et al., 1994), siempre que hayan sido capacitados para realizarla tras un breve entrenamiento.
En este estudio el objetivo principal serán las actitudes de los policías ante un entrenamiento en EC y la calidad de sus entrevistas (Fisher et al., 1989; George, 1991). La EC que se sigue en este experimento toma como modelo la descrita por Fisher et al. 1989, última versión disponible de la misma y utilizada con éxito en importantes investigaciones policiales sobre hechos de notable trascendencia. Los testigos eran personal de oficina y personal novato de una academia de policía, que presenciaron la escenificación de un robo a mano armada a un furgón de caudales en el aparcamiento de la propia academia y desde puestos de observación diferentes. Los entrevistadores eran oficiales de policía experimentados que asistieron a diferentes cursos en la academia y con una experiencia media sobre el terreno de 10 años.
Sus resultados a destacar fueron: a) En el recuerdo libre no hubo diferencias significativas en el total de información correcta, ni en errores, confabulaciones o exactitud, en función del tipo de entrevista, b) En la fase de preguntas tampoco existieron diferencias significativas, c) Analizando el tipo de preguntas se observa que las entrevistas son estructuradas con mucha flexibilidad, predominando las preguntas cerradas y las respuestas muy cortas sobre los elementos específicos y un estilo de preguntar rápido, sin darle casi tiempo al entrevistado para responder (formulación o “tiroteo” rápido de preguntas –staccatto-), y d) Como resultado curioso se observa que algunas de las técnicas cognitivas también fueron utilizadas por policías asignados al grupo control.
El artículo de Kebbel y Wagstaff (1999) hubiera valido lo mismo para la introducción a los tipos de entrevistas, que como resumen del capítulo. Su importancia estriba en la crítica, con la que se está totalmente de acuerdo, que se hace a la ET (Standard Police Interview), como entrevista que deja mucho que desear y cuyos errores principales son: La interrupción de las respuestas de los testigos por parte del entrevistador policial. Empleo del formato pregunta-respuesta, típico de la entrevista policial. Las preguntas son hechas de forma rápida dejando muy poco espacio de tiempo entre una pregunta y la siguiente sin dar oportunidad, ni estímulo, al testigo para elaborar o extender su respuesta.
Secuencia inapropiada de las preguntas.
Otros problemas que se pueden encontrar son: a) La formulación negativa de las preguntas. b) La formulación de preguntas capciosas, aquellas que sutilmente sugieren la respuesta deseada y pueden sesgar al testigo para posteriores peticiones de recuerdo, c) Lenguaje inapropiado, en el que los entrevistadores utilizan frases o palabras demasiado formales, difíciles de comprender por el testigo y que pueden crear una barrera entre entrevistador-testigo, d) Comentarios críticos, e) No aclarar el contenido de los conceptos o informaciones que el testigo está dando, y f) La poca exploración de otras claves sensoriales (olfato, tacto, etc.).
Según Ginet y Py (2001), a pesar de la importancia de los testimonios en las causas criminales en las que están afectados tanto jueces, abogados, jurados y policías, éstos no están normalmente entrenados en la dirección de entrevistas y, con frecuencia, no son ni conocedores de la existencia de técnicas de entrevista que podrían optimizar la recuperación de la información contenida en la memoria de las víctimas y los testigos (Fisher et al., 1987; Memon et al., 1994; Geiselman et al., 1984). Su estudio está dirigido a probar la versión francesa de la entrevista cognitiva ya probada en otros países (EE.UU., U.K., Alemania), que pone su particular énfasis en el uso del recuerdo libre por parte de los testigos y en la separación de las diferentes instrucciones de la entrevista cognitiva.
Los testigos llevan a cabo un recuerdo libre inicial a la vez que aplican la hipermnesia (en este contexto, decirlo todo) y las instrucciones dadas sobre la reinstauración mental del contexto. Esto es seguido por un segundo recuerdo libre aplicando las instrucciones del cambio de orden y un último recuerdo con la instrucción del cambio de perspectiva.
Los objetivos de esta experimentación eran: a) Determinar la facilidad con la que los investigadores asimilaban las técnicas de entrevista durante un corto periodo de entrenamiento, b) Evaluar su idoneidad sobre el terreno manteniendo en mente los requisitos de las actividades del día a día en una unidad policial, y c) Evaluar la eficacia de la entrevista cognitiva no solo a través de los testimonios obtenidos en el curso de la entrevistas, sino también a través de los documentos con las declaraciones escritas de los testigos.
Se comparan la ET, EE y EC, con la siguiente metodología: Primero, los estudiantes-testigos vieron una de las tres películas existentes con instrucciones de observarla cuidadosamente e intentar implicarse en los acontecimientos representados en la misma. Siete días más tarde fueron entrevistados con el procedimiento de la ET. Después de un periodo de formación, 29 nuevos estudiantes-testigos presenciaron, divididos en dos grupos, una película distinta cada uno, y esos mismos grupos fueron entrevistados bajo las técnicas de la EE y de la EC.
Los resultados más destacados fueron: a) Se observa una disminución muy significativa de las interrupciones de los investigadores a los testigos durante el relato libre en la fase post entrenamiento, b) La atención prestada por los entrevistadores a los principios básicos del tipo de entrevista nos indica que la sesión de entrenamiento fue eficaz y que las entrevistas fueron de una alta calidad, c) Contrariamente a las observaciones anteriormente expuestas, en este estudio los investigadores aplicaron muy bien las técnicas de la EC, si bien no siempre dejaron al testigo el tiempo suficiente para ponerse mentalmente en situación, sobre todo en el caso de la reinstauración mental del contexto, d) No se encontraron diferencias significativas en el número total de preguntas realizadas en las condiciones EE y ET. En la condición EC se hicieron menos preguntas, e) No se observaron diferencias en el tiempo de duración de las entrevistas en relación con el tipo de las mismas, y f) La EC obtuvo más detalles correctos que la EE y ésta fue superior a la ET, sin que se produjera un aumento de los detalles erróneos o confabulados, si bien éstos últimos fueron menores en la ET.
