viernes, 8 de julio de 2016

Tipos de personalidad, agresión y conducta antisocial en adolescentes. C.MORÁN, J.CARMONA y J.FÍNEZ. Universidad de León, España. 2016

RESUMEN: 
Basado en el Cuestionario de Personalidad de Eysenck para jóvenes (EPQ-J), se analizan los tipos de personalidad y su relación con la agresividad y la conducta antisocial en una muestra de estudiantes (N = 1416) de entre 11 y 15 años de edad (edad media = 13,32; DT = 1,22). Mediante análisis de clúster se hallaron tres tipos de personalidad que se relacionaron con la hipótesis de Eysenck sobre la conducta antisocial y el nivel de agresividad evaluado mediante del Aggresion Questionnaire (AQ)  de  Buss  y  Perry  (1992)  en  su  versión  reducida(Bryant  y  Smith  (2001).  El  perfil  del  tipo infracontrolado confirmó la hipótesis de la conducta antisocial, siendo también el tipo más agresivo. Los tipos infracontrolado y supracontrolado estaban implicados en acoso escolar, aunque de manera diferente. El tipo resiliente mostró un perfil más adaptativo y mejor rendimiento académico. Ambos sexos fueron diferentes en dimensiones de personalidad y agresión. Se destaca la importancia de la agresión entre jóvenes adolescentes y la necesidad de más investigación sobre esta problemática. 
Palabras clave: Tipos de personalidad, adolescencia, conducta antisocial, acoso escolar, agresividad.

Personality types, aggression and antisocial behavior in adolescents

ABSTRACT: Based on the Junior Eysenck’s Personality Questionnaire (EPQ-J), the types of personality  and  its  relationship  with  aggressiveness  and  the  antisocial  behavior  is  analyzed  in  a student’s sample (N = 1416) with ages between 11 y 15 years old (average age = 13,32; SD= 1,22). Cluster analysis using the reduced version (Bryant y Smith (2001) of the Aggression Questionnaire(AQ)(Buss y Perry, 1992) revealed three personality types that were related to Eysenck’s hypothesis  of  antisocial  behavior  and  the  level  of  aggressiveness.  The  under  controlled  profile confirmed the Eysenck’s hypothesis of antisocial behavior in early adolescence, and was also found to be the most aggressive prototype. The under controlled and over controlled types were implicated in bullying, but in different ways. Furthermore, the resilient people were found to have an adaptive profile combined with the best academic achievement. Gender differences were also found in personality dimensions and aggression. The importance of aggression among young adolescents and the necessity of further research on this topic are emphasized.
Keywords: Personality types; adolescence; antisocial behavior; bullying; aggressiveness.

Correspondencia: Consuelo Morán Astorga, Universidad de León. Departamento de Psicología, Sociología y Filosofía. Facultad de Educación. Campus de Vegazana, s/n. 24071 León (España). E-mail: mcmora@unileon.es

