En el 2009 fueron atendidos 95 menores en el centro de reeducación Pi Gros de Castellón.
Los casos de maltrato familiar en los que los hijos agreden a sus padres o familiares más directos se ha incrementado en los últimos años, hasta el extremo de que uno de cada 10 menores que se encuentran internos en centros de reeducación lo está por este motivo. Se trata de un fenómeno relativamente nuevo, pues la propia Fiscalía de Menores de Castellón empezó a alertar de ello hace menos de un lustro, pero ha ido
aumentado progresivamente en los últimos años, pues en el 2007, el 7% de los delitos
cometidos por menores internos era maltrato familiar o violencia doméstica, un porcentaje que ascendió al 8% en el 2008 y al 12% en el 2009, según los datos recientes facilitados a este periódico por parte de la Conselleria de Justicia y Administraciones Públicas.
Para tratar de combatir estas actitudes, el centro Pi Gros cuenta con una escuela para padres con actuaciones específicas para el caso de agresiones de hijos a padres, para que las familias se involucren en los delitos relativos a violencia intrafamiliar, puesta en marcha hace tres años, como anunció en su momento el fiscal de Menores José Luis Cuesta, que calculaba que al año se producen unos 30 casos de agresiones de hijos a padres en la provincia, algunos de los cuales terminan internados en Pi Gros.
Precisamente, de los 95 menores atendidos en el 2009 en el centro de Pi Gros, seis lo estaban por estos hechos delictivos. La mayoría de estos adolescentes proceden de la provincia de Castellón, aunque también incluye a menores de Valencia y Alicante, al igual que ocurre en los centros de estas dos provincias.
Por lo general, los menores que maltratan a sus padres son pequeños tiranos, niños que desde pequeños insultan a sus progenitores y aprenden a controlarlos para lograr sus exigencias, hasta convertirse en una auténtica pesadilla para ellos. Cuando crecen, los casos más graves pueden llegar a la agresión física. Son menores que apenas cuentan con 14 años, e incluso la problemática viene de antes en algunos supuestos, y que en muchas ocasiones, se debe a la falta de control y de un establecimiento de límites y de saber decir que no a tiempo por parte de los padres.
Asimismo, si cada día hay más mujeres que se atreven a denunciar a sus agresores cuando estos son sus parejas o excompañeros sentimentales, en el caso de los adolescentes, todavía existe una cierta reticencia hacerlo cuando los autores son sus propios hijos, lo que también explica el número de denuncias contra ellos.
A pesar de este aumento de agresiones, los robos copan la mayoría de los delitos protagonizados por menores en Castellón. En Pi Gros, los más habituales son robo con violencia y/o intimidación (39 casos); robo con fuerza (33); aunque también hay por quebrantamiento de medidas (8), y por delitos contra la salud pública (4), entre otros.
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