Todo ello lleva a concluir que: 1) Las técnicas cognitivas fueron utilizadas con éxito por los entrevistadores, lo que condujo a un sustancial aumento de los datos correctos recordados por los testigos, comparados con las otras situaciones experimentales, 2) El análisis de las declaraciones escritas de los testigos obtuvo menos beneficio de las técnicas de la EC que las grabaciones de las entrevistas (Köhnken et al., 1995), y 3) La técnica de la EC es asimilada fácilmente por los policías incluso después de un corto periodo de entrenamiento, y su aplicación no afecta a las posibles limitaciones de tiempo alegadas.
Primeras modificaciones de la EC:
La Entrevista Cognitiva Revisada (ECR)
Como otra prueba del interés despertado por la EC, Fisher, Geiselman, Raymond, Jurkevich y Warhaftig (1987) focalizan su estudio en demostrar la falibilidad de la memoria de los testigos y comprenderla desde el punto de vista de los principios conocidos de la psicología. Los psicólogos han descubierto que determinados factores, tales como los estereotipos, una alta excitación, la información post-acontecimiento, las percepciones raciales y, en general, las limitaciones en percepción y memoria, pueden actuar en detrimento del recuerdo de los testigos (Loftus, 1979).
A pesar de haberse demostrado que el uso de la EC puede aumentar el rendimiento en el recuerdo de los testigos, aún quedaban muchos detalles por recordar. Con estas premisas los autores se proponen “perfeccionar” la técnica e incrementar su eficacia, pues si bien se proporcionaba una serie de instrucciones, al principio de la entrevista se daba poca orientación acerca del resto de la misma, por ejemplo sobre la estructura secuencial, el orden de las preguntas, etc., que era el mayor defecto de la entrevista policial (Fisher, Geiselman y Raymond, 1987), además, se sugería que una secuencia inapropiada de las preguntas podría impedir o dificultar la recuperación de la memoria.
El nuevo modelo de EC es denominado por sus autores Entrevista Cognitiva Revisada (ECR), y posee las siguientes características:
• Mantiene los dos principios más importantes de la EC, el primero, la reinstauración mental del contexto, tanto física como psicológicamente, del acontecimiento original y, segundo, utilizar diferentes perspectivas de recuperación, instruyendo a los testigos para que recuerden el acontecimiento original en orden temporales distintos, hacia delante o hacia atrás.
• Se incorporan dos nuevos principios, a) estructurar la entrevista de forma que sea compatible con las operaciones mentales del sujeto, y b) facilitar la actividad de los testigos utilizando la recuperación de la memoria, dado que, como cualquier otra actividad mental, requiere una atención asimismo especial. Con el primero de ellos se intenta que la imposición policial no perjudique el recuerdo, tras haber observado que las preguntas se adaptaban a un formato de necesidades policiales de investigación más que a las operaciones mentales del testigo, haciendo preguntas de respuesta corta (cerradas) acerca de todos y cada uno de los elementos de información, tanto personales como del contexto. El objetivo del entrevistador debe ser inferir cómo el conocimiento relevante es almacenado por el testigo y formular las preguntas de forma compatible con ese conocimiento. Con el segundo se intenta evitar dos errores, considerados los más graves, que aparecen en todas las entrevistas policiales, las frecuentes interrupciones a los testigos durante su narración y el abuso de preguntas cerradas. Como alternativa se sugiere que el entrevistador estructure la entrevista para facilitar narraciones más controladas.
• Se proporcionan directrices acerca de la estructura secuencial de la entrevista.
• Se sugiere que después de la narración inicial (recuerdo libre) el entrevistador vuelva a actuaciones específicas dentro del escenario general para obtener narraciones más detalladas. Posteriormente deberá hacer preguntas específicas sobre aquellos hechos o datos que no han sido informados.
• Hacer preguntas abiertas, antes que cerradas sobre detalles específicos (Geiselman et al. 1984), siguiendo una gradación de las primeras a las últimas en cada uno de los escenarios.
• Al concluir la entrevista es conveniente hacer un resumen de lo dicho por los testigos, lo que les permite a éstos comprobar la exactitud de lo anotado por el entrevistador a la vez que poder dar nueva información complementaria.
En la ECR las cuatro técnicas mnemónicas son explicadas de forma mucho más detallada, además se adapta la entrevista para que sea compatible con las operaciones mentales del sujeto, y se facilita el recuerdo con una recuperación específica. Se les proporcionan también diferentes instrucciones mespecíficas, como que las descripciones de los hechos objetivos sean realizadas de forma subjetiva por los testigos, utilizando sus propias palabras y, por último, se les instruirá para que utilicen el orden de secuencia determinado.
En su experimentación utilizan como sujetos experimentales estudiantes universitarios y como entrevistadores estudiantes de enseñanza secundaria y universitaria sin entrenamiento anterior. Como material estimular utilizaron las dos películas ya conocidas (Geiselman et al. 1986). Se aplica una demora de 48 horas, pidiéndole a los sujetos abstenerse de hablar sobre el argumento de los acontecimientos criminales presenciados y fueron entrevistados individualmente.
A los entrevistadores se les conseja practicar varios recuerdos libres, sin indicar qué regla adoptar en cada uno, el orden a seguir y la necesidad de respetar el camino mental seguido por el testigo, dejarle todo el tiempo que desee y, sobre todo, evitar la formulación de preguntas sugestivas (Py y Ginet, 1995).
