martes, 27 de septiembre de 2016

LA TEORÍA DEL ETIQUETAMIENTO O “LABELLING APPROACH” DE HOWARD BECKER. EL CAMBIO DEL PARADIGMA.RICARDO ANTONIO VEREAU MONTENEGRO.ABOGADO POR LA PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ.


I. Introduccion

Hasta mediados del siglo pasado, el estudio del fenómeno de la conducta desviada se encontraba anclado a las concepciones positivistas, que limitaban el objeto del análisis –centrándolo exclusivamente en  el desviado, el antisocial, las motivaciones del comportamiento antisocial o desviado, etc.- y determinaban además el método del análisis. – basado en la observación y la descripción del fenómeno, de carácter causal-explicativo.-  Se concebía al delincuente como una suerte de “entidad patológica” ante la cual la sociedad organizada en base a los inmutables valores que debía preservar a toda costa, debía actuar a fin de encontrar las razones de la patología,  y aplicar el remedio. Tal ha sido( y es) la base ideológica fundamental de las políticas estatales dirigidas exclusivamente a la corrección del problema criminal, aplicando penas y sanciones con cada vez mayor severidad y violencia.

Sin embargo, tal sustento doctrinario comenzó a declinar cuando los estudios sociológicos pusieron en tela de juicio  la imagen estática de la organización social, establecida a base del sometimiento  individual a las reglas establecidas por el grupo.

La teoría del  “labelling approach” también llamada de la reacción social o del “etiquetamiento”, revolucionó en su momento los círculos intelectuales al otorgar relevancia a los mecanismos de control de la sociedad como los auténticos creadores de la conducta antisocial, en abierta oposición a los estudios imperantes que, volcados en el estudio del delincuente, no prestaban atención a los problemas del control social, ni cuestionaban las definiciones otorgadas por las normas, ni criticaban el funcionamiento del sistema ni la aplicación normativa a la realidad social.

Por el contrario, el objeto central del análisis del fenómeno criminal en el “etiquetamiento” es precisamente la acción del control social, su comportamiento selectivo y su impacto en el sujeto sobre el que actúan. Su campo de estudio se centró en este nivel. En tal sentido, su aporte en una concepción cabal del proceso por el cual una persona va estructurando un comportamiento contrario a las normas establecidas ha sido valiosísimo. 
Si bien en su momento se le hicieron, y aún pueden hacérsele hoy, diversas observaciones,  su impacto en la evolución del pensamiento criminológico es, y sigue siendo, trascendental.  Al estudio de estas teorías centradas en el estudio de los mecanismos del control social antes que en el estudio de la motivaciones de la conducta antisocial, está dirigido el presente trabajo.
II. RESPECTO AL CONCEPTO DE “CONTROL SOCIAL”.

Los sociólogos definen el Control Social como una extensión del proceso de socialización, mediante el cual una persona aprende y se conduce conforme lo que se  considerada “adecuado” para su sistema social.  Como lo anota Joseph Fichter, para actuar 
“....hace presión sobre las personas para que se conformen con las pautas, papeles, relaciones e instituciones que son considerados de alto valor en la cultura.” Su acción,-y esto es oportuno recalcar- no se restringe al concepto estatal únicamente. “La sociedad contemporánea conoce y teme el poder dominante del Estado sobre los individuos. Sin embargo, las exigencias de la institución política en la mayoría de las sociedades son de hecho indirectas e impersonales. Mucho más poderosa es la influencia de otros grupos, y es un axioma que los pequeños grupos primarios ejercen sobre el comportamiento individual mayor y más directo control que las grandes asociaciones secundarias”.[1]

El control social no tiene un solo nivel de acción, en función pluralidad- individuo. Existe un control inverso; el jefe ejerce su influencia sobre el grupo para que se allane a los valores que fomenta o representa. Existe también la presión de grupos  sobre la totalidad de la sociedad, como es el caso de algunas minorías políticas o los llamados “grupos de presión económica”.