Introducción

En el marco del maltrato entre iguales que aparece en contextos escolares, la conducta agresiva se  muestra como un fenómeno persistente entre los agresores, pudiendo ser una característica estable de la personalidad (Buss, 1961). En cuanto alos distintos tipos de comportamientos agresivos, los investigadores distinguen tres clases de niños o adolescentes agresivos:  los  agresores  proactivos,  reactivos  y  relacionales  (Griffin  y  Gross,  2004).  La agresión  proactiva  la  practican  sujetos  que  están  seguros  de  que  la  agresión  les  aporta beneficios con facilidad, que creen aumentar su autoestima al sentirse dominadores de otros, y que creen que el sometimiento de los demás se va a producir sin que ello conlleve graves daños (Crick y Dodge, 1996), como reflejan también Sánchez, Ortega y Menesini (2012) quienes concluyen que los agresores reconocen sentirse bien por lo que hacen. Por su parte, la agresión relacional puede incluir conductas o amenazas, como las frecuentes de excluir a otra persona del grupo de iguales, ignorarla o hacerle daño en las relaciones con sus compañeros a través de rumores y murmuraciones (Ortega, Elipe y Calmaestra, 2009). En definitiva, se trata de intentar dañar la autoestima de otra persona, sus amistades o estatus social (Anderson y Bushman, 2002). En un estudio con 384 adolescentes de 12-14 años, Ojanen, Findley y Fuller (2012) investigaron la  agresión física y la agresión relacional en su asociación con variables de personalidad y de metas sociales. Los varones se implicaban en la agresión física por metas de dominancia y narcisismo, en tanto que en la agresión relacional se implicaban ambos sexos por metas de dominancia. La frustración y la afiliación se asociaban a la agresión relacional. Ojanen et al. (2012) concluyen que sus hallazgos apoyan y amplían la investigación anterior, al tiempo que sugieren que la personalidad y las metas sociales se hallan en estrecha asociación con la agresión física y la relacional en un contexto de iguales. En el estudio de Ramírez, Díaz y López (2015) también aparecen diferencias por género siendo los varones quienes utilizan el maltrato directo (insultos, amenazas y acoso sexual) en tanto que las mujeres utilizaban más el maltrato indirecto (e.g.: ignorar, hablar mal y difundir rumores).

Las personas que tienen dificultad con su autocontrol es poco probable que se contengan aunque sus conductas resulten antisociales y agresivas. De hecho, un fallo en el autocontrol se caracteriza por la tendencia a reaccionar a las situaciones sin haber pensado en las consecuencias posteriores. Según esto, las variables de personalidad caracterizadas por fallo en la auto-regulación es muy probable que estén asociadas a niveles altos de conducta agresiva (e.g.,Bettencourt, Talley, Benjamin y Valentine, 2006; Block y Block, 1980).

Se ha comprobado, en el estudio de los principales modelos de personalidad, que éstos tienen dimensiones asociadas a actos antisociales. En el modelo de los Big Five (Egan, 2009), los individuos bajos en A (amabilidad) y en C (responsabilidad) son potencialmente más violentos, o ya actúan con mayor violencia real, sean niños, adultos, hombres o mujeres. Se acentúa aún más la asociación de las dimensiones A y C (bajas) con agresión, si a ellas se añade N (neuroticismo) alto. En cambio, E (extraversión) y O (apertura a la experiencia) no están relacionadas con agresión. Con este mismo Modelo de los Cinco Factores, y edades entre 18  y  55  años,  Grumm  y  von  Collani  (2009)  caracterizaron  al  tipo  de  bajo  autocontrol (infracontrolado) principalmente por su baja amabilidad y su baja responsabilidad; este tipo fue el que más puntuó en el Cuestionario de Agresión de Buss-Perry (1992) en esa investigación. Los  individuos  clasificados  como  infracontrolados  en  el  estudio  de  Klimstra,  Hale  III, Raaijmakers, Branjey Meeus (2010), en una muestra de 923 adolescentes entre 12 y 16 años, mostraron las puntuaciones más bajas en las dimensiones A y C a lo largo de todas las edades de la muestra. Además, los infracontrolados eran los que presentaban los niveles más altos de delincuencia. Los adolescentes delincuentes eran en general más desinhibidos y más agresivos que los adolescentes bien adaptados (Eklund, Liljeberg y Klinteberg, 2011). Otro estudio realizado por Mendoza, Morales y Arriaga (2015) con 1263 estudiantes de bachiller del estado de Méjico concluye que los escolares que participan como acosadores manifiestan más conductas antisociales, tienen menos amigos y presentan más conductas disruptivas en el aula y más conflictos en la interacción con los profesores.

Una asociación particularmente fuerte se establece entre la dimensión P (psicoticismo) y la agresión, en el modelo de personalidad de Eysenck (Egan, 2009).Conviene recordar que para Eysenck  (1992)  las  dimensiones  amabilidad  y  responsabilidad  del  modelo  de  los  Cinco Factores son en realidad facetas del psicoticismo.El modelo de personalidad de Eysenck se basa en la concepción de que las manifestaciones fenotípicas de la conducta reflejan rasgos subyacentes de origen biológico (Eysenck, 1997).