Los resultados más destacados de este estudio fueron: 1) La ECR da el 45% más de información correcta que la EC original, sin que exista diferencia estadística en la cantidad de datos incorrectos o confabulados, cuyas tasas medias están en consonancia con las obtenidas en estudios anteriores (Geiselman et al. 1985). Hay que tener en cuenta que los resultados se hacen sobre el total de los datos obtenidos, sean estos considerados relevantes o no, 2) Dado que solo fueron 3 los entrevistadores, no se puede achacar ninguno de los resultados posibles a las probables diferencias en habilidades y aprendizaje de cada uno de ellos. El peor entrevistador elicitó un 25% más de informaciones correctas con la versión Revisada que con la Entrevista Cognitiva original; el intermedio dio un 45% y el mejor de ellos obtuvo un 74% más de información con la versión Revisada, 3) El tiempo empleado es superior en la ECR en unos 9 minutos, aumento que puede ser debido a su mayor efectividad.
De todo ello se obtienen las siguientes conclusiones: a) Dado que el objetivo de la policía es obtener testimonios completos y precisos, la EC es el mayor avance obtenido sobre otras técnicas. La ECR es más efectiva que la EC y la hipnosis, a la vez más fiable, y más fácil de aprender y de aplicar, b) Un problema potencial puede ser que la ECR demanda más esfuerzo cognitivo de los entrevistadores ya que al eliminar las interrupciones de los relatos del testigo, deben estar mucho más atentos a éstos, ser más flexibles en la estructura y desarrollo de la entrevista y mantener la secuencia de preguntas establecida, y c) Es importante señalar que las comparaciones que se vienen realizando en la metodología de los experimentos, y las que se verán en adelante, no son muy apropiadas, siendo ésta la mayor crítica, dado que es posible que la EC aplicada no fuera la misma que la llevada a cabo en estudios anteriores (Geiselman et al., 1985; 1986).
A pesar de los estudios existentes que han demostrado la falta de fiabilidad de la memoria de los testigos (Loftus, 1979; Yarmey, 1979) y saber que sus manifestaciones son la base principal de las investigaciones criminales, Fisher, Geiselman y Amador (1989) aún no comprenden como existen tan pocas investigaciones al especto y, aún menos, como no se entrena a los policías en las técnicas que incrementan y completan los informes de los testigos, técnicas que han demostrado ser más útiles y fiables que el uso de la hipnosis, cuyos errores la han restringido como herramienta en los tribunales (Geiselman et al., 1985; 1986). Fisher et al. (1989) realizaron su primer estudio de campo para valorar la ECR (González e Ibáñez, 1998), a la vez que hacen una nueva revisión de la misma en base a los datos obtenidos del análisis de grabaciones sobre entrevistas llevadas a cabo por policías, en casos reales y sobre el terreno (Fisher et al., 1987). Utilizan como entrevistadores a 16 detectives de la policía con un mínimo de 5 años de experiencia. En la fase inicial, completada en cuatro meses, se les pidió que, de acuerdo a determinados criterios de selección, grabaran todas aquellas entrevistas que llevaran a cabo en su actuación policial durante los siguientes casos que se les presentaran. Para comprobar la efectividad de la ECR se utilizaron dos comparaciones: a) el número de datos obtenidos antes y después del entrenamiento y b) el número de datos obtenidos por los detectives entrenados frente a los no entrenados.
Los resultados de su experimentación fueron los siguientes: 1) El grupo ECR obtuvo después del entrenamiento un 47% más de información que la que habían obtenido antes del mismo, b) La comparación entre grupos aplicada antes del entrenamiento arroja una equivalencia entre ellos antes de la fase de entrenamiento. Tras esta, el grupo ECR obtiene un 63% más de información que los no entrenados (ET), y c) Las entrevistas preliminares, en relación con las realizadas tras el entrenamiento, tuvieron una duración muy similar, lo que lleva a pensar que la superioridad de la ECR no se debe al exceso de tiempo dedicado a las entrevistas. Esto lleva a los autores a las siguientes conclusiones: 1) La ECR es una técnica con la que se incrementa significativamente la efectividad de las entrevistas policiales. Es de hacer notar que al ser un experimento de campo en el que se ha trabajado con hechos reales, la estimación de la exactitud de los datos sólo fue posible sobre la base de su corroboración con lo obtenido a través de otras fuentes, 2) Su empleo puede adquirirse con pocas horas de entrenamiento sin necesidad de experiencia previa. Su aplicación es fácil y no incorpora cambios perceptibles para el entrevistado, si bien para el entrevistador puede provocar algún tipo de recelo al demandarle mayor atención cognitiva, y 3) A pesar de su utilidad se considera que la ECR tiene algunas limitaciones: a) Su utilidad puede variar con las diferencias en la tipología de los hechos ocurridos de acuerdo con el volumen de información que de cada uno de ellos pueda obtenerse, b) Puede ser utilizada sólo con testigos y víctimas cooperadoras, no con aquellos que intencionadamente quieran ocultar información, c) Si bien no se encontraron diferencias significativas en la duración de las entrevistas llevadas a cabo por ambos grupos ECR y EE, es posible que el desarrollo de la ECR lleve algo más de tiempo, d) La ECR requiere una considerable concentración mental por parte de los entrevistadores que deben tomar decisiones sobre la marcha y mostrar una mayor flexibilidad que la manifestada en la ET, y e) Al contener la ECR una gran variedad de componentes no se puede asegurar cuál o cuales de las técnicas empleadas son las principales responsables de su efectividad, existiendo la posibilidad de que algunos componentes puedan, tan sólo, tener un valor marginal o bien depender de características específicas bien del entrevistador, bien del entrevistado (Geiselman et al. 1986).
