La
adolescencia es una etapa en la que el individuo se encuentra en continuo cambio. En muchos manuales se la
trata, como el inicio de la vida adulta o como el final de la infancia y no
como una fase diferente con aspectos y
referencias específicas y claramente distintas de la infancia y la vida adulta
(Salinas, 2003).
La
adolescencia se inicia, aproximadamente a los 12 años en las mujeres y a los 13 en los varones, es entonces
cuando aparece el periodo de la pubertad. En esta etapa se distinguen dos
momentos diferenciados: la Preadolescencia o periodo de la pubertad y la
Adolescencia. Comentaré aquí el desarrollo que se produce en los distintos
planos de las dos etapas, respectivamente.
La Preadolescencia.
Es en la Preadolescencia donde se
produce una intensa actividad hormonal y, por tanto, los cambios físicos que ya
conocemos, en mujeres y varones: menstruación, vello púbico, primera
eyaculación, aumento de estatura, senos, caderas, fuerza física, desarrollo
muscular…
Con
respecto al desarrollo cognitivo, en este período puede imaginar lo que podría
ser, y ya no confunde lo real con lo imaginario, aunque a veces, es fantasioso.
Se
desarrolla su espíritu crítico y usa con mayor facilidad los procedimientos
lógicos: análisis, síntesis…Al
mismo tiempo, discute para probar su capacidad y seguridad del adulto.
Desarrollo
tendencial: Tiene necesidad de independencia de sus padres, por tanto quiere
libertad y para ello emplea la desobediencia.
A
lo que al desarrollo afectivo se refiere, en la etapa Preadolescente, fluctúan
gran intensidad de emociones y sentimientos y con ello una desproporción entre
el sentimiento y su expresión.
El
sujeto controla poco las manifestaciones externas que se traducen en tics
nerviosos, muecas, gestos bruscos, gritos extemporáneos.
Se
pasa de la agresividad a la timidez fácilmente.
Desarrollo
social: además de la emancipación e independencia con respecto a los padres, ya
anteriormente comentada, busca también la protección de estos.
El individuo tiene la necesidad de afiliación
y de sentirse aceptado y reconocido por lo de su entorno, de valorarse y de
afirmarse.
Su
interés se centra en el deporte, la diversión, etc.
En
esta edad, tiende a la separación entre chicos y chicas y tienen gran
curiosidad por todo lo relacionado con la sexualidad.
B.
La Adolescencia propiamente dicha.
Esta
difícil etapa de la vida es en la que generalmente comienza el consumo de
alcohol y tabaco. Y, lo que es peor, el peligroso momento de ingreso en el
mundo de la droga, tan extendido en nuestros días.
Desarrollo
cognoscitivo: La adolescencia es el ciclo donde madura el pensamiento lógico
formal. Su pensamiento es más objetivo y racional. Es capaz de raciocinar de un
modo hipotético deductivo.
El
adolescente sueña con los ojos abiertos, se refugia en un mundo fantasmagórico
donde se mueve a sus anchas, ya que mundo real no satisface sus expectativas.
Es
también la edad de los ideales. El adolescente descubre valores y trata de
capturarlos para sí y para los demás. Aunque este hecho no afecta a todos los
adolescentes. Depende de la formación recibida.
Para
el desarrollo motivacional vamos a seguir los pasos de Schneiders sobre los
motivos que interesan en esta edad a los adolescentes:
-
Necesidad de seguridad: Se funda en un sentimiento de certeza del mundo interno
(estima de sí, de sus habilidades, de su valor intrínseco, de su equilibrio
emocional, de su integridad física) y externo (economía, su status en la
familia y en el grupo). El adolescente puede sufrir inseguridad por los cambios
fisiológicos, la incoherencia emotiva o por la falta de confianza en los
propios juicios y decisiones.
-
Necesidad de independencia: independencia emocional, intelectual, volitiva y
libertad de acción. Se trata de una afirmación de sí.
-
Necesidad de integración.
-
Necesidad de afecto: sentir y demostrar ternura, admiración, aprobación.
-
Necesidad de experiencia: esta necesidad se manifiesta en las necesidades vicarias
(TV, cine, lecturas, conversaciones, redes sociales, deportes, juegos). Por
esto mismo se meten en actividades poco recomendables: alcohol, drogas, etc.
