viernes, 20 de diciembre de 2013

CONDUCTAS ANTISOCIALES EN LA ADOLESCENCIA. Mª BELÉN ANDÚJAR MARTÍNEZ. 2011 (extracto).

La Adolescencia:
La adolescencia es una etapa en la que el individuo se encuentra  en continuo cambio. En muchos manuales se la trata, como el inicio de la vida adulta o como el final de la infancia y no como una fase diferente  con aspectos y referencias específicas y claramente distintas de la infancia y la vida adulta (Salinas, 2003).
La adolescencia se inicia, aproximadamente a los 12 años en las  mujeres y a los 13 en los varones, es entonces cuando aparece el periodo de la pubertad. En esta etapa se distinguen dos momentos diferenciados: la Preadolescencia o periodo de la pubertad y la Adolescencia. Comentaré aquí el desarrollo que se produce en los distintos planos de las dos etapas, respectivamente.

            La Preadolescencia.

Es en la Preadolescencia donde se produce una intensa actividad hormonal y, por tanto, los cambios físicos que ya conocemos, en mujeres y varones: menstruación, vello púbico, primera eyaculación, aumento de estatura, senos, caderas, fuerza física, desarrollo muscular…
Con respecto al desarrollo cognitivo, en este período puede imaginar lo que podría ser, y ya no confunde lo real con lo imaginario, aunque a veces, es fantasioso.
Se desarrolla su espíritu crítico y usa con mayor facilidad los procedimientos lógicos: análisis, síntesis…Al mismo tiempo, discute para probar su capacidad y seguridad del adulto.

Desarrollo tendencial: Tiene necesidad de independencia de sus padres, por tanto quiere libertad y para ello emplea la desobediencia.
A lo que al desarrollo afectivo se refiere, en la etapa Preadolescente, fluctúan gran intensidad de emociones y sentimientos y con ello una desproporción entre el sentimiento y su expresión.
El sujeto controla poco las manifestaciones externas que se traducen en tics nerviosos, muecas, gestos bruscos, gritos extemporáneos.
Se pasa de la agresividad a la timidez fácilmente.

Desarrollo social: además de la emancipación e independencia con respecto a los padres, ya anteriormente comentada, busca también la protección de estos.

El individuo tiene la necesidad de afiliación y de sentirse aceptado y reconocido por lo de su entorno, de valorarse y de afirmarse.
Su interés se centra en el deporte, la diversión, etc.
En esta edad, tiende a la separación entre chicos y chicas y tienen gran curiosidad por todo lo relacionado con la sexualidad.

B. La Adolescencia propiamente dicha.

Esta difícil etapa de la vida es en la que generalmente comienza el consumo de alcohol y tabaco. Y, lo que es peor, el peligroso momento de ingreso en el mundo de la droga, tan extendido en nuestros días.

Desarrollo cognoscitivo: La adolescencia es el ciclo donde madura el pensamiento lógico formal. Su pensamiento es más objetivo y racional. Es capaz de raciocinar de un modo hipotético deductivo.
El adolescente sueña con los ojos abiertos, se refugia en un mundo fantasmagórico donde se mueve a sus anchas, ya que mundo real no satisface sus expectativas.
Es también la edad de los ideales. El adolescente descubre valores y trata de capturarlos para sí y para los demás. Aunque este hecho no afecta a todos los adolescentes. Depende de la formación recibida.

Para el desarrollo motivacional vamos a seguir los pasos de Schneiders sobre los motivos que interesan en esta edad a los adolescentes:
- Necesidad de seguridad: Se funda en un sentimiento de certeza del mundo interno (estima de sí, de sus habilidades, de su valor intrínseco, de su equilibrio emocional, de su integridad física) y externo (economía, su status en la familia y en el grupo). El adolescente puede sufrir inseguridad por los cambios fisiológicos, la incoherencia emotiva o por la falta de confianza en los propios juicios y decisiones.
- Necesidad de independencia: independencia emocional, intelectual, volitiva y libertad de acción. Se trata de una afirmación de sí.
- Necesidad de integración.
- Necesidad de afecto: sentir y demostrar ternura, admiración, aprobación.
- Necesidad de experiencia: esta necesidad se manifiesta en las necesidades vicarias (TV, cine, lecturas, conversaciones, redes sociales, deportes, juegos). Por esto mismo se meten en actividades poco recomendables: alcohol, drogas, etc.
Desarrollo emotivo: la adolescencia es el periodo de mayor inestabilidad social, por tanto está lleno de riqueza y originalidad.