El propósito de la investigación de Memon, Holley, Milne, Köhnken y Bull (1994) era comprobar los efectos del entrenamiento en ECR sobre el desempeño de los agentes policiales que no habían tenido una preparación formal en técnicas de entrevista, y con diferentes grados de experiencia profesional (González e Ibáñez, 1998). Dado que la aplicación mas destacada de la ECR lo es en las entrevistas policiales a los testigos (Fisher et al., 1989), ya sea utilizando incidentes simulados o películas de entrenamiento policial, e incluso estudiantes como entrevistadores (Geiselman et al. 1985), y a pesar de la poca información sobre las metodologías utilizadas (Bekerian y Dennett, 1993: George, 1991; Köhnken et al., 1994; Mantwill et al., 1995), sugieren que siguiendo un breve entrenamiento (desde pocas horas a dos días) sería posible conseguir por los entrevistadores una sustancial mejora en el recuerdo de los testigos.
Con grupos de policías, con distintos niveles de experiencia, entrenados en la Escuela de Entrenamiento de la Policía de Dorset, se hace una comparación de la ECR con un grupo de control apropiado (que denominan “estructurado” –EE-) que aplicarán todos los elementos de la ECR excepto las técnicas cognitivas. Este tipo de entrevista se justifica al considerar que el grupo control es una de las variables que necesita ser estudiada con más profundidad.
Entre los resultados obtenidos destacan los siguientes: a) No se encontraron diferencias significativas en el total de datos correctos, errores o confabulaciones, así como tampoco entre los tipos de preguntas realizadas, b) Es de destacar, con relación a la precisión (proporción de datos correctos respecto de la información total) que, como media, las entrevistas ECR dieron menos información precisa que la EE, si bien la diferencia no era estadísticamente significativa, c) El análisis de las preguntas realizadas arrojan datos coincidentes con otros estudios (George, 1991; Fisher et al., 1987a), en el sentido de que se hicieron más preguntas cerradas que abiertas, síntoma de una mala estructuración de la entrevista y sin dar tiempo entre preguntas para obtener una respuesta elaborada, sin que el entrenamiento en ECR tuviera efecto en este análisis, y d) Respecto al empleo de las técnicas se observó una considerable variación en el uso individual de éstas y en la calidad con que fueron empleadas, sobre la base de las instrucciones de los entrevistadores.
De todo ello podemos extraer que: 1) El entrenamiento impartido en ECR no produjo un incremento significativo en la información dada por los testigos en comparación con la condición EE. En esto pudo haber influido que el personal seleccionado tenía gran experiencia en el uso de un estilo tradicional de interrogatorio, lo que hace más difícil apreciar los cambios en el empleo de las técnicas, o también que el entrenamiento no fuera lo suficientemente extenso y de calidad para estas personas con hábitos muy arraigados, 2) El análisis cualitativo de las grabaciones sugiere que los entrevistadores tenían dificultad en explicarle a los testigos lo que se esperaba de ellos y que no hacían un uso completo de las técnicas cognitivas, 3) Es necesario hacer constar que la actitud y la motivación de los entrevistadores, así como el personal que imparte el entrenamiento, juega un papel importante, y los datos sugieren que sin un entrenamiento suficiente y sin una motivación para utilizar y exponer las técnicas apropiadamente, la ECR no será efectiva, y 4) Es probable que el éxito pueda lograrse si los entrevistadores tuvieran un conocimiento más allá de los principios de las técnicas cognitivas y las habilidades interpersonales y de comunicación requeridas para una adecuada aplicación.
En su meta-análisis sobre los efectos de la ECR sobre los detalles correctos e incorrectos obtenidos con su aplicación, Köhnken, Milne, Memon y Bull (1999), se extrañan de que si la policía dedica el 85% del tiempo total de su trabajo profesional hablando con la gente ¿cómo no se intenta por todos los medios mejorar su capacidad para obtener información detallada y precisa de los testigos? Si además la queja general de los policías es que los testigos raramente proporcionan tanta información como la que ellos necesitan para sus investigaciones (Kebbell y Wagstaff, 1998), debería ser de aprendizaje obligatorio una técnica que maximice la cantidad de información que puede ser obtenida de los testigos.
La aparición de la Conversational Management (CM)
Clifford y George (1996) definen su CM (desarrollada por Shepherd, 1988) como un tipo de entrevista que busca dotar a los entrevistadores de habilidades sociales y de comunicación, necesarias para abrir, y mantener abiertos, “canales de comunicación” con la finalidad de descubrir los hechos. Se entrena durante 5 días, está basada en principios de psicología social y que está ganando popularidad entre los policías ingleses.
Se han de considerar varias situaciones que no son afrontadas en experimentaciones anteriores. Por una parte, lo que se puede denominar como información relevante para los investigadores, tema de gran importancia, dado que las codificaciones y puntuaciones se hacen sobre la base de esta consideración. La variable dependiente en estudios típicos de laboratorio basados en la EC es la información relevante, normalmente definida como afirmaciones objetivas dadas por los testigos y relacionadas con las descripciones de las personas que intervienen en el hecho, las acciones realizadas por cada uno de ellos, las ropas que vestían, las armas, vehículos y objetos utilizados, con inclusión de las conversaciones mantenidas durante el incidente, todas ellas puntuadas como acierto, error o confabulación. Clifford y George (1996) utilizan como entrevistadores a 28 policías en activo con un mínimo de 5 años de experiencia, sin entrenamiento anterior en este tema, pero con destino en un servicio en el que se llevan a efecto entrevistas con víctimas o testigos de delitos. Los policías fueron entrenados en EC, CM (Conversational Management) y una combinación de ambas (ECR + CM). Como grupo de control utilizaron a policías no entrenados en técnicas de entrevista (ET).