Desarrollo
emotivo: la adolescencia es el periodo de mayor inestabilidad social, por tanto
está lleno de riqueza y originalidad.
El
adolescente es variado en su humor. Sus acontecimientos le obligan a rechazar
hacia el interior las emociones que le dominan. De ahí la viveza de su
sensibilidad: al menor reproche se le verá frecuentemente rebelde, colérico.
Por el contrario, una manifestación de simpatía, un cumplido o una palmadita en
la espalda, le pondrán radiante, entusiasmado, gozoso.
Desarrollo
social: los desarrollos anteriormente comentados agilizan el proceso de
socialización.
En
este proceso se desarrolla en el adolescentes oscilaciones tales como:
-
Vaivenes entre confianza y desconfianza en sí mismos.
-
Vaivenes entre excitación y depresión: trabajo y ocio, buen humor y llanto.
-
Vaivenes entre sociabilidad e insociabilidad: tratables e intratables,
delicados e hirientes.
-
Vaivenes entre vida heroica y sensualidad.
En
esta época aparecen rivalidades y luchas para obtener el poder y ejercerlo
sobre los demás. Prueba sus fuerzas físicas y así se convierte en agresivo, lo
que se manifiestan con ciertos actos exteriores (se golpean unos a otros),
palabras agresivas (se insultan), manifestaciones reprimidas y ocultas,
agresividad contra sí mismos, agresividad contra las cosas.
La
situación del adolescente frente a la familia es ambivalente: por una parte
está la emancipación progresiva de la familia, lo que implica un riesgo; y por
otra, el adolescente percibe que su familia es fuente de seguridad y ayuda, con
miedo a perderla.
La
escuela favorece la reorganización de la personalidad sobre la base de la
independencia (emancipación de los padres, la constitución de grupos, status
autónomo fundado sobre su propia acción,…), aunque también puede presentar
obstáculos.
La
amistad entre adolescentes se caracteriza por la sinceridad, el altruismo, la
delicadeza. Se presumen de tener los mismos gustos y opiniones, se imitan, se tienen mutua
confianza, se quieren con exclusividad, se sacrifican unos por otros.
Entre
ellos predominan los grupos primarios, se reúnen con frecuencia, participan de
las mismas diversiones, peligros y emociones.
El
grupo proporciona al adolescente sentimiento de seguridad, protección y
solidaridad; ayuda a emanciparse de los padres; reduce el conjunto de
frustraciones; facilita las amistades; es una escuela de formación social.
Desarrollo
sexual: En el momento en que los adolescentes tienen preocupaciones sobre su
desarrollo sexual, los comentan y tratan solo en un clima de gran confianza y
complicidad. La tensión sexual que tienen los adolescentes es el resultado de
de tres tipos de estimulantes que operan de forma compleja: la acción del mundo
exterior, la influencia de la vida psíquica y la acción del organismo.
No
hay que olvidar que es en esta edad cuando el adolescente comienza a tener las
primeras atracciones sexuales.
Desarrollo
moral: la moral para los adolescentes es un comprometer todo su ser a la
búsqueda de la imagen ideal de sí mismo, donde pone a prueba la fuerza de la
voluntad, la solidez de las posibilidades y cualidades personales. Hay algunos
valores morales que ellos prefieren por ser más brillantes, más nobles y porque
existe un donde sí más absoluto: el sentido del honor, la valentía, la lealtad
y la sinceridad.
Con
todo ello, llegamos a la conclusión de que la adolescencia es un periodo
crítico o sensible porque durante estos años el adolescente debe afrontar una
serie de retos y tareas, y asumir unos compromisos, que le ayudarán a construir
su identidad personal y a iniciar una determinada trayectoria evolutiva. Todas
sus experiencias durante estos años van a tener unos efectos duraderos, aunque
no necesariamente irreversibles, sobre su desarrollo futuro (Oliva, 2004)
Actualmente,
existe una multiplicidad de términos para hacer referencia a la conducta
antisocial, como las conductas agresivas e impulsivas y los trastornos o
problemas de la conducta, entre otros.