Al modelo de Eysenck se le conoce como modelo PEN, debido a sus tres dimensiones o factores de la personalidad: Psicoticismo (P), Extraversión (E)  y Neuroticismo (N). Estas
dimensiones de la personalidad tienen carácter continuo y son supuestamente independientes. El neuroticismo (N) se considera que refleja la tendencia a experimentar emociones negativas, inestabilidad emocional e ideas más irracionales en el nivel cognitivo. La extraversión expresa rasgos como sociabilidad, actividad, vitalidad, asertividad, indicando las puntuaciones bajas en extraversión mayor predominio de los rasgos de introversión. El psicoticismo incluye rasgos de agresividad y de conducta antisocial. Las puntuaciones bajas en psicoticismo indican que los individuos se hallan dentro de la normalidad y que en ellos predomina el control de impulsos. Se viene informando de que la dimensión psicoticismo, en sus puntuaciones altas, predice mala adaptación y conductas antisociales y delictivas (Center, Jackson y Kemp, 2005; López y López, 2003).

La estrategia de investigar en grupos normales el comportamiento antisocial supone que se entiende éste en sentido amplio, incluyendo muchas formas del mismo de suyo menos serias que otras agresiones o transgresiones. La teoría de Eysenck predice que los individuos altos en la dimensión psicoticismo estarán predispuestos a desarrollar conducta antisocial (Eysenck, 1997).Un individuo que puntúa alto tanto en extraversión como en psicoticismo estará predispuesto a desarrollar una conducta antisocial, especialmente agresiva, ya que ésta se asocia con arousal cortical bajo. Esto es lo que ocurre en los altos en extraversión, quienes poseen un sistema nervioso escasamente reactivo y no aprenden las conductas gobernadas por reglas tan fácilmente como lo hacen los individuos con un nivel de base más alto de arousal cortical. 

Cuando estos individuos son también altos en neuroticismo, se añade un carácter emocional e  irracional a  su  conducta en  las  mismas circunstancias (Center et  al.,  2005). Todavía hay una puntuación aportada por la escala S –sinceridad- (L de Lie, en inglés) en el Cuestionario de Personalidad de Eysenck para adolescentes (Eysenck y Eysenck, 1998). Los individuos antisociales típicamente puntúan más alto que los demás en insinceridad o disimulo (L). En consecuencia, la conducta antisocial vendrá asociada a puntuaciones altas en extraversión, en neuroticismo, y, sobre todo enpsicoticismo y en insinceridad. Ésta es la forma más fuerte de la hipótesis de Eysenck sobre la conducta antisocial (Center et al., 2005).

La presente investigación, con amplia muestra de adolescentes españoles entre los 11 y 15 años de edad, se propone comprobar con niños y adolescentes normales la hipótesis de la conducta antisocial de Eysenck (Eysenck y Eysenck, 1985). Se espera validar internamente en la muestra estudiada los tres principales prototipos de la personalidad, los cuales ya vienen replicándose desde hace varios años, por ejemplo en Robins et al. (1996). Por su parte, se espera que se confirme la hipótesis de Eysenck sobre la conducta antisocial (CA) en adolescentes, dentro de su modelo biosocial PEN de la personalidad. Se espera que la variable psicoticismo (Eysenck y Eysenck, 1985) destaque en el prototipo infracontrolado. Esperamos que las diferencias entre los tres prototipos en psicoticismo se mantengan estables desde los 11 a los 15 años. Es decir, si psicoticismo es una dimensión estable o más bien varía con la edad. Por último, con respecto a la validación externa, esperamos que los ANOVAs separados para diversas variables dependientes, como las cuatro subescalas de agresión, diferencien también a los prototipos de personalidad en predisposición a conductas antisociales agresivas, así como también en conductas de adaptación escolar, en especial, en rendimiento académico.