De los resultados de su experimentación podemos destacar: 1) Una perceptible similitud en las entrevista preentrenamiento entre los distintos grupos, 2) El grupo control no manifiesta diferencias apreciables durante ambas fases, 3) El grupo ECR presenta los mayores cambios post y preentrenamiento, con una reducción de la medida en el número de preguntas realizadas, con un incremento de las abiertas. Las técnicas de cambio de orden y de perspectiva fueron utilizadas de forma aleatoria, 4) Los policías post-entrenamiento en ECR + CM no cambiaron tanto como post-entrenamiento sólo en ECR, sólo lo hicieron en el uso de pausas, preguntas abiertas, en estimular a los testigos y con una pequeña caída en la frecuencia del uso de preguntas cerradas, 5) En relación con la información total facilitada sólo el grupo ECR adquiere un gran incremento en la misma. Los demás grupos presentan una gran similitud en la cantidad post y preentrenamiento, no existiendo esta relación en el número de preguntas realizadas en ambas fases, y 6) Con respecto a las reglas de ayuda al recuerdo es la reinstauración del contexto la más aplicada con amplia superación sobre las demás.
Todo ello aporta las siguientes conclusiones: a) Que la ECR es una poderosa técnica de entrevista para obtener potencialmente información relevante por los policías preocupados por resolver casos, b) La presencia de las reglas nemónicas tiene un efecto global de conjunto; ciertas reglas tienen más efectos que otras; y ciertas otras tienen efecto sólo bajo determinadas condiciones, c) El cambio de perspectiva podría ser percibida como una maniobra mental dificultosa y problemática, d) La motivación, analizada aquí al comparar las preguntas en las que sólo se daban instrucciones específicas, no memorísticas, de trabajar duro o de concentrarse, muestra que sus instrucciones, construidas dentro de la pregunta, incrementaban la cantidad de información obtenida con esa pregunta, fuera ésta del tipo que fuera, e) La enorme variabilidad entre entrevistas (amplitud, contenido, interacciones, etc.) es informativa y pone de relieve la importancia del entrenamiento, que parece ser la variable de más sobresaliente contribución, y f) Factores tales como la personalidad, el sexo, el estrés, la intensidad de la acción, el tipo de delito y las diferencias en los esquemas y guiones individuales, tanto de los policías como de los testigos, contribuyen a su variabilidad, pero parecen estar subordinados al tipo de entrevista empleado.
Los niños y los ancianos. Aplicabilidad de la EC-ECR
En algunos casos la realización de entrevistas inapropiadas por el uso de determinadas técnicas, han comprometido y contaminado el testimonio de niños víctimas de supuestos delitos de agresión sexual. Los menores responden erróneamente a preguntas sugestivas sobre sus experiencias y, con frecuencia, seleccionan la opción errónea ante preguntas de elección forzada. Sin embargo, de acuerdo con su edad, las respuestas a preguntas abiertas son, probablemente, más precisas que a preguntas cerradas o de detalles. Debido a esto las directrices profesionales y de expertos recomiendan que en ámbitos forenses los entrevistadores confíen todo lo posible en las preguntas abiertas cuando se enfrenten a estas situaciones.
Saywiz, Geiselman y Bornstein (1992) se plantearon redefinir y evaluar una versión modificada de la EC para niños entre 7 y 11 años, con el antecedente de la investigación de Geiselman y Padilla (1988). Otro de los objetivos era sustituir la proyección de una película a los niños por la recreación de un acontecimiento en vivo (González e Ibáñez, 1998).
Los entrevistadores fueron 9 policías con un mínimo de 4 años de experiencia profesional y formados en entrevistas a niños víctimas y testigos. El material de estímulo consistía en un encuentro entre una pareja de niños (testigo y participante) y uno o dos adultos desconocidos para ellos, que les invitaban a jugar y les hacían fotografías, facilitando que posteriormente se les pudieran hacer preguntas similares a las que se hace a las víctimas de abusos sexuales o casos de pornografía infantil. La escenificación duraba unos quince minutos y los niños, de forma individual, fueron entrevistados dos días después.
Como resultados más destacados se informó de que para ambos grupos de edad (7-8 y 10-11), en la condición EC se obtuvo un 26% más de datos correctos que el grupo control, sin que se encontraran efectos significativos en el número de errores debidos a las condiciones de entrevistas. Los entrevistadores EC dedicaron más tiempo a las entrevistas.
Sus conclusiones fueron que la EC incrementa el recuerdo de datos correctos sin incremento de errores, pese a que se encontraron grandes diferencias en el modo particular en que los detectives aplicaban las técnicas.
Sólo unos pocos las emplearon todas y, evaluados como grupo, emplearon mayoritariamente técnicas de entrevista inapropiadas con los niños más pequeños. Memon, Holley, Wark, Bull y Köhnken (1996) se proponen, en principio, probar la predicción de que la EC puede incrementar la resistencia a sugestiones erróneas (información presentada en forma de preguntas) en niños entrevistados como testigos, dado que, por desgracia, son muchos los casos en que los niños se ven implicados en sucesos delictivos, con cualquier tipo de participación, bien como autores, víctimas o testigos, y en distintos tipos de delitos, especialmente en los de naturaleza sexual. Si bien es verdad que han sido varias las investigaciones realizadas para determinar la facilidad con que los niños pueden ser influenciados por figuras de autoridad y bajo qué tipo de procedimiento (Ceci y Bruck, 1993a; Poole y Lindsay, 1995), era necesario identificar las situaciones bajo las que dichas manifestaciones podían ser mejoradas, dado que a estas alturas es de conocimiento común que la forma en que los testigos son entrevistados puede tener un profundo impacto en la cantidad y calidad del informe obtenido. La EC es una técnica cuya estrategia cognitiva más eficaz es la reinstauración mental del contexto (Fisher y Geiselman, 1992; Geiselman et al., 1985, 1986; Mantwill et al., 1995) y la transferencia del control al entrevistado (Geiselman et al., 1986), con el resultado de que la EC aplicada antes de realizar las preguntas capciosas o sugestivas, reduce los efectos de las mismas y facilitan la recuperación de los detalles originales (se le denomina también “efecto Geiselman”). Pero estos resultados dejaron dos inquietudes: a) si el “efecto Geiselman” también aparece con los niños, que se sabe son más vulnerables a la sugestión, y b) si el efecto aparece después de una demora más larga.