La distinción básica entre los tipos de control social es la siguiente:

-Controles Formales: Los que el sistema elabora cuidadosamente, son promulgados solemnemente y son de carácter obligatorio para todo aquél que se  encuentre de algún modo subordinado a la autoridad que establece la norma. De tal tipo son las Leyes, decretos reglamentos, etc.
-Controles informales: Son de tipo más sutil y se usan para imponer un comportamiento acorde con las prescripciones del sistema social.
En tal área de acción, podemos encontrar otros tipos de control:
-Control de grupo, que es ejercido por la totalidad sobre sus integrantes  para mantener su cohesión interna. Tiene varios niveles: el familiar y educativo, el económico y político, el recreativo y religioso.
-Control Institucional, que es el que ejerce el grupo sobre la totalidad social, repitiendo comportamientos establecidos y desarrollando en otros la progresiva aceptación a tales comportamientos.
De otra parte las pautas de comportamiento establecido y aceptado por la sociedad, deben ser comunicadas a aquellos que están obligados a mantenerlas. Sin una efectiva comunicación, y en varios niveles,  el control social no tendría forma de llevar a cabo su misión. Se requiere que las reglas consideradas básicas o fundamentales, sean internalizadas por todos los miembros. Esto se logra mediante mecanismos de carácter formal, como son las órdenes o mandatos emanados del Estado o de la autoridad (Leyes, decretos) o mediante mecanismos indirectos o informales, como el proceso educativo, la publicidad y la propaganda.

Como podemos apreciar, el control social de carácter informal cumple un rol trascendental para establecer los motivos o intereses que llevan al poder político a crear la imagen de la criminalidad. La instancia familiar produce esquemas de comportamiento en el individuo; los miembros de la familia reciben roles sociales que se espera sean cumplidos a cabalidad. El proceso educativo en sus primeros años está generalmente construido en base a conceptos como “obediencia” y “disciplina”, defendiendo el modelo social preeminente a través de su estructura. Los medios de comunicación, por su parte, imponen modelos de comportamiento por medio de la publicidad.
En tal sentido, es válida la conclusión de Villavicencio Terreros:

                        “Las sanciones penales son sólo un medio de control social, y probablemente, ni siquiera el más importante.” [2]

 III. LA  TEORIA DEL ETIQUETAMIENTO, DE LA REACCION SOCIAL  O DEL “LABELLING APPROACH”.

Como ya se ha expresado, esta concepción afirma que la conducta delictiva es el resultado del proceso de “rotulación” o “etiquetamiento” que efectúa la misma sociedad, y no una enfermedad o degradación de ella. En las siguientes líneas intentaremos desarrollar sus fundamentos más importantes.

3.1.  Principales Antecedentes.

Tiene sus antecedentes en dos tendencias de la sociología norteamericana:

a)    Interaccionismo simbólico,
b)    Etnometodología.

-El Interaccionismo Simbólico,  considera que la realidad social se forma por interacciones concretas entre individuos, a quienes un proceso de tipificación confiere un significado que es abstraído  de las situaciones concretas y se extiende por medio del lenguaje.
Esta corriente, fundamentada al igual que las anteriores en la filosofía fenomenológica, pone énfasis en la interacción de los individuos y en la interpretación de estos procesos de comunicación. De tal manera, no presta mucha atención a las estructuras sociales, a los sistemas y a las relaciones funcionales, sino al mundo de significados de los símbolos dentro del cual actúan los sujetos.
El método está basado en la interpretación de las acciones a partir de los elementos que se encuentran en la situación social a estudiar. Los fundadores más importantes son: Cooley (1909 Social organization), George H.Mead (1934, Mind, Self and Society), Blumer (1969, Symbolic interaccionism, perspectiva and method), y Thomas (en: Zllderveld, 1973, De theorie van bet symbolisch interaccionisme).

 Los fundamentos teóricos más importantes son:

·     La alienación del sentido de la comunicación cotidiana, contraria a la búsqueda de identidad y del importante papel que juega en la sociedad la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro).

·    La realidad social se explica a través de las interacciones de los individuos y grupos sociales (en este sentido se opone al determinismo social). Para interpretar la actuación de los grupos e individuos no es suficiente estudiar su comportamiento visible, sino también es relevante considerar su conciencia y sus pensamientos como parte de sus actuaciones (contrario al conductismo).
Esta visión está basada en la concepción teórica del hombre, a la vez producto y productor de su realidad social. La interpretación, el sentido de las acciones, es resultado de las interacciones que tienen una intencionalidad y un objeto; este sentido es objetivo en la medida en que la interpretación es intersubjetiva. Se llega a la interpretación de que una situación es real si los involucrados la definen como tal (pragmatismo). Los hombres construyen la verdad, es decir, la verdad no existe, por sí como tal.