El adolescente es variado en su humor. Sus acontecimientos le obligan a rechazar hacia el interior las emociones que le dominan. De ahí la viveza de su sensibilidad: al menor reproche se le verá frecuentemente rebelde, colérico. Por el contrario, una manifestación de simpatía, un cumplido o una palmadita en la espalda, le pondrán radiante, entusiasmado, gozoso.
Desarrollo social: los desarrollos anteriormente comentados agilizan el proceso de socialización.
En este proceso se desarrolla en el adolescentes oscilaciones tales como:
- Vaivenes entre confianza y desconfianza en sí mismos.
- Vaivenes entre excitación y depresión: trabajo y ocio, buen humor y llanto.
- Vaivenes entre sociabilidad e insociabilidad: tratables e intratables, delicados e hirientes.
- Vaivenes entre vida heroica y sensualidad.
En esta época aparecen rivalidades y luchas para obtener el poder y ejercerlo sobre los demás. Prueba sus fuerzas físicas y así se convierte en agresivo, lo que se manifiestan con ciertos actos exteriores (se golpean unos a otros), palabras agresivas (se insultan), manifestaciones reprimidas y ocultas, agresividad contra sí mismos, agresividad contra las cosas.

La situación del adolescente frente a la familia es ambivalente: por una parte está la emancipación progresiva de la familia, lo que implica un riesgo; y por otra, el adolescente percibe que su familia es fuente de seguridad y ayuda, con miedo a perderla.
La escuela favorece la reorganización de la personalidad sobre la base de la independencia (emancipación de los padres, la constitución de grupos, status autónomo fundado sobre su propia acción,…), aunque también puede presentar obstáculos.
La amistad entre adolescentes se caracteriza por la sinceridad, el altruismo, la delicadeza. Se presumen de tener los mismos gustos y  opiniones, se imitan, se tienen mutua confianza, se quieren con exclusividad, se sacrifican unos por otros.
Entre ellos predominan los grupos primarios, se reúnen con frecuencia, participan de las mismas diversiones, peligros y emociones.
El grupo proporciona al adolescente sentimiento de seguridad, protección y solidaridad; ayuda a emanciparse de los padres; reduce el conjunto de frustraciones; facilita las amistades; es una escuela de formación social.
Desarrollo sexual: En el momento en que los adolescentes tienen preocupaciones sobre su desarrollo sexual, los comentan y tratan solo en un clima de gran confianza y complicidad. La tensión sexual que tienen los adolescentes es el resultado de de tres tipos de estimulantes que operan de forma compleja: la acción del mundo exterior, la influencia de la vida psíquica y la acción del organismo.
No hay que olvidar que es en esta edad cuando el adolescente comienza a tener las primeras atracciones sexuales.

Desarrollo moral: la moral para los adolescentes es un comprometer todo su ser a la búsqueda de la imagen ideal de sí mismo, donde pone a prueba la fuerza de la voluntad, la solidez de las posibilidades y cualidades personales. Hay algunos valores morales que ellos prefieren por ser más brillantes, más nobles y porque existe un donde sí más absoluto: el sentido del honor, la valentía, la lealtad y la sinceridad.
Con todo ello, llegamos a la conclusión de que la adolescencia es un periodo crítico o sensible porque durante estos años el adolescente debe afrontar una serie de retos y tareas, y asumir unos compromisos, que le ayudarán a construir su identidad personal y a iniciar una determinada trayectoria evolutiva. Todas sus experiencias durante estos años van a tener unos efectos duraderos, aunque no necesariamente irreversibles, sobre su desarrollo futuro (Oliva, 2004)
Actualmente, existe una multiplicidad de términos para hacer referencia a la conducta antisocial, como las conductas agresivas e impulsivas y los trastornos o problemas de la conducta, entre otros.