Sus sujetos experimentales, niños entre 8-9 años, vieron un corto video- clip, de unos 5 minutos de duración, sobre un espectáculo de magia, y posteriormente presentaron a cada niño un cuestionario de 9 preguntas, en un orden aleatorio, antes y después de la entrevista. La demora de la entrevista era de 12 días después de ver el video. Sus entrevistadores fueron 8 estudiantes.
Del análisis de las entrevistas se obtuvieron los siguientes resultados: 1) No se encontraron diferencias EC-EE en el cuestionario inicial (antes de la entrevista) en las respuestas a las preguntas erróneas, 2) Con los datos obtenidos se podían separar a los sujetos en dos grandes grupos según fueran más o menos sugestionables o vulnerables a la información errónea, y 3) Se encontró un efecto significativo en la mayor cantidad de respuestas correctas dadas por el grupo EC en el cuestionario posterior a la entrevista en comparación con el grupo EE. Esto confirma el “efecto Geiselman”. Sin embargo no se encontraron diferencias significativas en las respuestas incorrectas o desconocidas, en función de la técnica de entrevista. En el trabajo de Sternberg, Lamb, Orbach, Esplín y Mitchell (2001) con menores, se analizan 100 entrevistas realizadas por policías experimentados a niños víctimas de presuntos delitos de abusos sexuales, con una edad media de 8.1 años. Se realizaron entrevistas emparejadas utilizando la ET y el protocolo NICHD (Nacional Institute of Child Health and Human Development), diseñado para trasladar las recomendaciones de profesionales a la práctica policial del día a día sobre el terreno. Este protocolo estructurado guía a los entrevistadores a través de las distintas fases de la entrevista y les proporciona sugerencias y técnicas para maximizar la cantidad de información obtenida, esperando que su uso disminuya las diferencias entre los datos obtenidos de los chicos mayores y de los más pequeños.
Con relación al NICHD los resultados más destacados fueron: 1) El protocolo es más idóneo que la ET para explicar las reglas básicas de la entrevista y las técnicas recomendadas para establecer la relación, así como para cambiar el objetivo de la entrevista hacia el supuesto abuso de una forma no sugestiva, 2) Se encontraron diferencias sustanciales con respecto al tipo de expresiones utilizadas por el entrevistador, según el grupo experimental, 3) Los entrevistadores en la condición protocolo hicieron, proporcionalmente, más invitaciones (expresiones que incluyen preguntas, afirmaciones o imperativos, que dan lugar a respuestas de recuerdo libre de los niños) y preguntas directas antes de la primera pregunta de elección obligada o expresión sugestiva que en la condición ET, 4) Los datos obtenidos durante la fase inicial, en cualquiera de las condiciones, dependían de la edad de los niños. Entre 4 y 6 años proporcionaron, de forma significativa, menos detalles que los comprendidos entre los 9 y 12 años, y 5) A pesar de que no todos los entrevistadores pudieron hacer el mismo número de entrevistas y en la misma condición, la media de expresiones utilizadas fueron, significativamente, más altas en la condición protocolo que en la ET, siendo superior el número de detalles facilitados en dicha condición.
Desde una perspectiva práctica, es importante demostrar que la EC es más eficaz que las técnicas cuyo uso se aconseja actualmente a los agentes de policía y demás personas que llevan a cabo entrevistas de investigación. Sin embargo se necesita un grupo de control eficaz para demostrar que son las técnicas cognitivas de la EC las que producen por sí mismas los efectos positivos y no otros factores tales como la comunicación social, la calidad de las preguntas, las habilidades para establecer el entendimiento mutuo o la motivación de las partes, entrevistador-entrevistado.
Centrarse en la utilidad de la EC con los niños está motivado en las preocupaciones sobre la vulnerabilidad de éstos en los procesos judiciales y las habilidades de aquellos que los entrevistan. En las primeras pruebas, los niños pequeños (6-7 años) no mostraron tener ninguna ventaja al ser entrevistados con la EC, en comparación con otro tipo de entrevista, además de presentar dificultades para entender algunas de las estrategias. Modificado el procedimiento por Saywitz et al. (1992) (Köhnken et al., 1995; Mantwill et al., 1995), éstos encontraron que la EC llevó a recordar más detalles correctos en comparación con la ET, sin que se produjera un aumento de los errores, si bien resultó mas beneficiosa para los niños más mayores (10-11 años) que para los más pequeños (7-8 años).
La investigación, hasta ahora, ha examinado los efectos de la EC bajo condiciones de codificación óptima, una entrevista tras un corto periodo de tiempo, pero en realidad un testigo puede ser entrevistado más de una vez y muchos días después de ocurridos los hechos, y se sabe que, en los niños más que en las personas mayores, las imprecisiones aumentan con el transcurso del tiempo (Poole y White, 1993), si bien los estudios de laboratorio han demostrado efectos positivos sobre la memoria en los casos de repetición de la prueba, la
hipermnesia y la reminiscencia (Payne, 1987; Scrivner y Saber, 1988; Turtle y Yuille, 1994. Se sugiere que la EC debe utilizarse con niños más mayores (Saywitz et al., 1992) poniendo especial cuidado cuando se entreviste a niñosmuy pequeños.
Los ancianos representan un amplio segmento de la población en Estados Unidos, y por desgracia son con frecuencia elegidos como víctimas de numerosos delitos. Además a causa de los problemas propios de la edad, y de la creencia común de los efectos del envejecimiento sobre la memoria, se consideran a estos peores testigos oculares en casos policiales, preocupación que es también compartida por los jurados. Estas apreciaciones parecen estar confirmadas por algunas investigaciones empíricas que han demostrado que, comparados con los adultos más jóvenes, los más viejos proporcionan menos exactitud y relatan testimonios menos completos (List, 1986). A pesar de esto, hay buenas razones para creer que los déficit de memoria relacionados con la edad son remediables en el marco de un testigo ocular, dado que algunos de estos fallos reflejarían incapacidad para acceder a la información almacenada, a la que se puede acceder por otras vías (Tulving, 1974). Mello y Fisher (1996) intentaban desarrollar un ambiente para la recuperación de los recuerdos que pudiera ser utilizado por la policía cuando intervenga con testigos oculares ancianos. Este ambiente estaría dentro del marco de la ECR, con alguna modificación (se suprime la adopción de diferentes perspectivas como uno de los recuerdos), dado que las entrevistas policiales son a menudo dirigidas con rapidez y se requiere de los testigos que ejecuten varias tareas simultáneamente o se realicen tareas mentales complejas (Fisher et al., 1987), condiciones para el procesamiento de la información excepcionalmente debilitantes para las personas mayores.
La EC que se aplica intenta neutralizar determinados efectos perjudiciales, como: a) reducir el ritmo de la entrevista dando a los testigos el tiempo necesario para responder e informándoles de que la entrevista se realizará sin prisas b) redactar las preguntas y dar directrices de cumplimiento de forma sencilla c) evitar, desde todo punto, las interrupciones de las narraciones d) evitar el posible exceso de cautela que presentan las personas mayores, lo que podría llevarles a retener información. Sería conveniente informarles, de forma justificada, la conveniencia de no reservarse ninguna información por trivial que parezca y, por supuesto, advertirles de que no deben inventar o suponer.
Sus grupos de sujetos, con medias de 71 y 21 años de edad, contemplaron una grabación de video en color sobre un atraco simulado en un almacén, de unos cuatro minutos de duración. Después completaron un cuestionario demográfico y dos tareas distractoras y fueron entrevistados bajo condiciones EC, EC “especial adultos” y ET. Sus entrevistadores fueron dos escritores y un estudiante universitario (Fisher y Geiselman, 1992).
El análisis de los resultados arroja los siguientes datos: a) En general, no había diferencias de rendimiento entre los adultos jóvenes y los más ancianos, b) En contra de lo indicado por Memon et al., (1994), la EC daba considerablemente más información que la ET y c) La EC era más valiosa con los mayores que con los adultos más jóvenes.
El último cambio: La Entrevista Cognitiva Modificada (ECM)
Como último trabajo, se analiza el llevado a cabo por Davis, McMahon y Greenwood (2005). Su novedad y originalidad están basadas en la búsqueda de un procedimiento de entrevista más corto que la ECR y que sea tan efectivo como esta, dado que la policía rechaza su uso especialmente en situaciones en las que no disponen del tiempo necesario para su aplicación. Es también conocido que, a pesar de su eficacia en conjunto, no todas las estrategias cognitivas de la ECR son igual de efectivas ni igual de apreciadas por los entrevistadores, y que también existen críticas por el incremento del tiempo que requiere su aplicación frente a otras técnicas (EC, EE y ET), aunque hayan demostrado ser menos eficaces (Kebbell y Milne, 1998; Kebbell et al., 1999; Kebbell y Wagstaff, 1996, 1997).
Debido, por una parte, a la variedad de las instrucciones mnemónicas utilizadas en la ECR, es razonable pensar que un procedimiento que elimine algunas de estas instrucciones podría proporcionar una técnica de entrevista más corta e igual de efectiva. Por lo visto hasta ahora en la bibliografía, una alternativa de buen rendimiento y prometedora sería una nueva ECR en la que se eliminaran las estrategias del cambio de orden y el cambio de perspectiva. Por otra parte, respecto a estas técnicas se ha informado su falta de aplicación debido a su dificultad y complejidad, o también por ser incongruentes con otras estrategias aplicadas dentro de la propia ECR (Bekerian y Dennet, 1993; Memon et al., 1997).
Si bien una técnica parecida fue utilizada en un estudio anterior (Memon et al., 1997), en el que se asumía un efecto nulo de las mencionadas estrategias, la versión modificada no se contrastó con la versión completa sino con otro de tipo de entrevista de control.
En este estudio las dos estrategias de referencia son reemplazadas en la nueva versión modificada por dos intentos adicionales de recuerdo en orden progresivo, que si bien solo parecía llevar a una disminución en el tiempo de aplicación fue una modificación crucial. El diseño que se plantea ofrece un marco más robusto para abordar el tema de la reminiscencia y del recuerdo motivado. Sus sujetos fueron 45 estudiantes universitarios, voluntarios. Como material estimular utilizaron una película sobre un atraco simulado a mano armada, con una duración de 30 segundos y en el que tomaban parte seis personajes. Todas las entrevistas fueron llevadas a cabo por el primer autor del artículo, Davis, y se emplearon la ECR, ECM y EE. Todas las entrevistas fueron grabadas, transcritas y puntuadas. Se confeccionó una plantilla de corrección que contenía 257 ítems de información (Memon et al., 1996).
Los análisis arrojaron los siguientes resultados:
Datos correctos: No se encontraron diferencias significativas entre las condiciones ECR y ECM. La aplicación de la ECR o ECM dio más datos correctos que la EE.
Datos incorrectos: No se encontraron diferencias significativas entre las condiciones de entrevista. Analizado el efecto tamaño se encontró una pequeña diferencia entre ECR-EE y ECM-ECR, que era algo mayor entre ECM y EE.
Datos confabulados: su número era bajo en todas las condiciones y no encontró diferencia significativa.
Tasa de precisión (número de datos correctos recordados dividido por la suma de todos los datos, correctos, incorrectos y confabulados): No se encontraron diferencias significativas entre las diferentes condiciones de entrevista.
Covariaciones: Es posible que los resultados significativos observados sobre los datos correctos recordados puedan ser debidos no solo a las instrucciones cognitivas, sino también a covariaciones con la edad y el sexo de los participantes.
Estrategias cognitivas: Se demuestra la eficacia de la ECR y ECM sobre la EE. La mayor diferencia en detalles correctos recordados aparecen en la fase de recuerdo libre empleando las estrategias de decirlo todo y la reinstauración mental del contexto, ambas formando parte de la ECR y ECM, entre las que no se encontraron diferenciad significativas, en tanto que si se encontraron al ser comparada cada una de ellas con la EE.
Cambio de orden vs otro intento de recuerdo: Comprobados ambos efectos en ECR y ECM se obtuvo más información correcta en el nuevo recuerdo motivado en la ECM que en el recuerdo en orden inverso en la ECR, dato significativo estadísticamente. Sin embargo, esa misma comparación, y en el mismo sentido, produjo más ítems incorrectos, diferencia también significativa.
Cambio de perspectiva vs. nuevo intento de recuerdo: El tercer intento de recuerdo motivado produjo más información correcta que el cambio de perspectiva, diferencia encontrada significativa.
Tiempo: La aplicación de la ECM fue de 16,98 minutos de media, inferior a la ECR (21,99 minutos de media). El tiempo de aplicación de la EE fue de una media de 9,95 minutos.
Las conclusiones que se pueden obtener son claras: 1) Reemplazar las estrategias de cambio de orden y cambio de perspectiva por nuevos intentos de recuerdo tuvo un mínimo efecto en el número total de información recordada, por lo que la eficacia de estas estrategias cognitivas es más que cuestionable, 2) El resultado de que los intentos repetidos de recuerdo dan más información correcta que el cambio de orden apoya la teoría de la reminiscencia y de la hipermnesia (Payne, 1987), 3) El principal objetivo aplicado del presente estudio, que era abordar la exigencia de una versión corta de la ECR, suprimiendo algunas de sus estrategias cognitivas, ha sido demostrado, y se propone esta versión reducida como alternativa viable a la ECR, especialmente cuando el tiempo disponible sea limitado.
Resumen y Conclusiones.
Cuando se afronta una Revisión Bibliográfica de un tema tan extensamente estudiado como las técnicas de entrevista, con tantas variables manipuladas, con una compleja aplicación a diferentes contextos, con un empleo tan diverso de sujetos experimentales, tipos de entrevistadores, etc., siempre tienes la sensación, por una parte de no haber sido lo suficientemente ambicioso y, por otra, la de haber sido excesivamente prolijo en la elección de los artículos.
Para esta revisión bibliográfica he seleccionado aquellos artículos que tuvieran una relación o implicación, más o menos directa o aplicable, o que tan solo fuera digna de tener en cuenta, con la prueba experimental realizada y con la vista puesta en su aplicabilidad a los miembros del Cuerpo al que pertenezco. El presente estudio se centra en aquellas modificaciones que la EC ha ido sufriendo a lo largo de tantos años de estudio y también a los diferentes campos a los que se ha aplicado y las variables manipuladas en cada experimentación.
No existe nada de investigación, salvo la realizada por el equipo de psicólogos de la Unidad Técnica de Policía Judicial de la Guardia Civil, que se haya preocupado por la aplicación de las técnicas de entrevista a los agentes policiales.
Se ha podido comprobar que, entre otras, la técnica de entrevista, y en especial la ECR o ECM, son las más precisas, apropiadas y efectivas para la obtención del testimonio. Como procedimiento consiste en el adecuado empleo de un conjunto de técnicas que, basadas en conocimientos científicos ampliamente estudiados, sirven para facilitar al informador (víctima o testigo) tanto el acceso a los datos existentes en su memoria, como que éste sea capaz de comunicarlos de un modo efectivo.
Estas técnicas necesitan no sólo ser aprendidas sino también ser incorporadas a la actividad operativa de los agentes como un elemento más de su repertorio conductual como entrevistador y usarlas de forma flexible, adaptándolas a las peculiaridades de cada entrevistado. Desde el mundo de la justicia se reconoce, por una parte, que identificaciones incorrectas de los testigos llevan, han llevado y, posiblemente seguirán haciéndolo, a más errores judiciales que el resto de las variables intervinientes juntas o combinadas; por otra, la ironía de que si los informes de los testigos son de importancia tan crucial ¿cómo es que los policías reciben, si lo reciben, tan poco entrenamiento para aprender a dirigir técnicas de entrevista que faciliten la recuperación de la memoria?. Los policías han intentado maximizar la fidelidad de los testimonios de los testigos realizando sus intervenciones en un contexto agradable y relajado, pero esto no ha sido suficiente y se ha demostrado que, aún actuando así, los informes obtenidos son incompletos, poco fiables, confabulados y que los procedimientos utilizados para preguntar pueden falsear las respuestas (Clifford y Hollín, 1983; Loftus, 1975; Loftus, Miller y Burns, 1978; Wells, Ferguson y Lindsay, 1981).
Referencias
Aschermann, E., Mantwill, M. y Köhnken, G. (1991). An independent Replication of the Effectiveness of the Cognitive Interview. Applied Cognitive Psychology, 5, 489- 495.
Bekerian, D.A. y Bowers, J.M. (1983). Eyewitness Testimony: were we misled?. Journal of Experimental Psychology: Learning, Memory and Cognition, 9, 139- 145.
Bekerian, D.A. y Dennett, J.L. (1993). The Cognitive Interview Technique: Reviving the Issues. Applied Cognitive Psychology, 7, 275-297.
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Correspondencia: José Ibáñez Peinado. Servicio de Criminalística. c/ Guzmán el Bueno 110,
28003, Madrid. E-mail: pepeibanez@guardiacivil.es
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